lunes, 11 de abril de 2022

Pedro Zaragoza Orts y la escolarización de Benidorm, 1951-1960.


Este año 2022 se cumplen dos aniversarios importantes para Benidorm: 100 años del nacimiento de su alcalde Pedro Zaragoza Orts y 50 del fallecimiento del contralmirante Julio Guillén Tato. Se conocieron en Madrid, cuando Pedro Zaragoza hizo su servicio militar en el Museo Naval cuyo director era Guillén Tato. Ambos eran personas inteligentes, cordiales, con sentido del humor y compartían numerosos intereses y principios morales. 

Pedro Zaragoza admiró al marino y desde el primer momento como alcalde le consideró su mentor. Le pidió ayuda en numerosos temas que afectaban al bienestar del municipio y Don Julio, como le llamaban en Benidorm, siempre colaboró con él de forma entusiasta y desinteresada. Entre ellos surgió una relación de amistad y mutua admiración a las que sólo puso fin la muerte del contralmirante en 1972. Entre los numerosos temas en los que su ayuda fue importante se debe incluir también el tema educativo que es el objeto de este artículo. 

Francisco Amillo Alegre



En la biografía de Pedro Zaragoza los aspectos más conocidos son los relacionados con el turismo, desde la legendaria historia del bikini y la Vespa hasta el PGOU y las promociones como el Festival de la Canción, la traída de lapones y un largo etc. en el que no puede faltar el suministro doméstico de agua potable. 

El tema educativo, sin embargo, es muy poco o nada conocido por el gran público a pesar de que fue esencial para Pedro Zaragoza porque consideraba que un pueblo que no cuidase su sistema educativo estaría condenado al fracaso y la nueva economía turística necesitaba un personal bien formado. 

Tomó posesión del cargo de alcalde de Benidorm el 10 de diciembre de 1950. La lectura de las actas municipales nos indica que pocos días después ya tenía claros los objetivos de su alcaldía y el primero fue la escolarización de los niños de Benidorm. En este artículo analizaré sólo ese aspecto, en el que Benidorm arrastraba desde décadas una gran desigualdad: mientras había grupos de personas muy bien formadas (capitanes de la marina mercante, médicos, abogados, etc.) que disfrutaron de acceso a la educación, existía también un número de analfabetos mayor de lo deseable y su causa estaba en la insuficiencia de la escolarización infantil. Según la Junta Nacional contra el analfabetismo, creada en1950, en la provincia de Alicante el índice de analfabetos estaba en torno al 29 % pero con desigualdad de sexos: el femenino era un 6 % mayor que el masculino. En Benidorm la causa de este déficit educativo era triple:

a) dificultades para escolarizar a los niños que vivían alejados en las partidas rurales,

b) escuelas en casas particulares que a menudo no reunían las debidas condiciones didácticas e higiénicas,

c) carecer del suficiente número de escuelas para acoger a todos los niños del municipio.

En el aspecto educativo, hay que señalar en el haber de Pedro Zaragoza dos logros que varias corporaciones de la Segunda República, de distintos signos ideológicos, intentaron llevar a cabo sin conseguirlo. Se trata de la construcción de las escuelas de l’Almafrà y del grupo escolar Leonor Canalejas. No voy a analizar aquí la historia de estos dos centros escolares sino el período 1951-1960, en el que la lentitud de los trámites burocráticos tuvo como consecuencia que el Ayuntamiento tardara 9 años en culminar el proceso de creación y puesta en funcionamiento de esos dos centros educativos. 



Dos fotografías del promontorio de Canfali. La primera, publicada por la Biblioteca Valenciana Digital, es de principios de la década de 1950. Vemos, de sur a norte, el cuartel de carabineros, el antiguo hotel Planesia y en el extremo sur la casa donde veraneó Leonor Canalejas y que donó al Ayuntamiento para crear dos escuelas.   

En la segunda fotografía el nuevo Benidorm turístico. En el extremo sur la biblioteca municipal, hoy desaparecida, sustituyó al antiguo cuartel de carabineros. En la parte baja, el edificio del Ayuntamiento construido sobre el solar de la escuela donada por Leonor Canalejas y cuyo nombre se puso al nuevo grupo escolar inaugurado en 1960. 




Las escuelas de la Fundación Fuster Zaragoza en l’Almafrà.

La preocupación de Pedro Zaragoza por el tema educativo quedó patente ya en el primer punto del orden del día de su primera sesión plenaria, celebrada en enero de 1951. El  acta recoge su deseo de crear dos escuelas en el sector más desatendido de Benidorm: las partidas rurales de l’Alfàs de Baix [1]. Se caracterizaban por un poblamiento disperso en numerosas masías alejadas del casco urbano de  Benidorm y los niños debían caminar entre 1,5 y 3 kilómetros para acudir a las escuelas. Durante la Segunda República esa había sido una de las reivindicaciones de los habitantes de esta zona que se quejaban de contribuir con sus impuestos igual que el resto de vecinos de Benidorm pero recibiendo menos beneficios por la falta de escuelas, alumbrado, etc. [2] Finalmente tuvieron una subvención para la escuela pero la Guerra Civil paralizó el proceso.

