viernes, 30 de abril de 2021

Benidorm 1938: un muerto de la Guerra Civil que molestó a republicanos y franquistas.



Durante la Guerra Civil de 1936-39 se implantó la trágica costumbre de eliminar físicamente a los adversarios políticos e ideológicos. Su rasgo más inhumano, practicado por ambos bandos, fue buscar a determinadas personas y matarlas abandonando sus cuerpos en lugares apartados a veces de otros municipios. No había tribunal ni juicio y la arbitrariedad y la precipitación fueron la norma.

En la comarca tenemos algunos casos como el de Nicolás Miralles Coloma de Relleu o el de José Beneyto Rostoll capturado en Altea y cuyo cadáver apareció a las puertas del cementerio de la Nucia. En Benidorm se dijo públicamente que no hubo ningún muerto de este tipo pero privadamente se decía que sí se encontró un cadáver en esas circunstancias. 

Francisco Amillo 



Fotografía aérea de Benidorm del año 1938 que nos muestra cómo era el pueblo en 1938. Hacia Poniente, en la parte baja de la imagen vemos el cuadrado que formaba el cementerio municipal, en esos momentos muy alejado del casco urbano.



Es normal que en un conflicto armado ambos bandos intenten honrar a sus partidarios muertos durante las hostilidades y que después de ellas conserven su recuerdo y les honren de diversas maneras. Lo extraño es que un bando ejecute o, si se prefiere, asesine a una persona del bando enemigo y que su muerte sea ocultada e ignorada por ambos bandos hasta el punto de borrarla de la documentación oficial. Eso es lo que ocurrió en Benidorm durante y después de la guerra de 1936-39. Para borrar la memoria de una muerte en extrañas circunstancias ambos bandos ocultaron la verdad y faltaron a ella en documentos oficiales eliminando la historia de una persona. Por su peculiaridad me parece interesante reproducir aquí este hecho de la Guerra Civil en Benidorm.

La “verdad oficial” sobre este caso, es decir su no existencia, se divulgó en una anécdota contada a propósito de uno de los viajes a Benidorm que María del Carmen Polo y Martínez-Valdés, esposa del entonces Jefe del Estado Francisco Franco. Fue a principios de la década de 1960 y en un momento indeterminado el alcalde de Benidorm Pedro Zaragoza Orts le comentó a la ilustre visitante que durante la Guerra Civil, en el pueblo, no se había producido ninguna muerte por razones políticas. “Un caso raro” dicen que comentó ella. 



Fotografía de Simeón. El alcalde Pedro Zaragoza con Carmen Polo durante una de sus visitas a Benidorm 


Si Pedro Zaragoza hubiese necesitado demostrar la veracidad de su afirmación con documentos oficiales habría podido exhibirlos con gran facilidad. Tal como expliqué en mi libro sobre la República y la Guerra Civil en esta ciudad, Benidorm permaneció en el bando republicano prácticamente durante toda la guerra y mientras duró los alcaldes y concejales de izquierdas protegieron y ocultaron a muchas personas de derechas. Quedaron atrapadas en la entonces villa de 3.000 habitantes inmediatamente después de la rebelión militar del 18 de julio de 1936. 


Tarjeta postal enviada desde Benidorm en julio de 1936 reproduciendo una fotografía de la actual Plaça del Torrejó, entonces denominada de Gabriel Miró. En temporada estival era un lugar muy concurrido por los veraneantes


Como todos los años muchos veraneantes habían acudido a principios de ese mes a las residencias de la playa de Levante. La mayoría eran propietarios pero también había algunos que, como el famoso torero Vicente Barrera, alquilaban un chalet en primera línea para la temporada veraniega. 


Chalet Miramar construido a finales de 1930 en primera línea de la playa de Levante. Su propietario Eusebio Pérez Fuster lo alquilaba por temporadas y en 1936 el inquilino fue el entonces famoso torero Vicente Barrera que supo ganarse la simpatía de los dos bandos. En Benidorm se ganó las simpatías de la CNT porque le prestaba su lancha motora siempre que la necesitaba.


A la inmensa mayoría de estos veraneantes el estallido de la guerra les pilló totalmente desprevenidos. A los que podían volver a sus hogares sin temer represalias el joven alcalde de Benidorm Jaime Ferrer Nomdedeu les facilitó salvoconductos para el viaje. Pero algunos temían regresar a sus localidades porque podían ser encarcelados o asesinados por sus ideas a favor de los militares sublevados. El alcalde Jaime Ferrer tuvo muy claro desde el primer momento que debían ser protegidos y ocultó su presencia a las autoridades de la capital alicantina. En otros casos se trataba de personas de otra provincia, por ejemplo Valencia o Albacete y autoridades de dichas provincias acudieron a Benidorm para llevárselas. Para prevenirlo el Ayuntamiento había montado un servicio de vigilancia y mientras unos milicianos del pueblo entretenían a los recién llegados, otros avisaban a los refugiados para que cambiasen de escondite. 

En esta atención a los veraneantes convertidos en refugiados políticos colaboraron también personas de derechas, en connivencia con las autoridades municipales. Destacaron dos, el secretario municipal Ramón Rodríguez Pérez y el ex médico municipal Cosme Bayona Fuster. 

Sobre el primero se indica en el Expediente de Depuración de funcionarios municipales realizado en 1940 que realizó "los esfuerzos necesarios para que no se cometieran, como no se cometieron, en las personas de esta población o que solían residir en ella, hechos criminales y sanguinarios de la naturaleza de los perpetrados en la mayoría de los pueblos de la zona roja, y que por virtud de tal manera de proceder, las personas de orden tachadas de afectas al Movimiento Nacionalista pudieron vivir si bien con el natural temor, y dedicarse a ocupaciones ordinarias, sin ser molestadas señaladamente". 

Se añaden en dicho expediente varios testimonios de personas que habían recibido su ayuda, entre ellas José Ferrandiz Belda, propietario de una fábrica de géneros de punto en Alcoi. Indicaba que el secretario municipal “estuvo siempre y en forma muy activa amparando, no sólo al firmante, sino a la totalidad de veraneantes, evitando con su discreta y decidida actuación que se molestara a personas de derechas, incluso cuando llegaban comités revolucionarios de pueblos de origen de algunos veraneantes”. 


Edificio del Ayuntamiento con fachadas a las calles Tomás Ortuño y Passeig de la Carretera. Durante muchos años fue también sede del Juzgado de Paz. 


El otro personaje de derechas que ayudó a los refugiados, Cosme Bayona, fue médico municipal hasta que en septiembre de 1936 fue expulsado de este cargo por su clarísima afinidad con los sublevados. Siguió ejerciendo la medicina privada en el pueblo lo que le permitió ayudar a varias personas. Miguel Riaza Marina, ingeniero de la Diputación de Albacete dio fe después de la guerra de que ayudó a personas de derechas, de Benidorm y de otras localidades: "Puede resaltarse que estando él perseguidísimo, no vaciló en acudir diariamente a las casas de los que no tenían radio para comunicarles las noticias de origen Nacional y alentarles con su ejemplo y optimismo. Como médico no vaciló en certificar cuando fue preciso para salvar a los entonces llamados facciosos, recordando, entre otros, el caso de D. Carlos de Lambea, inspector de Unión y el Fénix español quien gracias a los repetidos certificados del Sr. Bayona, pudo eludir el presentarse en Madrid, donde le hubiera ocurrido algo desagradable. Desde el punto de vista económico, he de decir que estando él arruinado por la horda no cobró a ninguno de nosotros sus honorarios, para ayudarnos a soportar nuestra indigencia y si alguna vez sus hijos pescaban ó le sobraba alguna cosa de comida, nos la enviaba a los más necesitados, aun quitándoselo él de la boca.

[...] he de añadir que estando yo muy perseguido y oculto, el Sr. Bayona se atrevía á ir por casa dos veces al día: por la mañana para comunicarme noticias mientras yo no tuve radio, ó á contrastar las que yo tenía y por la tarde á hacerme la tertulia y con ello más llevadero mi encierro. Me hizo valientes certificados Médicos gracias á los que no me sacó de casa la policía con ocasión de una redada de indocumentados (yo lo era) y á virtud de otro certificado y de informes verbales sobre mi salud que dio, evitó, de modo sorprendente, en aquel entonces, que una ronda de policía que fue á Benidorm con el exclusivo objeto de detenerme y ponerme a disposición del Tribunal Popular de Alicante, se me llevara, librándome seguramente de la muerte". 

Cosme Bayona ayudó mientras pudo porque finalmente fue encarcelado en Alicante y su liberación le llegó cuando las tropas franquistas ocuparon la ciudad el último día de la guerra.

