jueves, 3 de octubre de 2019

Un libro sobre la historia de Benidorm: “Corsarios norteafricanos en las baronías de Polop y Benidorm Ataques, despoblación y esclavitud (1325-1830)”

Un libro sobre la historia de Benidorm: “Corsarios norteafricanos en las baronías de Polop y Benidorm Ataques, despoblación y esclavitud (1325-1830)”. 



Como indica el título, en este libro se explica el por qué y las consecuencias de los ataques corsarios perpetrados en los cuatro municipios (Polop, Benidorm, la Nucia y l’Alfàs del Pi) que en siglos anteriores formaban los antiguos señoríos de Polop y Benidorm. Hoy día resulta impensable que disfrutar en la playa, bañarse o navegar por las costas de la Marina pudiera implicar la esclavitud o la muerte. Pero así fue durante los primeros 500 años de existencia de Benidorm, sobre todo en la Edad Media. La villa sufrió numerosos ataques de corsarios norteafricanos y al menos en cuatro de ellos e llevaron cautivos a sus habitantes. Algunos regresaron tras pagar rescate pero otros no lo pudieron hacer.




Esta reiteración de ataques es un hecho que hemos conocido por la investigación histórica de los últimos años. Antes no se había calibrado el auténtico alcance de esta tragedia. En 1892 Pedro María Orts Berdín, el primer historiador de esta localidad, escribía sobre los ataques de los corsarios magrebíes y afirmaba con orgullo que nunca pudieron entrar Benidorm:
La sorpresa, la traición, la casualidad hicieron sucumbir en algunas ocasiones á nuestros hermanos, excepción hecha de este pueblo [de Benidorm], en el cual si bien fueron víctimas algunos infelices sorprendidos en el mar, jamás pudieron poner su planta desde que los arrojamos de nuestros hogares, y ¿cómo había de ser si hasta las mujeres salían al collado de Calpe con largas hondas y les rechazaban hácia el otro lado?”.
Sin embargo nada más lejos de realidad. La investigación actual nos ha mostrado que en los siglos XV y XVI los norteafricanos entraron en más de seis ocasiones en esta villa. Particularmente grave fue la tragedia de Benidorm en el siglo XV: en 1442, 1447, 1448 y 1450 los corsarios berberiscos se llevaron cautivos a todos sus habitantes. En los cuatro casos la documentación indica que el pueblo quedó completamente vacío: “és romés desert per la presó dels moros, pocs dies ha, feta”. 
Algunos de sus habitantes volvieron después de haber pagado el rescate, lo cual implicó que se arruinasen. Sin embargo no todos pudieron regresar y a finales de ese siglo quedaban 6 familias, unos 27 habitantes.
A principios del siglo XVI, tras un nuevo ataque en el año 1503, sus habitantes abandonaron Benidorm y nos consta que la mayoría se fueron a Villajoyosa. Las casas del pueblo, deshabitadas, comenzaron a desmoronarse y el municipio medieval desapareció absorbido por Polop cuyo término municipal se incrementó con el de Benidorm. En esta villa abandonada sólo permaneció el castillo donde un grupo de seis personas se encargaba de la vigilancia del litoral. Se convirtió así en un valioso elemento de la defensa del Reino de Valencia que impedía a los corsarios norteafricanos actuar con impunidad. Por esa causa lo atacaron varias veces y destruyeron en ocasiones sus murallas, su castillo y la mayoría de sus casas. El Reino de Valencia reconstruyó los elementos defensivos pero no las casas y Benidorm siguió deshabitado durante siglo y medio. Sólo los pescadores acudían en invierno y algunos de ellos fueron atrapados por los corsarios argelinos.

El azote corsario lo padeció todo el litoral de la Marina, Alta y Baixa, que perdió población y un ejemplo es la Vila Joiosa. Otras villas quedaron temporalmente despobladas siendo Bellaguarda (actual Altea) y Benidorm sus ejemplos más claros. Pero peor suerte corrieron Albalat e Ifach, dos poblaciones costeras que desaparecieron para siempre a causa de los repetidos ataques corsarios. 
A partir del siglo XVI mejoró el sistema de alerta y defensa ya que se construyeron las torres de la Bombarda y les Caletes en Serra Gelada. Otro factor a tener en cuenta fue la expulsión de los moriscos en 1609 porque cambió la forma de actuación de los corsarios en la Marina Baixa: dejaron de desembarcar en estas tierras ya que se les había acabado el negocio de transportar moriscos que huían al norte de África a cambio de pagarles sumas importantes. Los  desembarcos corsarios se hicieron más difíciles y ya no fueron rentables. Por ello se dedicaron sobre todo a la captura de naves comerciales y dejaron de atacar en tierra con lo que se pudieron repoblar Altea en 1617 y Benidorm en 1666. En esta última se constata la presencia de población estable desde al menos veinte años antes, aunque dependía de Polop. 
Es curioso que Altea y los señoríos de Polop y Benidorm empezaron a recuperarse a principios del XVII cuando en el resto de Europa las condiciones seguían siendo durísimas: crisis económica, guerras, rebrote de la peste en 1647-48 y ampliación hacia el Atlántico y Cantábrico de la acción corsaria. 
Pero los ataques en el mar continuaron durante el siglo XVIII y primer tercio del siglo XIX. En fecha tan tardía como 1824 aún tenemos constancia de pescadores de Benidorm hechos cautivos por los berberiscos. 



