miércoles, 3 de agosto de 2016

José Miñana Pérez, un ciudadano estadounidense alcalde de Benidorm y "Master Mariner any ocean".


Cuando en 1889 Mark Twin publicaba su famosa obra "Un yanqui en la corte del Rey Arturo" faltaban cinco años para que naciese José Miñana, un ciudadano estadounidense que en 1936 fue alcalde de Benidorm.  Pero si la existencia de un norteamericano en la Edad Media es una ficción literaria, en el caso de la alcaldía de Benidorm es un hecho real. 
Capitán de la marina mercante, había recorrido el  mundo y conoció de primera mano cómo se organizaba la política, la sociedad y la vida cotidiana en países avanzados como Estados Unidos. Intentó aplicar esa experiencia en Benidorm, su pueblo natal, buscando su progreso y especialmente su desarrollo turístico. Pero lo hizo en unos momentos de intensa división del país, los meses previos al estallido de la Guerra Civil, y sus proyectos se vieron truncados por el conflicto armado. Tras la guerra, haber formado parte de un gobierno municipal del Frente Popular le supuso una denuncia y la cárcel, aunque finalmente el desenlace fue propicio.

Tengo que dar las gracias a Mª José Gutierrez Miñana, su nieta, por la documentación e imágenes que me ha facilitado y que han hecho posible la publicación de esta entrada del blog HISTOBENIDORM. Es una forma de reconocer la meritoria labor de una persona cuya figura había quedado desdibujada y olvidada por haber formado parte del bando derrotado. Un merecido homenaje.

En esta entrada me centro en su trayectoria personal y apenas hablo de su gestión al frente del Ayuntamiento y de la Junta Local de Turismo. Eso forma parte del libro  sobre la República y la Guerra Civil en Benidorm que publiqué en 2017.

Francisco Amillo.



Fotografía del joven capitán José Miñana Pérez. Navegó alrededor del mundo y especialmente en el archipiélago filipino, en el que, aún hoy, residen algunos descendientes de su hermano Miguel Miñana. José y Miguel figuran en la relación de capitanes de la marina mercante que publicó en 1988 Jaume Fuster i Llorca en la Revista Oficial de les Festes Majors Patronals en la que también debería figurar el padre de ambos, José Miñana Calbo.





José Miñana Pérez nació en Benidorm en 1894 y murió en la misma ciudad en 1977. Era hijo de José Miñana Calbo y de Manuela Pérez. Su padre era marino mercante y en 1896 se trasladó a Filipinas, todavía colonia española. Pero llegó en tiempos difíciles para España ya que el deseo de emancipación de los filipinos desembocó ese mismo año en una revuelta armada dirigida por la sociedad secreta "Katipunan" que lideraba Andrés Bonifacio. 
El independentismo filipino estaba dividido. Entre sus disensiones internas y las ejecuciones que llevó a cabo el gobierno español (fusilamientos de Andrés Bonifacio, José Rizal y tres sacerdotes) tenía muchas probabilidades de fracaso. De hecho el gobernador Fernando Primo de Rivera firmó  con los jefes de la rebelión  el pacto de Biac-Na-Bató (23 de diciembre de 1897) por el que Emilio Aguinaldo, sucesor de Bonifacio, y sus seguidores abandonaron las armas y marcharon a Hong Kong a cambio de una fuerte compensación económica.

Pero el conflicto filipino se reavivó por  la intervención de Estados Unidos que resultó decisiva. Cuando en 1898, tras la voladura del acorazado Maine en la Habana, se declaró la guerra hispano-estadounidense los norteamericanos enviaron su flota del Pacífico a Filipinas donde se enfrentó a la española en la batalla de Cavite. Eso acaeció el 1 de mayo de dicho año. 
El contraste entre ambas flotas era considerable. La norteamericana disponía de barcos modernos, bien armados y abastecidos y con tripulaciones bien entrenadas. La española estaba pensada para reprimir la piratería y las insurrecciones indígenas, no para enfrentarse a grandes flotas. Tenía dos cruceros de 3.000 toneladas, pero uno de ellos, el Castilla, tenía casco de madera y se estropeó antes del combate; también tenía cinco cruceros de 1.000 toneladas pero dos tenían las máquinas estropeadas. En todos ellos su tripulación no pudo hacer prácticas de tiro por escasez de municiones y sus cañones eran anticuados. Así que el resultado fue una clara y aplastante victoria estadounidense. El Tratado de París, firmado entre España y Estados Unidos en diciembre de 1898, suponía que la antigua metrópoli cedía su soberanía a los vencedores a cambio de 20 millones de dólares. 