Pedro Zaragoza empezaba su mandato con el presupuesto elaborado por la corporación anterior, excesivamente bajo para financiar todos los proyectos que tenía en mente, y empezó con un tema que no sería gravoso para el Ayuntamiento: la creación de un centro escolar en l’Alfàs de Baix utilizando los recursos económicos de la Fundación de los hermanos Zaragoza Fuster. 

Esta fundación surgió a partir del testamento de Vicenta Zaragoza Fuster, fallecida en 1906. Disponía que su herencia se destinara a beneficencia e instrucción del pueblo de Benidorm según dispusiera su hermano Vicente. Éste a su vez, añadió su herencia y la creación de una fundación que administrara los bienes, pero supeditó todo al fallecimiento de sus otros dos hermanos. Las tierras y el efectivo que legaban se destinarían al Ministerio de Instrucción Pública, que debería construir, en cuanto fuera posible, una escuela para niños y otra para niñas, en l’Alfàs de Baix: “procurando que el edificio reúna condiciones pedagógicas sin ornamentación alguna” [3]. 

Vicente Zaragoza Fuster falleció en 1918 y el último de sus hermanos lo hacía en 1926. Al año siguiente el Ministerio aceptó la herencia de los hermanos Zaragoza Fuster y el proceso de crear una fundación y una escuela rural se puso en marcha. El Ministerio encargó a la junta Provincial de Beneficencia de Alicante para llevar a cabo todos los trámites necesarios para que las propiedades de los difuntos pasaran a manos de la fundación. Se trataba de fincas rústicas, urbanas y valores del Estado por un valor de 47.011 pesetas, suficientes para aquellos años. 

En 1930 el Ministerio declaraba que la Fundación era una “Institución particular de carácter benéfico-docente” y nombraba Patrono de la misma a la Junta Provincial de Beneficencia de Alicante (Gaceta de Madrid, 7-1-1930). Pero tardó seis años en iniciar los trámites para sacar a pública subasta las propiedades de la Fundación y la Guerra Civil paralizó el proceso [4]. 


Como ya he dicho en la primera sesión plenaria de 1951 Pedro Zaragoza explicó a  los concejales la gestión que había realizado ante el gobernador civil, que era el presidente de la Junta Provincial de Beneficencia, “para la construcción de una escuela unitaria en la partida foya Manera” lo más pronto posible. 

Sin embargo el tema no se solucionó con la prontitud que Pedro Zaragoza deseaba y hubo de esperar al 13 de mayo de 1.954 para que el Ministerio de Educación Nacional ordenara volver a clasificar la fundación como benéfico-docente y vender las fincas propiedad de la fundación para saber  el valor en metálico que podría disponer. Además la fundación debería averiguar lo que costaría la construcción del colegio [5].

También designó un patronato de la fundación constituido por el Presidente de la Diputación de Alicante, Artemio Payá Rico, por el  Cajero de Metálico del Banco de España,  Joaquín Serrano García, por Pedro Zaragoza Orts, Alcalde de Benidorm y los vecinos de esa villa Antonio Pérez Fuster y Miguel Llinares Barceló.

Dicho patronato se hizo cargo de los bienes que estaban en poder de la Junta Provincial de Beneficencia. Fue el día 21 de Septiembre de dicho año 1.954 y  Pedro Zaragoza Orts, vocal de la fundación y Miguel Llinares Barceló el secretario, recibieron 14.472,98 pesetas en efectivo, Títulos de la Deuda valorados en 53.000 pts y las fincas rústicas y urbanas legadas por los hermanos Zaragoza Fuster.

Estas fincas rústicas fueron la causa de un nuevo retraso en el proceso. El trámite de valorarlas fue rápido [6] pero no pudieron venderlas porque estaban arrendadas y los arrendatarios se resistían a dejarlas libres. Mientras, el Patronato, es decir Pedro Zaragoza, seguía trabajando en el proyecto y en septiembre de ese año el Inspector Jefe Enseñanza Primaria remitía a Pedro Zaragoza instrucciones  “para que puedan levantar el acta de creación definitiva de la escuela mixta de ALMAFRA” [7].

En 1.933 la Fundación había encargado un proyecto de construcción de dos escuelas en l'Almafrà pero Pedro Zaragoza opinaba que convenía tener un proyecto actualizado y lo encargó al arquitecto municipal Francisco Muñoz Llorens. Se conserva en el Archivo Municipal y el edificio constaría de dos aulas, una de niños y otra de niñas, situadas en los extremos. Se accedía a ellas mediante una zona central con dos vestíbulos separados y junto a ellos dos despachos para maestro y maestra y aseos de niños y niñas. Además se dibuja un edificio exento para vivienda de los dos maestros, como era lo habitual en aquellos años. El proyecto está fechado en octubre de 1954 pero no se aprobó hasta 1956 [8].


