miércoles, 28 de febrero de 2018

Plaza de la Constitución, importante enclave del Benidorm tradicional, dibujado por Sylvia Plath y descrito por Ted Hughes, denominada también plaza del Hostal, del Mesón, del Mercado, Mayor y del Calpí.




La plaza de la Constitución, a pesar de su reducido tamaño, es un espacio de ocio muy concurrido en el actual Benidorm. Predominan las actividades de "bares  y tapeo" por lo que algunos la denominan "la calle de los vinos". Comparte esta función con las calles próximas, especialmente con las de Santo Domingo y Passeig de la Carretera, por lo que esta zona también se denomina popularmente "zona de los vascos" ya que es una de las preferidas por los visitantes de Euzkadi.
Sin embargo no ha sido siempre así: en el siglo XIX y la primera mitad del XX era la plaza de mayor tamaño de la población y en ella se desarrollaban dos actividades económicas muy importantes para la época: alojaba viajeros en el hostal y suministraba alimentos a la población mediante su mercadillo. Hacia la década de 1930 se inició, tímidamente, la actividad que hoy resulta tan característica. Cuenta Vicente Llorca que en esos años los domingos y festivos, al finalizar la misa, los jóvenes solían invitar a las muchachas casaderas "a un vermut, bebida entonces muy de moda, ya en el Bar del Corrillo, recién abierto en la Plaza de la Constitución, frente al Hostal, o ya en el de La Marina". 
A la historia de este peculiar espacio del Benidorm tradicional dedico esta entrada de HISTOBENIDORM.


Francisco Amillo.





En el siglo XIX y primera mitad del XXS la Plaza de la Constitución estaba situada en el centro de Benidorm, lo que explica la importancia económica que adquirió en esos años.


En la Plaza de la Constitución confluyen las calles de Quatre Cantons, Santísima Trinidad, Martínez Oriola, Costera del Barco y Carmela Martínez. Es un espacio desde el cual se puede acceder tanto a lo alto del Castillo como a la parte llana del casco antiguo y por ello históricamente sirvió de nexo entre ambas zonas ya que estaba en su centro. La primera era la más antigua, de origen medieval, y la segunda fue desarrollándose a sus pies desde finales del siglo XVIII entre la calle de la Alameda y el Passeig de la Carretera. 

Esta situación central y la proximidad a la carretera propiciaron que se ubicaran en la plaza de la Constitución un mesón y el mercadillo, dos elementos que en algunos momentos le dieron su nombre. En 1914 era la mayor de las dos plazas de Benidorm según el historiador Francisco Figueras Pacheco: "Hay dos plazas: la Constitución y San Jaime; la primera es la mayor, y la segunda la que luce mejores edificios" [1]. 

No sabemos cuando se creó esta plaza ni si estuvo dentro del Benidorm amurallado de la Edad Media y de los siglos XVI y XVII. La muralla arrancaba en la Plaça del Torrejó, seguía por la calle Carmela Martínez y continuaba por la calle Quatre Cantons. La puerta de la villa, protegida por un foso con puente levadizo y con una torre encima, debía estar en la Calle Mayor.
Sí está claro que esta plaza de la Constitución se cita con posterioridad al derribo de las murallas. Entonces se empezó a edificar en el llano y surgieron nuevas calles entre las que destacó muy pronto la Alameda. 

Desconocemos la fecha del derribo de los muros defensivos pero todo indica que ya había concluido en 1782. Lo sabemos porque ese año se publicó un "Plano del fondeadero de Benidorm" y la muralla de la población no aparece pero sí la del Castillo. Lo mismo se observa en el "Plano de la rada de Benidorme" del año 1807 y en otro de 1813. Los tres planos son cartas náuticas por lo que en ellos prima la exactitud de los detalles que eran útiles para la navegación. El trazado de las calles del pueblo y de todos los puntos de tierra adentro es poco preciso pero aún así parece claro que la villa de Benidorm ya había perdido las murallas a fines del siglo XVIII.


"Plano de la Rada de Benidorme comprendida entre la Punta de Aguilo y la de Escaleta en las Peñas de Araví." Publicado en Madrid por la Dirección de Hidrografía, año 1813.  Aunque fue realizado mientras Benidorm estaba ocupado por las tropas napoleónicas utiliza el meridiano de Cádiz para las coordenadas y la braza de Burgos para las profundidades.


Derribadas las murallas el pueblo se extendió ocupando todo el plano inclinado de Canfali hasta llegar al Camino Real (carretera Alicante-Valencia a partir de 1868) y también el llano, surgiendo la calle de la Alameda, citada en 1803. El casco urbano siguió extendiéndose por el espacio comprendido entre esta calle y el Camino Real. En esos momentos de finales del siglo XVIII o muy a principios del XIX es cuando debió surgir la plaza de la Constitución que ya existía durante la Guerra de la Independencia.



El nombre de plaza de la Constitución.
A lo largo del tiempo esta plaza ha recibido varios nombres [2]. El actual de Plaza de la Constitución ha sido el más utilizado a lo largo del tiempo pero no es el más antiguo ya que la primera vez que se denomina así es en el Registro Civil del año 1842; antes había sido plaza del Mesón (1812, repetido en 1842). También se denominó del Mercado, así citada por vez primera en 1813 y también repetido en 1842. Es decir que en un mismo año la plaza se denominaba de tres formas distintas. Hay que suponer que la denominación oficial sería Plaza de la Constitución y las otras dos eran formas coloquiales que perpetuaban nombres más antiguos. En 1848 aparece denominada como Plaza Mayor, pero este nombre sólo lo recibe en el siglo XIX, mientras que los anteriores se repiten también en el XX. A partir del desarrollo turístico ha recibido la denominación  popular (no oficial) de plaza del Calpí porque durante muchos años hubo allí un bar de ese nombre.

