La avenida de Europa, una palmera y un paisaje del Benidorm tradicional que desapareció.
Francisco Amillo Alegre.
José María Bolufer Cano, nieto de Quico Boquilla.
Ángel
Vives Cano, nieto de Joan Boquilla.
Este artículo surgió a partir de un
poema titulado «La palmera de Boquilla»
redactado por algún miembro de la familia de Francisco Cano Ivorra, conocido
por Boquilla, el apodo de su familia. En épocas anteriores era muy habitual
designar a una persona con el apodo en vez de con su apellido. El poema está dedicado
a una palmera, la más alta de Benidorm según me indicó José Zaragoza Casamayor,
que estaba situada en la finca de Francisco Cano. Su nieto, José María Bolufer,
lo encontró entre antiguos papeles de su abuelo y me indicó que lo recordaba de
cuando era niño y en Benidorm se celebraban certámenes poéticos y las primeras
ediciones del Festival de la Canción. No consta la fecha de su redacción pero parece
evidente, por su contenido, que se escribió a finales de la década de 1960 o a
principios de la siguiente, cuando la “ciudad vertical” de los rascacielos
estaba cambiando de manera irreversible la fisonomía del Benidorm tradicional.
Los
antecedentes de la familia Boquilla se inician en la Nucia con José Cano Cano (1867-1915). Era
tratante de ganado mular, recorriendo España y las dos Marinas. También, como
acredita su pasaporte, hizo tratos en las ciudades entonces francesas de Orán y
Argel donde había un nutrido grupo de emigrantes de la Marina Baixa.
Casó con Antonia
Ivorra Ivorra (1875 - 1957) y tuvieron 3 hijos: Francisco (“Quico”), Joan y Pepe.
Vivieron en la Casa dels Boquilles en
el carrer Major núm. 2, en la Plaza Mayor, frente a la Iglesia y
junto al Ayuntamiento.
A
la derecha de la imagen vemos la casa de la familia Boquilla en la Nucia, construida
en el año 1766. José y Antonia la habían comprado a principios del siglo XX a
la Sra. Salomé, descendiente de una familia de indianos adinerados. Era el
domicilio familiar con cuadras para el ganado que compraban y vendían.
Fotografía del libro “La Nucia apuntes para la historia” de Miguel Guardiola
Fuster, págs. 84 y 91.
José Cano Cano falleció en 1915, a los 48 años de edad, y sus hijos mantuvieron el negocio paterno hasta la década de 1960. Solían comprar el ganado en las ferias de Baza, Caniles, Valle de Arán, etc., lo traían en vagones de tren y andando por caminos, hasta las cuadras de la “casa dels Boquilles”. A la hora de vender un animal Antonia se sentaba en la galería del primer piso escuchando con atención. Si tosía significaba que estaba conforme con el precio de venta y los hijos formalizaban el trato. También vendían los mulos en los pueblos de la Marina y del Marquesat de Dènia, donde tenían prestigio de tratantes honestos. Entre viaje y viaje se dedicaban a la agricultura, explotando las propiedades agrícolas de la madre.
El primer “Boquilla”
que se instaló en Benidorm fue Francisco
Cano Ivorra (1895-1986).
Su segundo
apellido y el primero de su esposa, Josefa Ivorra Devesa (1899-1971),
aparecen escritos “Iborra” en la documentación municipal pero sus descendientes
afirman que es un error. Josefina, como la denominaba la familia, era miembro de una familia originaria de la
Nucia que vivía en la provincia de Castellón. Antes de trasladarse a la Nucia
con su esposo decidió vender a sus hermanos la parte de herencia que le
correspondía, y con ese dinero compraría en abril de 1929 la finca de Benidorm,
denominada “El Huerto”, en la partida de Fluixà. “Al casar-se va vendre la seva part de l’herència als germans i amb
eixos diners compraren la finca a Benidorm […] A la família sempre hem dit que
la finca era de l’àvia”.
