domingo, 19 de noviembre de 2023

 La torre de les Caletes y la discutible fecha de su destrucción.


La torre de les Caletes es un interesante testimonio de los siglos en los que el litoral de Benidorm sufrió los ataques de los corsarios musulmanes del norte de África, sobre todo de Argel. Ataques que en Benidorm se iniciaron en el siglo XIV, llegaron a su apogeo en el XV y finalizaron en el XIX. En total unos 500 años de incursiones en nuestras costas. La torre de les Caletes no tiene tantos  años ya que fue construida a mediados del siglo XVI. El problema que planteo en este artículo es dilucidar durante cuanto tiempo prestó servicio defensivo al litoral de Benidorm y del Reino de Valencia. Sabemos que a mediados del siglo XIX ya estaba destruida pero ignoramos el momento exacto en que se produjo dicha destrucción. ¿Fueron los ingleses al final de la Guerra de la Independencia tal como afirman dos autores del siglo XIX?

Francisco Amillo Alegre



La torre de les Caletes  tiene el doble valor de constituir un elemento del patrimonio histórico de Benidorm y un lugar de interés turístico. Situada en la Punta del Cavall de Serra Gelada, es un interesante testimonio de los más de 500 años en los que el litoral valenciano sufrió los ataques de los corsarios musulmanes del norte de África, sobre todo de Argel. Declarada Bien de Interés Cultural (BIC), tiene el interés añadido de poder acceder a ella a pie por una ruta asfaltada que bordea el mar con vistas de gran belleza. Fue construida en tiempos del alcalde Pedro Zaragoza pero no es la ruta que durante siglos siguieron los vigilantes de la torre. La antigua senda bordeaba el mar más abajo que la actual y constituía un trayecto más duro y lento que el actual.


 

La torre de les Caletes, antes de los trabajos de excavación y consolidación llevados a cabo entre 2017 y 2018, corría peligro de desmoronarse por completo. 


La torre no está completa ya que perdió su parte superior. Antes de 2017 pensábamos que sólo quedaba el tercio inferior que era macizo para mayor seguridad de sus vigilantes. Pero en ese año y el siguiente se llevaron a cabo los trabajos para consolidarla porque  se iba desmoronando poco a poco. Como paso previo a la consolidación y rehabilitación se procedió a una excavación arqueológica que aportó datos interesantes y desconocidos. Fue un gran trabajo.

En primer lugar se averiguó que se habían preservado dos de los tres cuerpos de la torre: el inferior, que efectivamente era macizo y el cuerpo central consistente en una a sala que estaba casi íntegra, a falta del techo, porque se había rellenado con los escombros de la tercera sala que se había derrumbado sobre ella. Entre los escombros aparecieron objetos de la vida cotidiana de los guardianes de la torre: cerámica, calzado, cuerdas, cestas, balas, etc. También apareció la puerta de acceso, que por seguridad estaba elevada y se necesitaba una escala de madera o cuerda fácil de retirar en caso de ataque. La eficacia de este sistema y su buena estructura defensiva permitieron que en 1590 resistiera el ataque de 500 turcos estando defendida solamente por tres soldados, hazaña que Felipe II recompensó con 100 libras para los tres [1].

También se descubrió que la primitiva torre, construida entre 1555 y 1557 para vigilar el litoral y dar aviso de la arribada de naves corsarias, era mucho más estrecha que la actual pero igual de alta. Se amplió a fines del siglo XVI creando un nuevo muro de 0,77 metros de espesor alrededor del primero con lo que la torre conservó la misma altura pero aumentó su grosor. En el siglo XVII se construyó el tercer muro, el que vemos en la actualidad, pero no conocemos la fecha exacta de esta ampliación. Sabemos por un documento del archivo municipal de Villajoyosa que en 1670, cuatro años después de la creación del municipio de Benidorm por  Beatriu Fajardo, el constructor Ginés Mingot se comprometió ante los tres síndidicos de la costa del Reino de Valencia a realizar obras en la torre de les Caletes que debía finalizar en el plazo de un año y un día. El texto, con una ortografía muy peculiar dice: 

"Gines Mingot obrer de vila dela present Vila de Vila Jojosa habitador [...] Promet j se obliga als molts jlustres elets los tres sindichs de la Costa del Rejne A obrar la obra de la Torre de les esCaletes penes de al Bir [Penyes de l’Albir o Serra Gelada] Conforme capitols. Asegurara aquella per espai de un any j un dia" [2]. 