Estos testimonios de que en Benidorm tanto derechas como izquierdas protegieron durante la guerra civil a refugiados adictos al bando sublevado no son los únicos; en mi libro presento algunos más. Por eso no hay duda de que lo que dijo Pedro Zaragoza a Carmen Polo tenía una sólida base: en Benidorm se cuidó y protegió a todo tipo de personas de ambos bandos, unas de izquierdas que huían de los bombardeos de sus localidades y otras de derechas que temían la reacción de sus convecinos. Por eso decir que en aquellos casi tres años de guerra no hubo muertos por razones políticas parece muy probable. 


Sin embargo en Benidorm, previa a esta anécdota, había circulado otra: un desconocido muerto a tiros cuyo cadáver apareció un día tirado a la puerta del cementerio Virgen del Sufragio, en aquel entonces alejado del casco urbano, no dentro de él como pasa hoy día. La información provenía sólo de personas que hablaban de oídas y por transmisión exclusivamente oral, sin ningún testimonio escrito. Para avalar su autenticidad busqué sin éxito en el Archivo Municipal. También obtuve permiso para investigar en el Registro Civil donde se custodian los libros de nacimientos, defunciones y matrimonios de esa época. Los datos obtenidos resultaron muy interesantes para conocer detalles de la vida de nuestros antepasados pero no para poder validar o desmentir el rumor sobre un muerto abandonado por la  noche junto al cementerio. Sin embargo encontré algo que me intrigó: en el Libro de Defunciones había un registro inusual: “Juan Sánchez Peña, 28 años, motorista artillería. Fallece en la carretera el 21-8-1938 por hemorragia pericardíaca por rotura de las arterias coronarias interna”. Estaba firmado por el juez de paz y el secretario del juzgado.


Fotografía de la puerta del Cementeri de la Mare de Déu del Sofratge, año 2016. Fuente: Benidorm Live en Facebook


Este fallecimiento habría pasado desapercibido, como un accidente de tráfico más, si no hubiese concurrido una circunstancia extraña: en el registro está tachada una parte de la segunda frase. Al margen está escrito que se ha tachado por orden del Juzgado del Partido de Villajoyosa.

Eliminando lo tachado el texto queda reducido a “Fallece por hemorragia interna”. Por tanto el juez de Villajoyosa no quiso que se incluyeran datos incorrectos en el Libro de Defunciones de Benidorm y lo que parecía el accidente de tráfico de un motorista fue eliminado, lo mismo que el tipo de hemorragia. Está claro que Juan Sánchez no murió en accidente de carretera lo que me lleva a pensar en una muerte por arma de fuego, aunque esto es sólo una suposición. 

Este intento de ocultar la verdad se produjo durante el período republicano. Al llegar la paz las nuevas autoridades franquistas hubiesen podido sacar a relucir esta historia para reivindicar el honor del muerto y culpar de su asesinato a quien creyeran conveniente. No lo hicieron y además ocultaron la existencia de su muerte en extrañas circunstancias. 

El secretario municipal Ramón Rodríguez firmó a veces como secretario del Juzgado en los libros de nacimientos y defunciones. Era comprensible por la falta de personal durante la guerra y facilitado por el hecho de que el Juzgado y el Ayuntamiento compartían edificio, que es el actual museo Boca del Calvari. 

Ramón Rodríguez tuvo que conocer el caso porque se comentó por todo el pueblo y también tuvo acceso al Libro de Defunciones así que podía haber aprovechado el incidente del registro tachado para reivindicar la figura del muerto o para perjudicar a las corporaciones municipales de la República porque la Causa General buscaba legitimar la sublevación de Franco en 1936 criminalizando a la República y a los que la habían apoyado.

Pero en Benidorm las cosas no sucedieron así y en el año 1940, durante la instrucción de la Causa General la nueva corporación afirmó que nadie murió asesinado por ideas políticas. El Ayuntamiento cumplimentó unos informes que se incluyeron, como los de todos los municipios, en la Pieza Primera de las once que consta la Causa General, en la Rama Separada número 129. Fueron firmados por el secretario Ramón Rodríguez  y por el alcalde el 22 de octubre de 1940; es decir como mínimo por un testigo directo, el secretario, y en fecha próxima a los hechos.


En el primer informe, denominado “Estado Número 1” se debía hacer constar la: “RELACIÓN de personas residentes en este término municipal, que durante la dominación roja fueron muertas violentamente o desaparecieron y se crea fueron asesinadas”. El secretario escribió “Ninguno” con lo cual certificaba que ningún residente de Benidorm fue asesinado por el bando republicano durante la Guerra Civil. 

En el “Estado Número 2” se debía hacer constar la “RELACIÓN de cadáveres recogidos en este término municipal, de personas no reconocidas como residentes en él, que sufrieron muerte violenta durante la dominación roja”. Tampoco aquí se consignó nombre alguno y el secretario volvió a escribir “Ninguno”.



Hoja de la Causa General cumplimentada por el Ayuntamiento de Benidorm indicando que en la villa no se recogió ningún cadáver de personas que sufrieron muerte violenta “durante la dominación roja”


Evidentemente estas afirmaciones oficiales contradicen la información oral que hablaba de un forastero alojado en el hotel Marconi de Benidorm, un establecimiento que acogía a personas de derechas. Un día, sin que las fuentes precisen más, apareció asesinado en la puerta del cementerio municipal. Gracias al Registro Civil conocemos su nombre y su función en el Ejército Popular Republicano pero hay otros antecedentes sobre personas que se registraron en el Hotel Marconi falsificando nombre y graduación militar así que en el caso que nos ocupa tampoco podemos estar seguros de su veracidad. Eso podría explicar por qué no tenemos datos sobre este personaje aparte del Registro Civil. 

Resulta llamativo que las izquierdas que gobernaban en 1938 y las derechas que lo hicieron en 1940 estuvieran de acuerdo en encubrir este tema y pasar por alto la verdadera causa de la muerte y la identidad del difunto. ¿Qué clase de persona era para que izquierdas y derechas estuvieran de acuerdo en ocultar estos hechos? 

Llegados a este punto sólo me queda añadir que la Historia no puede llegar más lejos pero que a pesar de todas las incertidumbres señaladas, estoy convencido de que la tradición oral es correcta aunque con los datos actuales sea imposible de demostrar. Sin embargo, como dijo Francesc Soldevila Sebastián, este final oscuro puede ser el origen de un brillante relato literario: “la base d'una idea potent per a escriure una narració. La trobada del cadàver a la porta del cementeri és una arrancada d'impacte segur. On s'acaba la ciència històrica, comença la ficció...


 

martes, 13 de abril de 2021

Rutas por la historia de Serra Gelada o Sierra Helada de Benidorm, 2ª parte.



En el extremo SO de la Serra Gelada, en el término municipal de Benidorm,  están la cala de l’Almadrava, la cala del Ti ximo, la Creu y la Torre de les Caletes, unos parajes que están registrando desde hace unos años, una importante afluencia de visitantes. Hay varios viales que facilitan en gran medida un recorrido que antiguamente era muy duro por lo abrupto del relieve. Se tardaba una hora a pie desde Benidorm a la torre de les Caletes o viceversa; estaban a unos 3 km en línea recta que, debido al relieve, se convertían en casi 4 km.

Este sector forma parte del Parc Natural de la Serra Gelada, de un gran valor medioambiental y turístico, el más divulgado. Pero hay también algunos elementos de gran interés histórico y patrimonial menos conocidos por el gran público. Con este artículo intento aportar mi grano de arena para su conocimiento y difusión, esperando que sirva de complemento a los otros aspectos y ayude a los visitantes a comprender mejor el territorio que recorren.

Francisco Amillo



En otra entrada de este blog, que considero la 1ª parte (puedes consultarla  aquí), describí algunos aspectos de Serra Gelada que sirven de introducción a la actual 2ª parte. En ella me centro en los aspectos históricos de la Serra Gelada para que se pueda recorrer el espacio actual y hacer también un recorrido imaginario por el tiempo y por la historia. 


Carretera de acceso a la torre de les Caletes. La visita a los elementos históricos y patrimoniales de los que hablaré en esta entrada se ve favorecida por varias carreteras cerradas al tráfico rodado, lo que las convierte en lugares fáciles de recorrer a pie disfrutando del maravilloso paisaje de este parque natural marítimo y terrestre. Aunque esta zona es casi toda ella propiedad privada, la carretera de acceso a la Punta del Cavall-Torre de les Caletes que se muestra en esta fotografía es de propiedad pública.


Recorrer esta zona a pie es sencillo porque hay varias vías asfaltadas. Para entender por qué se construyeron conviene recordar que el Plan General de Ordenación Urbana de 1956 había declarado edificable esa zona. El empresario Alfonso Puchades Jou, había adquirido gran cantidad de terreno en ella y presentó un plan de urbanización. En 1955 dicho plan fue incorporado al PGOU y cuando éste se aprobó intentó edificar en sus tierras. Antes trazó las carreteras que permiten acceder a los puntos de interés histórico que se comentarán en este artículo. Una parte de ellas ya estaba construida en 1962 aunque su asfaltado fue posterior.