Cuando estalló este conflicto José Miñana hijo tenía cinco años. Vivía en Filipinas con una tía y con su padre y como españoles fueron hechos prisioneros de guerra por los bisayos. Los encarcelaron en la ciudad de Odiongan, la más poblada de la isla de Tablas y su principal puerto. Fueron liberados 22 meses después por la armada norteamericana. 
Esta liberación se produjo porque los filipinos, tras la derrota española, habían proclamado la República Filipina el 12 de junio de 1898. Pero no fue reconocida por Estados Unidos y los filipinos se levantaron en armas contra dicho país siendo finalmente derrotados. 
El conflicto se endureció en 1901 y se caracterizó por una feroz represión estadounidense que dejó episodios de gran crueldad hacia la población de las islas, sobre todo la de habla española que era la más culta y defensora ferviente de la independencia. 
Filipinas no conseguiría su independencia hasta muchos años después. Fue en 1946, tras la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos se la concedió por su valerosa lucha contra los japoneses que habían ocupado el archipiélago. 

Este era el atormentado panorama que vivió de niño José Miñana. Tras el desastre español de 1898 su padre pudo optar entre regresar a España o quedarse en su nueva tierra. Decidió no presentarse en el Consulado español en Manila y convertirse en ciudadano norteamericano, algo que podía hacer según el Tratado de París. Para un marino era una decisión razonable: con la pérdida de sus colonias España había perdido también muchas oportunidades para la navegación mientras que Estados Unidos las incrementaba. 
Así que José Miñana hijo también adquirió la nacionalidad estadounidense. Pasó parte de su infancia en Filipinas y realizó allí sus primeros estudios en inglés, la nueva lengua oficial. Pero en 1902, ante el cariz de la guerra su padre le envió a estudiar a España. En 1.909, con quince años, regresó a Filipinas viviendo en Cebú, la isla en la que residían su padre y su hermano Miguel, que también fue  capitán de la marina mercante y que no regresó a España  a causa de su matrimonio con una filipina.

Siguiendo la tradición familiar José Miñana estudió náutica nada más regresar a Filipinas: "Mi vida en la navegación empezó en 1.909" escribió años después. En 1916 obtenía su título de capitán de la marina mercante válido para todos los mares tal como reza su certificado: "This is to certify that according to the records of this Office Mr. JOSE MIÑANA PEREZ is a Master Mariner, any ocean, with License No. 121, Issue 1-6, dated September 23, 1916.
En 1920 el joven capitán José Miñana comandaba el SS Panay, tal como puede comprobarse en la fotografía siguiente.


El texto indica: "S.S. Panay Madrigal Hº  Cap. J. Miñana. 1920."
Ha habido varios barcos con el nombre de SS Panay. Uno de ellos es objeto de inmersiones turísticas para visitar su pecio ya que fue hundido por los japoneses en marzo de 1942 cuando llevaba armas y suministros a Filipinas.



Pero a diferencia de Miguel, José sí que mantuvo lazos con España, realizando varias estancias en Benidorm "para atender mis intereses de aquí", escribió, pero sin indicar cuáles eran; supongo que trataría de atender la casa de la Alameda y las tierras que poseía en l'Alfàs de Baix. "Durante todo ese tiempo, tuve y mantuve en esa ciudad una bandera americana".

Una de esas estancias la realizó en 1935, convaleciente de una enfermedad. "Vine a España bastante enfermo un año antes que comenzara la Guerra", escribiría más adelante. Al año siguiente, en marzo de 1936, fue nombrado alcalde de Benidorm. Los hechos ocurrieron de la siguiente manera.