Fotografía del plano del arquitecto Francisco Muñoz para la construcción de las escuelas de la fundación Zaragoza-Fuster. Arriba plano de cimientos, en el centro planta baja y debajo alzado de una parte del edificio. 

Planta de las cubiertas, parte del alzado y sección de la casa de los maestros


En marzo de 1954 Pedro Zaragoza ya había constatado que los trámites burocráticos  atrasarían en gran manera la construcción de las escuelas de la Fundación Zaragoza Fuster y mientras tanto los niños de l’Alfàs de Baix estarían mal escolarizados. Eso le impulsó a buscar una solución provisional pero rápida: que el Ayuntamiento construyera una escuela unitaria mixta en l’Almafrà [12].

Utilizó el sistema de contratación directa para poder disponer de la escuela y la casa de la maestra en el menor tiempo posible y así evitar  “los imperiosos trámites de subasta o concurso en su caso”. A finales de abril la Comisión Permanente aprobaba “la urgencia del caso, en aras a la trascendencia de dicha obra” tras recibir los informes favorables  del inspector de Sanidad y del arquitecto municipal. 

De esa manera en mayo de ese año el maestro de obras Francisco Fuster Pérez se comprometió ante el alcalde y el secretario municipal a “habilitar la casita de campo conocida como “Les Pacenteres”, número 31, en l’Almafrà para escuela y vivienda de maestra. Lo hará en el plazo de 8 días abriendo dos ventanas, colocar 3 rejas en otras tantas ventanas, enlucir todo el edificio y blanquearlo, construir una escalera de unos 15 peldaños, colocar una puerta y habilitar un cuarto de baño. Todo por precio de 4.550 pts.” 

Los trámites habían durado menos de dos meses y la obra se realizó en ocho días. Entró en funcionamiento en septiembre de ese año 1954 y gracias a esta escuela provisional un grupo de niños y niñas de l’Almafrà estuvo escolarizado hasta que pudieron pasar a las escuelas de la Fundación Zaragoza Fuster.


Como ya he indicado antes, el proceso de conseguir que los arrendatarios dejaran libres las fincas propiedad de la fundación alargó el proceso otros dos años más. El abogado del Estado consiguió que lo hiciesen a cambio de una compensación de 20.000 pesetas en efectivo y perdonarles las 10.300 pts. que adeudaban por impago de arrendamiento. Era el 2 de Septiembre de 1.956.

A partir de entonces ya se podían poner a la venta pero se estimó conveniente una nueva valoración porque el precio de la tierra había subido gracias al auge de la construcción promovida por el desarrollo turístico. La subasta pública tuvo lugar el 27 de agosto y la Fundación ingresó 419.000 pts. por este concepto, pero tuvo que ceder 19.000 pts. a los antiguos arrendatarios. Las 400.000 pesetas restantes fueron depositadas  en la Caja de Ahorros del Sureste a disposición del Ministerio de Educación Nacional. Se habían subastado cuatro fincas, quedando tres sin vender, una porque se reservó y las dos restantes porque no tuvieron postores. Eso supondría otro año más de retraso.

En octubre de 1957 llegó la autorización ministerial para la venta de las tres fincas que aún conservaba la Fundación lo que se efectuó el 7 de marzo de 1.958. Pero los trámites burocráticos de elevar a definitivas las adjudicaciones provisionales supusieron que hasta el 22 de agosto de dicho año no pudieran ingresar las 670.000 pesetas de esta segunda venta. 

El proceso de venta había durado dos años al cabo de los cuales la Fundación poseía 1.089.409,38 pesetas en efectivo y 3.000 pesetas en Títulos de la Deuda.

Pero surgió una nueva dificultad: el Ministerio de Educación había  dispuesto que lo obtenido por la venta se debía invertir en Títulos de la Deuda, lo que disgustó a Pedro Zaragoza porque ralentizaba aún más un proceso que ya estaba durando demasiado. Por eso el 4 de julio enviaba al Subsecretario del Ministerio de Educación Nacional solicitud para que les autorizase a emplear dicho dinero  “en la construcción del edificio escolar en vez de invertirlo en una o varias Láminas de la Deuda Perpetua Interior al 4 %. […] pues sólo así se podrá cumplir la voluntad del testador”. La solicitud surtió efecto porque a la semana siguiente Joaquín Serrano García, Cajero de Metálico del Banco de España y miembro del Patronato, escribía a Pedro Zaragoza “Mi querido amigo: Acabo de hablar con D. Fernando Garrido a quien le he dicho lo de la compra de Papel del Estado con el importe de la 2ª subasta, que no responde al fin fundacional nuestro, contestándome que es la fórmula que siempre se emplea, pero que en nuestro caso que les pasemos oficio, diciendo que estamos pendientes de la Oficina técnica de ese Ministerio para la Construcción de unas Escuelas y que por lo tanto se nos redima de la compra de papel del Estado.” [10]

A partir de entonces los trámites se aceleraron y el 10 de noviembre el Ministerio autorizaba a la Fundación Zaragoza-Fuster la subasta de las obras de construcción de dos escuelas y dos viviendas para maestros  por un importe total de 850.784,83 pesetas. También le autorizaba para “adquirir directamente el solar” [9].



