viernes, 30 de septiembre de 2022

  El yacimiento romano del TOSSAL DE LA CALA de Benidorm que sobrevivió a la empresa constructora GARGALLO S.A.


Sobre el “castellum” romano del Tossal de la Cala hay suficiente información y fácilmente accesible. Pero a pesar de todo lo que se ha escrito aún se pueden añadir más detalles sobre la historia de estos restos de época romana.

Un aspecto que me interesa destacar en este artículo es el de la supervivencia del “castellum”. Ha llegado mutilado hasta nuestros días, pero se ha podido excavar  y acondicionar para ser visitado y constituye un importante patrimonio histórico de Benidorm. Con lo que ha sobrevivido ya podemos entender el porqué y el cómo de su construcción y también su triste final en la guerra civil romana del siglo I a.C. Pero desgraciadamente en la segunda mitad del siglo XX se perdieron partes del yacimiento lo que nos impide entenderlo en su totalidad. Tras sobrevivir unos 2000 años sufrió amputaciones por causa del afán urbanizador del “boom” turístico. Y desgraciadamente no fueron los únicos daños que recibió el patrimonio arqueológico de Benidorm en aquellos años.

Francisco Amillo


En 1943 el fotógrafo F. Sánchez realizó esta instantánea de la cala de Finestrat con el Tossal de la Cala bien visible. El “castellum” de la época de la guerra civil romana de Sertorio estaba en su parte más alta, aprovechando para aumentar su defensa el escarpe rocoso que se aprecia en la fotografía. La entrada estaba por el lado de poniente. La elevación rocosa de lado izquierdo fue eliminada en 1956 o 1957.



1. El primer proyecto urbanístico para el Tossal de la Cala.

Excavado en la década de 1940 y catalogado como poblado ibérico, el yacimiento arqueológico de la cumbre del Tossal de la Cala se vio afectado por la transformación de Benidorm en población turística.

En el año 1951, el primero de su alcaldía, Pedro Zaragoza Orts ya tenía claro su objetivo de potenciar el turismo y de iniciar una etapa de numerosas construcciones para dar servicio a los 25.000 visitantes anuales que preveía en aquellos momentos. Pero quería que el crecimiento del casco urbano de la ciudad turística estuviera planificado para evitar la anarquía constructora de las décadas de 1920 y 1930 cuando los veraneantes construían chalets en la primera línea de la playa de Levante sin tener siquiera camino de acceso. 


Playa de Levante a principios de la década de 1920. Los chalets, como por ejemplo los dos de la parte central de la fotografía, se construían en primera línea de playa de forma desorganizada, sin planificación. Vemos que ni siquiera existía un camino, que se construyó a finales de la Segunda República. Fuente: Ayuntamiento de Benidorm.


Pedro Zaragoza quería que las empresas constructoras edificasen chalets, hoteles y bloques de apartamentos pero sabía que era imprescindible ordenar el crecimiento del casco urbano. Eso implicaba un trazado viario racional, con suministro de electricidad, agua potable y sistemas de alcantarillado que anulasen los pozos ciegos. Quería una población de calles amplias, bien iluminadas, con zonas ajardinadas, limitación de las alturas de edificación y con las infraestructuras necesarias en una moderna ciudad de vacaciones. De ahí que iniciara muy pronto los trabajos para redactar un Plan General de Ordenación Urbana, PGOU, que regulase esos aspectos.

Ya antes de aprobarse el PGOU la posibilidad de construir edificios turísticos atrajo a promotores deseosos de hacer buenos negocios. Entre ellos estaba Luis Gargallo Arteche que compró terrenos en la Cala de Benidorm para urbanizarlos. En diciembre de 1953 solicitó permiso al Ayuntamiento de Benidorm “para proceder a la urbanización de unos terrenos de su propiedad sitos en La Cala”. La respuesta municipal fue ”Aprobar los planos […] siempre que no se incorpore a la urbanización ninguna zona por pequeña que sea que en la actualidad sea considerada como playa y previa autorización municipal para cada edificación” [1].