¿A cuál de las Constituciones españolas alude el nombre actual? Para Pasqual Almiñana era la aprobada por las Cortes de Cádiz de 1812: "El topónim de la Constitució, tot i no disposar de l'Acta Municipal que ho acredita, és per conmemorar la Constitució de 1812." En apoyo de esta tesis estaría el decreto de las Cortes de Cádiz del 14 de agosto de ese año 1812 en el que se mandaba "Que la plaza principal de todos los pueblos de las Españas [...] sea denominada en lo sucesivo Plaza de la Constitución" [3]. 



"Colección de los decretos y órdenes que han expedido las Cortes Generales y Extraordinarias desde 24 de mayo de 1812 hasta 24 de febrero de 1813. Tomo III, pág. 52 y 53












Pero hay un inconveniente para esta hipótesis. En Benidorm era imposible cumplir esa orden ya que cuando se publicó estaba ocupado por una guarnición francesa. Las tropas napoleónicas estuvieron en el pueblo desde marzo de 1812 hasta el mismo mes de 1813. Fortificaron el Castillo y pusieron una batería de artillería en tierra. Este contingente estaba formado por ochenta genoveses y doscientos franceses.

A partir de marzo de 1813, tras la retirada francesa, ya se podría haber cumplido la orden de las Cortes de Cádiz, pero es algo de lo que no tenemos pruebas. De todas formas, este cambio de nombre de la plaza, si se hubiese producido, habría durado muy poco ya que Fernando VII, que había vuelto a España el 22 de marzo de 1814, promulgó el 4 de mayo de dicho año un decreto que restablecía la monarquía absoluta y declaraba nula y sin efecto toda la obra de las Cortes de Cádiz: "mi real ánimo es [...] declarar aquella Constitución  [de 1812] y aquellos decretos [de las Cortes de Cádiz] nulos y de ningún valor ni efecto, ahora ni en tiempo alguno, como si no hubiesen pasado jamás tales actos y se quitasen de en medio del tiempo, y sin obligación en mis pueblos y súbditos de cualquiera clase y condición a cumplirlos ni guardarlos" [4].

Por todo ello no se puede descartar que en realidad el nombre de Plaza de la Constitución se refiera a otra posterior, la de de 1837, promulgada tras la eliminación del absolutismo monárquico. Esta Constitución pretendía aunar las ideas de las dos ideologías liberales de la época (progresistas y conservadores), ambas unidas en la lucha contra el carlismo. Buscaba consolidar el régimen constitucional en España limitando el poder de los gobernantes y garantizando algunos de los derechos ciudadanos recientemente conseguidos. 
Este nombre perduró hasta la época de Pedro Zaragoza que en 1960 lo cambió por el de plaza del Mercado. Sin embargo tras la democracia se volvió a recuperar el de Constitución que sigue vigente.



Plaza del Mesón o de l'Hostal.
Otro de los nombres de la plaza fue del Mesón, citado por vez primera a principios del siglo XIX, en 1812, es decir en plena Guerra de la Independencia. Hace referencia a un elemento característico del Antiguo Régimen: l'hostal en valenciano, el mesón o la venta en castellano. En la literatura del Siglo de Oro, y especialmente en Cervantes, es un elemento que aparece con frecuencia. Los viajes en aquellos siglos eran lentos y era preciso pasar la noche en ellos a lo largo de las muchas jornadas que duraban. Por eso en la mayoría de los pueblos había hostales para alojar viajeros, caballerías y carros.


El hostal de la Plaza de la Constitución hacia 1960. La gran puerta central estaba habilitada para el paso de carruajes. Debía tener un establo para las caballerías de arrieros y viajeros.

En Benidorm se cita la existencia de un hostal en el informe que el virrey Vespasiano Gonzaga envió a Felipe II en 1575. Indica que el pueblo estaba deshabitado y que sólo lo ocupaban pescadores, suponemos que en la temporada de pesca. Se alojaban en el hostal que era de propiedad del señor territorial: "Havia dentro casas las quales agora estan destruydas todas. Y solo un meson hay para Pescadores. Tiene agua de Algive" [5]. 
En el siglo XVII cuando Beatriz Fajardo repobló Benidorm cargó sus señoríos con un "censal" (una especie de préstamo hipotecario) porque necesitaba construir algunas infraestructuras, entre ellas dos hostales: "en Benidorm i la Nunsia [Nucia] se han de fer un forn i un hostal" [6] . El hostal era un monopolio señorial, es decir un negocio que sólo podía instalar el señor territorial aunque no lo explotaba directamente: cada año lo alquilaba al mejor postor. Lógicamente este hostal del siglo XVII tenía que estar dentro de las murallas pues en esos momentos la inseguridad por causa de los ataques corsarios era muy grande. El hostal que aún existía en la década de 1950 se construyó en un espacio que estaba fuera de ellas y por tanto podemos pensar que data de finales del siglo XVIII o de principios del XIX

Como ya he dicho no conocemos la fecha exacta de la creación de la plaza de la Constitución pero en 1812 ésta ya  existía y albergaba el hostal. Tras la abolición definitiva del Régimen Señorial en 1837 la nobleza perdió sus monopolios, entre ellos los hostales, la inmensa mayoría de los cuales fueron vendidos por los antiguos señores. Eso es lo que pasó en Benidorm aunque desconocemos la fecha en que se produjo.


"La Casera es única", fotografía de Patty Stratton. La autora no indica la fecha, que debió ser hacia 1957 o 1958. Vemos los últimos vendedores y clientes del mercadillo y el hostal al fondo. Este hostal, al estar situado fuera de las antiguas murallas, debió se construido a finales del siglo XVIII o principios de XIX.