A partir de 1956 se empezaron a trazar los viales para poder urbanizar esta zona. Para la Vuelta Ciclista a España de 1964 el Ayuntamiento asfaltó los tramos de Serra Gelada por donde debería pasar.


En 1972 el arquitecto Juan Antonio García Solera (1924-2019) redactó el "Plan Parcial Sierra Helada" por encargo del propietario. Dicho proyecto urbanizador abarcaba “casi la totalidad de Sierra Helada, gran extensión avanzada sobre el mar que cierra la bahía de Benidorm al Este” y llegaba hasta los acantilados de la Serra. Proponía “la solución en tapiz” es decir bungalows agrupados que escalaban y llenaban la escarpada orografía de la zona. Proyectaba además un puerto deportivo y lo que él denominó “poblado de pescadores”, en realidad otro sector turístico con una edificación mucho más densa [1].


"Plan Parcial Sierra Helada, Benidorm, 1972: puerto deportivo y poblado de pescadores". Este proyecto se realizó en una mínima parte pero quedó el camino sin asfaltar junto al mar que debería permitir el acceso al puerto deportivo que nunca se construyó. 


En esta entrada me limito a describir los elementos a los que se puede acceder fácilmente desde del Racó de l’Oix y he excluido los del término de l’Alfàs del Pi, como por ejemplo el faro del Albir y sus minas de ocre rojo. 

Esta ruta virtual se inicia en la parte final de la playa del Racó de l’Oix, va ascendiendo hacia el norte, hacia lugares y épocas muy diferentes pero siempre fascinantes. Se trata de:

a) La antigua almadraba de Benidorm.

b) El nido de ametralladora, mal llamado bunker, de la Guerra Civil. 

c) Vigilando el mar desde la Punta Llissera y su cueva.

d) La cala y barranco del Ti Ximo con su mina de ocre amarillo. 

e) La cruz de Serra Gelada.

f) La torre de les Caletes.

g) El primer saneamiento de Benidorm.

Tal como podemos apreciar en el plano siguiente los dos primeros puntos a visitar están situados en el casco urbano de Benidorm y los siguientes en la zona protegida de Serra Gelada.

Detalle del Mapa Topográfico Nacional del año 2005 (848-III) en el que he añadido algunos de los elementos de interés histórico incluidos en este artículo.




a) La almadraba de Benidorm.

En el Rincón de Loix, al inicio de la avenida de la Ametlla de Mar y muy cerca de la playa, hay una escultura en bronce realizada por Juan de Ávalos e instalada allí en 1985. Representa a un hombre cabalgando sobre un delfín y con ella se quiso hacer un homenaje a los hombres de la mar.   

Fotografía del año 2012 cuando ya había perdido las letras de bronce que indicaban que estaba dedicada “A l'home de la mar”. Constituye el recuerdo de una actividad antaño muy importante en Benidorm. 


Muy cerca de esta escultura hay un edificio que se llama “Almadraba”. Ambos elementos nos recuerdan que durante siglos y hasta el año 1952 existió en estas aguas del Rincón de Loix una actividad marítima muy importante para Benidorm: la almadraba.

El edificio “Almadraba” está situado donde hasta la década de 1950 se ubicaba el almacén de la almadraba, de ahí su nombre. Allí guardaban todos los utensilios necesarios para su actividad y junto a él amarraban sus barcas. 

También nos recuerdan este arte de pesca dos topónimos cercanos: la cala de l’Almadrava, aunque no siempre se caló ahí ese arte de pesca y la Punta Llissera porque allí se calaba una “llissera”, otro arte de pesca parecido a la almadraba. Según el plano de 1902 que pongo a continuación en aquellos momentos se calaba más cerca del actual casco urbano, entre la Punta del Pinet y la playa del Racó de l’Oix, aunque a lo largo del tiempo se hizo en otros puntos.

Imagen publicada en el libro “Historia marinera de Benidorm”. Tanto la almadraba propiamente dicha como la “almadrava llissera”, también llamada “llissera”, capturaban especies que acostumbraban a nadar paralelas a la costa y próximas a ella: “tonyines” y “llises” (atunes y mújoles en castellano).


 En este arte de pesca destacaron los pescadores de Benidorm ya desde el siglo XVI, que es cuando se introdujo en nuestras tierras. En 1579 unos pescadores sicilianos acudieron a las costas de la Marina Alta con un recién inventado sistema de captura de atunes pero obtuvieron muy pobres resultados. Al año siguiente, 1580, calaban la almadraba en Benidorm y el resultado fue algo mejor pero tampoco el esperado  por su desconocimiento de estas aguas: “se capturaron bastantes peces, aunque ningún bonito porque aún no sabían pescarlos los sicilianos”. Desanimados volvieron a su tierra y no regresaron. 

Los pescadores de Benidorm vieron las posibilidades de la nueva técnica y la adoptaron en 1581. Empezaron con mal pie ya que el día 4 de junio los corsarios norteafricanos capturaron algunos hombres y material. Pero no se desanimaron y al año siguiente volvieron a calar su almadraba y se convirtieron en grandes expertos [2]. 

En esta localidad el patrón de una almadraba se denominaba "arraix", traducido como arráez en castellano. Estos patrones, desde el siglo XVIII, fueron muy apreciados y se les contrataba en casi todas las almadrabas del Mediterráneo junto con almadraberos de su confianza oriundos de Benidorm.

Barcas de la almadraba del Rincón de Loix.


En el siglo XVIII la almadraba de Benidorm adquirió un gran protagonismo. Se conservan informes de los párrocos de Benisa y Calpe que citan la almadraba de Benidorm como algo digno de interés pero el que más se extendió sobre ella fue el párroco de Villajoyosa hacia 1777. En su informe leemos sobre Benidorm:  

habitado oy de más de 400 vecinos [1800 habitantes], con algunas embarcaciones de tráfico y comercio y otras para diferentes pesqueros, que exercitan, no sólo en su playa, sí también en la isla de su nombre, que está a media legua de distancia dentro del mar, por la parte del Sur; y siguiendo la playa arenosa hasta el rincón nombrado de Oix, en cuya inmediación y sitio se planta almadrava, de avenida para la pesca de atún y otros pescados que en ella se cogen, la que pertenece por privilegio a la Casa de Medinaceli." [3].

Los duques de Medinaceli no explotaban directamente esta almadraba sino que arrendaban su explotación al mejor postor. Tenemos un ejemplo de principios del siglo XIX: 

AVISO. Las almadrabas de Benidorm, Calpe y Altea, existentes en las costas del Reyno de Valencia […] del Excelentísimo Señor Duque de Medinacoeli y de Santistevan, se arriendan por quatro años, que principiarán á correr desde 1° de Enero de 1802. Qualquiera persona que quisiere hacer postura, acudirá á la Contaduría de dicho Excelentísimo Señor, en el barrio y calle de Murviedro [Sagunto], extramuros de dicha Ciudad, donde se manifestarán los pliegos de condiciones y se previene que el remate se ha de celebrar el Jueves 25 de junio del corriente año, desde las tres de la tarde.” [4]. 

En el siglo XVIII la almadraba se armaba a primeros de febrero y duraba hasta el 15 ó 20 de junio. Trabajaban de 38 a 40 hombres dirigidos por el arraix y el sotarraix, que tenían como salario el 7% del producto de la pesca. Si el año era malo los marineros no cobraban nada, habiéndose de conformar con el pan y el vino que les daban cada día [5].

En el siglo XIX, tras la abolición del régimen señorial los duques de Medinaceli dejaron de ser sus propietarios y el Estado la arrendaba al mejor postor. 

En Benidorm a principios del siglo XX la sobrepesca produjo una disminución de la captura de atunes y se dedicó a otras variedades de peces, destacando la “llisa”. Finalmente las capturas disminuyeron tanto que nadie se presentó a las subastas a partir de 1952 y se cerró definitivamente este secular arte de pesca.

Fuera de Benidorm los almadraberos de esa villa seguían siendo contratados para calar almadrabas en las costas africanas y andaluzas ya desde el siglo XVIII primero con los nobles que poseían el privilegio de su explotación, luego con el Estado y a partir de 1928 con el Consorcio Nacional Almadrabero. Ser un arráez de Benidorm era garantía de buen hacer y de beneficios económicos para los dueños de la almadraba.

Almadraberos de Benidorm en Tánger. Fuente: Diccionari de Benidorm.


Si te interesa ampliar este tema de la almadraba de Benidorm puedes hacerlo aquí. Para conocer cómo era una almadraba y datos sobre los benidormenses que trabajaron en ellas puedes consultarlo aquí




b) El nido de ametralladora, mal llamado bunker, de la Guerra Civil. 

En el Racó de l’Oix se conserva prácticamente íntegro el único de los cinco nidos de ametralladora construidos en Benidorm durante la Guerra Civil de 1936 a 1939  que ensangrentó y dividió nuestro país. Los otros cuatro han desaparecido víctimas de la acción del hombre y de los temporales marítimos. De ahí el interés de este nido de ametralladora. 

