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domingo, 11 de diciembre de 2022
viernes, 30 de septiembre de 2022
El yacimiento romano del TOSSAL DE LA CALA de Benidorm que sobrevivió a la empresa constructora GARGALLO S.A.
Sobre el “castellum” romano del Tossal de la Cala hay suficiente información y fácilmente accesible. Pero a pesar de todo lo que se ha escrito aún se pueden añadir más detalles sobre la historia de estos restos de época romana.
Un aspecto que me interesa destacar en este artículo es el de la supervivencia del “castellum”. Ha llegado mutilado hasta nuestros días, pero se ha podido excavar y acondicionar para ser visitado y constituye un importante patrimonio histórico de Benidorm. Con lo que ha sobrevivido ya podemos entender el porqué y el cómo de su construcción y también su triste final en la guerra civil romana del siglo I a.C. Pero desgraciadamente en la segunda mitad del siglo XX se perdieron partes del yacimiento lo que nos impide entenderlo en su totalidad. Tras sobrevivir unos 2000 años sufrió amputaciones por causa del afán urbanizador del “boom” turístico. Y desgraciadamente no fueron los únicos daños que recibió el patrimonio arqueológico de Benidorm en aquellos años.
Francisco Amillo
1. El primer proyecto urbanístico para el Tossal de la Cala.
Excavado en la década de 1940 y catalogado como poblado ibérico, el yacimiento arqueológico de la cumbre del Tossal de la Cala se vio afectado por la transformación de Benidorm en población turística.
En el año 1951, el primero de su alcaldía, Pedro Zaragoza Orts ya tenía claro su objetivo de potenciar el turismo y de iniciar una etapa de numerosas construcciones para dar servicio a los 25.000 visitantes anuales que preveía en aquellos momentos. Pero quería que el crecimiento del casco urbano de la ciudad turística estuviera planificado para evitar la anarquía constructora de las décadas de 1920 y 1930 cuando los veraneantes construían chalets en la primera línea de la playa de Levante sin tener siquiera camino de acceso.
Playa de Levante a principios de la década de 1920. Los chalets, como por ejemplo los dos de la parte central de la fotografía, se construían en primera línea de playa de forma desorganizada, sin planificación. Vemos que ni siquiera existía un camino, que se construyó a finales de la Segunda República. Fuente: Ayuntamiento de Benidorm.
Pedro Zaragoza quería que las empresas constructoras edificasen chalets, hoteles y bloques de apartamentos pero sabía que era imprescindible ordenar el crecimiento del casco urbano. Eso implicaba un trazado viario racional, con suministro de electricidad, agua potable y sistemas de alcantarillado que anulasen los pozos ciegos. Quería una población de calles amplias, bien iluminadas, con zonas ajardinadas, limitación de las alturas de edificación y con las infraestructuras necesarias en una moderna ciudad de vacaciones. De ahí que iniciara muy pronto los trabajos para redactar un Plan General de Ordenación Urbana, PGOU, que regulase esos aspectos.
Ya antes de aprobarse el PGOU la posibilidad de construir edificios turísticos atrajo a promotores deseosos de hacer buenos negocios. Entre ellos estaba Luis Gargallo Arteche que compró terrenos en la Cala de Benidorm para urbanizarlos. En diciembre de 1953 solicitó permiso al Ayuntamiento de Benidorm “para proceder a la urbanización de unos terrenos de su propiedad sitos en La Cala”. La respuesta municipal fue ”Aprobar los planos […] siempre que no se incorpore a la urbanización ninguna zona por pequeña que sea que en la actualidad sea considerada como playa y previa autorización municipal para cada edificación” [1].
La planificación realizada esos años por la empresa Gargallo S.A. en Poniente y también la de Alfonso Puchades en el Racó de l’Oix y Serra Gelada, fueron incorporadas en el Plan General de Ordenación Urbana que se estaba elaborando en aquellos momentos. Si comparamos las calles planificadas en la playa de Levante por el municipio y estas dos planificaciones particulares incorporadas al PGOU, veremos grandes diferencias. La planificación municipal presentaba calles rectas y anchas, bien dimensionadas y articuladas con las avenidas de Europa y del Mediterráneo. En las zonas planificadas como ciudad-jardín sus calles eran curvas pero con las dimensiones adecuadas. No hay nada de eso en la planificación de la Cala: calles curvas de calzadas y aceras muy estrechas donde vehículos y personas circulan con dificultad de manera que actualmente es la zona peor planificada de Benidorm, herencia de aquellos años de desarrollismo.