La compra se hizo en 1929 según consta
en la escritura conservada por la familia. El notario Lamberto Castells
indicaba que Francisco Cano había autorizado a su esposa para adquirir por 30.500
pesetas la finca que vendía Juan Fabian Zaragoza Pelufo. Tenía una extensión de 3,34 hectáreas. La mayor
parte estaba al sur de la entonces carretera N-332 (hoy calle Alfonso Puchades)
pero también tenía una pequeña parcela al norte de dicha vía de comunicación.
Según dicha escritura la finca
estaba “distribuida en bancales cuyo plantío existente en la actualidad es de
almendros y olivos en su mayor parte pero posee algunas higueras y algarrobos”.
En 1963 consta que estos cultivos tradicionales se habían sustituido por
naranjos, más rentables en aquella época. Eran naranjos de
producción tardía que compartían el espacio agrícola con limoneros y también
con olivos, almendros, higueras y algarrobos gigantes ya que tenían el mismo
riego por inundación que los cítricos.
El paso del regadío tradicional al intensivo
de cítricos fue posible por la existencia de agua subterránea que en 1929 se
alumbraba mediante una noria situada en la parte norte, la más alta, lo que
permitía “ser regados todos los bancales”, según la escritura. Por la parte sur
estaba la noria “de Colagüet de la que solo poseía el derecho a dos días de
agua”.
Detalle de la fotografía aérea de 1966 donde se aprecian la casa de Boquilla. La balsa original era de forma rectangular pero tras la explanación de la futura avenida Europa se recortó y quedó de forma trapezoidal. La propiedad agrícola quedó dividida en dos por la misma causa. Entre los naranjos se intercalaban otras especies arbóreas. Fuente: Ayuntamiento de Benidorm.
Posteriormente la noria se sustituyó
por un pozo al que se accedía por una galería que descendía a bastante
profundidad, unos 30 metros, hasta llegar al nivel freático. La galería se
iluminaba a tramos con bombillas eléctricas y el agua se bombeaba con un motor
eléctrico hasta una balsa.
La vivienda en 1929 era una “casa de campo […] compuesta de dos pisos y
ciento veinticinco metros cuadrados” de planta. En la planta baja, en la
primera crujía, había dos habitaciones y en la segunda crujía un salón grande
con chimenea donde se hacia la vida en invierno, una escalera que daba acceso
al piso superior y al fondo, la cocina y el baño que se habían añadido
posteriormente. En el primer piso, había dormitorios, baño, una cocina hecha
después, y una terraza cubierta en la fachada anterior de la casa por encima de
la puerta principal de entrada, y que se continuaba con un porche de cañizos y
parras.
Comida familiar en la masía de Boquilla, casa agrícola similar a
las muchas que se repartían por el término municipal de Benidorm. A la
izquierda el hijo mayor de Quico, José con su esposa Maruja y al lado Josefa. A la derecha Quico. Fuente: archivo
familiar.
Alrededor de la casa había 2 grandes pinos, muchas plantas
ornamentales y la palmera datilera que acabó inspirando el poema antes aludido.
La segunda persona por la izquierda es Vicenta Company, maestra que durante la
Guerra Civil se trasladó a Benidorm donde impartió clases a las niñas en la escuela
de la partida de La Valenciana. Estaba casada con Joan, hermano de Quico que está situado a la derecha de
la fotografía y a su lado está a Antonia, que fue maestra de niñas en la
Escuela Nacional Leonor Canalejas. En el centro Josefina, la esposa de Quico. Fuente: archivo familiar.
Francisco y Josefina vivían en la
Nucia y pasaban el verano en su finca de Benidorm por lo que tenían una persona
encargada de su cultivo. En 1936, tras el estallido la Guerra Civil, Francisco,
como primogénito y cabeza visible de la familia Boquilla fue amenazado por las
autoridades anarquistas de La Nucia, que le incautaron los pagares que tenia de
la venta de ganado mular de años anteriores. La adquisición de la finca resultó providencial porque pudieron trasladarse a ella ya que en Benidorm
estaban seguros, puesto que sus autoridades protegieron a todas las personas
sin importar ideologías, No tuvieron ningún problema durante el conflicto.