La planificación realizada esos años por la empresa Gargallo S.A. en Poniente y también la de Alfonso Puchades en el Racó de l’Oix y Serra Gelada, fueron incorporadas en el Plan General de Ordenación Urbana que se estaba elaborando en aquellos momentos. Si comparamos las calles planificadas en la playa de Levante por el municipio y estas dos planificaciones particulares incorporadas al PGOU, veremos grandes diferencias. La planificación municipal presentaba calles rectas y anchas, bien dimensionadas y articuladas con las avenidas de Europa y del Mediterráneo. En las zonas planificadas como ciudad-jardín sus calles eran curvas pero con las dimensiones adecuadas. No hay nada de eso en la planificación de la Cala: calles curvas de calzadas y aceras muy estrechas donde vehículos y personas circulan con dificultad de manera que actualmente es la zona peor planificada de Benidorm, herencia de aquellos años de desarrollismo.

Luis Gargallo tenía los planos pero no inició las obras hasta que a principios de 1956 se aprobó en Alicante el Plan General de Ordenación Urbana. Lo primero que hizo fue construir un camino de acceso hasta lo alto del Tossal de la Cala.


 

Fotografía de Francisco Bayona, Quico, año 1956, mostrando la construcción de uno de los caminos para urbanizar Serra Gelada. Fuente: Ayuntamiento de Benidorm.

El camino sin asfaltar partió en dos el yacimiento arqueológico y la explanación de la cumbre para hacer el mirador destruyó parte de su sector sur. 

Se preveía la inmediata edificación de chalets en el Tossal lo que alertó al arqueólogo Ramos Folqués, que a su vez avisó a Miquel Tarradell, profesor de Arqueología de la Universidad de Valencia. Ambos convinieron en la ineludible necesidad de excavar antes de que el yacimiento fuera destrozado y recibieron la ayuda de Pedro Zaragoza con la condición de que los materiales obtenidos fuesen propiedad del Ayuntamiento de Benidorm con vistas al futuro Museo Municipal. Así lo narra Sonia Bayo:

En 1956, Tarradell […] recibe noticias de Ramos Folqués acerca de la posible destrucción de parte del yacimiento. El terreno había sido adquirido por un constructor extranjero para edificar una urbanización. Según Tarradell, el nuevo propietario se resistía a permitir realizar una prospección y/o excavación en la zona, pero cedió ante la presión del batlle, señor Zaragoza, con la condición indispensable de dejar los materiales en el Ayuntamiento de Benidorm, con la idea de depositarlos en un hipotético futuro museo […]. La excavación de Tarradell y Ramos se realiza finalmente en septiembre de 1965, sin ningún tipo de subvención”[2]. 

Sorprende la afirmación de que el propietario del Tossal era un extranjero porque la documentación del Archivo Municipal indica claramente que había sido comprado en 1953 por Luis Gargallo y que en 1956 seguía perteneciendo a la empresa Gargallo S.A.

Lo primero que se edificó fue la pequeña ermita de Nuestra Señora del Mar. El arquitecto que la diseñó fue Francisco Muñoz Llorens. Había sido contratado por el Ayuntamiento como arquitecto municipal sin sueldo por lo que sus ingresos provenían de las muchas obras que diseñó esos años. En dicho año 1956 diseñó para Gargallo S.A. la ermita de la cumbre del Tossal tras recibir autorización por la Comisión Municipal Permanente el 15/09/1956. Es un pequeño edificio que diseñó con  una superficie hexagonal de 16,15 m2 y una fachada de 5 m de altura porque estaba rematada por una espadaña con campana. Los muros son de mampostería de piedra arenisca de la localidad cogida con mortero de cemento y en el interior enlucidos de yeso. La cubierta de teja descansa sobre entramado de madera del país [3]. En esa zona el terreno tenía una pequeña elevación rocosa que se aplanó.


Año 1957: el Tossal de la Cala con el camino de acceso y la ermita de Nuestra Señora del Mar ya terminada. Fuente: Ayuntamiento de Benidorm.


La ermita de Nuestra Señora del Mar. Se aprecia la planta hexagonal, los muros de mampostería y la espadaña con una campaña. Fotografía del día 10 de julio de 2013, año en que la Universidad de Alicante inició las excavaciones arqueológicas en el Tossal que demostraron que en la cumbre no había un poblado ibérico sino un “castellum” romano.