El hostal tradicional dejó de tener sentido a partir de 1914 con el "Trenet" y mucho más a partir de 1930 con el incremento del parque automovilístico. Los desplazamientos ganaron en rapidez y no se hacían con caballerías por lo que los hostales se convirtieron en establecimientos sólo para personas, es decir con el concepto actual de hostal. Cuando en 1950 el alcalde Pedro Zaragoza encaminó Benidorm por la senda del desarrollo turístico era un negocio poco rentable porque sólo podía acoger un número reducido de turistas. Se pensó en derribarlo y el almirante Julio Guillén Tato salió en su defensa. El 7 de  julio de 1962 dirigía una carta al Ayuntamiento de Benidorm  que fue publicada en el Boletín municipal nº 35 de dicho mes y año:
"Entre los pocos edificios interesantes que van quedando con marcado carácter, figura el hostal de la plaza de la Constitución, número 14, tan importante en la historia local que dio nombre a la calle trasera en donde está enclavado.
Pocas son las antiguas posadas que van quedando en la provincia y este hostal es de lo más característico con sus dos zaguanes de arcos de piedra tosca y su aspecto gracioso.
La conservación de lo más característico es deber del Ayuntamiento que ya exige en sus Ordenanzas de la construcción el que los edificios de la Villa vieja conserven el carácter local.
En meritos [sic] de lo expuesto, el Cronista que suscribe tiene el honor de proponer a V.S. que los porches y patio del referido hostal sean declarados monumento de interés histórico local, al amparo de la legislación que protege el patrimonio histórico-artístico de las provincias y municipios.
Lo que obliga, no sólo a respetar lo anunciado, sino asimismo, con arreglo a la ordenanza de construcción a que el proyecto de su posible modificación o reconstrucción sea cuidadosamente criticado e informado con miras a que no desaparezcan sus elementos más adjetivos y sujestivos [sic]."

No hicieron caso a Don Julio y el antiguo hostal fue derribado. Primaron más los intereses económicos a corto plazo que la preservación de tan interesante elemento patrimonial, testimonio del pasado.
Guillén Tato había defendido también rehabilitar el casco histórico de Benidorm manteniendo su aspecto de pueblo tradicional, agrícola y marinero. No era partidario de la edificación en altura sino de conservar las alturas tradicionales que iban de una a tres. Eso permitía calles con mucha luz y una baja densidad de ocupación que hacía agradable la vida de unos vecinos que se conocían todos. Tampoco le hicieron caso y se edificó en altura y las calles se convirtieron en estrechas, oscuras y con una alta densidad de ocupación. Las plantas bajas se llenaron de locales de ocio que aumentaron la masificación del barrio y lo volvieron ruidoso. Los actuales vecinos se quejan de esos inconvenientes, que son reales, pero también son la herencia de unas decisiones tomadas por sus antecesores teniendo presente sólo el corto plazo, algo de lo que no se pudo acusar a Julio Guillén Tato.



Fotografía de Simeón de la calle Costera del Barco antes de su adecuación según las directrices de Guillén Tato. Se observa el pavimento de tierra y el mercadillo de la Plaza de la Constitución.



Fotografía de Quico mostrando el nuevo pavimento de aspecto tradicional y la incorporación de un arco para darle una apariencia de casco histórico. En 1956 se cambió el nombre de calle de la Paz por el de Costera del Barco para aludir a la tradición marinera de Benidorm.



Plaza del Mercado.
Otro nombre que ha recibido la plaza de la Constitución a lo largo de los siglos XIX y XX fue la del Mercado porque en ella se vendían los productos típicos de los mercadillos, sobre todo alimentos. 
En la documentación se observa que los días de celebración de este mercadillo varían según épocas. En 1914 Figueras Pacheco indicaba que se celebraba un solo día a la semana, los miércoles, siendo esta una tradición que perdura en nuestros días: "El mercado se celebra los miércoles en la plaza de la Constitución y calle de la Alameda" [7].
En 1937 en las actas municipales se indicaba que con el fin de facilitar la adquisición de alimentos el alcalde proponía que el mercadillo que se celebraba un día por semana en la Plaza de la Constitución se pudiese celebrar todos los días del verano durante una hora, de 7 a 8 de la mañana: "una hora reglamentaria durante el verano para dar principio a la venta de mercancías en la plaza de Abastos de esta villa" [8]. 
También había en esta plaza una pescadería de propiedad municipal que complementaba la oferta de productos agrícolas. En las actas municipales se recoge cómo el Ayuntamiento se preocupaba por su adecuación y limpieza, ya que si se descuidaban producían malos olores y una mala imagen de cara al turismo.

Este mercado era una fuente de ingresos para el municipio y por eso el Ayuntamiento pagaba por la limpieza de la plaza de la Constitución y de la pescadería. En la contabilidad municipal de 1928 y 1929 figuran pagos a Miguel Soler Llinares por ese concepto. Era una excepción ya que durante muchos años las amas de casa de Benidorm se encargaron de limpiar el tramo de calle frente a su domicilio y como eran de tierra lo regaban cuando era necesario para evitar el polvo.

Parece ser que posteriormente se aumentó el número de días a la semana en los que se celebraba el mercadillo. Vicente Llorca Zaragoza habla de miércoles, sábados y domingos como más importantes: «Normalizada la vida diaria, la gente acudía a la plaza o mercado sito en la Plaza de la Constitución, así como a la pescadería cercana, ampliándose este servicio los miércoles y domingos, días en los que aumentaba el número de proveedores bajados de Callosa, Finestrat y Polop, destacándose la jornada del sábado en la que María la Cuerda, trasladábase desde La Nucia para ofrecer al público "refinado" las excelentes "botífarres i blanquets" que constituían una delicia para el paladar» [9].