Aunque había un cartel que indicaba que su propiedad había sido incautada por
la UGT de Benidorm, continuaron viviendo en ella como siempre. No fue la única
finca protegida por las autoridades de Benidorm que querían evitar
daños personales y materiales a los propietarios. Finalizada la guerra civil,
Francisco y Josefina tuvieron una deuda de gratitud y afecto con Benidorm,
viviendo a caballo entre ese pueblo y la Nucia.
Fotografía de Francisco Cano y su esposa Josefina Ivorra en la playa de Levante en la zona que actualmente corresponde al hotel Cimbel. No se indica fecha pero es anterior a 1956 por la edad del matrimonio y porque la playa muestra todavía un aspecto anterior al PGOU. Al fondo el chalet Miramar y el nido de ametralladora de la Guerra Civil del centro de la playa de Levante. A la izquierda la caballería y el carro, probablemente propiedad de José Cano. Archivo familiar.
Vista aérea de la playa de Levante sobre la que se observa el trazado de varias calles aún sin asfaltar, destacando las futuras avenidas de Europa y Mediterráneo. Al norte de esta vía se aprecian la finca de Francisco Cano con su arbolado, la casa , situada entre la carretera y la futura avenida y el camino de acceso a la casa desde la carretera. Fuente: Archivo Municipal.
En 1956 el Plan General de Ordenación Urbana acabaría cambiando la vida de la familia Boquilla porque declaró urbanizable la zona de la partida de Fluixà en la que estaba su finca. El proyecto de la avenida de Europa que figura en el PGOU se corresponde casi exactamente con el trazado actual. El problema para Francisco Cano fue que su propiedad quedaba dividida en dos partes. La casa y la balsa de riego quedaban dentro de su propiedad pero el pozo, imprescindible para la explotación agrícola de la finca, quedaba en el centro de la nueva vía con lo que podía perderlo.
Durante seis años no se hizo gran
cosa pero finalmente en 1962 el Ayuntamiento empezó los trámites para la
urbanización de la avenida número 5, futura Avenida de Europa. Un primer paso,
y muy importante, fue conseguir que los vecinos cediesen voluntariamente los
terrenos al municipio indicándoles que esa era la forma más barata para ellos y
con la promesa de que en las contribuciones especiales de su urbanización se
tendrían en cuenta los metros cuadrados cedidos. Los propietarios afectados
entregaron una cantidad de metros muy dispar, entre 172 y 4.212 m2
(ver anexo 1). Esta última cantidad era la que correspondía entregar a
Francisco Cano, el más perjudicado con la creación de esta avenida.
Todo esto le disgustó enormemente y
así lo manifestó al alcalde Pedro Zaragoza. Concertaron una reunión en la finca
a la que también acudirían el topógrafo y el concejal encargado de estos
trámites pero finalmente el alcalde no pudo acudir. Por dicha causa le escribió
una carta explicando las circunstancias de su no comparecencia e intentando
convencerle de los beneficios económicos que le reportaría la urbanización de dicho
terreno agrícola.
La carta estaba redactada en un tono
cordial y conciliador pero no debió agradar al interesado. Probablemente la
rompió en pedazos que luego alguien pegó con cinta transparente que, pasados
tantos años, se desprendió dejando marcas sobre el papel. José María Bolufer me
la entregó para que le diera el uso más conveniente y yo la doné al Archivo
Municipal. Es interesante conservarla allí para constatar que el proceso
urbanizador no fue tan idílico como algunos presentan. En el expediente y en
las actas del los plenos municipales se escribió que eran cesiones voluntarias
pero eran otros tiempos y sólo unos pocos, como Francisco Cano, se atrevieron a
protestar por la pérdida de un modo de vida que la revalorización de los
terrenos no les compensaba.
La carta de
Pedro Zaragoza fue desgarrada y pegada con cinta transparente que marcó el
papel pero es perfectamente legible. Archivo Municipal de Benidorm.