El domingo 16 de febrero se habían celebrado las terceras elecciones generales de la República que dieron el poder a la coalición de izquierdas denominada "Frente Popular". El nuevo gobernador civil de Alicante, Francisco Valdés Casas  envió un oficio al Ayuntamiento de Benidorm en el que indicaba: "La actuación del Ayuntamiento de Benidorm ha creado en la localidad un estado de intranquilidad que pudiera traducirse en alteraciones del orden público he tenido a bien decretar la suspensión de todos los concejales que lo componen y nombrar una Comisión Gestora que se encargue interinamente de la Administración Municipal.
Conviene observar que dice "pudiera traducirse" en vez de "se han producido" por lo cual parece claro que se trataba de nombrar una corporación municipal afín a las ideas del nuevo gobierno. Y aunque se indica que era una corporación interina lo cierto es que duró mucho tiempo, casi toda la guerra. Entre sus integrantes aparecen nombres de clara vinculación con la izquierda y los sindicatos obreros. Según indica el propio Miñana esta candidatura se había pactado en Benidorm entre los distintos partidos del Frente Popular y el gobernador civil la ratificó.

La "intranquilidad" a la que aludía el gobernador  tenía relación con los intentos de desestabilización iniciados por las derechas. El 10 de marzo, el mismo día en que firmó el oficio de cese y que llegó a Benidorm al día siguiente, declaraba a la prensa: "El Gobernador Civil manifestó esta tarde a los periodistas que la campaña alarmista iniciada después del triunfo clamoroso de las izquierdas en las elecciones no cesa. Me extraña muchísimo ─dijo el señor Valdés─ que algunas figuras hagan caso de ella […] la tranquilidad es completa, produciéndose solo pequeños incidentes que con las precauciones adoptadas tienen escasa importancia" (diario "El Luchador", 10-3-1936). 

Está claro que en Benidorm la precaución consistió en cesar al alcalde y concejales  anteriores y nombrar una nueva gestora de once miembros encargada de elegir entre ellos a la nueva corporación: "Dicha Comisión estará integrada por los vocales José Miñana Pérez, Elio Navarro García, Ezequiel Villarroya Ronda, Emilio Ruzafa Roig, Enrique Alonso Such, Jaime Ferrer Nomdedeu, Juan Ferrer Nomdedeu, Vicente Santamaría Orozco, Francisco Soler Orozco, Juan Ripoll Ivars y Juan Sanz Pérez.= Lo que comunico a Vd para su conocimiento y el de los Srs Concejales que cesan por suspensión a los que comunicará con urgencia esta resolución […] Alicante 10 marzo 1.936" (Archivo Municipal, Actas Pleno 11-3-1936). 


Una fotografía interesante con dos generaciones de marinos: a la izquierda el capitán José Miñana Calbo  y a la derecha su hijo José Miñana Pérez, el protagonista de esta historia.

La nueva gestora eligió alcalde a José Miñana por mayoría aplastante ya que obtuvo diez votos a favor y uno en blanco, probablemente el suyo. Según explicaba "en marzo de 1.936, fui apoyado por algunos amigos del pueblo, a pesar que ellos sabían que era extranjero, para entrar en el Consejo de Turismo, ya que tenía una casa y algunas tierras allí, y yo finalmente acepté sin darle importancia, y tomando el ejemplo de un doctor cubano adaptando su profesión allí como Inspector Municipal de Salud."
Conviene observar que omite el cargo de alcalde y sólo cita el de miembro del Consejo de Turismo; dice que todos sabían que tenía ciudadanía americana, lo cual era cierto, pero también lo era que por haber nacido en Benidorm le consideraban español. Más adelante veremos el por qué de esas afirmaciones. 
En cuanto al cargo de Inspector Municipal de Salud de Benidorm, al que alude Miñana, en esa época estaba desempeñado por Cosme Bayona Fuster, que actualmente tiene una calle dedicada en la ciudad. El padre del médico Bayona fue Pedro Bayona Bayona capitán de la marina mercante que trabajaba para la Trasatlántica y había participado en el conflicto cubano de 1898 logrando burlar en varias ocasiones el bloqueo norteamericano. 


Sello sin valor postal emitido en 1936 por la Junta Local de Turismo presidida por José Miñana. El objetivo era pegarlo junto al franqueo ordinario para que de esa manera el nombre y la imagen de Benidorm llegara a todas los países. Se eligió el color azul por alusión al texto de Gabriel Miró.