Dentro de la ermita destaca la escultura en piedra de la Virgen con el Niño y sosteniendo una nave, símbolo de la advocación marinera del futuro “pueblecito de pescadores” que la empresa Gargallo S.A. preveía construir en el Tossal. El contraposto de las dos imágenes nos remite a la escultura románica pero con formas geométricas propias del estilo imperante en aquellos años.


En 1959 Gargallo S.A. presentó al Ayuntamiento el diseñó de un primer proyecto, muy ambicioso, para el Tossal de la Cala. Con el reclamo de “pueblecito de pescadores” se preveía construir pequeños chalets para los turistas tanto en la ladera de levante como en la vertiente norte. En la cumbre iría un gran restaurante y se preveía un teleférico para ascender a él desde la playa. A pesar de las dificultades técnicas la empresa edificó algunos chalets en la abrupta ladera de levante pero pospuso la construcción de chalets en la ladera Norte. En cambio edificó unos doscientos chalets en los alrededores del Tossal, un terreno con más facilidades para la construcción.


Perspectiva del proyecto para un pueblecito de pescadores en el Tossal de la Cala, año 1959, con los chalets de la ladera de levante y el restaurante de la cumbre. Fue el primer proyecto de la empresa Gargallo S.A. para construir residencias turísticas en el Tossal de la Cala. Fuente: Archivo Municipal de Benidorm. 

Hoy día los proyectos urbanizadores de Gargallo S.A. nos parecen poco o nada encomiables pero en aquellos años complacieron a Pedro Zaragoza que, como ya he dicho, los incluyó en el PGOU. Además, en 1961, nombró hijos adoptivos de Benidorm a Alfonso Puchades Jou y a Jesús Gargallo Arteche. 

El concejal Pedro de Borja y Llorca fue nombrado juez instructor del expediente. Reproduzco a continuación el texto que redactó para justificar el nombramiento de Jesús Gargallo:

Nació D. Jesús Gargallo Arteche en Cestona, provincia de Guipuzcua [sic] en el año 1894. Desde bien joven dedicose a los negocios de construcción, siendo en la actualidad, Presidente de la Constructora Gargallo S.A.

Vino a Benidorm en 1935, y le gustó tanto nuestra villa que después de la guerra volvió a ella. En 1953 compró la Cala a diversos propietarios y no se arredró de las dificultades de todo orden que era necesario vencer para edificar allí una ciudad satélite, cuya construcción comenzó en 1954, y hoy se encuentra casi terminada, habiendo sido previamente construidas más de doscientas viviendas, muchas de ellas verdaderos palacetes, siendo el conjunto urbano de mayor prestancia en Benidorm. Vigila la construcción de todas las viviendas para evitar que el mal gusto de algún propietario las haga desentonar del conjunto. 

Establece unos viveros que proporcionan árboles y plantas gratuitamente a todos los propietarios de la Cala, habiendo distribuido hasta la fecha más de cien mil plantones de pino. Establece por vez primera en Benidorm el riego por aspersión, consiguiendo en pocos años transformar aquellos áridos arenales en un verdadero vergel, teniendo en la actualidad iniciada la construcción de un parque que piensa donar al Ayuntamiento una vez terminado.

Al lanzar el Ayuntamiento la emisión de agua potable, adquiere trescientas ochenta mil pesetas en acciones. Funda en unión de otros señores el Club Náutico de Benidorm y dona los terrenos para el mismo. Construye encima del promontorio de la Cala una hermita [sic] a sus extensas [sic]. Lleva a aquella zona la luz eléctrica, el teléfono y el agua de riego.

Es D. Jesús Gargallo el tipo de hombre emprendedor y entusiasta de nuestra tierra, aún sin ser hijo de ella, y su ejemplo digno de imitación y su obra realizada digna de las mayores alabanzas” [4]. 



2. El Museo Municipal y las excavaciones clandestinas en el “castellum”.

A partir del año 1956 muchas personas estaban convencidas que pronto se urbanizaría la cumbre del Tossal de la Cala y se perderían los restos arqueológicos allí presentes. Por eso dos guardias civiles del cuartel de la Cala y el párroco Luis Duart comenzaron a buscar por su cuenta en el yacimiento para conservar algunos objetos y vender otros. 