La transcripción de la carta es la siguiente:
“12 enero 1.963
Sr. D. Francisco Cano
BENIDORM
Mi querido amigo:
Le había prometido al Concejal, don Miguel Bayona, estar el domingo por la
mañana en su compañía y en la del Topógrafo don Guillermo Campos, en su finca
para tener el gusto de saludarle y agradecerle personalmente todas las
facilidades que nos está dando para poder llevar a cabo la apertura de esa gran
avenida que será el orgullo de Benidorm.
Casualmente don Fermín Sanz Orrio me anunció su llegada y he de estar con
él todo el domingo visitando alguna de las obras de las que vamos a recibir
ayuda económica del Banco de Crédito Local, del cual es Presidente.
Créame que comprendo perfectamente el gran esfuerzo que ha de costarle
desprenderse de unos naranjos tan queridos, más que por su valor material por lo
que representa un árbol para aquel que lo planta, y comprendo este sacrificio
porque yo también en el Carrasco, me encuentro en el mismo caso, y pese a que
la apertura de estas calles económicamente me revalorizan de una forma extraordinaria
dicha finca, como yo nunca la compré para transformarla en solares sino
explotarla agrícolamente, quizás el beneficio no compense el sacrificio moral
que representa.
Ahora bien la única satisfacción que como Vd. tendré es haber mutilado
parte de nuestra querida tierra en beneficio de la comunidad.
Creo que así cumplimos una vez más, sin presumir, con un deber moral de
cristiano.
Le ruego, pues, perdone mi falta de asistencia a esta reunión y confío me
brinde oportunidad de saludarle personalmente lo mismo que a su hijo, tan buen
amigo mío, y con las gracias anticipadas en nombre de Benidorm me despido
cordialmente.
Suyo afctm. amigo y s.s.
F/. Pedro Zaragoza Orts”
El enfado de Francisco
Cano fue grande y no aceptó ceder una parte de su propiedad para la
construcción de la avenida de Europa. En el acta del pleno municipal del 18/02/1963 se aprobaba la
cesión de terrenos para nuevos viales en
proyecto por
“los propietarios de terrenos afectados por el Plan
General de Urbanización vigente, por las que ceden al Municipio gratuitamente y
libre de toda carga, la superficie que queda dentro de la zona destinada a vía
pública, según croquis que en cada una se acompaña”.
Figuran los nombres de propietarios
de terrenos en varias calles afectadas, entre ellas la avenida de Europa, pero
no aparece el nombre de Francisco Cano ni tampoco el de su esposa Josefa
Ivorra. Finalmente, catorce meses más tarde, Francisco Cano tuvo que ceder. En
el acta del pleno de 15 de mayo de 1964 podemos leer:
“Aceptar la cesión de los terrenos afectados por
viales, ofrecidos por D. Francisco Cano Iborra [sic], en una extensión de
cuatro mil doscientos doce metros cuadrados en la partida de Fluixá, para la
apertura de la Avenida de Europa respetando el derecho del cedente para la
utilización del pozo y acueducto existente en el subsuelo de la finca que ocupa
la Avenida.”
El documento de cesión lo firmó
Francisco Cano ese mismo día. Al final especifica:
“OTROSÍ DIGO: que a consecuencia de las obras de
urbanización de la referida Avenida de Europa, queda situado dentro del trazado
de la misma, un pozo para el servicio de riego de la finca de que se segrega el
terreno objeto de esta cesión, la cual cesión quedará condicionada en cualquier
momento al respeto del derecho de utilización del expresado pozo y del
acueducto y galerías a él conducentes para la propiedad y riego de la finca
restante, siendo los caudales que de él se obtengan de la exclusiva propiedad
del cedente propietario de la finca matriz” (AMB 4910/1).
Francisco Cano es el único
propietario que puso condiciones a la cesión de terreno para la futura avenida
Europa, en este caso el derecho a conservar el pozo y utilizar su agua.