Las escuelas de l’Almafrà en obras. Fuente Boletín del Ayuntamiento de la Villa, febrero 1960


En enero de 1959 la Fundación compraba un terreno “dentro del perímetro señalado por el fundador y calificado de apto […] por la Inspección de Enseñanza Primaria” y procedió a la subasta de las obras que se adjudicaron al constructor alicantino Laureano Llinares Mollá por 821.007,37 pts. por ser la que más rebajaba la oferta inicial. 

En junio comenzaron las obras que habían finalizado a principios del año siguiente y empezaron a prestar servicio educativo a una población escolar de 86 niños de entre 6 y 12 años que residían el l’Alfàs de Baix, 41 niños y 45 niñas, según certificaba el secretario del Ayuntamiento. 


Promociones de niñas y niños del año 1961 en las escuelas de l’Almafrà. Fuente Archivo Municipal de Benidorm.


Como en muchos otros temas del Benidorm de esos años, la intervención en segundo plano pero muy eficaz del contralmirante Julio Guillén Tato había influido en este proceso de negociaciones con el Ministerio de Educación y el Banco de España. El contralmirante indicaba a Pedro Zaragoza las personalidades con las que debía entrevistarse e intervenía personalmente en las gestiones si era preciso y le informaba por carta. del resultado de las gestiones.

La inauguración oficial de esta escuela se hizo el 3 de febrero de 1960, juntamente con la del Grupo Escolar Leonor Canalejas. A finales de dicho mes se inauguraba también el abastecimiento de agua potable de Benidorm, tan esperado por sus habitantes.




Dos fotografías de las escuelas de l’Almafrà




Estos padres y niños de las partidas rurales supieron valorar adecuadamente el servicio educativo que recibían. Lo sabemos porque mientras el absentismo escolar era alto en las escuelas del casco urbano en estas dos de l’Almafrà asistía el 100 % de los alumnos escolarizados. Así lo hacía constar en 1960 la Junta Municipal de Enseñanza Primaria [13]. 

Fotografía de las escuelas de la Fundación Fuster Zaragoza en l’Almafrà en un artículo  publicado en el Boletín Municipal que contaba las peripecias de todo el proceso desde 1927 hasta 1960, sobre todo los nueve años que necesitó Pedro Zaragoza para culminarlo.


Estas escuelas rurales de l’Almafrà empezaron a tener problemas a partir de 1971 cuando el Ministerio de Educación exigió que los centros escolares deberían reunir ciertas características y cerrarse si no las cumplían  [14]. Entre ellas estaba la desaparición de las escuelas unitarias, es decir con niños de diferentes edades y por tanto con distintos niveles de enseñanza, algo que en l’Almafrà se había hecho desde el primer momento. 

Para evitar el cierre la Fundación cedió su propiedad al Ayuntamiento de Benidorm, aunque hasta el momento actual no se han inscrito en el Registro de la Propiedad. De todas formas la medida no fue efectiva y en 1982 cerraron definitivamente pasando los alumnos de l’Almafrà a los colegios públicos de Benidorm y del Salt de l’Aigua. En 1991 se habilitaron como Centro de Educación Ambiental pero duró pocos años y en la actualidad las escuelas están cerradas y en peligro de deterioro.



El grupo escolar Leonor Canalejas.

Pedro Zaragoza inició los trámites para la creación de este grupo escolar un año más tarde que las escuelas de l’Almafrà. Todo empezó con la casa que la veraneante madrileña Leonor Canalejas Morayta poseía al principio de la playa de Levante, en la actual Plaça del Torrejó [15]. La había donado al  municipio en su testamento del año 1925 para que se dedicase a escuela pública de niños y niñas [16].

Lo normal en la época era que el municipio pagara el alquiler de las casas particulares habilitadas como escuelas y las viviendas de los maestros. Esta donación le evitaba ese gasto pero el edificio tardó seis años en ser transformado en escuela de niños. Fue en 1931, durante la Segunda República, y no se cumplió exactamente la voluntad de la testadora que había trabajado siempre en favor de las mujeres, especialmente de las clases sociales menos favorecidas. Crearon dos escuelas de niños, no mixtas como constaba en el testamento [17].