Aunque visto desde la perspectiva actual esta actividad del párroco y los guardias civiles nos parece un expolio inadmisible, creo que esas personas no debieron tener conciencia de estar realizando algo reprobable. Eran terrenos de propiedad privada y salvaban algunos objetos del pasado que serían destruidos cuando se construyesen chalets. Así lo sugiere la actitud de Luis Duart que entregó objetos arqueológicos de Benidorm al Servicio de Investigaciones Prehistóricas de Valencia aunque lamentablemente no especificó el lugar de procedencia y no dejó información escrita sobre su  actividad. Además era un gran aficionado a la numismática y entregó su colección de monedas al Ayuntamiento de Benidorm.  

La actividad de estos aficionados produjo abundantes hallazgos que Pedro Zaragoza quería que fueran a parar al futuro Museo Municipal de Benidorm. 

La creación de dicho museo se debía acelerar como consecuencia de la cesión de terrenos que hizo el Ayuntamiento para construir el actual cuartel de la Guardia Civil en la avenida de Beniardà. En Benidorm esta institución ocupaba cuatro pequeños cuarteles que hasta 1940 habían pertenecido al Cuerpo de Carabineros. Estaban en la Cala, en el Castillo, en el Racó de l’Oix y en el Pla del Cuartel y era mucho más efectivo que se ubicaran en un único edificio. 

A cambio del terreno cedido el pleno municipal pedía a la Dirección General del Patrimonio del Estado “la cesión gratuita a este Municipio de los terrenos y edificaciones que actualmente ocupan las fuerzas de la Guardia Civil en los cuarteles denominados “Benidorm” y “Caletes”, construido que sea el nuevo edificio-cuartel”.  Además se acordó “1º.- Aprobar el proyecto y propuesta de Museo y Biblioteca municipales a instalar en el actual cuartel denominado «Benidorm» [en el Castillo].

2º.- Aprobar igualmente el proyecto y propuesta de Escuela Municipal de Hostelería para su funcionamiento en el actual Cuartel denominado «Caletes» [en el Racó de l'Oix” [5]. 

Se solicitaba que el cuartel del Castillo fuese cedido para Biblioteca y Museo Municipal y así se hizo. La Escuela de Hostelería nunca se materializó y Benidorm perdió por esa causa la propiedad del cuartel del Racó de l’Oix. Es el único que subsiste en la actualidad y se merece mejor destino que el del Pla del Cuartel que amenaza ruina porque se quedó sin cubierta cuando sus tejas se utilizaron para el museo de l’Hort de Colón.

Año 1952: visita de familiares a los guardias civiles del Pla de Cuartel. Fotografía publicada por Jackycalp Ifac en el grupo de Facebook “Fotografía para la Historia de Benidorm”.

Año 2012: el antiguo cuartel del Pla del Cuartel. La desafortunada idea de quitarle las tejas para ponerlas en el Hort de Colón ha supuesto su inevitable deterioro. No se debió arreglar un edificio histórico condenando a la ruina a otro.


Respecto al Museo Municipal, Pedro Zaragoza tenía previsto que tuviese una parte de pinturas con temas de Benidorm y otra con objetos arqueológicos del municipio. En 1962, ante la cantidad de piezas extraídas del Tossal por los excavadores aficionados, temió que el Museo perdiese las mejores piezas, como así sucedió finalmente. En una carta a su amigo y mentor Julio Guillén Tato le exponía sus inquietudes y nos ofrece datos sobre la venta del material arqueológico extraído por los guardias del cuartel de la Cala:

Mi querido amigo:

En su calidad de Director del Museo Municipal de esta villa, quiero someter a su consideración los siguientes hechos, a fin de buscar una adecuada solución a los mismos.

Como usted sabe, en los terrenos propiedad de “Gargallo, S.A.”, sitos en la Cala, el guardia civil Sr. Soler viene realizando, desde hace algún tiempo, excavaciones arqueológicas –con bastante éxito por cierto- y en las que colabora el cabo de servicio en aquel Puesto.