Consumada la cesión de terrenos siguió el proceso administrativo. En abril de 1964, cuando aún faltaba la cesión de Francisco Cano, ya se había confeccionado el “Entronque Avenida Europa y Carretera General” (AMB 4946/6).
En julio de 1966 se confeccionó un
primer proyecto de “Pavimentación de la Avenida de Europa” formado por una
memoria y cuatro planos. Se especifica que la anchura total será de 30 metros,
que tendrá dos calzadas de 9,25 metros cada una, para los dos sentidos del
tráfico, con dos carriles cada una. Las calzadas estarían separadas por una
mediana con seto de 1,50 metros. El espacio restante se reservaría para las
aceras. Las obras de apertura y explanación ya se habían hecho con anterioridad (AMB 6779/3).
El 30 de octubre de 1967, cuando ya
era alcalde Jaime Barceló
Pérez (Pedro
Zaragoza dejó el cargo el 12/10/1966) se hizo una
Acta de replanteo del proyecto de pavimentación que modificaba ligeramente las
dimensiones (reducía el seto central a 1 metro e incrementaba las calzadas a
9,50 metros) e incluía el presupuesto de gastos e ingresos que ascendían a
12.089.701,33 pesetas (ver anexo 2). En dicha Acta de Replanteo se incluía una
carta al Gobierno Civil fechada el 11 de febrero de 1967 solicitando la
aprobación del presupuesto y rogando máxima celeridad en la respuesta porque
“pretendemos que [los trabajos] estén realizados para próxima campaña de
verano”.
La avenida de Europa en construcción (¿1967?) con la
parte subterránea, las dos calzadas y la mediana ejecutadas pero faltando aún
las aceras. Situada casi en el centro de la playa de Levante, daba acceso a
ella desde la carretera nacional. Fuente: Archivo Municipal.
A Francisco Cano se le había respetado el derecho al agua del subsuelo que quedó debajo de la avenida. Esta compensación no evitó la nostalgia por lo perdido que se materializó en el poema al que aludía al principio de este artículo.
Su protagonista era la alta palmera
de su finca. Describe cómo era antes del proceso urbanizador y su posterior
decadencia, cuando la altura de los rascacielos no permitía verla desde el
pueblo y desde la finca tampoco se divisaba el pueblo. Pero ella resistía y
como Francisco Cano "no se doblega al progreso de la vida y ella firme aguanta donde
está”.
Un poema que transmite nostalgia por
un mundo que se extinguía, un sentimiento que entendemos porque lo han
experimentado muchas personas que conocieron aquel Benidorm tradicional. Es
también muy interesante porque nos presenta dos épocas muy distintas de
Benidorm: antaño la palmera daba dátiles y permitía que los gorriones anidasen
y se alimentasen en ella; estaba llena de vida, de palmas muy verdes, alta y
esbelta como dama elegante.
Pero en su segunda época los altos
edificios turísticos cortaban la comunicación visual entre palmera y pueblo y
las grúas de hierro que construían rascacielos competían en altura con ella y
le superaban. Sólo le quedaba la compañía de la balsa mientras pasaban los años
y envejecía resistiendo los cambios.
El poema refleja la añoranza de
Francisco Cano por el pueblo tradicional que desapareció al transformarse en la
gran urbe turística. Lo transcribo literalmente, respetando su ortografía
original que no siempre coincide con la normativa:
LA PALMERA DE “BOQUILLA”
Arrelada en la terra resseca,
des del dia que la van plantar,
aguaitant avatars de la vida,
orgullosa la pots contemplar.
És esvelta de palmes molt verdes
esbrinada i alta com dona elegant,
era avans visible del poble
al mirar de ponent a llevant.
Fins i tot que la pell te
seca,
com vella que del mon se’en va,
no es doblega al progres de la vida
i ella ferma s’aguanta on està.
Es refugi de l’ocell que bola
es rebost que li dona menjar.
Al seu tronc amorossa li deixa
a l’astut teuladí el nial.
Ella altiva mirava orgullosa
de les cases la seua teulada
important-li molt poc que mil vents
la pugueran posar doblegada.