Cuando a partir de 1950 empezó a desarrollarse la actividad turística la vida no cambió de golpe sino que hubo una transición suave del modelo tradicional al actual. Eso se notó por la persistencia del mercadillo diario en la plaza de la Constitución aunque extendiéndose también por algunas calles adyacentes como Santo Domingo, Martínez Oriola o San Miguel. Su final vendría a principios de la década de 1970 con la construcción del Mercado Municipal en la calle Tomás Ortuño.
Para este período contamos con bastantes fotografías, destacando las de la norteamericana Patty Stratton y el alemán Albert Becker. 


El mercado de la plaza de la Constitución según una fotografía del alemán Albert Becker. Para los turistas extranjeros de la década de 1950 constituía un espectáculo muy peculiar que les recordaba la Edad Media.


Para este período resulta también muy interesante el testimonio de la gran escritora Sylvia Plath que tras casarse en junio de 1956 con el poeta inglés Ted Hughes pasó una parte de su luna de miel en Benidorm. Según dejó escrito: 
Después de un duro invierno británico, buscamos el calor del sol en un pequeño pueblo de pescadores, Benidorm, al borde del Mediterráneo, para un verano de estudio y dibujo.
Aquí, a pesar de los hoteles turísticos a lo largo de la orilla, los nativos viven de una manera tan sencilla y pacífica como lo han hecho durante siglos, pescando, cultivando la tierra y atendiendo a sus pollos, conejos y cabras.
Todas las mañanas nos levantamos temprano para oír el repique de la esquilas de las cabras cuando el pastor cruza la calle conduciendo a su hato de cabras negras hacia los pastos…
El mercado al aire libre comienza a la salida del sol. Los nativos despliegan sus artículos sobre mesas de madera o esteras de juncos en los cruces entre pueblos blancos que refulgen al sol como cristales de sal.
Mujeres campesinas vestidas de negro regatean con los vendedores por las sandías, higos envueltos en sus propias hojas, ciruelas amarillas, pimientos verdes, coronas de ajos, higos chumbos. Dos cestas de paja que cuelgan de una balanza sirven de báscula y piedras corrientes se usan como pesas.
Una mujer sostiene un pollo negro que aletea y chilla mientras ella continúa haciendo la compra tranquilamente…
Por la mañana, en los mostradores se apilan sardinas plateadas junto a algunos cangrejos y almejas. Peces extraños de todas las formas y tamaños yacen unos junto a otros, moteados o estriados, con el brillo del arcoíris en sus aletas.
Hay peces pequeños con franjas negras en básculas relucientes azul pálido, pescado destellante rosa y rojo, y una morena de ojos negros con el dorso surcado por un espléndido brocado amarillo.
Nunca tuvimos ánimo suficiente para elegir nuestra cena de entre la pila de pulpos, con sus largas patas enredadas y enroscadas como una pila de gusanos resbaladizos.
Toda nuestra comida y bebida proviene de las granjas de los alrededores" [10]. 

Sylvia Plath fue también una excelente dibujante que solía ilustrar sus escritos con dibujos a pluma. Ted Hugues, en el libro "Cartas de aniversario" incluye el poema "Drawing" ambientado en el mercadillo de la plaza de la Constitución: 
"EI tiempo se abría 
cuando dibujabas en el mercado
de Benidorm.
[...] Pasaban las horas. La gente de las paradas
venía a mirar si les habías dibujado bien.
[...] Todos te rodeaban para aplaudir tu dibujo.
Tu seguías dibujando tenazmente, sin perder detalle,
hasta que lograbas captar la escena entera.
 [...] La paciencia,
las cejas arrugadas, mordiéndote los labios,
hizo realidad el dibujo
de un mercado que dormía aún
en la Edad Media" [11].



La Festa de la Carxofa: recuperación de una celebración tradicional en la Plaza de la Constitución.
El tercer sábado de noviembre, una semana después de las fiestas patronales, tiene lugar en esta plaza la fiesta de la Carxofa (Alcachofa) que dura dos días: sábado y domingo. El nombre alude al tradicional mercadillo donde la venta de frutas y verduras ocupaba un lugar muy importante. 
Se ha escrito en algunos medios que es una fiesta "milenaria" algo de todo punto imposible; si se dijera centenaria podría ser cierto. También se dice que es su fiesta más ancestral, algo indemostrable porque esta fiesta no tiene referencias escritas anteriores al siglo XX. Es una situación muy distinta a la de la Virgen del Sufragio, de la que hay documentos indicando que se celebraba ya a mediados del siglo XIX.


Se trata de una festividad rescatada por los vecinos. Yo no he encontrado nada en la documentación pero se afirma en Benidorm que antiguamente muchas calles celebraban alguna fiesta sólo para ella, generalmente de tipo religioso. La "festa de la carxofa" se había celebrado, según dicha tradición, hasta la Guerra Civil y tras la paz ya no se reanudó. Se volvió a instaurar a partir de la democracia. Miguel Rosera, Juan “El Calpí” y Miguel “Corrillo” junto con otros amigos la refundaron el 18 de noviembre de 1978. Su emplazamiento fue de nuevo la citada plaza de la Constitución y volvieron a construir la gran alcachofa de cartón que es su símbolo característico. 
De ese año 1978 datan muchas costumbres actuales. Situaron una barraca delante de la calle del Barco y crearon la tradición de degustar los bollos de "farina de dacsa y peix" típicos de Benidorm, las sardinas asadas y las alcachofas, actividad que hoy día se celebra el viernes por la noche. También crearon la tradición de la "Penjà de la Carxofa"; se efectúa el sábado en el centro de la plaza para marcar el inicio de la fiesta. El mismo origen tienen algunas actividades que aún continúan como el concurso de dibujo infantil, el consumo de embutido con vino de la tierra, banda de música para el pasacalles, concurso de cucañas y chocolatada, además de partidas de pelota "a llargues", verbena nocturna, etc.  
Las actividades del domingo se inician desde entonces con una ofrenda de flores a la Mare Déu del Sofratge que arranca su recorrido desde la plaza de la Constitución y a continuación  se celebra una misa en la parroquia de Sant Jaume i Santa Anna.
El final de la fiesta llega esa noche con los fuegos artificiales y la "cremà de la carxofa" que la había presidido.