En esta fotografía de la década de 1930 vemos a la derecha la terraza de la casa de Leonor Canalejas y en ella un grupo de niños que acudían a esa escuela. Fotógrafo Linares, Villajoyosa.


Y así, como escuelas de niños en primera línea de playa, funcionaron desde 1931 hasta 1952, cuando se detectó un  problema grave. En el acta de la Junta Municipal de Enseñanza Primaria de 1951 el arquitecto municipal indicaba su “estado tal de deterioro que amenaza derrumbarse, por lo que no pueden continuar dándose clases en el mismo”. La Junta decidió “gestionar la habilitación de tres locales provisionales” [18] y en el pleno municipal del 17 de febrero de 1952  el alcalde informaba que el edificio donado por Leonor Canalejas al Ayuntamiento “ha tenido que ser desalojado por su estado ruinoso y las clases se dan en locales habilitados provisionalmente que no reúnen condiciones”. Proponía también “edificar lo antes posible un grupo escolar”. El pleno aprobó vender la casa y con su importe construir un grupo escolar y encargó al arquitecto municipal la confección de los planos del edificio  [19] que la Junta Municipal de Enseñanza  aprobó posteriormente [20].

Pero el grupo escolar no se construyó enseguida y la casa de Leonor Canalejas no se vendió. Tampoco debería estar en estado excesivamente ruinoso porque la decisión de demolerlo se tomó en 1962, es decir diez años después de desalojar las escuelas y dos años después de inaugurar el grupo escolar que lleva el nombre de la donante. Así consta en el acta de una sesión plenaria del 8 de junio: “estado ruinoso en que se halla gran parte de la cubierta y obra de fábrica de la casa donada por doña Leonor Canalejas, propiedad del Ayuntamiento, que actualmente se destina a almacén municipal y sala de exposiciones; visto el oportuno informe emitido por el señor Arquitecto Municipal, don José Manuel Domínguez García, en que se hace constar que esta situación puede producir un derrumbamiento parcial o total del inmueble […] se acordó:

1º.- Declarar en estado de ruina el citado edificio.

2º.- Que bajo la dirección de los servicios municipales competentes se proceda, por gestión directa, a su demolición en forma que quede garantizada la seguridad.” [21].


Durante esos 10 años que ya no se utilizó como escuela fue local para ensayos y formación de músicos de la banda municipal. Así lo explicaba Pedro Zaragoza a Guillén Tato en una carta del 7 de febrero de 1963, donde especifica que el edificio se había derribado hacía poco: “comprendo su pena por el derribo de la casa de Leonor Canalejas, cosa que hemos sentido los que de verdad queremos a Benidorm, pero no  hubo posibilidad de salvarla porque cuando se adoptó el acuerdo de su derribo, es cuando después de varios estudios por parte de los técnicos, se vió la total imposibilidad de su reconstrucción, pues estaba construida de piedra y barro y desde su cimentación amenazaba total ruina. Tuvimos que sacar rápidamente todo lo que conservábamos en el edificio y también tuvo que salir la Banda de Música que tenía instalada allí su academia, para evitar tener que lamentar víctimas.” [22].

De todas formas, a pesar de la urgencia que Pedro Zaragoza quiso dar al proyecto, el grupo escolar tardaría ocho años en materializarse. De nuevo la lentitud de los trámites administrativos fue la causa de tan larga demora. En un primer momento se pensó que recibirían ayuda de la Diputación Provincial que en el mes de  mayo pedía  “informen sobre el número de clases y destino de ellas (niños, niñas o párvulos) así como del número de viviendas para Maestros” del futuro edificio escolar [23].

Además se inició la compra de un solar de 4.656 metros cuadrados situado en el entonces  final del Barri del Calvari, junto a la calle Tomás Ortuño, entonces carretera Benidorm a Pego. En la sesión del pleno municipal del 29 de abril  se aprobó por unanimidad  “la adquisición por compra del predio de la partida de Ruzafa propiedad de Doña Teresa Llorca Miquel para edificar un Grupo Escolar y Viviendas para los Señores Maestros Nacionales” [24]. Era el solar de lo que hoy día es el CEIP Leonor Canalejas y que no daba a la calle Ruzafa porque entonces aún no existía. 

Entre los gastos figuraba como partida principal el pago del terreno, 50.000 pts., a las que se añadían gastos de escritura, notaría, etc., por un total de 56.741,60 pesetas que provenían del superávit del año anterior (4.544,80 pts.) y la venta de bienes patrimoniales (52.196,80 pts., pleno del 05/06/1954). 


Pero cinco meses después, el 4 de noviembre, la Diputación Provincial indicaba al alcalde que había cancelado el expediente instruido por el Ayuntamiento para construir el grupo escolar y lo había pasado a la Junta Provincial de Construcciones de Edificios Escolares [25]. Esa entidad fue creada por la Ley de 22 de diciembre de 1953 para que se encargara de aprobar todo lo que afectara a la creación de centros escolares.