Durante casi toda la guerra la mayor parte del litoral valenciano, estuvo en el bando republicano. Benidorm no fue una excepción, y por su situación alejada del frente se habilitaron algunos de sus chalets como hospital de sangre, hospital militar psiquiátrico y colonia escolar para niños de Madrid en peligro por los bombardeos de la aviación franquista. Esta situación duró hasta el 30 de marzo de 1939, día en que se constituyó el ayuntamiento del nuevo régimen. El 1 de abril finalizaba oficialmente la guerra [6]. 

Durante la Guerra Civil el mayor peligro para Benidorm provenía del aire y el pueblo, de unos 3.000 habitantes, sufrió algunos bombardeos que se saldaron sin víctimas. Pero el día 29 de marzo de 1939 hubo otro en el que perecieron una anciana y una niña, posiblemente las últimas muertes por bombardeo de esta guerra. Más información aquí.

Año 1937: un caza de la República sobrevuela Benidorm. La fotografía se tomó desde la calle Tomás Ortuño y se distinguen al fondo la cúpula y el campanario de la iglesia. En 1938 los aviones del bando franquista bombardearon Benidorm en dos ocasiones: en junio (Junkers alemanes) y agosto (Saboia italianos). No hubo víctimas.


A pesar de peligro que suponían los aviones italianos de las Baleares, en Benidorm no construyeron defensas antiaéreas. En cambio sí se hizo algo para defender la villa de un posible desembarco que nunca se produjo. No se trató de una defensa importante, no se instalaron baterías costeras con cañones de gran calibre capaces de impedir un desembarco del bando enemigo. Según fuentes italianas había artillería de medio calibre en Benidorm [7]. 

No han quedado restos de esas instalaciones artilleras pero sí se construyeron cinco “bunkers”, que así se denominan en Benidorm aunque en realidad eran nidos de ametralladora. Según se desprende de las actas municipales en su construcción no sólo influyó la necesidad defensiva sino también la de dar trabajo en momentos en que era difícil encontrarlo.

Los nidos de ametralladora de Benidorm no eran un elemento aislado: formaban parte de un conjunto mucho más extenso que pretendía blindar el litoral mediterráneo frente a los ataques por tierra, mar y aire. “Esta red de elementos constituye un fragmento del Muro Mediterráneo, levantado por el ejército republicano en el trienio de guerra y se extiende desde Cádiz hasta Gerona” [8].

Los “bunkers” de Benidorm se distribuían a lo largo de su litoral de la manera siguiente:

· En el Racó de l’Oix,  enfrente del hotel Nadal, cubierto por su terraza.

· En la Playa de Levante, frente al actual Hotel Cimbel, desaparecido.

· En la Plaça del Torrejò, del que quedan unos pocos restos. Ha desaparecido la parte superior, quedando la parte baja del muro y de la escalera de acceso pero habitualmente están enterrados por la arena.

· En la Playa del Mal Pas, en la base del promontorio de Canfali. Desaparecido. Por algunas fotografías sabemos que estaba situado prácticamente debajo del actual “Monument als morts en la mar” que se encuentra sobre el promontorio en la Plaça de la Senyoria.

· En el paseo de Elche, a unos 70 metros desde el inicio actual del parque, empezando desde el casco antiguo. También ha desaparecido por completo.

· En la Cala, aproximadamente a la altura del actual puesto de la Cruz Roja, cerca de un barranco. No quedan restos.




Dos fotografías con el nido de ametralladora del Racó de l’Oix en la década de 1950.


Como ya he dicho el del Racó de l’Oix es el único que se conserva en buen estado. Destacan las aspilleras horizontales que recorrían su parte frontal y permitían ver el horizonte marino para abarcar la máxima visión con la mínima abertura.  

Las fotografías actuales muestran su estado de abandono y cómo se edificó la terraza del Hotel Nadal encima de él. Dicho hotel se ha apropiado de una parte del patrimonio de todos pero también ha contribuido a su conservación. La fotografía en blanco y negro de la década de 1950 nos permite apreciar que en su origen estaba más próximo al litoral porque no existía el actual camino construido para acceder al puerto deportivo proyectado en 1972. Ese camino ha provocado que las aspilleras queden hoy día a ras de suelo pero también ha contribuido a su conservación. 

Al estar cubierto no podemos conocer la planta exacta del nido de ametralladora pero sí vemos que era distinta a las otras cuatro ya que tenía dos salientes. 


Planta del nido de ametralladora delClot de Galvany en Alicante. El del Racó de Loix debió ser similar a este. Fuente: obra citada de Martínez-Medina.


Esta estructura defensiva de la Guerra Civil en Benidorm constituye una parte de nuestro  patrimonio, desgraciadamente escaso. A causa de la mentalidad desarrollista de las décadas de 1960 y 1970 se destruyeron elementos importantes de nuestro pasado, entre ellos los cuatro bunkers restantes. Éste que ha sobrevivido se debería proteger por su valor histórico-cultural y por su potencial turístico.



Estado actual del nido de ametralladora del Racó de Loix, un importante testimonio de la guerra civil de 1936-1939.




c) Los vigías de la Punta Llissera y la Cova del Barber.

Entre la Cala Almadraba y la del Ti Ximo, separándolas, hay un saliente de mar denominado Punta Llissera. En algunas publicaciones y mapas (como Google Earth) se le denomina Punta del Pinet pero no es correcto ya que esta última está más hacia el Oeste. 

La fotografía, anterior a la construcción de las polémicas torres de Gemelos 28, muestra el extremo SO de Serra Gelada con las calas Almadrava y del Ti Ximo y entre ellas el promontorio de la Cova del Barber. Sobre él se aprecia el actual mirador. 


El relieve de Punta Llissera es muy abrupto ya que cae prácticamente vertical sobre el mar formando un acantilado de unos veinte metros de altura. Esta elevación es hoy día un excelente mirador para disfrutar las bellezas naturales del mar y del litoral. Pero no siempre ha sido así y ese promontorio se utilizó en otros tiempos para vigilar la llegada de naves enemigas. 

A los pies de ese acantilado hay una cueva alta pero poco profunda con la entrada al nivel del mar. A lo largo de la historia ha recibido diversas denominaciones: 

- Cova de Moncaixer en el siglo XVII, 

- Cueva del Barbero (“Mapa de la rada de Benidorm”, año 1813), 

- Cueva del Azno (Orts Berdín, año 1892) y  

- Cova Gran, Cova dels Besons (Llorca Ibi). 


Plano publicado por Francesc Xavier Llorca Ibi donde se aprecia que la cueva de Punta Llissera se denominaba "Cova Gran" y también "Cova dels Besons". Vemos también otra ubicación de la almadraba de Benidorm.


En el Diccionari de Benidorm se identifica también como "Cova de l’Aigua", pero hay autores que discrepan e indican que la Cova de l’Aigua estaba más hacia Levante, pasada la cala del Ti Ximo. Su nombre alude a las filtraciones de agua dulce que hay en su interior, especialmente en las temporadas lluviosas.

 

En esta fotografía de la Punta Llissera vemos, en la parte la derecha del promontorio, la entrada de la Cova del Barber, situada al nivel del mar por lo que resulta difícil acceder a ella desde el mirador.

Entrada a la Cova del Barber. Fuente: blog “Valencia bonita”



Fotografía desde el interior de la Cova del Barber publicada en el blog Valencia Bonita indicando que “pertenece al fotógrafo Pedro Llopis y tiene licencia Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 2.5 España (CC BY-NC-ND 2.5 ES)”.


La buena visibilidad del horizonte marino que hay desde lo alto de Punta Llissera explica que durante varios siglos se utilizara para vigilar la arribada de naves corsarias y alertar a las poblaciones de la Marina. En la Edad Media se indica que había vigilantes en Serra Gelada, aunque no se indica el punto exacto pero es muy probable que ya hubiese vigilancia en ese punto. No tenemos pruebas de ello hasta el año 1627 cuando se informa sobre “Francés Ximeno, soldat de la cova de Moncaixer” [9]. Sabemos que había en este paraje un vigilante encargado de dar la alarma en el caso de que naves corsarias se ocultaran en alguna de las dos calas vecinas. Hay que tener presente que en aquellos siglos el Racó de l’Oix era una zona despoblada y por tanto buen refugio para los musulmanes que planeaban atacar naves cristianas. 

Hay unas ordenanzas para los encargados de vigilar el litoral promulgadas en 1673 por el virrey de Valencia Vespasiano Manrique Gonzaga. En ellas podemos ver cómo debía actuar el "Atalaya" o soldado de la Cova que el texto denomina “de Moncaxer”. Al amanecer tenía la obligación de vigilar “desde la punta del Pinet a dita cova [de Moncaixer]” por ser un lugar donde podían esconderse dos galeotas. Además debería recibir “el segur”, es decir el “sin novedad” de un soldado de la torre de Les Caletes. Después debía buscar al “atallador” o soldado a caballo que venía desde el castillo de Benidorm. Finalmente, si la Torre de Les Caletes daba la alarma antes que los soldados del centro de Serra Gelada, “la Guarda de enmig (que està en les Penyes del Albir)”, el vigilante de Moncaixer debería averiguar la causa de dicha alarma y avisar al castillo de Benidorm o a la Compañía de Caballos [10].