De los objetos hallados, algunos han sido adquiridos por este Ayuntamiento con destino al Museo Municipal de su Dirección. Pero es el caso de que la mayor parte de ellos, y quizás los más valiosos, están siendo vendidos al súbdito alemán D. Humberto Hahn, quien los adquiere directamente de los guardias que realizan las excavaciones.

Como es natural, ésto perjudica notablemente los intereses del Museo municipal por cuanto objeto[s] arqueológicos hallados en este término van a parar a manos extrañas que incluso, probablemente, pueden sacarlos del país.

La Ley de Expropiación forzosa de 16 de diciembre  de 1954, prevé la posibilidad de expropiación de bienes de valor artístico, histórico arqueológico, en sus artículos 76 y siguientes, pero parece desprenderse de los mismos que la facultad expropiatoria la tiene únicamente el Estado y no otras Corporaciones. 

Sin tener que llegar al extremo enojoso de la expropiación, sí sería conveniente ver de arbitrar algún medio que permitiera al Ayuntamiento tener, al menos, un derecho de tanteo para poder adquirir siempre, con preferencia, cuantos objetos, de esta índole, pudieran interesarle, sin perjuicio de que una vez desechados los no interesantes, pudiera enajenarlos directamente el interesado en la excavación.

Por todo lo expuesto espero de su superior conocimiento en estas cuestiones, nos dé un adecuado camino a seguir que nos permita resolver el problema.

No cabe duda de que los guardias que están realizando las excavaciones obran de buena fe y por tanto no está en nuestro ánimo ocasionarles ningún perjuicio, pues bien pudiera ocurrir que llevadas a sus extremos las cosas, tuvieran consecuencias funestas para ellos.

Sin otro particular, con muchos recuerdos para sus familiares y un fuerte abrazo de su amigo y compadre.” [6] 

Por diversas causas el Museo Municipal, a diferencia de la Biblioteca Municipal, nunca se construyó.



3. Nuevos proyectos de edificación para el Tossal.

La empresa Gargallo S.A. había construido chalets en la zona de la Cala y en 1962 solicitaba permiso para “realizar obras consistentes en pavimentación, alumbrado público y distribución de agua potable en las fincas que comprende la urbanización de Mont-Benidorm presentada a este Ayuntamiento en 1956”. 

Pero el proyecto no recibió el informe favorable del arquitecto municipal por “considerar insuficiente el perfil de calle presentado, la conveniencia de marcar en el plano las calles de doble dirección y construcción de aceras; la excesiva separación entre algunos puntos de luz y la improcedencia del tendido aéreo de los cables así como la insuficiencia del mismo y pobreza de sus elementos.” La decisión del pleno municipal fue comunicar a la empresa urbanizadora que el Ayuntamiento no se hacía cargo de dichas instalaciones de vías y servicios públicos “por considerarla insuficiente para la importancia de la zona” [7].


Año 1963: folleto publicitario de Gargallo S.A promocionando la construcción de más de doscientos chalets en toda la cumbre y ladera norte del Tossal de la Cala, lo que hubiese supuesto la completa destrucción del “castellum” romano.  Fuente: Archivo Municipal de Benidorm [8].


En la sesión del 02/11/1964 el pleno municipal deliberó sobre tres proyectos urbanizadores en la zona de la Cala de Benidorm. Uno se denominaba “La Cala” presentado por Manuel Lanuza Fondier. Los otros dos se denominaban “Tossal de la Cala” y “MontBenidorm”, ambos de Gargallo S.A. 

Ambas empresas ofrecían al municipio la cesión de todos los viales y servicios públicos instalados y solicitaban la aprobación de la parcelación realizada. Se acordó: 

1º.- Aprobar las parcelaciones y trazado de viales en los términos en que se hallan proyectados y realizados, tanto en lo que respecta a viales como a parcelas edificables […] 

2º.- Que se emita dictamen por los servicios técnicos municipales respecto a todos los servicios públicos colectivos instalados, tales como pavimentaciones, alumbrado público, red de abastecimiento de aguas y otros, proponiendo las reparaciones y modificaciones convenientes a la vista de las cuales se adoptará por el Ayuntamiento el acuerdo que proceda respecto a la aceptación y futura conservación y entretenimiento de tales servicios e instalaciones.