Fuegos artificiales y "cremà de la carxofa" ponen punto final a la fiesta.




NOTAS:

[1] FIGUERAS PACHECO, Francisco: "Provincia de Alicante", vol. IV de Geografía General del Reino de Valencia, dirigida por Carrerras Candi, Francisco, 1914. Pág. 1127
[2] Pasqual Almiñana "Els topònims de Benidorm", una obra imprescindible para el estudio de las calles del Benidorm anterior a 1960.
[3] Publicado en Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
[4] Decreto de Valencia de Fernando VII (4-V-1814) en https://www.edu.xunta.gal/centros/iessanrosendo/aulavirtual2/mod/book/view.php?id=464&chapterid=71
[5] Archivo General de Simancas: "Copia de lo que informa Vespasiano Gonzaga a su magestad por carta de ultimo de setiembre de 1575 sobre el castillo de Benidorm." AGS GYM LEG 0079. 
[6] Archivo del Reino de Valencia, Procesos, parte III, n. 3499. “Decret de les baronies de Poplop i Benidorm”  (1668-1669). 
[7] FIGUERAS PACHECO, Francisco: "Provincia de Alicante", 1914. página 1130.
[8] Archivo Municipal de Benidorm,  Actas Plenos 6-7-1937.
[9] LLORCA ZARAGOZA, Vicente: "Algunos aspectos de la vida histórica de Benidorm, durante los siglos XIX y primer tercio del XX". Texto mecanografiado.
[10] Citado en  (http://quefluyalainformacion.blogspot.com.es/2014/11/una-estancia-en-benidorm-sylvia-plath.html
[11] Citado en valenciano y traducido por el autor en (http://www.raco.cat/index.php/Sarria/article/viewFile/282155/370018).

sábado, 3 de febrero de 2018

La calle Tomás Ortuño de Benidorm y el personaje Tomás Ortuño Orts



Los actuales trabajos para continuar la conversión de una parte de la calle Tomás Ortuño en peatonal han suscitado comentarios por los cambios que ha implicado en el tráfico rodado, que ya antes resultaba complicado. Según informaba Antonio Pérez, alcalde de Benidorm, con estas obras la calle ofrecerá mejor accesibilidad y seguridad a los peatones, una nueva pavimentación en la que se han eliminado barreras arquitectónicas y el arbolado además de una renovación de la red de conducciones de agua.
Se trata de una calle que fue importante en el Benidorm tradicional, que continuó siéndolo en el Benidorm de Pedro Zaragoza (Mercado Central, Almacenes Zaragoza, Grupo Escolar Leonor Canalejas, etc.) y que es probable que ahora, con esta segunda fase de la peatonalización,  gane actividad comercial y de ocio.
A raíz de estos hechos me pareció interesante recordar algunos datos históricos sobre dicha calle y el ilustre benidormense que le dio nombre.

Francisco Amillo


Año 1967: dos edificios del nuevo Benidorm surgido por el impulso de Pedro Zaragoza: a la izquierda los Almacenes Zaragoza y a la derecha el nuevo Mercado Central. En el centro una escena del Benidorm tradicional: la comunión de los enfermos. Fotografía cedida por La Barqueta.





La calle de Tomás Ortuño
El Benidorm que en 1666 fundó Beatriz Fajardo de Mendoza era muy pequeño. Su muralla creaba un recinto urbano con capacidad para unas cincuenta casas según había indicado Luis Fajardo unos cien años antes. Esta muralla iba por la Plaça del Torrejó, seguía por la calle de Carmela Martínez y acababa de rodear el pueblo por la calle Quatre Cantons finalizando en el acantilado del poniente de Canfali.
Desde el siglo XVIII el Benidorm tradicional experimentó un gran crecimiento demográfico que se tradujo en una expansión del casco urbano fuera de sus murallas. Los límites de esta expansión fueron la Plaça de la Creu y la calle que hoy denominamos Passeig de la Carretera. Esta última, a finales del siglo XIX, se denominaba Marqués de Comillas y tenía casas a ambos lados pero las del lado norte marcaban el final del pueblo ya que a continuación se extendían campos de cultivo. Pero había una excepción: el barrio del "Calvari".

Fotografía de 1938 que nos muestra cómo el casco urbano del Benidorm tradicional fuera deCanfali estaba limitado al norte por el Passeig de la Carretera y al este por la Alameda. Ambas confluyen en la Plaça de la Creu, el final de la población. Fuera de este espacio, al lado este de Tomás Ortuño, se extendía el barrio del Calvari que llegaba hasta la calle de la Parra; a partir de ella y hasta la estación había muy pocas viviendas. El lado oeste de la calle Tomás Ortuño  era en su mayor parte tierra de cultivo.


 Este barrio se articulaba en torno a una calle principal que, como explica Pasqual Almiñana, se cita en la documentación desde el año 1803. Recibía el nombre de Calvari porque antiguamente estaba jalonado con las estaciones del Via Crucis, aunque éstas ya no existían a mediados del siglo XIX. Esta calle se iniciaba a partir del Passeig de la Carretera, punto que se denominaba "Boca del Calvari". Ahí arrancaba también un azagador que llevaba hasta la partida de "Els Tolls". Paralelas a ella, en el lado de levante, surgieron las calles de la Palma (citada desde 1808) y Sant Roc (citada desde 1813). Las tres eran cortadas por otras seis calles transversales que las comunicaban entre sí (Molí, Biga, Assumpció, Tarongers, Olivera u Olivos y Parra). Este conjunto de calles constituía el Barri del Calvari, que en algunos documentos se denomina arrabal, es decir barrio fuera del recinto o sitio extremo de una población, nombre adecuado ya que tres de sus cuatro lados estaban rodeados de campos de cultivo [1].