Luis Gargallo tenía los planos pero no inició las obras hasta que a principios de 1956 se aprobó en Alicante el Plan General de Ordenación Urbana. Lo primero que hizo fue construir un camino de acceso hasta lo alto del Tossal de la Cala.
Fotografía de Francisco Bayona, Quico, año 1956, mostrando la construcción de uno de los caminos para urbanizar Serra Gelada. Fuente: Ayuntamiento de Benidorm.
El camino sin asfaltar partió en dos el yacimiento arqueológico y la explanación de la cumbre para hacer el mirador destruyó parte de su sector sur.
Se preveía la inmediata edificación de chalets en el Tossal lo que alertó al arqueólogo Ramos Folqués, que a su vez avisó a Miquel Tarradell, profesor de Arqueología de la Universidad de Valencia. Ambos convinieron en la ineludible necesidad de excavar antes de que el yacimiento fuera destrozado y recibieron la ayuda de Pedro Zaragoza con la condición de que los materiales obtenidos fuesen propiedad del Ayuntamiento de Benidorm con vistas al futuro Museo Municipal. Así lo narra Sonia Bayo:
“En 1956, Tarradell […] recibe noticias de Ramos Folqués acerca de la posible destrucción de parte del yacimiento. El terreno había sido adquirido por un constructor extranjero para edificar una urbanización. Según Tarradell, el nuevo propietario se resistía a permitir realizar una prospección y/o excavación en la zona, pero cedió ante la presión del batlle, señor Zaragoza, con la condición indispensable de dejar los materiales en el Ayuntamiento de Benidorm, con la idea de depositarlos en un hipotético futuro museo […]. La excavación de Tarradell y Ramos se realiza finalmente en septiembre de 1965, sin ningún tipo de subvención”[2].
Sorprende la afirmación de que el propietario del Tossal era un extranjero porque la documentación del Archivo Municipal indica claramente que había sido comprado en 1953 por Luis Gargallo y que en 1956 seguía perteneciendo a la empresa Gargallo S.A.
Lo primero que se edificó fue la pequeña ermita de Nuestra Señora del Mar. El arquitecto que la diseñó fue Francisco Muñoz Llorens. Había sido contratado por el Ayuntamiento como arquitecto municipal sin sueldo por lo que sus ingresos provenían de las muchas obras que diseñó esos años. En dicho año 1956 diseñó para Gargallo S.A. la ermita de la cumbre del Tossal tras recibir autorización por la Comisión Municipal Permanente el 15/09/1956. Es un pequeño edificio que diseñó con una superficie hexagonal de 16,15 m2 y una fachada de 5 m de altura porque estaba rematada por una espadaña con campana. Los muros son de mampostería de piedra arenisca de la localidad cogida con mortero de cemento y en el interior enlucidos de yeso. La cubierta de teja descansa sobre entramado de madera del país [3]. En esa zona el terreno tenía una pequeña elevación rocosa que se aplanó.
Año 1957: el Tossal de la Cala con el camino de acceso y la ermita de Nuestra Señora del Mar ya terminada. Fuente: Ayuntamiento de Benidorm.
Dentro de la ermita destaca la escultura en piedra de la Virgen con el Niño y sosteniendo una nave, símbolo de la advocación marinera del futuro “pueblecito de pescadores” que la empresa Gargallo S.A. preveía construir en el Tossal. El contraposto de las dos imágenes nos remite a la escultura románica pero con formas geométricas propias del estilo imperante en aquellos años.