José Miñana fue elegido alcalde en un momento muy difícil de la historia de España. Desde el primer momento del triunfo del Frente Popular el ejército empezó a preparar su insurrección para derribarlo. Los partidos de derecha se radicalizaron y muchos habían perdido la fe en el sistema parlamentario y en la constitución de 1931 como marco de convivencia. La Falange y la CEDA adoptaron el ideario de la Italia fascista y aspiraban a destruir el parlamentarismo, rindiendo culto a la violencia como los seguidores de Mussolini. Entre las izquierdas también había partidarios de la insurrección popular armada como medio de acabar con una república calificada despectivamente de "burguesa" y soñaban con una revolución social bien imitando el modelo de la revolución soviética o bien siguiendo las utopías anarquistas. 
En esos meses de febrero a julio de 1936 los asesinatos políticos, con un promedio de once a la semana, tiñeron de sangre la difícil convivencia entre lo que Machado llamó "las dos Españas" totalmente contrapuestas pero que coincidían en la voluntad de acabar con el sistema democrático de convivencia que implicaba la II República.

El alcalde José Miñana tenía un carácter serio, responsable y muy recto. Pertenecía a un tercer grupo de españoles, los que querían el progreso del país y de su ciudad reformando muchas estructuras arcaicas y buscando una mayor justicia social pero siempre dentro del sistema democrático, rechazando la violencia como medio de obtener objetivos políticos. 
Por eso a los pocos meses, viendo cómo la situación se deterioraba, presentó su dimisión como alcalde alegando motivos de salud, lo cual no era del todo cierto porque ya se había recuperado de su enfermedad pero era el único motivo aceptable de dimisión. 
Miñana actuó como alcalde presidente de la corporación desde el 11 de marzo hasta el 23 de junio; a partir del 14 de julio desempeñó sus funciones el primer teniente de alcalde Jaime Ferrer Nomdedeu.  
Años después explicaba por qué le habían propuesto como alcalde y por qué presentó su dimisión: "Esos amigos querían que yo, como ciudadano americano, introdujera las maneras americanas y modernas en los servicios municipales del pueblo, pero después de menos de tres meses de breve actuación, abandoné cuando entendí que no me debía mezclar en asuntos locales y me di cuenta que no podía legalmente hacer esa tarea."

Tras dimitir como alcalde y estallar la guerra se embarcó durante dos meses en el Libertad, uno de los mejores buques de guerra de la flota republicana que tuvo una notable actividad durante la contienda. Este crucero construido en 1927, había tenido como primer nombre "Príncipe Alfonso" pero tras el advenimiento de la II República se le puso el de Libertad. Al estallar la sublevación militar los oficiales tomaron partido por ella pero un comité de suboficiales y marineros se amotinó y los encarceló, causando la muerte de varios de ellos. De esta manera la nave quedó en poder del bando republicano. 

Está claro que José Miñana se enroló en el crucero después de esos acontecimientos porque necesitaba recursos económicos. Pero sólo lo hizo durante dos meses, no consta cuales, y pasado ese tiempo permaneció al margen de la contienda según indicaba el tribunal militar que le juzgó en 1940: "una vez iniciado nuestro Movimiento se limitó a embarcar por espacio de dos meses en el «Libertad», después de ocurridos los luctuosos sucesos de abordo, y ello por falta de recursos desembarcando después y permaneciendo al margen toda clase de sucesos".


José Miñana hacia 1930-40

Tras la Guerra Civil alguien le denunció de forma anónima por sus ideas izquierdistas, según me escribía su nieta María José Gutierrez:  "Por lo que sé, se trató de una traición por sus ideas políticas de carácter republicano y socialdemócrata. Creo que el objetivo era que le retirasen la licencia para navegar, ya que era de los pocos capitanes que podía navegar con bandera americana por todo el mundo."

 Fue encarcelado en la Prisión Militar de Cartagena a la espera de juicio. No sabemos cuánto tiempo permaneció encerrado. Debió ingresar en el penal de la Marina en enero o febrero de 1940 y salió a primeros  de julio de ese año, pero ignoramos las fechas exactas. 

El juicio se celebró el 21 de junio de 1940. Fue un Consejo de Guerra que falló la causa sumarísima nº 129 "para depurar la conducta y actuación de Don JOSÉ MIÑANA PÉREZ,  de profesión Marino mercante, de estado soltero, natural y vecino de Benidorm, con domicilio en la calle del Generalísimo nº 20".   