La nueva Junta llevó los trámites del grupo escolar de Benidorm con suma lentitud. Mientras tanto la población del municipio crecía rápidamente gracias a la actividad turística y los problemas de escolarización se iban agravando. En enero de 1950, el año en el que Pedro Zaragoza accedió a la alcaldía, el municipio tenía 2.726 habitantes que a finales de 1960 habían ascendido a 6.202. La consecuencia fue la que expuso la inspectora de Enseñanza Primaria a la Junta Municipal de Educación en una reunión del mes de marzo de 1957: “malas condiciones de los locales existentes, indecorosos y antihigiénicos, insuficientes para la población escolar de Benidorm, pide ante la Junta la construcción del Grupo Escolar”. Además del grupo escolar se necesitaban tres escuelas nuevas de niños y una de párvulos “para que se haga efectiva la obligatoriedad de la asistencia escolar”. Indicaba también la inspectora que las más perjudicadas eran las niñas, a las que sus padres dejaban de enviar a la escuela por falta de plazas [25].

El 31 de octubre de 1958 el Ayuntamiento aprobaba el presupuesto extraordinario para la construcción de un grupo escolar de diez secciones por 1.446.009,74 pesetas de las que el Ayuntamiento de Benidorm aportaba 696.009, 74 pesetas y el resto la Junta Provincial de Construcciones escolares [26]. Las obras se subastaron el 17 de diciembre [27] y se adjudicaron a José Mª Martínez López por 1.436.639,91 pts.

Poco después se iniciaban las obras que el 3 de febrero de 1960  ya habían finalizado por lo que se pudo proceder a su inauguración oficial con asistencia del Director General de Enseñanza Primaria, las autoridades y entidades locales además de los maestros y los niños. Dicho acto, según Pedro Zaragoza, “marcaba un hito en la historia de Benidorm” y “la voluntad de la fundadora doña Leonor Canalejas queda cumplida en todas sus partes sobradamente” [28]. Se rendía homenaje a una persona que se había preocupado por la educación y con el nuevo centro se cumplía una de las condiciones que había impuesto en 1925: que fuese escuela de niños y niñas. 


Las escuelas públicas dispersas por el casco urbano de Benidorm se clausuraron y su material y alumnos pasaron al grupo escolar de niños y niñas. Los inicios fueron duros, tal como reflejaba pocos meses después en el acta de la Junta Municipal de Enseñanza Primaria. La inspectora indicaba que la asistencia había mejorado pero adolecía de falta de material escolar “insuficiente y malo que no ayuda a la disciplina escolar. Extrañada de que el material no llega […] se deben tomar medidas para que sea remitido sin demora […] no se puede hacer labor, hacinados como están los niños y sin asiento” [29]. Es decir que los niños no tenían pupitres suficientes y debían traer sillas de casa o sentarse en el suelo. El Ayuntamiento había acelerado las obras y la inauguración pero el Ministerio de Educación tardó mucho en servir el material necesario. 

No sería ese el único inconveniente de este primer curso académico: el 26 de agosto se hundió parte del techo según consta en el acta del pleno de ese mismo día. En ella el alcalde ponía “en conocimiento de la Corporación que a las siete horas del día de hoy se ha producido un derrumbamiento en la cubierta de una de las alas del Grupo Escolar “Leonor Canalejas”, de esta localidad, recientemente inaugurado y cuyas obras aún no han sido recibidas definitivamente”. Afortunadamente el derrumbe se produjo durante las vacaciones escolares y no hubo que lamentar desgracias personales. En el acta del pleno del 17/10/1960 el alcalde añadía que había sido a causa del  “hundimiento de dos vigas en la cubierta” y la corporación aprobó abrir un expediente de responsabilidades. 

En el acta del 18/02/1961 de la Junta Municipal de Enseñanza la inspectora informaba que por causa del hundimiento la asistencia escolar había bajado a 24 niños por aula y a 18 niñas también por aula, “antes era más eficiente la asistencia” por lo que se sugería “tomar medidas represivas con los padres de los escolares”, es decir multas. El problema de falta del material escolar aún no se había solucionado y por ello recomendaba a la Junta Municipal que hiciera una nueva petición. 

Respecto a la casa de Leonor Canalejas Pedro Zaragoza proyectó convertirla en un nuevo Ayuntamiento ya que el de la Boca del Calvari resultaba insuficiente a causa del crecimiento del personal. En el acta del pleno de 5/5/1959 se había aprobado “proceder rápidamente a su construcción”. Como de costumbre la palabra “rapidez” resultaba muy subjetiva: hasta 1962 no se abandonó definitivamente el local y pudieron iniciarse las obras. Eso supuso que se cambiase el nombre de la calle Leonor Canalejas (hoy día Metge Cosme Bayona) y que la Plaza de Canalejas cambiase a Plaza del Ayuntamiento (actualmente Plaça del Torrejó). De ahí la conveniencia de conservar el nombre de la benefactora en un grupo escolar [30]. 