Un año es un tiempo suficientemente dilatado como para que se pudiera construir dicho tercer muro con lo que hoy día podemos observar desde el aire los muros de la torre con tres anillos concéntricos. Estos ensanchamientos fueron fruto de los cambios en las funciones que debía desempeñar. La primitiva torre se pensó sólo para vigilar el mar pero posteriormente se vio la conveniencia de dotarla de artillería. Para ello era necesario que dispusiese en su parte alta de espacio suficiente para los cañones y su retroceso.


 

En esta fotografía, anterior a 2017, se aprecia cómo había caído parte del muro exterior, el tercero, y el peligro de que se siguiese deteriorando. De ahí la urgencia de su consolidación.


El corso norteafricano finalizó hacia 1830 con la conquista de Argel por los franceses y a partir de esos años la torre dejó de tener utilidad. La hemos conocido en ruinas pero cómo y cuándo se destruyó o la destruyeron? 

El 10 Marzo de 2023 se inauguró en el Museu Boca del Calvari la exposición “Guardianes del mar. La Torre de les Caletes” que duró hasta el mes de octubre. Fue muy interesante, destacando la exhibición de elementos recuperados durante las excavaciones de 2017 y 2018 que habían sido analizados, restaurados y catalogados por el MARQ. 

Fotografía de la exposición sobre la torre de les Caletes mostrando algunos de los objetos encontrados en ella durante los trabajos de excavación y consolidación.


A la inauguración asistieron numerosas autoridades y personal responsable de los trabajos realizados entre ellos, Manuel Olcina, director técnico del MARQ y José Luis Menéndez, comisario de la exposición. Los asistentes recibimos gran cantidad de información y me llamó la atención la fecha de la destrucción de la torre a finales del siglo XVII. Me sorprendió tanto que posteriormente pregunté a José Luis Menéndez en qué basaban tal afirmación. Me comentó que habían aparecido monedas de la época de los últimos reyes de la casa de Austria por lo que había que datar el final de la torre en aquellos años. Le indiqué que había documentación posterior, del siglo XVIII, que demostraba que la vida útil de la torre continuó durante todo ese siglo pero me respondió que las monedas constituían una prueba irrefutable: finales del siglo XVII o muy a principios del XVIII. Posteriormente dejó escrita esta afirmación en el catálogo de la exposición: "La actividad de la torre en esta época es de difícil definición, ya que sabemos por la arqueología que su vida activa no sobrepasó los inicios del siglo XVIII". El artículo que redactó es muy interesante y bien documentado aunque creo que en este punto concreto no es exacto. Me baso en que hay textos que hablan de la pervivencia de la torre de les Caletes a lo largo del siglo XVIII. No todos  indican explícitamente que la torre estuviese en servicio en dicho siglo  pero hay algunos que sí lo hacen. 

En 1710, durante la Guerra de Sucesión a la Corona de España, Benidorm ya estaba bajo el dominio de Felipe V aunque Cataluña y Baleares seguían fieles al archiduque Carlos de Austria y continuaban en guerra. Pedro Corbí Andrés, militar borbónico natural de Ibi y emparentado con los Orduña de Guadalest, redactó un informe sobre las torres vigia de la costa y sus servidores en donde leemos: "En Benidorm el alcayde se podrá mantener con el sueldo solo que tiene de gobernador, un artillero y un soldado [...]. En la Torre de las Escaletas se pondrá un alcayde que sirva por su honor sin sueldo, y por haber un cañon se habrá de mantener dos soldados y un artillero que ganaran entre los tres, noventa reales al mes" [3]. El detalle de que tenía un cañón es importante porque nos indica que la cubierta de la parte superior estaba en perfectas condiciones ya que desde ella se disparaba dicha pieza de artillería. Por tanto la torre seguía operativa a principios del siglo XVIII.