En dicho juicio quedó claro que la conducta de José Miñana no había sido censurable antes de la guerra: "RESULTANDO.-  Que el referido Miñana con anterioridad al Glorioso Alzamiento fué alcalde del pueblo de Benidorm con elementos del frente popular, cesando antes del 18 de julio, y no constando que durante el periodo realizase una política sectaria, pués aun cuando se le han achacado la intervención en la expulsión del pueblo de dos sacerdotes parece ser que el procesado trató de evitarlo, y en ningún modo le correspondió la iniciativa". 

Tampoco se le podía acusar de nada por su actuación durante el conflicto: "aun cuando en algunos informes oficiales se le tilda de izquierdista en otros como en el del S.I.P. Departamental se le califica de persona de orden, siendo también contradictoria la prueba testifical". Quedaba claro que se le había acusado injustamente por algunas personas pero otras declararon a su favor; de ahí las contradicciones de los testigos a las que alude el texto.

Sin embargo el tribunal militar le condenó a tres años de cárcel por el delito de negligencia, es decir por no haber colaborado con los sublevados: "tales hechos originan un delito de negligencia previsto y penado en el Ar 192 del Código Penal de la Marina de Guerra, del que aparece como responsable el encartado en concepto de autor. […] FALLAMOS: Que por los fundamentos de hecho y de derecho […] debemos condenar y condenamos al procesado JOSÉ MIÑANA PÉREZ como autor de un delito de negligencia a la pena de TRES AÑOS de Prisión Militar menor, siéndole de abono para su cumplimiento la totalidad de prisión preventiva sufrida a resultas de esta causa".    

Pero en la misma sentencia se indicaba la posibilidad de un indulto: "estando la pena impuesta comprendida en el indulto del "Día del Caudillo" pudiera V.E. conceder la gracia del mismo al sentenciado JOSÉ MIÑANA PÉREZ, debiendo notificársele al interesado por el Juez Instructor debiéndole hacérsele saber las salvedades que establece el Decreto de Indulto […] Cartagena 27 de junio de 1.940". 

José Miñana fue puesto en Libertad y se le permitió trasladarse a Altea para fijar su residencia en esa localidad. ¿Por qué Altea y no Benidorm? Tal vez la respuesta está en que ese mismo año de 1.940 casó con Jerónima Zaragozí Bellido, natural de Altea. Es muy probable que la decisión de contraer matrimonio la hubiesen tomado antes y que fue retrasada por su entrada en prisión.

 

Permiso a José Miñana para trasladarse a Altea tras ser indultado de la pena de tres años de prisión. Firmado el 9 de julio de 1940. Se indica que "Se le facilitaron listas de embarque en primera clase por ferrocarril hasta Altea (Alicante)"


Pero con la excarcelación no habían terminado sus sinsabores. No podía abandonar España ni encontrar trabajo en la marina mercante a causa de las restricciones del indulto. Fue entonces cuando decidió hacer valer su ciudadanía norteamericana para poder abandonar el país. El 20 de octubre de 1940 escribió una carta al consulado de los Estados Unidos de la ciudad de Valencia. Su familia no conserva el original sino un borrador manuscrito del que he citado antes varios párrafos porque es una interesante fuente de información sobre su biografía.
María José Gutierrez me escribía acerca de ella: "En la carta que escribe revela las razones por las que accedió a la Alcaldía e impulsó el Consell de Turisme y las causas reales de su renuncia. Pienso que esa carta era un borrador que retocó ya que la respuesta que le dan otorgándoles permiso para trasladarse a Filipinas la fechan  el 7 de enero de 1.941 y no el 7 de octubre de 1.940, como pone en el manuscrito".

