viernes, 15 de mayo de 2015


Benidorm: la plaza de la Cruz o plaza de la República.



Francisco Amillo


En Benidorm la céntrica Plaça de la Creu o Plaza de laCruz está situada en la confluencia de cinco calles peatonales: la Alameda, Passeig de la Carretera, Sant Roc, l'Alt y Martínez Alejos. Además hay otras tres calles, Emilio Ortuño, Herrerías y Ruzafa que,  abiertas al tráfico rodado, confluyen en ella. Se trata por tanto de un lugar muy concurrido y con un elemento muy popular, la palmera, un punto de referencia en nuestra ciudad.



Es una plaza pequeña pero la gran densidad de comercios, cafeterías, bares, restaurantes, etc. que hay en la propia plaza y en su entorno inmediato explica que esté totalmente ocupada de peatones; tantos que en algunas horas hacen difícil la circulación peatonal.
En el pasado tuvo otras funciones y desde luego nunca alcanzó la densidad de tránsito de personas que registra en la actualidad. A la historia de este popular rincón de Benidorm dedico esta entrada del blog.




La Plaça de la Creu es una plaza muy pequeña pero en ella confluyen ocho calles lo que explica su alto valor económico por las actividades comerciales y de ocio que se han desarrollado en su entorno. Se ha convertido en un lugar muy concurrido que ha superado en importancia al primitivo centro de Canfali. (Fuente: Google Earth)


La Plaça de la Creu surgió a principios del siglo XIX como consecuencia del crecimiento demográfico y urbano de Benidorm. La villa refundada en 1666 ocupaba el promontorio de Canfali y una parte del plano inclinado de su zona norte. Estaba rodeada de murallas de origen medieval. 
A lo largo de todo el siglo XVIII y primera mitad del XIX la población del municipio creció de forma extraordinaria y en 1842 llegó los 4.502 habitantes, su máximo demográfico antes del desarrollo turístico. Las nuevas casas se construyeron fuera de las murallas y surgieron los barrios extramuros o ravals
 El nuevo  casco urbano se desarrolló ocupando primero el resto del plano inclinado y luego el llano que se extiende a los pies de Canfali. Surgió así la calle Alameda, probablemente en el siglo XVIII aunque la referencia escrita más antigua es de 1803 [1]. La importancia de esta vía venía dada por ser la prolongación de la calle Mayor, que  con la iglesia y la plaza de Sant Jaume, había sido el centro de la villa. Además seguía el último tramo del antiguo camino de Altea. 
A ambos lados de la Alameda surgieron nuevas edificaciones y calles, entre ellas las de l'Alt y Sant Roc, documentadas también a principios del siglo XIX. Y también surgió la plaza de la Creu, sobre la que trata esta entrada.

Su denominación más antigua, registrada en 1844 era la de "Plazuela de la Costereta". Este nombre alude a que el camino de Altea, que circulaba a un nivel más bajo al atravesar el barranco de l'Aigüera, se elevaba antes de la plaza formando un cuesta que hoy día aún es perceptible en la calle Herrerías.

El primitivo nombre de plaza de la Costereta se cambió por el actual de la Creu en una fecha que desconocemos, aunque una de sus primeras apariciones en la documentación es de 1860. 
El por qué del cambio de nombre parece claro: en ella estaba la "cruz de término" o "humilladero" en castellano y "peiró" en valenciano. Esas cruces solían colocarse junto a los caminos o a la entrada de los pueblos. En el caso de Benidorm se cumplían las dos características ya que la plaza estaba situada al final del camino que iba desde Altea a Benidorm y constituía el inicio del casco urbano. Los caminantes solían arrodillarse en ella y rezaban una oración antes de entrar o salir del pueblo; de ahí el nombre de humilladero. 



Plaça de la Creu con la cruz de término que le dio nombre. Al fondo, a la derecha, se comprueba que esta plaza era el final del pueblo y que por ella pasaba la carretera Alicante-Valencia. La fotografía  está tomada desde la plaza mirando en dirección a Altea. (Fuente: Archivo Municipal de Benidorm)


Normalmente había una escalinata de piedra que rodeaba la cruz. Pero en la de Benidorm podemos comprobar mediante fotografías anteriores a 1951 que la cruz tenía un basamento octogonal. Ese era el lugar destinado a arrodillarse. En el centro del basamento se alzaba un bloque cúbico que a su vez sostenía un pilar cuadrado con basa y capitel y sobre este último una cruz, todos ellos de piedra.  
La cruz tenía una forma peculiar ya que la intersección de los brazos no presentaba un ángulo recto sino una concavidad de cuarto de circunferencia.