 Por un documento del archivo municipal de Villajoyosa sabemos que en el año 1712 los soldados de vigilancia del litoral de la Marina reclamaban el sueldo de los últimos cuatro meses de 1711 que  aún no les habían abonado. Esos retrasos habían sido habituales en la época de los Austrias y siguieron siendo en la nueva etapa borbónica:  

Juan Ballester, Joseph Ots, Soldados dla Guarda den medio eô, Peñas del albir = Maximo Lorca Alcayde dela torre delas Escaletas, Caetano Morales, Pedro Guerra, Juan Ballester Soldados de dcha. Torre = Dn. Gaspar Tous de Dn. Vicente Alcayde dl Castillo de Benidorme, felipe Morales, Juan Berlanga, Ataxadores de dcho. Castillo, Jayme Such, Juan Ivorra, Anbrosio Lorca, Domingo Vives, [...] Juan fluxa. [Reclamaban] la paga que se nos esta deviendo dlos meses de Setiembre, Octubre, Noviembre, y Diziembre, mas cerca pasados del Año Mil Setecientos y onze” [4]. 

Así pues en 1712 la torre seguía en activos con una dotación de un alcaide y tres soldados, que como los vigilantes de otras torres, estaban descontentos por el retraso en cobrar sus salarios.

En esos momentos se estaba utilizando la torre no sólo para vigilar a los corsarios musulmanes sino también a los austracistas que hacían incursiones en estas tierras, como por ejemplo el 21 de abril de 1713 cuando un grupo de entre 80 y 100 corsarios de las Baleares ("migueletes de mar" se les llama en el texto), desembarcaron cerca de Benidorm y se dirigieron a Polop llegando sin ninguna resistencia "como a las nueve de la noche, siendo esta oscura y tenebrosa". Cautivaron a Tomás Sanz, procurador de los condes de Montealegre, señores de Polop y Benidorm, al párroco, al alcalde y a un soldado por ser partidarios de Felipe V. Los de Polop dieron la voz de alarma y la milicia de Benidorm salió de la villa y recorrió el Rincón de Loix y el Albir pero no hizo nada para detener a los corsarios y rescatar a los cautivos: se escondió, los dejó pasar de largo y cuando ya estaban lejos dispararon para justificarse. Los corsarios liberaron los cautivos pocos días después, tras cobrar su rescate. El pago lo efectuaron los condes de Montealegre que acto seguido exigieron al municipio de Benidorm la cantidad gastada porque la milicia había obrado de mala fe [5].

En el incidente no se citan las torres de les Caletes y Bombarda ni el castillo de Benidorm pero cuesta creer que alguno de estos elementos de vigilancia no hubiese avistado la nave de los corsarios baleares. Si llegaron andando a Polop a las nueve de la noche habían tenido que desembarcar al atardecer, no de noche. Tenemos constancia que en 1711 se avistó una nave y como no se sabía con certeza si era austracista o berberisca se dio la voz de alerta. Pero en este caso no dieron ninguna alerta. ¿No vieron venir la nave desde Baleares ni el desembarco de un centenar de personas? Podría ser, pero tampoco se puede descartar que hicieran la vista gorda ante su desembarco por el retraso en cobrar sus salarios, por sus simpatías con los austracistas o por ambas cosas.  

Al estallar la Guerra de Sucesión nuestra comarca se adhirió con entusiasmo a la causa del archiduque Carlos de Austria. Tras la batalla de Almansa su territorio cayó en poder de Felipe V de Borbón pero sus gentes seguían estando a favor del archiduque Carlos por lo que no sentían ningún deseo de combatir a los corsarios de las Baleares.


La torre de les Caletes ya consolidada muestra la puerta de acceso que estaba elevada en el lado de Levante.


Años más tarde nos encontramos con el documento "Estado y relacion de la fortalezas de la costa maritima del presente Reyno de Valencia en el año 1727". Sobre la torre de les Caletes indica que seguía en activo ya que tenía: "un cañón de hierro, 3 balas de artilleria de calibre de 7 y del 12 y una cureña de campaña. Domina dos calas, una por Levante y otra sobre Poniente y la isla de Benidorm; refuxianse a la citada torre las embarcaciones por temporal o acosadas de enemigos". Indica que controlaba dos calas e impedía que se ocultasen en ellas las naves corsarias. Por estar entre esas dos calas recibió el nombre de torre de "les Caletes" que algunos transformaron en "Escaletes". El autor del informe fue Francisco Thomas Boscasa [6].