Otros aspectos de la educación pública durante el mandato de Pedro Zaragoza.

Pedro Zaragoza había comprobado desde el primer momento que al problema de la insuficiente escolarización se unía el del absentismo escolar. Así lo reflejan las actas de la Comisión Municipal Escolar. Por ello el 10/10/1953 Pedro Zaragoza enviaba una comunicación a las 4 maestras y 3 maestros de Benidorm: “le recuerdo la conveniencia de remitir semanalmente a esta Alcaldía el parte de asistencia escolar. Al mismo tiempo ruego designen a un Maestro y una Maestra para que comprueben en el Registro Civil el censo de niños en edad escolar, dando cuenta a esta alcaldía de sus observaciones”. Esos maestros consultaron los libros del Registro Civil, situado entonces en el edificio del Ayuntamiento, y elaboraron el censo escolar. Con esos datos en diciembre  el alcalde recordaba “a todos los padres de familia que al margen se expresan la obligación legal de enviar a sus hijos comprendidos en edad escolar a las Escuelas Nacionales de esta localidad, apercibiéndoles que de negarse a ello serán severamente sancionados”. Se envió a 34 padres de familia cuyos hijos no estaban matriculados en alguna escuela. Para los alumnos que se matriculaban pero no asistían al colegio el Ayuntamiento imponía sanciones  [31]. En ese año 1953 el Ayuntamiento impuso 25 multas de 5 pesetas cada una, 17 a niñas y 8 a niños “por no asistir a la escuela”, evidenciando que los padres sentían mucha menor necesidad por la educación de las niñas, que consideraban innecesaria porque el oficio de amas de casa lo aprendían sobradamente con sus madres.


También era causa de absentismo escolar el trabajo infantil. Estaba prohibido desde el siglo XIX pero muchos padres consideraban que era una norma sin sentido y hacían trabajar a sus hijos pequeños en el campo o en algunas empresas. Según informaciones orales, cuando llegaba algún inspector de Trabajo se indicaba a los niños que abandonasen el local. Por esa causa Pedro Zaragoza, en diciembre de ese año, remitió a varias empresas un oficio indicando “la obligación legal de no admitir en su empresa a niños comprendidos en edad escolar. En caso contrario me veré obligado a tomar enérgicas medidas”. Está claro que no todas las empresas tenían niños entre sus trabajadores pero el oficio se envió todas las que eran susceptibles de hacerlo: de carpintería, de albañilería, fábrica de mosaicos, Cerámicas Benidorm y cordelería de esparto [32]. 


En las actas de la Junta Municipal de Enseñanza de esos años la inspectora indica que en general el comportamiento de los maestros nacionales era ejemplar. Pero en todo colectivo siempre hay fallos y por eso el 07/04/1954 Pedro Zaragoza envió un escrito a cada maestro indicando que “Por varios padres de familia se han formulado denuncias contra algún señor maestro, por los siguientes motivos:

1º.- Apertura de clases después de la hora reglamentaria.

2º.- Prolongación excesiva del recreo.

3º.- Dar por terminada la clase antes de la hora.

4º.- Sustitución del Maestro sin conocimiento de la Alcaldía ni de la Inspección.

Esta Alcaldía ha ordenado se practiquen las diligencias necesarias para comprobar la veracidad de estas denuncias, y lamentará, de ser ciertas, tener que obrar en consecuencia.

Maestros notificados: Antonio Gomis Aliaga, Domingo Roig Guardiola, Ginés Gabaldón Moreno, Carmen Pérez Zaragoza, María Esquerdo Zaragoza, María Teresa Calvo Chápuli, María Zaragoza Lloret [33].


Resultado de la falta de escolarización en épocas anteriores era un número de adultos analfabetos mayor de lo deseable. El Estado había emprendido una campaña contra el analfabetismo y Benidorm se sumó a ella. En el acta del 21/12/1953 la Junta Municipal Enseñanza indicaba que para “dar cumplimiento a orden de 30 de Julio pasado sobre normas para campaña contra el Analfabetismo” habían creado una Comisión Local contra el Analfabetismo. Estaba formada por un maestro, un representante del Frente de Juventudes, una representante de la Sección Femenina y el párroco Luis Duart. 

Era una comisión política, poco técnica, que a principios de enero de 1954 recibía un telegrama del Inspector Jefe Enseñanza Primaria: “Remita máxima urgencia estadística numérica pedida analfabetos término municipal y agregados comprendidos entre doce y veintiún años con separación de sexos”. Los maestros se sumaron a ella impartiendo clase a los adultos con esa finalidad [34].