El corso berberisco acabó definitivamente cuando en 1830 Francia ocupó Argelia y la convirtió en colonia. A partir de ese momento el litoral valenciano quedó libre de un azote que había durado más de 500 años. En Benidorm el castillo y la torre de les Caletes dejaron de tener sentido y acabaron convertidos en ruinas. La playa se convirtió en un lugar seguro y a partir de 1850 los primeros turistas (veraneantes se llamaban entonces) pudieron disfrutar del baño en el mar. Cuarenta años antes habría sido un suicidio.

Hoy día las relaciones entre la orilla cristiana y musulmana del Mediterráneo son pacíficas: turismo, comercio, emigración, etc. Pero durante siglos cristianos y musulmanes consideraron el corso como un medio de vida lícito y honorable. Sirvió para enriquecer a unos pocos y permitió a otros practicarlo para ganarse el sustento a costa del riesgo de perder la vida o la libertad como a menudo acontecía. Pero para las personas que vivían en el litoral fue una cruel calamidad que les hizo perder sus bienes, su libertad o su vida. La existencia de cautivos y esclavos es patente durante 500 años. En el siglo XVII, en los mercados de Argel y Salé, se vendían anualmente unos 3.000 esclavos, todos ellos cristianos.


Año 1684: mercado de esclavos cristianos en Argel en un grabado del siglo XVII



Entre las conclusiones de este libro creo útil destacar dos:
a) El corso musulmán provocó la decadencia demográfica y económica del Benidorm medieval y la escasez de regadío agravó esa decadencia. También que los daños que sufrió en el siglo XV fueron más graves de lo que suponíamos ya que en cuatro ocasiones se llevaron a todos sus habitantes y aún así se repobló por cuatro veces. Finalmente la villa desapareció por completo a principios del siglo XVI y perdió su carácter de municipio independiente que le había otorgado Bernat de Sarrià en la Carta Puebla de 1325. Ese siglo fue el de mayor intensidad de la actividad corsaria ya que los berberiscos desembarcaban cuando y donde querían sin apenas encontrar resistencia. Benidorm, incendiado y destruido varias veces, estuvo prácticamente deshabitado ya que ni la guarnición de soldados ni los pescadores durante la temporada de pesca pueden considerarse como habitantes de Benidorm. 
Sin embargo se perfeccionó el sistema defensivo, cuyo símbolo en Benidorm son el desaparecido castillo y la torre de les Caletes que aún se mantiene en pie recordándonos aquel pasado de hostilidades continuadas. 


El plano reproduce los castillos torres vigía y puestos de observación que se recogen en las "Ordinacions tocants a la custodia y guarda de la costa maritima del Regne de Valencia" del año 1673.


En el siglo XVII ya no hubo desembarcos corsarios en su término municipal, lo que permitió su repoblación, culminada con la Carta Puebla de 1666 otorgada por Beatriz Fajardo. A partir de ese momento el desarrollo económico y demográfico de Benidorm se va intensificando y paralelamente la intensidad de la actividad corsaria en el mar va disminuyendo durante el siglo XVIII y desaparece a partir de 1830. No es una casualidad que el máximo demográfico de Benidorm anterior al desarrollo turístico se produzca unos años después del final del corso: en 1842 alcanzó los 4.502 habitantes, cifra que no se volvió a alcanzar hasta la década de 1950. La libre navegación había permitido un gran crecimiento del comercio marítimo y la prosperidad económica.

b) Otra conclusión a destacar es que el casco urbano de Benidorm ha variado a lo largo de estos siglos. El que edificaron Bernat de Sarrià en la Edad Media y Beatriz Fajardo en 1666 no ocupaba todo el plano inclinado de Canfali. El pueblo reedificado en 1666 tenía las calles en forma próxima al semicírculo junto al castillo. Su casco urbano estaba comprimido entre la muralla que lo separaba del castillo por el lado sur y la muralla con foso y puente levadizo que lo cerraba por su lado norte. Esta muralla se derribó en el siglo XVIII y se reedificó el pueblo construyendo calles rectas que descendían ocupando todo el plano inclinado de Canfali. Por tanto lo que durante mucho tiempo se ha considerado el casco antiguo de Benidorm que ocupaba el espacio casi triangular entre el castillo y la línea definida por la Plaça del Torrejó, calle Carmela Martínez, Plaça de la Constitució y calle Quatre Cantons data del siglo XVIII y no ha sido el único casco histórico porque antes hubo al menos otros dos. 

Los hechos narrados en este libro muestran la evolución del fenómeno del corso y de sus efectos en las baronías de Polop y Benidorm. Los distintos capítulos corresponden a las distintas etapas que he observado en él y que siguen el orden cronológico. Por tanto el esquema es:

0. Introducción: piratas y corsarios en el Mediterráneo. 
1. El Benidorm medieval: creación, ataques y despoblación (1321-1503).
2. La época de Carlos I (1516-1556): Benidorm destruido y reconstruido.
3. Reinado de Felipe II (1556-1598): se consolida la defensa.
4. Benidorm en la primera mitad del siglo XVII: inicios de la recuperación. 
5 Benidorm de 1666 a 1707: repoblación y desarrollo.
6. Declive del corso norteafricano y respuesta española en el siglo XVIII.
7. El siglo XIX: desaparición del corso berberisco.
8. Epílogo.
9. Glosario de términos.
10. Documentación y bibliografía.

Espero y deseo que este libro aporte al lector interesado por la historia de Benidorm información sobre un fenómeno que ha condicionado su devenir histórico de forma muy grave y durante muchos siglos. Es fruto del desarrollo de la investigación histórica producido tras el advenimiento de la democracia.