Creo que este documento de 1727, que algunos historiadores datan en 1729, ya no se puede calificar de "principios del siglo XVIII" y certifican que la torre no fue destruida en dicha fecha. 

Pero hay más testimonios. Muy avanzado dicho siglo, en 1779, tenemos las “Relaciones geográficas, topográficas e históricas del REINO DE VALENCIA hechas en el siglo XVIII a ruego de Don Tomás López” que recogen los informes de algunos personas de la Marina sobre su pueblo y otras localidades vecinas. En 1774 se les entregó un cuestionario que fueron contestando acompañado de un croquis. Dichos informes sirvieron para que Tomás López de Vargas Machuca publicara en 1788 un mapa del Reino de Valencia [7].  Destaco dos de ellos:

Siguiendo la costa del mar, se halla el promontorio nombrado peñas de "Albir", por lo que mira al mar, y por lo que mira a tierra se denomina sierra de "Elda" [Helada]; en ella se hallan tres estancias de atalayas, la más inmediata a Benidorm llamada castillo de "Escaleras" [Escaletes], con cinco soldados de costa y un Alcayde, en la que hay también un cañon para su defensa y aviso de piratas y enemigos; en el medio de dicha sierra hay otra guardia de tres atalayas, nombradas del "Seguro", y al fin de ella, y entrada al puerto de Altea, hay otra torre, nombrada de la "Bombarda", con tres atalayas, por donde dividen los términos de Polop y Altea” (Francisco Lloret, párroco de Villajoyosa).

Sigue la parte de Poniente de Altea una punta llamada la Bombarda con una torre en lo alto de ella distante de Altea tres quartos de legua; sigue de la misma punta un monte llamado la Sierra Elada y al remate de ella una torre con un cañón encima de una punta llamada las Escaletas, distante de la antecedente una legua; sigue la villa de Benidorm, situada en un montecito”. (Vicente Castelló párroco de Altea).

Está claro que en 1774 la torre de les Caletes seguía formando parte del sistema defensivo ya que contaba con un cañón, cinco soldados y un alcaide y  se indican los tres puntos de Serra Gelada desde los que se vigilaba la arribada de naves corsarias. Observamos que la sierra tenía dos nombres, uno para los hombres de la mar y otro para los de tierra.

En fecha indeterminada pero anterior a 1792 tenemos el testimonio de Juan Antonio Perelló y Cardona (1732-1792), ingeniero militar que redactó una “Relacion de los puertos de consideracion de Alicante… (a) Morayra…” que se conserva en el Archivo General Militar de Madrid. Indica que la torre de les Caletes aún estaba activa y que era de utilidad en caso de ataques corsarios: "La torre de las Escaletas de figura circular distante tres quartos de legua de la torre de Bombarda está situada sobre la punta del mismo nombre con bastante elevacion al mar armándose al Poniente a corta distancia de ella todos los años una Almadrava para la pesca de atunes entre las Escaletas y la Punta de Aguiló. Está la Villa de Benidorm, casi en el centro de esta distancia que ocupa su Badia […] Esta badia se considera la mejor en esta porción de costa pero para un desembarco con el fin de invadir el Reyno es poco favorable el terreno que por todas partes es montuoso; sus caminos aun para erradura penosos con bastante escasez de viberes por lo que me parecen suficientes la mencionada torre con el fuerte de la población para contener a qualquiera corsario que se les presente."

En mi opinión todos estos testimonios invalidan la afirmación de que la torre fue destruida a finales del siglo XVII o muy a principios del siglo XVIII. La existencia de las monedas y su cronología son hechos indiscutibles pero deducir que marcan el final de dicha torre sí es discutible. Contradice bastantes testimonios escritos posteriores por lo que creo que se debe buscar otra explicación, como por ejemplo que alguien escondió esas monedas y no pudo regresar a recogerlas, un hecho repetido a lo largo de la historia y muy conocido por los arqueólogos.  


Por tanto parece evidente que la destrucción de la torre de les Caletes no sucedió a fines del siglo XVII sino bastante más tarde. Sin embargo no tenemos documentación que nos indique de forma indudable la fecha exacta en la que ocurrió.