Fil d’aram molt punxós protegia
el seu fruit de precisa pedrada
d’aquell jove que abans ja tenia
d’altres arbres la lliço ensenyada.
Ara es veu ultrajada pel ferro
de la grua que creix a mansalva
i ja no te pardalets amorosos
aniant al redos de la palma.
No pot vore teulades del poble
són més altes les cases que ella
sols li queda el consol de la basa
mentres pasen els anys i es fa vella.
Hay una tercera época que no aparece
en el poema en la que el asfalto y el cemento reemplazaron finca agrícola de
naranjos y algarrobos. Comenzó con la desmembración de la propiedad y siguió el derribo
de casa, palmera y balsa para la construcción del edificio San Francisco 1. La
finca se mantuvo íntegra hasta 1980. A partir de esa fecha los herederos de
Francisco Cano fueron desmembrándola y vendiendo parcelas que contribuyeron a
pagar la urbanización de los dos viales que la cruzaban, la calle Esperanto, la
ya comentada avenida de Europa y posteriormente la calle Juan Llorca. En la
década de 1990 la familia se quedó con la propiedad del edificio San Francisco
1, donde estaba la palmera del poema. Desde su sótano se podría acceder al pozo
que se conserva en el subsuelo de la Avenida de Europa.
Quico Boquilla con su nieto mayor Pepe, en la casa de
Benidorm.
Francisco y
Josefina vivieron en su casa de Benidorm hasta que, ya mayores, lo hicieron con
su hija Antonia. Sus hijos estudiaron primero en el instituto Jorge Juan de
Alicante y luego en la universidad, en Valencia y Madrid. Antonia (1919-2005)
se estableció de farmacéutica en Teulada y José (1922-2015) de médico cirujano
en Valencia. José y Antonia, aunque nacidos en la Nucia, siempre pasaron las
temporadas estivales en la finca de Benidorm, hasta que llego el “triste”
momento, para la familia, de trocear la finca. Hubo que ir vendiendo parcelas
para pagar la urbanización de calles y avenidas. En las distintas parcelas
vendidas se construyeron el Principado Europa, Complejo Fuster San Francisco y Paraíso
Centro. Los campos que quedaron en el lado este de la Avenida Europa fueron los
primeros que se vendieron para completar otras urbanizaciones.
ANEXO 1.
Propietarios afectados por la
construcción de la Avenida de Europa y m2 de tierra que entregan. El
orden de las parcelas comienza en la futura Avenida del Mediterráneo y finaliza
en la Carretera Nacional. La mayoría de propietarios firmaron la entrega de
solares el 18/02/1963 pero Francisco cano
hizo su cesión el 15 de mayo de 1964 según consta en “Expedientes de cesión de
viales” de 1962-63 (AMB 491071).
· Jesús Ridruejo Ruíz Zorrilla 2.736
·
Rosa Orts Pérez 297
·
María Grau Orts 172
·
Julián Magro Villalba 1.783
·
Emilio Ruzafa Roig 887
·
Francisco y María Llorca Zaragoza 1.527
·
José Meseguer Guillamón 3.410
·
Luis Meyer Sivaregne 656
·
Herederos de Ignacio Orts Salvá 2.408
·
Rosa Orts Pérez 1.344
·
Pedro Rodríguez-Ponga y Ruíz de Salazar 1.500
·
FRANCISCO CANO IVORRA 4.212
·
Josefina Orts Bosch 3.513
·
José Meseguer Guillamón 1.296
ANEXO 2.
Presupuesto de ingresos y gastos del “Proyecto de Pavimentación
de la Avenida de Europa" (AMB 9965/6)
A) Gastos (en pesetas):
·
Pavimentación 7.968.731,93
·
Obras abastecimiento agua 1.025.346,21
·
Alcantarillado 665.899,64
·
iluminación 832.043,30
·
aceras y alcorques 1.579.680,25
B) Ingresos (en pesetas):
·
Contribuciones especiales 10.880.731,20
· Aportación municipal 1.208.970,13