La Junta Nacional contra el analfabetismo se creó en 1950 y en toda España se crearon juntas provinciales y locales. Benidorm se adhirió a esa campaña y la sección local de Falange Española y el Ayuntamiento colaboraron con ella.


Cuando en 1960 se inauguraron las escuelas de l’Almafrà y el grupo escolar Leonor Canalejas los problemas educativos de Benidorm estaban lejos de resolverse. El crecimiento demográfico había dejado obsoletas todas las previsiones. Por eso la Junta Municipal de Enseñanza Primaria del 13/10/1964 recomendaba la creación de más centros escolares porque “se consideran indispensables para recoger toda la población escolar existente en esta localidad”. 

En 1964 la Junta pedía dos escuelas unitarias de niños y otras dos para niñas en Foietes, una de niños y otra de niñas en la Cala y lo mismo en el Rincón de Loix. Serían escuelas unitarias y se justificaba su creación por la lejanía del nuevo grupo escolar: “la población escolar tiene que recorrer distancias superiores, en muchos casos, a los cuatro kilómetros para asistir al grupo escolar Leonor Canalejas”. Para éste se solicitaba también una ampliación de dos aulas más porque su matrícula era “excesiva (más de 600 alumnos, cuando en sus aulas solo hay capacidad para 400 alumnos)”.

La escasez de plazas escolares por el continuado crecimiento demográfico fue una constante  en Benidorm muchos años después de finalizar la alcaldía de Pedro Zaragoza y duró todo el resto del siglo XX porque la población censada se duplicaba cada década: en 1960 tenía  6.259 habitantes que en 2000 habían ascendido a 56.652. En esos años los centros educativos públicos habían pasado de un grupo escolar y dos aulas en l’Almafrá a 12 colegios públicos, comparables al grupo escolar, además de 5 institutos de Educación Secundaria. 



NOTAS:

[1] AMB, acta del pleno 24/01/1951, signatura 6909/2.

[2] AMB pleno  06/10/1931, 6908/6.

[3] BOE 22/05/1954, págs. 3476-7.

[4] AMILLO ALEGRE, F.: “La Segunda República y la Guerra Civil en Benidorm”, Vicente Sanjuán Ediciones, año 2017, pág. 157.

[5] BOE 22/05/1954 pág. 3476.

[6] AMB, Administración Secretaría General, año 1954 vol. II. Sin fecha,  4833/1.

[7] AMB, Administración Secretaría General, año 1954 vol. II. 14/09/1954, 4833/1.

[8] AMB, “Proyecto de escuela rural en la partida de Benidorm”, 4838/3.

[9] AMB, “Notas históricas sobre la creación del Patronato de la Fundación Zaragoza-Fuster de Benidorm [1959]” 5096/6.

[10] AMB, 5097/15.

[11] AMB, pleno 6-10-1931, 6908/9.

[12] AMB, “Expediente de contratación de Francisco Fuster Pérez para la obra de habilitación del local para escuela mixta y vivienda para maestra en la partida Almafrá (Alfaz de Baix), utilizando la casita de campo conocida como Les Pasenteres”  año 1954, 10187/6)

[13] AMB, Junta Municipal de Enseñanza Primaria, Libro I 1951-1968, 5097/1.

[14] BOE 01/07/1971 y 12/01/1972.

[15] AMILLO ALEGRE, F.: Historia de Benidorm de los orígenes a 1960, AEMABA, 2012, pág. 340

[16] AMB, pleno del 21/02/1925. 6908/3.

[17] AMB, pleno del 24-1-1933, 6908/6.

[18] AMB, Junta Municipal de Enseñanza Primaria, Libro I, 1951-1968, acta 20/10/1951, 5097/1

[19] AMB, 6709/3.

[20] AMB Junta Municipal de Enseñanza Primaria, Libro I, 1951-1968, acta 20/10/1951, 5097/1.

[21] AMB, pleno 08/06/1962, 6909/5.

[22] Archivo de la familia de Julio Guillén Tato.

[23] AMB, Administración Secretaria, tomo I, 14/05/1952. 4832/1.

[24] AMB, pleno 29/04/1954, 6709/3.

[25] AMB, Administración Secretaría General, año 1954 vol. II. 4/11/1954, 4833/1.

[26] AMB, pleno 31/12/1958, 6909/4.

[27] Ibíd. 23/12/1958.

[28] Boletín del Ayuntamiento de la Villa, nº 7, pags. 2 y 15.

[29] AMB Junta Municipal de Enseñanza Primaria, Libro I, 1951-1968, acta 6/5/1960.

[30] AMB, pleno 24/11/1960 6909/4,

[31] AMB, Administración Secretaría General año 1953, vol II, apartado 21, 4/12/1953. 4832/3

[32] Ibíd. 

[33] AMB, Administración Secretaría General, año 1954 tomo I, 07/04/1954, 4832/4.

[34] AMB, Administración Secretaría General, año 1954 tomo II, 09/01/1954, 4833/1.