La calle de Tomás Ortuño en la década de 1950. La calle estaba sin asfaltar y en su lado oeste se aprecia un tramo sin cubrir del brazal de la Séquia Mare. Un niño de pocos años se ahogó en ella y Pedro Zaragoza ordenó cubrirla por completo. En la aparición de este barrio del Calvari pudo influir la existencia del ramal de la Séquia Mare que bajaba por la calle del Calvari y que permitía llenar los aljibes domésticos.


El desarrollo de esta calle vino a finales del siglo XIX cuando se construyó la carretera entonces denominada de Benidorm a Pego y que se iniciaba precisamente en la Boca del Calvari, en la confluencia con la carretera Murcia Valencia construida en 1868 y que dentro del Benidorm de la época seguía teniendo el mismo trazado que el antiguo Camino Real de origen medieval.

Aspecto que presentaba hacia el año 1900 la casa de l'Hort Colón, actual museo, y la calle de Tomás Ortuño, denominada entonces del Calvari. Se observa que estaba sin asfaltar y era más estrecha que en la actualidad


La importancia del tráfico de esa carretera que enlazaba con la Nucia, Polop y el interior de la provincia, motivó que a principios del siglo XX se sintiese la necesidad de ampliar el primer kilómetro de dicha vía, que correspondía precisamente a la calle del Calvari. Para ello fue preciso expropiar y derribar algunas casas del lado de poniente. Lo sabemos gracias al acta del pleno municipal del 16 de febrero del año 1908 donde se indica que se habían aprobado las indemnizaciones a los propietarios expropiados por valor de 13.441,12 pts.
La medida fue útil ya que a partir de 1914 la puesta en marcha del Ferrocarril de la Marina, denominado ESA (Estratégicos y Secundarios de Alicante) reforzó la importancia de esta ruta, camino obligado para ir hasta la estación. Carruajes y tartanas primero y luego vehículos a motor se encargaban de llevar y traer personas y mercancías hasta dicha estación. El desarrollo de la actividad turística a partir de la década de 1930 incrementó el tráfico de personas por esta carretera.
Para los benidormenses se convirtió en un paseo para los domingos, según explicaba Vicente Llorca: "A primeras horas de la tarde la gente, muy endomingada, paseaba camino de la estación del ferrocarril, costumbre común con el resto de los pueblos españoles que disponía de ella".
Otro dato que añade ese autor se refiere a la Boca del Calvari: "En las mañanas domingueras solían acudir a la Boca del Calvari, con sus trajes o blusas negros, algunos con los sombreros atornillados a las cabezas, usando la mayoría alpargatas con cintas negras, los hombres llanos del pueblo, engrosado el grupo con gente procedente, unos de las huertas y otros del Alfàs de Baix, con el fin de charlar, pagar rentas, discutir sobre tasaciones de algún bancal [...] o sobre el riego de Polop [Séquia Mare], disgregándose todos al mediodía para regresar a sus casas". [2] .

Uno de los vehículos que a través de Tomás Ortuño hacía el trayecto Benidorm-estación de ferrocarril era éste, propiedad de la familia apodada Rosera. En un lateral llevaba escrito el rótulo "Hospedaje Rosera". Sobre él escribió Vicente Llorca: "Con el paso del tiempo, los coches de caballos fueron sustituidos por los vehículos a motor. Vieja estampa de este medio de locomoción lo constituía el denominado "Hospedaje Rosera", digno de haber figurado en un Museo del Automóvil".

La calle Tomás Ortuño hacia 1940. El primer edificio de la derecha era la fábrica de Mosaicos de Olcina; en el solar que ocupaba está hoy día el edificio del Centro de Salud.

En el solar que vemos a la derecha de la imagen, tomada hacia 1950, está edificado hoy día el Mercado Municipal [3].


En la citada acta del 16-2-1908 se indicaba que la ampliación de la calle del Calvari se había producido por las gestiones del hijo de Tomás Ortuño, el ingeniero Emilio Ortuño Berte, que entonces ocupaba el cargo de "Subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros". Por esa causa en la sesión del pleno del 12 de abril de ese mismo año el alcalde indicaba que las expropiaciones de la calle del Calvari y de la calle Marqués de Comillas (actual Passeig de la Carretera) se cobrarían el 5 de mayo próximo y que se iniciarían las obras. También esto se debía a las gestiones de Emilio Ortuño por lo que proponía cambiar el nombre de calle del Calvari por el de tan ilustre benefactor de Benidorm. El pleno aprobó su propuesta e informó por carta a Emilio Ortuño. La respuesta del interesado fue agradecer el gesto del Ayuntamiento pero rechazando que pusieran su nombre a la calle. Por eso el 26 de dicho mes el consistorio decidió ponerle el nombre de su padre Tomás Ortuño Orts.
El Diario de Alicante del 29 de julio de 1908 contaba así la ceremonia de poner las placas con el nuevo nombre:
"La antigua calle del Calvario, principio del barrio de ese nombre, se ha transformado en una ancha y hermosa vía, en virtud del derribo de las fincas expropiadas para el conveniente ensanche de la carretera de Benidorm á Pego. El Ayuntamiento, queriendo perpetuar la memoria de los hijos ilustres de esta villa y al mismo tiempo rendir tributo de gratitud por el interés que en los asuntos de este pueblo se toma el Excmo. Sr. D. Emilio Ortuño, actual Director General de correos y telégrafos, ha dado el nombre de su meritísimo padre, de «Tomás Ortuño», á la calle mencionada.
La colocación de los rótulos blancos en fondo azul como los nuevos en las principales poblaciones, se efectuó el 25, tuvo los caracteres de una manifestación de simpatía y respeto para los hijos de don Tomás, ausentes en tan memorable acto por ineludibles deberes de los importantes cargos que desempeñan.
Llevó la representación de la familia el popular excalde demócrata D. Vicente Zaragoza Soria [propietario del Huerto de Colón], quien dió las gracias en nombre de aquélla al Ayuntamiento y á todos los que con su presencia rendían un homenaje de admiración y cariño á tan distinguida familia."