Tenemos dos hechos claros. En primer lugar que al iniciarse el siglo XIX, en 1803, seguía en activo. Carlos Llorca Baus, basándose en los protocolos notariales del Archivo Municipal de Benidorm, indica que en 1803 Maximiliano Llorca era alcaide de la torre de les Caletes y Antonio Vives soldado; también señala que Pedro Llorca era "atallador" (Historia Marinera de Benidorm, página 25).

 Por otro lado sabemos que la torre estaba destruida a mediados del siglo XIX. El informe del capitán de Ingenieros Joaquín Aguado señala: “Fue entregada como las demás al Cuerpo de Carabineros por el de Ingenieros en 31 de Diciembre de 1850 según Real Orden de 1º de Octubre de 1849, cuyo cuerpo no la utilizaba por el estado de ruina en que se encontraba.” [8]. En esa fecha ya no había corsarios y sí mucho contrabando pero los carabineros, para perseguirlo, no pudieron utilizar la torre porque estaba en ruinas. 

Estas dos referencias dan verosimilitud a la afirmación de Pedro María Orts Berdín sobre su destrucción por los ingleses al finalizar la Guerra de la Independencia: 

bombardearon también las torres del Aquilón  [Aguiló] y Caletes, arrojaron al abismo los cañones de ésta y sustrajeron un catalejo antiguo de gran alcance, prendièndole fuego a su retirada si bien no se incendió por completo, gracias á que los torreros escondidos en la inmediata cueva del Azno [cueva del Barber], al reembarcarse los incendiarios, dominaron las llamas y salvaron parte de sus muros calcinados” [9].

Este autor publicó su libro “Apuntes históricos de Benidorm” en 1892 recogiendo relatos orales que no contrastó por lo que conviene ser muy cauto a la hora de aceptar la fecha que sugiere:1814. De todas formas da un dato concreto: la torre fue incendiada y las excavaciones del 2017 encontraron que un incendio había colapsado el techo de la cámara.

Hay otro elemento que también podría avalar la afirmación de Orts Berdín. Indica que los teóricos aliados ingleses destruyeron, además de la torre de les Caletes, el castillo de Benidorm, que él denomina fuerte, y un torreón circular próximo a la iglesia que denomina rollo: “Más tarde nuestros aliados los ingleses, faltando a los tratados establecidos, bombardearon el fuerte y rollo, ó torre de Piera, [...] lo minaron y volaron arrojando al mar sus cañones” [10].

Hay documentos que sugieren que el castillo sufrió daños a principios del siglo XIX. En 1827 se dice: “The town [Benidorm] is small, and stands on a rock defended by a small work mounting two guns” [11]. Es decir, el castillo había quedado reducido a una pequeña construcción con dos cañones.

En 1828 en el Diccionario de de Sebastián Miñano se indica que estaba en mal estado: “el castillo consiste en un recinto irregular que ciñe la parte más avanzada hácia el mar y por parte de la villa, con un frente de hornabeque sin foso, y todo en mal estado” [12].

Por tanto la noticia de la destrucción parcial del castillo de Benidorm al final de la Guerra de la Independencia parece verosímil y eso incluiría también la destrucción parcial de la torre de les Caletes.

Fernando VII volvió a España el 22 de marzo de 1814 y el 4 de mayo, desde Valencia, abolió la Constitución y todas las leyes de las Cortes de Cádiz. Para entonces, si creemos a Orts Berdín, la torre de les Caletes debería estar destruida desde enero o febrero, pero no lo sabemos con certeza. 

El benidormense Vicente Llorca, bibliotecario del Senado, tomando como base un documento del Archivo de dicha institución explicaba que en las primeras décadas del siglo XIX los artículos de contrabando circulaban de forma escandalosa por esta comarca, siendo Benidorm una de las localidades más destacadas y por eso, finalizada la Guerra de la Independencia, se debía eliminar. Las autoridades provinciales presentaron un "Plan e Instrucción de la Provincia de Alicante respectivo al Ramo de Rentas que comprende desde el Cabo de San Antonio hasta la Torre de la Oradada, con espesifícación de todas las Calas y Sitios donde se pueden verificar desembarcos: Así mismo, de las Partidas que se Establecieron el año 1804, en virtud del Reglamento hecho por Don Josef Betegon, Governador Político y Militar de dicha de Alicante y fué aprovado su Magd. produciendo buenos efectos. Comprendiéndose tambien en este Plan, algunas adevertencias necesarias para cooperar al esterminio del fraude que circula por estas costas... (Fecho en 12 de Agosto del año de 1814.)". En este Plan se señalaban las calas y puntos donde se podían verificar desembarcos. Cuando indica cómo se distribuían los hombres que debían vigilar el mar y dar aviso en caso de avistamiento de contrabandistas se cita la torre de les Caletes: "apostando tambien un Dependiente en la Torre de las Caletas para que observe los buques que fondean en la Isla Mediana y dé parte a su cabo”. Este texto nos podría haber aclarado si en el verano de 1814 la torre seguía entera y en activo o ya estaba destruida pero su redactor no lo consideró relevante [13].