 

La Plaça de la Creu con la cruz de término y con la calle Alameda como fondo. Imagen bajada de internet donde no se indica la fuente ni la fecha pero la publicidad del hotel Planesia nos indica que es de la década de 1940.     


A primeros de mayo se celebraba en Benidorm, como en casi todos los pueblos españoles, la festividad de las Cruces de Mayo. Era una fiesta de origen precristiano, los mayos, que se celebraba a la mitad de la primavera. Posteriormente fue cristianizada y se hizo coincidir con la celebración del supuesto hallazgo de la Vera Cruz de Cristo por Santa Elena, madre del emperador Constantino, y se celebraba el 3 de mayo. 
El momento más importante de la celebración, una tradición que se remontaba a la Edad Media,  consistía en acudir en procesión desde la iglesia hasta la cruz, engalanada con flores y otros adornos. Una vez allí el sacerdote bendecía el término municipal y sus cosechas, de las que dependía la subsistencia de ese año.
Ignoramos cuando se construyó la cruz de término. Ya hemos visto que en 1860 la plaza había cambiado su antiguo nombre de "Plazuela de la Costereta" por el de "Plaza de la Cruz" lo cual evidencia que en esa fecha estaba ahí, pero no sabemos desde cuantos años antes.

En el siglo XIX se produjo un hecho que nos demuestra que la plaza era un punto importante de la población. Me refiero al intento de llevar el agua potable a Benidorm instalando tres fuentes en el municipio, una de ellas en la Plaça de la Creu. En el acta de la sesión plenaria del Ayuntamiento de Benidorm del día 2 de mayo de 1844,  presidida por el “alcalde constitucional” José Thous Pérez, se recoge la aprobación del pliego de condiciones para las obras de conducción del agua desde Lliriet a Benidorm. Entre ellas se cita la ubicación de las tres fuentes del pueblo en: 
- la calle de la Alameda,
- la plaza de la Costereta, que era la entrada desde Altea,
- la bajada a la playa de Poniente, junto a la casa de la viuda de Manuel Orts, que era la entrada desde Villajoyosa.
Las dos primeras deberían desaguar al final del pueblo, por la parte de la huerta, al mismo nivel que la balsa de la Señoría. 
Las tres fuentes deberán formar, cada una de ellas, una Alegoría referente a las actividades propias de la villa. No se indican cuáles eran pero es seguro que la agricultura y la pesca estarían entre ellas.
Según un acta posterior se construyeron las tres fuentes y llevaron agua desde Lliriet pero finalmente este intento fue un fracaso y la fuente de la Plaça de la Creu dejó de prestar servicio.

La importancia de esta plaza se acentuó en 1868 cuando se construyó, después de muchas dilaciones, la carretera de Alicante a Silla, tal como se denominó en la época o N-332 como se denomina actualmente. Su uso relegó a segundo término el anterior camino Altea-Benidorm, denominado Camino Viejo de Altea a partir de entonces; en su parte final el trazado de ese camino ha desaparecido bajo las modernas calles.
La nueva carretera pasaba por la actual Vía de Emilio Ortuño y continuaba por el actual Passeig de la Carretera. Eso significaba que la nueva vía atravesaba la plaza de la Creu. En realidad era un camino de tierra y piedra machacada, el macadam, que no se asfaltó hasta 1930 o 1931. El tráfico rodado que circulaba por ella eran las diligencias y los carros, siendo también el lugar por el que circulaban peatones y animales. Por eso se creó en 1865 el hostal La Mayora, situado entre la carretera y la calle la Palma, es decir muy próximo a la plaza. Allí los viajeros descansaban y se renovaban los animales de las diligencias. 
Con el siglo XX y el desarrollo del automóvil las diligencias desaparecieron y el tráfico de vehículos a motor se intensificó poco a poco y se instaló un surtidor de gasolina explotado por la familia Fuster. 
Cuando en 1915 se inauguró el Ferrocarril de la Marina la estación estaba muy lejos del pueblo y era necesario el transporte de personas y mercancías hasta ella y desde ella. La familia apodada Rosera, se dedicaba a ese transporte. Tenía un hostal  en esa plaza y en su planta baja estaba el garaje donde guardaban el coche que hacía el trayecto Benidorm-estación.