En primer plano, a la izquierda, la carretera Benidorm-Pego que hoy es el tramo final de la calle Tomás Ortuño. Cruza con Alfonso Puchades-Jaume I (en ese momento era la circunvalación de Benidorm) y continua hacia la estación del ferrocarril y hacia Polop. El sector que aquí vemos, a partir del cruce, es la actual avenida de Beniardá. Se observan las nuevas construcciones y también tierras de cultivo con una masía que antes de las transformaciones causadas por la actividad turística  estaba alejada del casco histórico pero que acabó absorbida por el actual casco urbano.


Principios de la década de 1960 mostrando el asfaltado de la calle Tomás Ortuño  según una fotografía de  Francisco Pérez Bayona, "Quico". La calle de la derecha es la Garita. Publicada en la web del Ayuntamiento  de Benidorm el 3-1-2018.


Quico fotografiando las obras de Tomás Ortuño cincuenta años después. Web municipal del 3-1-2018.



Otra cosa importante que Emilio Ortuño hizo por Benidorm fue la creación de una oficina de telégrafos que sólo estaban en poblaciones grandes o importantes. En 1910 Benidorm tenía 3.498 habitantes, es decir que era un pueblo pequeño, pero consiguió una oficina de telégrafos. Lo sabemos gracias al acta del pleno municipal del 17/07/1909. Nos indica que  el Concejal Vicente Zaragoza Soria propuso al resto de la corporación solicitar  la instalación de ese servicio en el pueblo. Argumentó que en Benidorm muchos vecinos pasaban temporadas muy largas unos en las almadrabas de Andalucía y África y otros navegando por todo el mundo en diferentes compañías trasatlánticas y que para comunicarse con sus familiares la línea telefónica de la que disponían tenía muchas deficiencias. Me sorprendió la existencia de esta línea telefónica y no me sorprende su deficiente funcionamiento. Habría que esperar a 1934 para que la Compañía Telefónica instalara una red eficiente en esta localidad.
Vicente Zaragoza quería aprovechar las simpatías que el director general de Correos y Telégrafos sentía por Benidorm y los presentes a dicho pleno aceptaron la idea con  sumo placer aprobando también “el dotar dicha oficina del mobiliario correspondiente como también facilitar local apropiado para ella con todos los demás requisitos que determinan las leyes”.
La gestión tuvo éxito aunque no he encontrado la fecha exacta de la inauguración de la oficina de telégrafos. Sí he encontrado en el Archivo Municipal un telegrama del año siguiente. En su sello se lee con claridad la fecha del 9 de agosto de 1910 y algo menos claro pero legible el nombre de Benidorm. 





Biografía de Tomás Ortuño Orts (1829-1908?).
Hay poca información publicada sobre este personaje y no he podido localizar ninguna fotografía suya. Su importancia para Benidorm fue escasa ya que pasó la mayor parte de su vida fuera de su pueblo natal. Sólo se pensó en él cuando su hijo Emilio Ortuño renunció a que su nombre figurase en el callejero. A él si que tenían interés en homenajearlo ya que además de haber influido para la ampliación de la calle Tomás Ortuño, ya comentada, influyó en los trámites para la construcción del puerto de Benidorm, gestión que tuvo éxito. También hizo gestiones para la construcción del Canal del Algar ya en 1915 pero aquí no consiguió resultados efectivos. Además hizo servir su influencia para emplear en organismos oficiales (sobre todo Correos y Telégrafos) a varias personas de Benidorm, lo que incrementó su popularidad.

En la página web geneanet [4] se indica que Tomás Ortuño Orts nació en Benidorm el 25-12-1829, siendo bautizado al día siguiente en la iglesia de Sant Jaume que entonces era la única del municipio. Sus padres eran el teniente de navío Gaspar Ortuño Vives (1802-?) y Manuela Orts (1805-?).
Como fecha de defunción de Tomás Ortuño la mencionada web sólo indica que acaeció en el año 1921, a la edad de 92 años, sin indicar día ni mes. Esta afirmación, sin embargo, es errónea en mi opinión ya que entra en contradicción con otros testimonios, entre ellos el acta del pleno del Ayuntamiento de Benidorm del 26-4-1908 donde se indica que ya había fallecido y que en mi opinión es una afirmación totalmente fiable.

Sabemos que contrajo matrimonio en 1864 con Zoe Berte. Entre sus hijos destacó el mayor, Emilio Ortuño Berte (1862-1936) que también tiene una calle en Benidorm. Otros frutos del matrimonio fueron Manuela Ortuño Berte (1864-?), Alberto Ortuño Berte (1865-1948), Jorge Ortuño Berte (1872-?) y Nina Ortuño Berte (1887-?). Su esposa había nacido en Orán y allí nació también Emilio, su hijo mayor.