De todas formas mi conclusión, después de este repaso a la documentación, es que la vida útil de la torre de les Caletes no duró el siglo y medio que le atribuye el catálogo de la exposición sino que se prolongó durante otros cien años más. Continuó activa todo el siglo XVIII y sufrió daños importantes a principios del siglo XIX, probablemente durante la Guerra de la Independencia o en fecha próxima a ella. No fue una destrucción total pero quedó inutilizada. El citado informe del capitán Aguado coincide con Orts Berdín al indicar que fue volada por los ingleses. Pudo haberse reparado pero no se hizo y se fue deteriorando. Afortunadamente se ha detenido ese proceso y su pervivencia está asegurada. Hoy día tiene 7 metros de alto y en 1870, según el Informe Aguado, era 2,20 metros más alta que en la actualidad, lo que significa que se conservaba casi todo el cuerpo superior que fue cayendo sobre el central y rellenándolo. Cuando estaba en servicio debería tener entre 9,5 y 10 metros de altura. 

También me gustaría dejar claro que la exposición del Museu Boca del Calvari  sobre la torre de les Caletes ha sido muy útil y didáctica y que y el catálogo editado recoge información muy interesante y muy valiosa sobre las excavaciones, la consolidación de la torre y su entorno, la vida de los vigilantes, etc., y vale la pena leerlo con detenimiento.

Y también vale la pena visitar la torre. Desmochada, se alza en pie recordándonos antiguas historias de unos siglos, felizmente superados, en los que las relaciones entre cristianos y musulmanes se basaban en el odio y la guerra en vez de en la tolerancia y la colaboración. 






NOTAS:

[1] ACA, Consejo Supremo de Aragón, Legajos, Secretaria de Valencia, 555, doc. 6 “Torre de las Caletas,” en PARES.

[2] PAYÁ NICOLAU, José: “Papers de la Vila”, AEMABA, 2017. Edición digital, pág. 27.

[3] GALIANA SORIANO, Agustí: “Documentació històrica i bibliografia de la Marina Baixa”, año 2011,  pág. 560, edición digital.

[4] Payá Nicolau 2017:127-128.

[5]. ARV, Escribanías de Cámara, año 1713. Inv. Gral. 630, lg. 51, exp. 92. Los condes de Montealegre contra Benidorm). 

[6] Llorca Baus, C. : “Historia marinera de Benidorm”, 1994, pag 19. Fuente: AGS, Guerra Moderna, leg. 253. Le da fecha de 1729

[7]. He utilizado la edición digital de la Biblioteca Nacional de las “Relaciones geográficas...” publicadas por Vicente Castañeda y Alcover en varios ejemplares de la “Revista de Archivos y Bibliotecas”.

[8] AGUADO, Joaquín: Informe de Reconocimiento de Torres de Costa, 1870. Servicio Historia Nacional (4-4-4-1).

[9]. ORTS BERDÍN, P. M.: "Apuntes históricos de Benidorm",1892, pág. 135.

[10].Orts Berdín 1892:134.

[11]  PLANTAGENET TEMPLE, Richard: “The prívate diary of Richard, Duke of Buckingham and Chandos”, Londres 1862, 3 vol. En Google Books. La cita es del vol. 1, pág. 70.

[12]  MIÑANO BEDOYA, Sebastián: “Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal”, Madrid: Pierart-Peralta, 1826-1828, 11 vols. En Google Books. La cita está en el tomo IX, pág. 192.

[13]. https://histobenidorm.blogspot.com/2013/12/historia-de-benidorm-en-los-siglos-xix.html