En las “Ordinacions…” se indica que en la Cova de Moncaixer habría un soldado con la obligación de vigilar desde la punta del Pinet hasta dicha cueva, por ser un paraje donde podían esconderse dos galeotas.  


La piratería norteafricana finalizó en 1830 y este sistema de vigilantes del litoral dejó de tener sentido. Pero en el siglo XX, durante la Guerra Civil de 1936-1939, esta zona de Benidorm recuperó esa función de vigilancia militar ya que formó parte de la red de observatorios del ejército Republicano que cubría todo el litoral alicantino con sede en la capital provincial. Era la DECA o Defensa Especial Contra Aeronaves. Se encargaba de observar la llegada de aviones del ejército franquista y dar la alerta a la artillería antiaérea, a la aviación y a la población civil.

En el actual mirador se construyó un observatorio para los soldados encargados de ese menester. No contaban con aparatos especializados, sólo prismáticos y su oído. Si avistaban aviones enemigos debían avisar inmediatamente por radio al puesto de mando de Canfali informando sobre la hora y el rumbo del avistamiento. A continuación se protegían de un posible ataque bajando a la Cova del Barber. Construyeron unas escaleras para bajar con más rapidez. 

Se conservan en el archivo municipal dos “Justificantes de revista” del 1 de noviembre de 1938. En ellos podemos constatar que la 4ª Región Aérea del Arma de Aviación tenía 4 soldados destacados en Benidorm para “protección de vuelo”. En el sello se indica que es la “unidad de radio móvil” [11].

Actualmente de la casita de la DECA sólo quedan los cimientos pero se conservan algunas fotografías que nos permiten saber cómo era. En cuanto a las escaleras, la erosión las ha desmoronado y bajar por ellas resulta complicado.

Fotografía del año 1962. Dos turistas junto al puesto de vigilancia construido sobre el mirador  durante la Guerra Civil para alertar del tránsito de aviones enemigos. Perdió su función militar y se convirtió en un lugar turístico por sus hermosas vistas.







d) La Cala del Ti Ximo y la mina de ocre.

Situada en el Parc Natural de la Serra Gelada de Benidorm, la cala del Ti Ximo permite disfrutar de una playa pequeña y tranquila, de aguas cristalinas, en el entorno natural del Parc Natural de Serra Gelada. Es un espacio accesible que permite el disfrute de su playa, su mar y los paseos por un espacio con características muy especiales ya que este sector es el más seco de la Serra Gelada a causa del árido clima mediterráneo al que sin embargo se han adaptado algunas especies vegetales y animales.


Cala del Ti Ximo. Actualmente es conocida sobre todo por su pequeña playa de piedra y arena. Mide unos 30 metros, la mitad que su vecina cala Almadraba, con la que comparte el encanto de playa casi virgen, tranquila, en medio de un espacio natural de gran belleza paisajística por sus acantilados, sus aguas cristalinas y su vegetación mediterránea. Estamos en un entorno privilegiado que completa la variedad de playas que tenemos en Benidorm.


La cala del Ti Ximo es el final de un barranco de algo más de 700 metros de longitud en el extremo SO de la Serra Gelada, próximo al Racó de l'Oix. Es el resultado de la acción erosiva del agua de lluvia, en otras épocas bastante más copiosas que en la actualidad, que ha excavado un cauce profundo hasta llegar al mar. Hay en esa sierra muchos otros barrancos sobre todo en la vertiente terrestre pero el del Ti Ximo es de los pocos que desembocan directamente a la mar y desde luego el más largo de ellos.

Antaño los humanos aprovecharon el barranco cultivando la parte media y baja de sus laderas. Lo demuestran los bancales construidos con muros de piedra que aún podemos observar a pesar de estar abandonados desde hace tiempo. No permitían una agricultura próspera, sólo una de secano de bajos rendimientos en pequeñas parcelas planas donde plantar algarrobos, una especie arbórea que soporta bien la pobreza de lluvias de esta zona.

En siglos pasados era un lugar solitario por su lejanía a Benidorm y desde la Edad Media hasta el siglo XIX era también muy peligroso por la frecuencia de arribadas de naves corsarias norteafricanas. Hay muchos documentos en los que se indica que estas calas eran su escondite preferido para asaltar naves mercantes cristianas e incluso poblaciones costeras. 

Desde el punto de vista agrícola tampoco resultaba atractivo porque las cosechas eran de bajos rendimientos a costa de un trabajo intenso y duro. Aislamiento, peligro y pobreza: unas condiciones difíciles de imaginar para la mayoría de personas que hoy día acuden a disfrutar de esta parte del Parc Natural de Serra Gelada.

El barranco y la cala se denominan del “Ti Ximo” porque así llamaban en Benidorm a uno de sus propietarios, Joaquín Antonio Orquín Oriola, que construyó los bancales para plantar algarrobos y también una casita de campo cuyas ruinas aún podemos ver y que forma parte de nuestro patrimonio etnográfico.

Otro elemento de sumo interés en este barranco del Ti Ximo es una antigua mina de ocre amarillo que se exportaba a Alicante. El mineral abundaba en la parte baja de este barranco, en el que podemos observar varias entradas a galerías de extracción.

Detalle del plano de Benidorm incluido en la documentación del PGOU de 1956 que copia otro de 1897 pero ubicando erróneamente la Cueva del Barbero. Indica la situación de la mina de ocre que en algún momento del siglo XIX perteneció a la familia Thous, con el apellido mal escrito en ambos casos.

El ocre extraído en este barranco tenía un intenso color amarillo. En la fotografía vemos la diferencia de color con la roca en la que se asienta. Hay algunos afloramientos de ese mineral en la carretera de acceso a la cala.


Esta mina de Serra Gelada, como las del resto de la provincia de Alicante, era pequeña y con escasa mano de obra. En todas ellas la extracción del mineral era manual y los operarios trabajaban por temporadas según la demanda. Esta demanda condicionaba también la cantidad extraída que podía oscilar entre 200 o 400 toneladas anuales. El mineral se utilizaba exclusivamente para la fabricación de pinturas, que en los últimos años se realizaba en Alicante y San Vicent del Raspeig

Ya hemos visto que la mina del barranco del Ti Ximo se documenta en el año 1897, propiedad de la familia Thous. En 1948 se indicaba la gran calidad de su mineral: "de tan alta calidad como jamás tuvimos, hasta el extremo de que al someterlo a nuestro sistema de lavado, ha perdido menos de un 10%, acostumbrados a como estábamos a que este tratamiento de levigación, perdían nuestros minerales mas de un 60%  de impurezas".

El final de la explotación de esta mina se produjo hacia 1960, no está clara la fecha exacta. Hoy día es otro atractivo más de esta zona. 

En el año 2008 investigadores del Museo Valenciano de Historia Natural cartografiaron más de 2.000 metros de galerías de esta mina y los sorprendentes resultados obtenidos les impulsaron a pedir que fuera incluida en el catálogo de cavidades de especial interés de la Comunidad Valenciana junto con la Cova del Far del Albir.

Esta mina de la cala del Ti Ximo es la cavidad artificial de mayor desarrollo de la provincia de Alicante. Para Benidorm es otro de los muchos elementos de interés que se deben preservar dentro del Parc Natural. 


Si te interesa conocer más datos sobre esta cala y su mina puedes verlos aquí.



d) La cruz de Serra Gelada.

Está situada  a 237 metros de altitud [12] y esta altura permite que sea visible desde Benidorm. Gracias a su iluminación artificial también es perfectamente visible durante la noche y hoy día constituye un elemento imprescindible de la imagen del Racó de l’Oix. Se puede subir a pie y también se puede hacer una parte del trayecto en coche, pues hay un aparcamiento en sus proximidades.

El origen de esta cruz se remonta al año 1961 y, aunque parezca extraño, tiene relación con el bikini en las playas de la ciudad turística. En la última semana de diciembre de dicho año los, fieles de Benidorm plantaron una pesada cruz hecha con postes del tendido eléctrico en la Serra Gelada. Fue el colofón de una "Santa Misión" o semana evangelizadora organizada por el padre Salvador Perona [13]. 

La “Santa Misión” fue una práctica religiosa surgida tras la guerra civil. Unos sacerdotes, los misioneros, se desplazaban a un pueblo y a lo largo de varios días buscaban instruirlo mediante sermones en la iglesia y también con jornadas de catequesis para niños y adultos. En el caso de Benidorm además de instruir estaba la necesidad de preservar las buenas costumbres del pueblo amenazadas por las excesivas libertades morales de sus playas y el símbolo era el bikini, una prenda de baño que exhibía partes del cuerpo que la moral y decencia acostumbraban a cubrir. Por eso era preciso también el arrepentimiento. 