En el Diario de Alicante del 29-7-1908 se ofrecen algunos datos biográficos de este personaje. Se indica que ingresó en la carrera consular en Orán y que fue cónsul de España en Burdeos, Liverpool y el Havre y también cónsul general de China y Hamburgo.
Desempeñó la Dirección de Comercio del Ministerio de Estado en cuyo puesto fue galardonado con la Gran Cruz de Isabel la Católica. Tenía además la Legión de Honor de Francia, la cruz de Cristo de Portugal, la corona de Italia y otras condecoraciones.
El mencionado diario indicaba que "era un escritor culto y correcto de quien dijo, estando en Hamburgo, Eusebio Blasco: «El señor Ortuño, cónsul general aquí, es de los que nos honran y ponen muy alto el nombre del país»". En el Diccionari de Benidorm Rafael Alemany informa que fue autor de varios libros, destacando el "Reglamento de contabilidad de los consulados de España" y "Aranceles para los consulados españoles". Fundó también el "Boletín Oficial del Ministerio del Estado", interesante por recoger las memorias consulares. Además fue responsable material de la redacción de la obra "Derecho consular de España" aunque se publicó con el nombre de Eduardo Toda. De su estancia en China dejó un informe titulado "España en el Celeste Imperio" donde explica el comercio Europeo con la potencia asiática y la nula participación española: "No por sabido dejaré de consignar una vez más que carecemos de comercio directo entre China y demás países del extremo Oriente y España; pues así, repitiéndolo, quizá llegue el día en que nuestros comerciantes, navieros é industriales se decidan á acudir á este vastísimo campo, en donde no existen privilegios para nadie, sino los que resultan de la propia fuerza é iniciativa [...]
El comercio hispano-chino es solo con Filipinas, y tiene por base principalísima la emigración de jornaleros (culis)" [5].

Según escribió Vicente Llorca intervino en 1880, siendo Cónsul General de España en Liverpool, en la compra de uno de los buques de mayor tonelaje de la marina mercante española, el "Rossmore", propiedad de  la Compañía inglesa “Mac Andrews". Fue adquirido por la empresa "A. Folch y Compañía", popularmente denominada "Naviera Gallart"  que lo rebautizó con el nombre de "Colón". La compra se realizó también por consejo de otro benidormense y primo-hermano de Tomás Ortuño, Vicente Zaragoza Ortuño que fue su capitán. El rótulo del navío aún existe en el museo de l'Hort Colón [6].

No sabemos con certeza cuándo falleció Tomás Ortuño. Como ya he indicado parece a todas luces errónea la fecha de 1921 que se da para su muerte porque hay pruebas de que se había producido antes. El ya citado Diario de Alicante del 6 de noviembre de 1915 reseñaba en una necrológica el traslado en ferrocarril de los restos de los esposos Tomás Ortuño y Zoe Berte para ser enterrados en Benidorm. Sabemos que Tomás ya había fallecido en 1908 pero no se indica por qué se hace el traslado como mínimo siete años después de su muerte. Tal vez se produjo poco después del fallecimiento de su esposa, aunque desconocemos ese detalle. Según informaba el citado diario:  "De Madrid llegaron los restos mortales de los padres del director de Comunicaciones Sr. Ortuño para trasladarlos a Benidorm donde esta tarde han sido depositados en el panteón de la familia."
Indicaba además el diario que a la estación de Alicante acudieron a recibir la urna numerosas personalidades. Representaba a Benidorm el jefe de la central de Alicante de la Compañía Interurbana de Teléfonos que era Miguel Orts Foraster. También acudieron Vicente Zaragoza Soria, Manuel Llorca Orts, Eduardo Llorca Castells y Nicolás Morales Orts así como representantes de los cuerpos de Correos y Telégrafos.
Desde la estación de vía ancha llevaron la urna funeraria de los esposos Ortuño-Berte hasta la estación de la Marina, el inicio del ferrocarril de vía estrecha, conocido como "el trenet", que la conduciría hasta Benidorm. Allí sus restos fueron despedidos por más personal de Correos y Telégrafos.

Fueron inhumados en el panteón familiar de los Ortuño que aún se conserva en el antiguo cementerio Virgen del Sufragio. El Ayuntamiento se encarga de su mantenimiento porque Gaspar Ortuño Orts, hermano de Tomás Ortuño Orts, había regalado al municipio, en el año 1908, un edificio de tres plantas de su propiedad para que fuese la casa consistorial. Estaba situada en la confluencia del Passeig de la Carretera (entonces calle Marqués de Comillas) y Tomás Ortuño. Actualmente el Museu Boca del Calvari ocupa su lugar.

Fotografía de la casa de tres plantas que Gaspar Ortuño Orts entregó en 1908 al municipio de Benidorm y que durante muchos años fue la sede del Ayuntamiento. Fuente: Diccionari de Benidorm.

 
Fotografía de la Boca del Calvari con el edificio del Ayuntamiento en cuyo lugar está hoy el Museu Boca del Calvari.

  

NOTAS:

[1] ALMIÑANA OROZCO, P.: Els topònims de Benidorm, pag. 118 y ss.
[2] Publicado por AMILLO ALEGRE, F.: La Segunda República y la Guerra Civil en Benidorm (1931-1939), pág. 51-61.
[3] Esta imagen y las tres anteriores proceden del libro "Benidorm Recopilación fotográfica" publicado en 1985 por la Comissió de Festes Patronals de dicho año.
[4] (https://gw.geneanet.org/yvesdemenorval?lang=en&n=ortuno+y+orts&oc=0&p=tomas)
[5] ORTUÑO ORTS, T. "España en el Celeste Imperio", Revista de Geografía Comercial, 31 de enero de 1887 / Biblioteca nacional de España.
[6]  [7] LLORCA ZARAGOZA, V. en HISTOBENIDORM: https://histobenidorm.blogspot.com.es/2014/08/historia-de-benidorm-en-los-siglos-xix_1.html