En 1931 se instauró en España la II República cuya Constitución separó Iglesia y Estado al proclamar en su artículo 3 que "España no tiene religión oficial". En Benidorm esta corriente laicista tuvo como consecuencia que se cambiase el nombre de Plaza de la Cruz por Plaza de la República: fue el 2 de junio de 1931.
Se cuenta en Benidorm que una corporación municipal de izquierdas cambió la cruz por una palmera durante la República y que fue sustituida de nuevo por la cruz por ayuntamientos de derechas, pero es algo que no parece exacto. Hacia 1928 el alcalde Vicente Llorca Alós, de ideología bastante conservadora (militaba en la Unión Patriótica de Primo de Rivera), fue con mucha probabilidad el responsable de cambiar la cruz por una palmera de un tallo. Posteriormente en 1939, tras la Guerra Civil, las autoridades municipales del nuevo régimen devolvieron a la plaza su anterior nombre, le quitaron la palmera y pusieron en su lugar una cruz de piedra. Y finalmente otro alcalde de derechas y Jefe Local del Movimiento, Pedro Zaragoza Orts, quitó la cruz, puso en su lugar la actual palmera, y mandó construir la actual cruz de la calle Emilio Ortuño. Así que ningún ayuntamiento de izquierdas cambió cruz por palmera. Y en los cambios no hubo motivación religiosa sino urbanística. 

 

Hacia 1928 se retiró la cruz de término y se puso esa palmera de un sólo tallo. Posteriormente se volvería a poner la cruz hasta que Pedro Zaragoza puso la palmera y la cruz que hoy vemos. Hasta principios de la década de 1950 el pavimento de la Plaça de la Creu y la calle Alameda presentaban este aspecto ya que ambas estaban sin asfaltar. 

En el primer año de su gobierno el alcalde  Pedro Zaragoza mandó quitar la cruz de su emplazamiento tradicional y en su lugar se puso la actual palmera  traída desde el Rincón de Loix. Tenía cinco troncos hasta que un automóvil chocó contra ella y rompió uno de ellos. Eso ocurrió en 1951. Por el Archivo Municipal sabemos que con fecha 31 de mayo de dicho año el Ayuntamiento pagó el importe de "cinco carros de agua riego de la palmera Plaza de la Cruz".

En la contabilidad del Ayuntamiento del año 1951 figura esta orden de pago por el riego de la palmera. La cantidad de agua es muy superior a la que aparece en recibos posteriores por lo que mayo fue probablemente el mes de su plantación.

La nueva cruz, la que vemos hoy día frente al edificio Abril, se construyó en la Vía Emilio Ortuño, que entonces era la carretera Alicante-Valencia. Es de cemento con basamento muy pequeño que no sirve para arrodillarse, costumbre que es probable que ya se hubiese perdido en 1951. El citado basamento está alicatado y tiene forma octogonal, posiblemente como recuerdo del anterior.
Es probable que el cambio del emplazamiento de la cruz obedeciera a que el final del pueblo se había desplazado en dirección a Altea ya que en la calle Herrerías había algunos edificios durante los años de la guerra (lavadero, matadero, etc.) que se incrementaron de forma espectacular con el desarrollo turístico a partir de 1950.



La nueva cruz de término de 1951 no fue colocada en el emplazamiento de la anterior sino junto a lo que entonces era la carretera Alicante-Valencia. Es de cemento con un basamento octogonal alicatado y una base también octogonal y alicatada.  


Cuando a partir de 1950 Benidorm empezó a apostar por el desarrollo turístico la Plaça de la Creu fue ganando importancia. Las actividades vinculadas con el transporte desaparecieron poco a poco, fenómeno que culminó en 1959 con la apertura de la carretera de circunvalación, actual avenida de Alfonso Puchades. En cambio las actividades relacionadas con el turismo (comercios, agencias de viaje, fotografía, restaurantes, bares y cafeterías), tanto en la plaza como en zonas adyacentes, adquirieron un gran desarrollo a causa de su céntrica situación. A las cuatro calles de principios del siglo XIX que desembocaban en ella se añadieron otras cuatro surgidas por la expansión del casco urbano a partir de 1950: Ruzafa, Herrerías, Vía Emilio Ortuño y Martínez Alejos.