Estos días de rosarios, misas, predicaciones, confesiones, comuniones, Via Crucis y charlas espirituales sirvieron  para demostrar que los habitantes de Benidorm no eran tan “frívolos” como algunos pensaban sino que seguían siendo buenos cristianos a pesar de las libertades que se tomaban las turistas extranjeras. 

El obispo de Orihuela-Alicante había amenazado al alcalde, Pedro Zaragoza con colocar un cartel a la entrada de la población que pusiera “Benidorm, el Infierno”. El delito merecedor de tal anatema había sido permitir, mejor dicho "hacer la vista gorda", sobre el uso del bikini en las playas de Benidorm. Eso molestó a algunas autoridades y también al obispo [14]. 

De alguna forma el alcalde Benidorm consiguió la ayuda de Francisco Franco frente a unas autoridades ancladas en postulados ultraconservadores. El argumento que utilizó fue la necesidad de mantener e incrementar las divisas generadas gracias al turismo internacional y que por eso convenía ser permisivo con algunos de sus hábitos. Consiguió su objetivo y el 30 de octubre de 1960 Carmen Polo, esposa del Jefe del Estado, visitó Benidorm. Eso suponía el respaldo al pueblo y a su alcalde por parte de la máxima autoridad política. 

Pero en Benidorm, como en el resto de España, había un grupo de personas profundamente católicas que no podían actuar en contra de los dictámenes de Iglesia. Por eso, para que la jerarquía eclesiástica diera su beneplácito al turismo de Benidorm, se organizó la Santa Misión en diciembre del año siguiente. 

Su organizador "supo poner de relieve los fondos del alma  eminentemente religiosa y espiritual" de los benidormenses, se dijo entonces. También se indicó que el gran fervor que mostraron en esa semana ponía de manifiesto que los frívolos eran los extranjeros, no el pueblo, que de esa manera podía conservar su moral tradicional y seguir desarrollando la actividad turística que tantos ingresos estaba generando.

El fervor religioso de esas jornadas culminó el último día con una costumbre habitual en las santas misiones: plantar un Cruz que la recordara. En Benidorm era también  un acto de penitencia por los desmanes en las playas. Se organizó una procesión que partía desde la iglesia de Sant Jaume llevando una gran cruz. Participó una nutrida representación del pueblo, incluyendo a su alcalde. El traslado se realizó a pie, a hombros de los fieles de Benidorm, un esfuerzo físico notable por su tamaño y peso. La jornada fue denominada “Día del Perdón”. El itinerario elegido pasó por la “zona frívola” de Benidorm, las avenidas de Alcoi y Madrid junto a la playa, hasta el Racó de l’Oix. A partir de allí el ascenso por la pendiente de Serra Gelada supuso mayor esfuerzo humano. Este hecho mereció ser recogido por el noticiario de la época, el NO-DO, y contribuyó a difundir Benidorm como destino turístico adecuado para extranjeros y nacionales.  Las imágenes que siguen son capturas de dicho documental que custodia RTVE.

Calle Alameda. La procesión llevando la cruz penitencial a hombros de los fieles. La encabezan los sacerdotes que predicaron la Santa Misión.

La procesión con la cruz entrando en la Plaza de la Cruz.

Junto a la playa de Levante, la “zona frívola” de Benidorm.



Se inicia la subida de la cruz por Serra Gelada


Se planta la cruz a 237 metros de altitud.


El alcalde Pedro Zaragoza y otras personas contemplan el alzado de la cruz.


Final de la procesión y descenso de Serra Gelada. Es evidente que al menos el tramo final de la carretera a la Cruz no estaba construido en diciembre de 1961 y que por tanto la procesión discurrió monte a través una parte de su recorrido.


Esta cruz sirvió para que Benidorm y su alcalde pudieran congraciarse con el pensamiento más conservador y seguir tolerando el bikini, todo un símbolo de la actividad turística que tan beneficiosa estaba resultando. Un turismo que acabó transformando todos los aspectos de Benidorm que pasó de una pequeña villa de 3.000 habitantes a una ciudad turística de 70.000. 

La cruz de Serra Gelada es muy visitada por sus incomparables vistas a la bahía de Benidorm y por ser el inicio de varias rutas por lo alto de la sierra. (Fotografía de Ricardo Martín López, año 2014).

La cruz en febrero de 2021.


Aún sigue en pie la cruz, sesenta años después. El brazo vertical mide 14 metros y el horizontal 7, pero ya no es la misma: las inclemencias meteorológicas obligaron a cambiar la madera por un material más duradero. Además se ha iluminado. 

También ha cambiado la opinión de los ciudadanos y esa cruz ya no es el recuerdo de la Santa Misión. También ha perdido su carácter penitencial siendo otro reclamo turístico de la ciudad. Se utiliza como mirador porque presenta unas incomparables vistas de Benidorm y es inicio de varia rutas senderistas que recorren la parte más alta de la Serra Gelada.

Más información  aquí.




e) La Torre vigía de les Caletes.

Esta torre vigía nos remite a aquellos siglos en los que el Mediterráneo era un lugar muy inseguro para nuestros antepasados, por el que en cualquier momento podían llegar la esclavitud o la muerte. Por eso se crearon muchas torres similares a esta, constituyendo un elemento defensivo muy común en el litoral del antiguo Reino de Valencia. 

Desde la Edad Media hasta el siglo XIX las ininterrumpidas incursiones de los corsarios norteafricanos supusieron un grave peligro para la navegación cristiana y para las poblaciones del litoral. En el siglo XV los corsarios se llevaron cautivos a todos los habitantes de Benidorm en cuatro ocasiones y sólo regresaron los que pudieron pagar su rescate. Por eso, al igual que Altea, estuvo despoblado casi siglo y medio.

Para defenderse de estos ataques, el Reino de Valencia creó un sistema de castillos y de unas 65 torres vigía, también llamadas atalayas o "torres de guaita" en valenciano. Tenían como misión vigilar el mar y dar la alarma en caso de arribada de corsarios. Algunas se construyeron en la Edad Media, muchas de ellas de planta cuadrada porque eran, utilizando la expresión del virrey Vespasiano Gonzaga, “de lanza y escudo”. En el siglo XVI la generalización de la artillería, aconsejó hacerlas de planta circular para resistir mejor los impactos de sus proyectiles. Este es el caso de la torre de les Caletes de Benidorm y de su compañera la torre de la Bombarda en el otro extremo de Serra Gelada. 


La torre de les Caletes se edificó sobre la punta de Cavall para vigilar el litoral SO de Serra Gelada porque en sus numerosas calas podían ocultarse naves corsarias.


Sobre la torre de les Caletes ya escribí en el año 2013 una entrada en HISTOBENIDORM con bastante información y por eso te recomiendo que la leas aquí. La que pongo ahora es información nueva y complementaria [15].

La torre se construyó a principios del reinado de Felipe II sobre la Punta del Cavall, en el extremo sudoccidental de la Serra Gelada. 

En el año 1552, en un memorial elaborado por las Cortes de Valencia, se indicaba la necesidad de completar el sistema defensivo formado por los castillos de Benidorm y la Vila Joiosa con la construcción de cuatro torres vigía: “De Benidorm a Calp son menester hazer quatro torres que sirvan de atalayas, a saber, una en las peñas de Albir [Caletes] y ottra sobre el Jahedor [Bombarda], y ottra en Cabo Negret y otra en el Cabo de Toxa [de Toix]. Estas quatro torres se haran con mil ducados poco mas o menos”. 

Pocos meses después las cortes determinaron que las 100.000 libras recaudadas por el impuesto sobre la seda se dedicaran  a la construcción de nuevas torres dotadas de “artilleria y monicions pera la defensa de dits edificis”. 

Está claro por tanto que la decisión de construir las torres se tomó en 1552 pero no sabemos con exactitud cuando se iniciaron y terminaron las obras. Sí sabemos que Bernardino de Cárdenas y Pacheco, duque de Maqueda y virrey de Valencia (1553-1558), ordenó su construcción entre 1555 y 1557.

Desde la torre de les Caletes se vigilaba muy bien la parte sur de Serra Gelada y se mantenía contacto visual mediante señales de humo o fuego, con el castillo de Benidorm y la torre de l’Aguiló.


Aunque las Cortes habían dispuesto que deberían tener artillería, en un primer momento no la tuvieron. Sólo podían vigilar y dar la alarma tras el avistamiento de naves enemigas además de dar refugio a los encargados de la vigilancia. Posteriormente se vio la necesidad de darles también capacidad ofensiva dotándolas de artillería. Así lo indicaban en un informe del 30 de marzo de 1563 el ingeniero Giovanni Baptista Antonelli y Joan Jeroni Escrivà. Según ellos sólo servían para avisar pero no para atacar naves corsarias ni impedir que desembarcasen. Ni siquiera protegían a sus vigilantes:

porque estas torres no sirven si no para señalar, lo cual no basta enteramente para desechar los enemigos, pues se ponen en las calas que ay fuera de tiro de arcabuzes […] haciendo aguadas y leñas como quieran [...] sin que sean parte las torres para impedírselo, ni aun para defenderse ellos mismos”. 