En dicha carta se aprecia su dolor por el injusto trato recibido y su deseo de regresar a Filipinas, que seguía siendo territorio estadounidense: "La pasión y el odio despertados en la última Guerra Civil Española en todos los pueblos de España, han hecho de mí una víctima propiciatoria por alguna gente que me recuerda con el idealismo americano de República y Democracia, y por lo que parece están intentando que muera de hambre en España donde no tengo trabajo […] y están poniendo toda clase de dificultades para no dejarme marchar a donde soy ciudadano (residente) donde tengo mi vida y donde quiero estar porque es donde siempre he estado: Filipinas.
El pasado diciembre me llegó un cablegrama desde Manila nombrándome Capitán de un barco filipino en construcción en Trieste (Italia) pero no pude llegar a tiempo porque fui arrestado antes, la idea era hacerme el mayor daño posible."


El 10 de enero de 1941 el consulado de Estados Unidos en Valencia comunicaba a José Miñana sus gestiones para que pudiese abandonar España. Estados Unidos aún no había entrado en la II Guerra Mundial.

La gestión del consulado estadounidense fue efectiva y en enero de 1941 le respondió indicándole que se le adjuntaba carta para que el gobernador civil de Alicante le diese el permiso para salir del país. José Miñana ya podía abandonar España pero, sorprendentemente, no lo hizo.
De nuevo recurro a lo que me escribió su nieta María José para explicar este extraño comportamiento: "¿Qué pasó finalmente para que no llegara a establecer definitivamente su residencia en Filipinas, que se retirara a Benidorm y que mi abuela no fuese nunca allí? Pues que mientras recibían la respuesta descubrieron que mi abuela estaba en estado de mi madre, ya que ésta nació el 6 de junio de 1.941. Creo que este hecho trastocó sus planes y por eso no rompió nunca el vínculo con Benidorm a pesar de su desánimo por los hechos acaecidos". 

Visto desde nuestra perspectiva actual fue una gran suerte. Si el matrimonio Miñana-Zaragozí hubiese ido a Filipinas en 1941 se habría encontrado a finales de ese año con la entrada del archipiélago en la II Guerra Mundial. Habría sufrido la durísima ocupación japonesa y otra cruel guerra.


José Miñana con su esposa Jerónima Zaragozí y su hija Esperanza paseando por la Rambla de Alicante.

José Miñana con Jerónima Zaragozí  y su hija Esperanza en su casa de la calle Alameda de Benidorm. Jerónima tiene en brazos a su nieta Mª José Gutiérrez Miñana. 

La niña que trastocó los planes de José Miñana se llamó Esperanza Miñana Zaragozí. Por ella fijaron su residencia en la casa patrimonial de  Benidorm, en la actual calle Alameda nº 15, aunque debido a su profesión, el padre permaneció largas temporadas ausente del domicilio familiar. Tras su jubilación regresó definitivamente a Benidorm donde falleció en 1.977 a la edad de 83 años. En esos últimos años pudo comprobar cómo España volvía a recuperar los ideales democráticos perdidos en 1939 y en los que nunca dejó de creer.

Su hija Esperanza (Benidorm, 1941-1989) fue la primera maestra secular del colegio Nuestra Señora de los Dolores. Tenía un carácter muy bondadoso y afable por lo que muchas de sus antiguas alumnas la siguen recordando con gran cariño. 
Fue madre de María José, María Dolores, Aila y José Gutierrez Miñana, éste último fallecido. 
Ellas esperan que a través de este artículo y del libro que estoy redactando se conozca la figura de su abuelo que hubiese podido hacer muchas cosas por la modernización de Benidorm y por su desarrollo turístico si la Guerra Civil no lo hubiese impedido. Es de justicia que se reivindique la memoria y el mérito de una persona castigada al olvido por el sistema franquista a causa de sus ideas democráticas y progresistas. Y no estaría de más que las autoridades democráticas pusieran el nombre de este ilustre hijo de Benidorm a alguna de sus calles, plazas o elementos relacionados con la mar…



 José Miñana Pérez, e
l tercero por la derecha, junto a otros oficiales.

Otra fotografía del capitán José Miñana Calbo sentado a la izquierda con su hijo  José Miñana Pérez detrás.

1 comentario:

  1. Enhorabona pel blog.
    La senyora Jerónima era de la família propietària de la desapareguda "casa doñayla" d'Altea, baix del carrer del Calvari, per on passava la sèquia i hi havia el tapó del jasmiler.
    Es van casar a Altea i la cerimònia, segons recorden el majors, es va interrompre per part del jutjat i després va continuar. Tenien una casa a la partida l'Armanello de Benidorm.

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