La urbanización “Tossal de la Cala” no se llevó acabo y los esfuerzos de la empresa se centraron en MontBenidorm, lo que finalmente supuso, entre otras cosas la construcción de un cine de verano que aunque fuera de uso aún se conserva, doce locales comerciales y una capilla que actualmente es la iglesia de San Juan Bautista [9]. 

Por fortuna para Benidorm la construcción de chalets en el Tossal de la Cala se frenó. El balance de la gestión de esos años fue la destrucción de una parte del “castellum” y el posterior expolio del yacimiento por el párroco y dos guardias civiles. Además hay que incluir en el lamentable balance de la empresa Gargallo S.A. la destrucción total de un patrimonio irremediablemente perdido. Me refiero al yacimiento que Belda denominó santuario al aire libre y que Enrique Llobregat pensó que podría haber sido necrópolis. Pero no pudo afirmarlo con certeza porque la colina había sido edificada y se había arrasado el yacimiento. Lo mismo le sucedió con otra colina alargada, junto al Tossal, donde según Belda había una factoría de muros ciclópeos y que Llobregat tampoco pudo ver porque también había sido arrasada.

Año 1956: el camino de tierra permitía el acceso hacia la cumbre del Tossal (1) y destruyó una parte del "castellum". A los pies del Tossal estaba el cuartel de la Guardia Civil a cuyas espaldas había una colina con abundantes restos arqueológicos, posiblemente de una necrópolis ibérica que fue arrasada tras su urbanización (2). Enfrente del cuartel se encontraron los restos de un toro de piedra también de época ibérica. En la colina alargada de la izquierda (3) el yacimiento arqueológico también fue arrasado. Las dos torres que se aprecian en la fotografía son del siglo XX y eran transformadores del suministro eléctrico de la zona. Fuente Archivo Municipal.


La última mutilación del “castellum” del Tossal se produjo años más tarde, en la década de 1980, cuando MontBendidorm quiso edificar de nuevo en el Tossal. Las protestas ciudadanas consiguieron que se encargase al arqueólogo Francisco García Hernández un estudio de la zona y la excavación del yacimiento. Durante el mes de agosto de1984 pudo determinar que el “castellum”, que por entonces se seguía considerando un poblado ibérico, empezaba en la cota de 90 metros e iba ascendiendo hasta la cumbre. Por tanto se podía edificar por debajo de los 90 metros. Además realizó una tercera excavación del yacimiento arqueológico. 

Aparentemente el “castellum” se había salvado pero no fue así: algunas de las casas construidas en esta etapa están sobre el extremo oeste del yacimiento y la piscina de la urbanización se hizo en la cumbre, sobre otra parte del sector sur del yacimiento. En el lado de levante la empresa desmontó una parte del terreno para un restaurante que nunca se construyó y es probable que destruyera una parte del yacimiento.

Para compensar al pueblo de Benidorm MontBenidorm le entregó un local para Museo Arqueológico que no reúne condiciones para tal menester y nunca ha desempeñado tal función, contradiciendo al rótulo que hay sobre la puerta de acceso.



El local cedido por la urbanización MontBenidorm al municipio con destino a un Museo Arqueológico Municipal no se ha utilizado para dicha finalidad porque no es adecuado para ello.




NOTAS: 


[1] AMB, 6909/3; acta  del pleno 7/12/1953.

[2] BAYO FUENTES, SONIA: “El yacimiento ibérico del “Tossal de la Cala”, MARQ, 2010 pág. 39.

[3] AMB, 8/4.

[4] Expediente instruido para la concesión del título de hijo adoptivo de la villa a Don Alfonso Puchades Jou y Don Jesús Gargallo, año 1961. AMB, 4811/4.

[5] AMB, acta del pleno  08/06/1962.

[6] AMB, Oficio a Julio Guillén Tato sobre Tossal de la Cala, 5091/12.

[7] AMB, acta pleno 08/06/1962; también en  51/12.

[8] AMB, 185/24.

[9] AMB, 91/18.