La Plaça de la Creu y su palmera de varios troncos  en una fotografía de Quico del año 1962. Aún estaba el surtidor de gasolina pero ya aparecen en sus proximidades establecimientos dedicados al turismo como la agencia Ultramar Express o Foto Rueck. También se observa que se había asfaltado.


La Plaça de la Creu en la actualidad. Las palmeras son mucho más altas y es un espacio peatonal. Se aprecia cómo las mesas de bares y cafeterías ocupan una parte de su espacio, un gran inconveniente en una plaza de pequeño tamaño y una altísimo tránsito de peatones.  

A pesar de los cambios socioeconómicos y religiosos ocurridos a consecuencia del turismo se han mantenido algunas de las tradiciones religiosas que afectan a la Plaça de la Creu. Así por ejemplo las procesiones de Semana Santa y la ofrenda a la Virgen del Sufragio pasan por ella. También se ha seguido celebrando en la nueva cruz la tradicional "Festa de la Creu" a principios del mes de mayo. 
En 1971 el periódico "Ciudad" publicaba un artículo firmado por Domingo  Devesa en el que se explicaba como las antiguas tradiciones de la fiesta de la Cruz se iban transformando:
"La festeta de la creu. 
El pasado domingo [30 de abril de 1971] la festeta volvió a resurgir, como cada año. Alas 6 de la tarde, con pasacalle de la Banda Infantil de Cornetas y Tambores de la Cofradía de Jesús Nazareno, dio comienzo las sencillas celebraciones típicas del día. Volvió la "paella mascará", "la trencá de la botija" y otros juegos que, antes, eran diversión de los niños y, ahora, de admiración de los turistas. La "chirimita" sigue tocando, interpretando las canciones de costumbre y, los turistas, como de costumbre, siguen disparando sus cámaras fotográficas...
Por la noche el consabido "ball popular" que ya, a estas alturas, ha perdido el interés de otros tiempos.
A la mañana siguiente -pasado lunes [1 de mayo]- sobre las diez y media de la mañana, se inició la procesión desde la Iglesia de San Jaime, presidida por nuestra primera autoridad municipal, doctor Reverte, y acompañada por la Banda Infantil de Cornetas y Tambores, y niños vistiendo traje típico (lo malo es que no vistieron el típico de la tierra...) hasta la Cruz de Término, en donde se bendijo el Término municipal. Finalizada la sencilla ceremonia, la comitiva regresó a la Parroquia.
En otros tiempos los niños portaban cruces de flores; ahora la cosa ha cambiado.(Ciudad del 8-5-1971, pag. 5)

En la actualidad las comisiones de fiestas se congregan en la palmera de la Plaça de la Creu y desde allí van a la iglesia de Sant Jaume donde están el párroco y las autoridades y se inicia la secular procesión hasta la cruz, totalmente engalanada con flores en una ceremonia que se suele celebrar el día anterior y se denomina "La vestida de la Creu". 


Allí el párroco realiza la tradicional bendición del término, se recitan poemas y se cantan "copletes", un canto religioso de honda raigambre en esta villa. Son ceremonias que mantienen viva una tradición que se remonta a la Edad Media.




Hoy día son pocas las personas que conocen el pasado de esta plaza, vinculado a la religiosidad tradicional y a los antiguos medios de transporte. También se suele desconocer que la II República dio su nombre a la plaza de 1931 a 1940 y el carácter tolerante de las gentes de Benidorm que se ayudaron entre sí al margen de diferencias ideológicas o religiosas. Con el desarrollo del turismo se olvidaron estos hechos y la palmera adquirió un nuevo significado: el de punto de encuentro por tratarse de una referencia visual muy fácil de identificar en un espacio habitualmente lleno de paseantes y de gran dinamismo comercial y turístico. La palmera de la Plaça de la Creu ha sido y sigue siendo un elemento muy conocido y típico del actual centro urbano de Benidorm. 



[1]:  Almiñana Orozco, P.: "Els topònims de Benidorm (1321-1955)". Ajuntament de Benidorm, 2001.

[2] Chiner Vives, J.J.: "BENIDORM Los hoteles del paraíso 1945-1964  Folletos y documentación del Archivo Municipal de Benidorm". Ajuntament de Benidorm, 2005