Por estas causas la torre de les Caletes se dotó con una pieza de artillería y algunos mosquetes. Además volvían a poner tres vigilantes en lo alto de Serra Gelada, en el punto denominado el Segur. 

En el año 1729 se indicaba para qué servía la artillería de la Torre de Caletes: "Domina dos calas, una por Levante y otra sobre Poniente y la isla de Benidorm; refuxianse a la citada Torre las embarcaciones por  temporal, o acosado de enemigos" [16]. 

Pero dotar la torre de artillería suponía un problema: era muy estrecha y en la plataforma superior el espacio resultaba insuficiente. Para solucionarlo se añadió una “guirnalda”, es decir un ensanche circular sostenido sobre canecillos. Ampliaba la plataforma superior y así la pieza de artillería tenía más espacio para su retroceso. Pero el diámetro de la torre era reducido por lo que posteriormente se vio la necesidad de hacer sus muros más gruesos para soportar mejor la ampliación de la plataforma superior. También les daba mayor resistencia ante los ataques de la artillería enemiga.

Los trabajos de excavación y consolidación llevados a cabo en el verano de 2017 por el Servicio Provincial de Costas mostraron que en torno al muro original y pegado a él se construyeron posteriormente otros dos muros concéntricos.


Muros de piedra cogidos con mortero de cal, un sistema que amortiguaba mejor los impactos de la artillería. En la parte superior se aprecian los tres anillos concéntricos de la torre correspondientes a tres épocas distintas.


La primera torre, según se ha visto en dichos trabajos, tenía una ventana en el lado que miraba al castillo de Benidorm que fue tapada en las siguientes ampliaciones.

Los trabajos de 2017 para reparar la torre pusieron de manifiesto que en el primer muro había una ventana mirando hacia Benidorm que fue tapada por las obras posteriores. Fuente: “Obras de emergencia para consolidar y reparar la Torre de Les Caletes” 

El segundo anillo se construyó a finales del siglo XVI. Probablemente fue consecuencia de los daños que sufrió en 1585 cuando los corsarios atacaron y dañaron las torres de les Caletes,  Bombarda y Moraira. Ese mismo año en las cortes, se abordó el tema de su reedificación y dos años después el Consejo de Aragón volvía a recomendarlo: “y assimismo que se fortifiquen las Torres de Altea y Benidorme, con que quedara guardada la costa y todo el Reyno, y su M.d ahorrara los 4 mil ducados y más que se gastan en el Castillo de Bernia, que no es de provecho”.

Lo acertado de reforzar el grosor de la torre de les Caletes se comprobó en 1590 cuando sufrió otro ataque protagonizado por 500 corsarios musulmanes. Buscaban anular la torre para que no informara con señales de humo o fuego de sus arribadas. Así podrían transportar sin problemas al Norte de África a los moriscos valencianos que querían huir del Reino desde el litoral de Benidorm. Aunque consiguieron dañar parte de las defensas fracasaron en el intento de tomar la torre por la heroica resistencia de los soldados que la defendían, dando tiempo a la llegada de las compañías de caballería de la comarca que provocaron la retirada corsaria. A los tres vigilantes de la torre les recompensaron con 100 libras para repartir entre ellos. Para entender mejor la importancia de esta cantidad conviene recordar que construir la torre había costado 250 libras.

El Virrey de Valencia scrive a V.Md. en carta de siete deste mes de noviembre que Arnaut Mamí ha venido a la costa de aquel Reyno con ocho galeras gruesas, con fin de embarcar los nuevos convertidos [los moriscos] de las Baronías de Polope y Callosa que V.Md. ha mandado retirar, y que no ha salido con su intención, porque el Virrey havía prevenido que en el entretanto que el alguacil Caydia los retirava, assistiessen tres compañías de cavallo en los lugares circumvezinos, y que teniendo noticia dello, Arnaut Mamí se fue a las peñas d’Alvir, y hechó en tierra quinientos arcabuçeros, y batió la torre de las Caletas, y aunque le derrivó todos los parapetos y defensas, la defendieron los tres soldados que en ella havía de guarda, de tal manera que se embarcó sin tomarla, ni hazer otro effecto, y que en ninguna otra parte del Reyno ha osado hechar gente […] 

Y paresce al Consejo que a los tres soldados que han defendido la Torre se les haga merçé de cien libras de ayuda de costa, por una vez, y que el Virrey les reparta las dichas cien libras entre los tres para premio suyo, y que otros se animen a proceder con el mismo valor”.

La tercera y última ampliación del grosor de los muros de la torre de les Caletes, con el espolón que vemos actualmente, se hizo en el siglo XVII al añadir un tercer anillo concéntrico. Hay un documento en el archivo de la Vila Joiosa que alude a unas condiciones o “Capitols”, en las que se establece que las obras deberían terminarse en el plazo de un año. El Reino de Valencia las había sacado a pública subasta y fueron adjudicadas al mejor postor, al albañil de la Vila Joiosa Ginés Mingot por cuarenta libras valencianas. Si se cumplió el plazo estipulado de un año y un día, las obras terminaron en septiembre de 1670. La repoblación de Benidorm se había efectuado tres años antes y esta reforma en la torre de les Caletes mejoraba la defensa del litoral de la Marina Baja. 


Esquema de los tres anillos concéntricos que forman el cuerpo de la Torre de les Caletes. Fuente: panel informativo en la torre. 


El resultado de estas ampliaciones posteriores fue una torre mucho más maciza que la primera; tenía la misma altura pero era mucho menos esbelta. Por eso antes de la rehabilitación parecía que sólo se conservaba el cuerpo macizo inferior pero los trabajos han demostrado que de los dos pisos que tenía se ha conservado la mayor parte de la habitación inferior con su puerta de acceso, aunque sin la bóveda. También aparecieron restos del incendio que sufrió en el siglo XIX. 

La limpieza de los escombros producidos por la caída de la habitación superior permitió encontrar la inferior, a la que se accedía por una puerta con una escalera con dos peldaños. Año 2017.

La puerta de acceso de las torres vigía estaba muy alta y era preciso acceder a ella mediante una escala que se ponía y quitaba sólo en caso de necesidad. Era otro elemento defensivo.

La sala inferior se había rellenado con los derrumbes de la superior y al limpiarse se encontraron diversos objetos: restos de alimentos, tejidos, varias alpargatas de suela de cáñamo de diferentes números, cestos y cuerdas, restos de la cerámica utilizada para almacenar agua, fragmentos de sarmientos de vid utilizados para las hogueras que permitían dar aviso de incursiones corsarias y balas de plomo de mosquetes.


Distintos objetos encontrados en 2017 tras la limpieza de la habitación inferior de la torre de les Caletes. Fuente “Diario de Alicante”, 24 febrero 2018.


Otro elemento que ha puesto de relieve la consolidación y reparación de la torre fue constatar que en los últimos siglos ha habido desprendimientos en el acantilado y que hoy día la torre está mucho más próxima a él que en los siglos XVI y XVII: “Con toda probabilidad, cuando se construyó la torre, se podría transitar en torno a su perímetro. Sin embargo, el desprendimiento de bloques de roca en el frente del acantilado ha hecho que se vaya perdiendo parte de superficie del macizo llegando al estado actual. La evolución del talud es tal que el borde superior del mismo se encuentra prácticamente alineado con el pie del torreón” [17].


Dos imágenes aéreas sobre la vertical de la torre de les Caletes. La primera es una captura de Google Earth, más próxima. Ambas permiten apreciar la habitación inferior con su puerta, los anillos concéntricos y los desprendimientos de roca que dejaron a la torre muy cerca del precipicio. Para evitar nuevos desprendimientos en 2018 se consolidó el acantilado.


Normalmente las torres vigía estaban a una legua de distancia unas de otras. Era el espacio de seis kilómetros que recorría un hombre a pie en una hora. Sin embargo las torres de Caletes, Bombarda y Bellaguarda estaban a menor distancia, a media legua. La causa era la complicada orografía de Serra Gelada que en una hora permitía recorrer un trayecto más corto. Según explicaba Gaspar Escolano: “Baxando, pues, de Benidorme, [...] a media legua de andadura, se ofrece la Torre de las Caletas, llamada así por las muchas que allí se descubren, y que encubren a los cossarios; y tiene por guardas ordinarias dos soldados de a pie y dos de a caballo. De allí a otro tanto cae la Torre de la Bombarda con dos de a pié y seguidamente se anda otra media legua grande, hasta la Torre de Bellaguarda”.




g) El primer saneamiento de Benidorm.

Esta imagen de la cala de l’Almadrava nos muestra una especie de camino de cemento que bordea su parte alta. Muchas de las personas que visitan esta cala ignoran que estamos ante el primer saneamiento de Benidorm, construido a principios de la década de 1960.


En febrero del año 1960 se materializó un proyecto anhelado durante siglos por los benidormenses: el suministro doméstico de agua potable. Se celebró un acto muy solemne, con asistencia de las autoridades y su punto culminante fue la puesta en funcionamiento de una fuente ornamental en el Parc d’Elx. El pueblo entero lo celebró con enorme entusiasmo porque las obras de traída de las aguas del pozo de Rabasa en Polop se habían dilatado muchísimo por dificultades de todo tipo. La espera de casi diez años se había hecho interminable. Pero por fin era una realidad y los viejos sistemas de almacenamiento de agua en cisternas quedaban obsoletos [18].

Pero casi todo tiene un precio y en este caso fue el aumento del consumo de agua que pasó de unos 10 litros por persona y día a más de 100 l/p/d. Supuso también un enorme incremento de las aguas residuales y los seculares pozos ciegos, que antes las absorbían sin problemas, eran incapaces de hacerlo. 

El problema ya lo habían previsto dos antes, en 1958. En el acta del pleno municipal del 27/09/1958 leemos:  “moción de la alcaldía, en la que hace resaltar el problema de cada vez más apremiante resolución, que supone la falta de red de alcantarillado en esta población ya que los actuales sistemas de desagüe compuestos de fosa séptica y pozo absorbente, son insuficientes, se llegó a un acuerdo unánime de encargar a los Arquitectos Municipales el estudio de una red general de alcantarillado en la población”.

Está claro que no se preveía que el problema pudiera resultar tan acuciante y  no actuaron con suficiente premura. A los seis meses de la inauguración del abastecimiento de aguas potables las aguas fecales empezaron a rebosar de los pozos ciegos y a fluir en la parte baja del pueblo, desaguando en la Plaja del Torrejó. Así lo explicaba el Boletín municipal en agosto de 1960: 

Las quejas del vecindario por los perjuicios que estas filtraciones les ocasionaban se justifican, especialmente por la contaminación de aljibes, que ponía en peligro la salud pública” [19].

Un problema sanitario y una pésima imagen turística para un pueblo que aspiraba a convertirse en referente del turismo español. Se reaccionó rápidamente y se empezó a solucionar con la inmediata construcción del alcantarillado. Previamente consiguieron que el Ministerio de Obras Públicas financiara el 85 % de las obras y el municipio el resto, según informaba el acta del pleno municipal del 20 de febrero de 1962.


En esta fotografía de Quico vemos a tres operarios en los trabajos de construcción del primer alcantarillado de Benidorm. Fuente: Archivo Municipal de Benidorm.


Según el mismo boletín “con la mayor premura y celeridad se están ejecutando las obras del alcantarillado en su primera fase. Puede decirse que en la parte más afectada está ya prácticamente resuelto el problema pudiendo empezar a darse servicio, a cuantos lo deseen, en la última decena del mes de agosto”. 

Indicaba también que ya estaban construidos 1.000 metros lineales de tubería llegando desde la calle Martínez Alejos hasta la avenida del Dr. Orts. También informaba que se proyectaba que continuara “a lo largo de la futura avenida de 30 metros de anchura paralela a la playa” que actualmente es la avenida del Mediterráneo.

Al final de dicha avenida el agua se bombeaba por una conducción subterránea hasta la punta del Pinet. Allí salía a la superficie y bordeaba la cala de l’Almadrava por una conducción cubierta, atravesaba bajo tierra la punta Llissera y volvía a salir por la cala del Ti Ximo que también bordeaba. 




Cala del Ti Ximo. Se observa la conducción de cemento del saneamiento de la época de Pedro Zaragoza y un registro circular.


A continuación circulaba bajo tierra paralela a la costa.

Galería subterránea del primer saneamiento de Benidorm en Serra Gelada. Fotografía de Gareth Thomas. 



Otro sistema de construir la galería subterránea del primer saneamiento de Serra Gelada. Fotografía de Gareth Thomas.


Actualmente no se utiliza esta conducción de aguas fecales pero se revisa periódicamente y se mantiene apta para el uso por si fuera necesario en caso de avería de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR. 



Tapa metálica de uno de los registros de este saneamiento en su tramo de Serra Gelada indicando el año 1964.

 Esta conducción pasaba por la Cova de l'Aigua, atravesaba un pequeño barranco mediante un  puente y seguía bajo tierra llegando al mar por debajo de la torre de les Caletes que era donde vertía sus efluentes.


La imagen muestra la torre de les Caletes en la parte superior del acantilado y más abajo la galería de salida de saneamiento con la mancha blanca que dejaron los vertidos en la roca.


Evidentemente en aquella década de 1960 no se plantearon depurar las aguas vertidas al mar ya que estaban convencidos de la capacidad del Mediterráneo y su corriente de deriva para dispersar y absorber los efluentes.  Para evitar la pésima imagen turística de las manchas de contaminación de las aguas fecales si se vertían muy cerca de las playas se escogió hacerlo por la punta del Cavall, donde la profundidad del mar es mayor que en las playas.

Sería preciso esperar más de veinte años para que la depuración de las aguas residuales fuera un hecho en Benidorm. Fue una de las primeras ciudades españolas en hacerlo y la primera de la comarca. La EDAR de Benidorm se inauguró y entró en funcionamiento en julio de 1984. Tienes información sobre ella aquí.



NOTAS:

 [1] MARTÍNEZ MEDINA, ANDRÉS: “La ciudad para las vacaciones: planteamiento turístico en la obra de J.A, García Solera”, Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante, año 2005, págs 140 y 145.

[2] AMILLO ALEGRE, F: “Corsarios norteafricanos en las baronías de Polop y Benidorm”, AEMBA 2019, págs. 103 y 104.

[3] "Relaciones geograficas, topograficas e historicas del Reino de Valencia hechas en el siglo xviii, a ruego de don Tomas Lopez Publicadas por Vicente Castañeda y Alcover” en “Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, órgano del cuerpo facultativo del ramo”. Año XXX. Septiembre a diciembre de 1916, núms. 9, 10, 11 y 12. Publica informes encargados a los párrocos de algunas villas en 1774 por el geógrafo Tomás López de Vargas Machuca.

[4] “El Correo Mercantil de España y sus Indias”, nº 45 del 4-6-1801.

[5] SÁÑEZ REGUART, A.: “Diccionario Histórico de los artes de la pesca nacional”, 1791. Disponible en Google Books.

[6] AMILLO ALEGRE, F.: “La Segunda República y la Guerra Civil en Benidorm (1931-1939), Vicente J. Sanjuan Ediciones, 2017).

[7] ARACIL, R. & VILLARROYA, J.: “El País Valencià sota les bombes (1936-1939)”, UPV, València. 2010)

[8] ANDRÉS MARTÍNEZ-MEDINA: “Dibujando la arquitectura olvidada: las defensas militares de la guerra de 1936-39”. Universidad de Alicante, 2012. En https://degraf.ua.es/es/documentos/publicaciones/andres-martinez-medina/2012/050/050.pdf.

[9] ALMINYANA OROZCO, P.: “Els topònims de Benidorm”. Ajuntament de Benidorm, 2001, pág 192.

[10] “Ordinacions tocants a la cvstodia, y gvarda de la costa marítima del Regne de Valencia…” promulgadas en 1673 por el virrey de Valencia Vespasiano Manrique Gonzaga. Disponible en https://bivaldi.gva.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1010260.

[11] AMILLO ALEGRE, F.: “La Segunda República y la Guerra Civil en Benidorm (1931-1939), Vicente J. Sanjuan Ediciones, 2017.

[12] Plano topográfico de Benidorm 848-III, año 2005.

[13] “Benidorm Boletín del Ayuntamiento de la villa” nº 29, enero 1962, páginas 10-13.

[14] AMILLO ALEGRE, F.: “Historia de Benidorm de los orígenes a 1960”, AEMABA 2012.

[15]. Resumen de lo que publique en el capítulo 3 del  libro “Corsarios norteafricanos en las baronías de Polop y Benidorm” donde constan las referencias de la mayoría de los textos que cito aquí. A continuación incluyo las citas no incluidas en dicha obra.

[16]. Archivo General de Simancas, Sección Guerra Moderna, Legajo 253.

[17] Servicio Provincial de Costas en https://www.miteco.gob.es/es/costas/temas/proteccion-costa/actuaciones-proteccion-costa/alicante/030408-OE-torre-les-caletes.aspx

[18] AMILLO ALEGRE, F.: “Historia de Benidorm de los orígenes a 1960”, AEMABA 2012.

[19] “Benidorm Boletín del Ayuntamiento de la villa” nº 12, agosto 1960.