En 1959 Gargallo S.A. presentó al Ayuntamiento el diseñó de un primer proyecto, muy ambicioso, para el Tossal de la Cala. Con el reclamo de “pueblecito de pescadores” se preveía construir pequeños chalets para los turistas tanto en la ladera de levante como en la vertiente norte. En la cumbre iría un gran restaurante y se preveía un teleférico para ascender a él desde la playa. A pesar de las dificultades técnicas la empresa edificó algunos chalets en la abrupta ladera de levante pero pospuso la construcción de chalets en la ladera Norte. En cambio edificó unos doscientos chalets en los alrededores del Tossal, un terreno con más facilidades para la construcción.
Perspectiva del proyecto para un pueblecito de pescadores en el Tossal de la Cala, año 1959, con los chalets de la ladera de levante y el restaurante de la cumbre. Fue el primer proyecto de la empresa Gargallo S.A. para construir residencias turísticas en el Tossal de la Cala. Fuente: Archivo Municipal de Benidorm.
Hoy día los proyectos urbanizadores de Gargallo S.A. nos parecen poco o nada encomiables pero en aquellos años complacieron a Pedro Zaragoza que, como ya he dicho, los incluyó en el PGOU. Además, en 1961, nombró hijos adoptivos de Benidorm a Alfonso Puchades Jou y a Jesús Gargallo Arteche.
El concejal Pedro de Borja y Llorca fue nombrado juez instructor del expediente. Reproduzco a continuación el texto que redactó para justificar el nombramiento de Jesús Gargallo:
“Nació D. Jesús Gargallo Arteche en Cestona, provincia de Guipuzcua [sic] en el año 1894. Desde bien joven dedicose a los negocios de construcción, siendo en la actualidad, Presidente de la Constructora Gargallo S.A.
Vino a Benidorm en 1935, y le gustó tanto nuestra villa que después de la guerra volvió a ella. En 1953 compró la Cala a diversos propietarios y no se arredró de las dificultades de todo orden que era necesario vencer para edificar allí una ciudad satélite, cuya construcción comenzó en 1954, y hoy se encuentra casi terminada, habiendo sido previamente construidas más de doscientas viviendas, muchas de ellas verdaderos palacetes, siendo el conjunto urbano de mayor prestancia en Benidorm. Vigila la construcción de todas las viviendas para evitar que el mal gusto de algún propietario las haga desentonar del conjunto.
Establece unos viveros que proporcionan árboles y plantas gratuitamente a todos los propietarios de la Cala, habiendo distribuido hasta la fecha más de cien mil plantones de pino. Establece por vez primera en Benidorm el riego por aspersión, consiguiendo en pocos años transformar aquellos áridos arenales en un verdadero vergel, teniendo en la actualidad iniciada la construcción de un parque que piensa donar al Ayuntamiento una vez terminado.
Al lanzar el Ayuntamiento la emisión de agua potable, adquiere trescientas ochenta mil pesetas en acciones. Funda en unión de otros señores el Club Náutico de Benidorm y dona los terrenos para el mismo. Construye encima del promontorio de la Cala una hermita [sic] a sus extensas [sic]. Lleva a aquella zona la luz eléctrica, el teléfono y el agua de riego.
Es D. Jesús Gargallo el tipo de hombre emprendedor y entusiasta de nuestra tierra, aún sin ser hijo de ella, y su ejemplo digno de imitación y su obra realizada digna de las mayores alabanzas” [4].
2. El Museo Municipal y las excavaciones clandestinas en el “castellum”.
A partir del año 1956 muchas personas estaban convencidas que pronto se urbanizaría la cumbre del Tossal de la Cala y se perderían los restos arqueológicos allí presentes. Por eso dos guardias civiles del cuartel de la Cala y el párroco Luis Duart comenzaron a buscar por su cuenta en el yacimiento para conservar algunos objetos y vender otros.
Aunque visto desde la perspectiva actual esta actividad del párroco y los guardias civiles nos parece un expolio inadmisible, creo que esas personas no debieron tener conciencia de estar realizando algo reprobable. Eran terrenos de propiedad privada y salvaban algunos objetos del pasado que serían destruidos cuando se construyesen chalets. Así lo sugiere la actitud de Luis Duart que entregó objetos arqueológicos de Benidorm al Servicio de Investigaciones Prehistóricas de Valencia aunque lamentablemente no especificó el lugar de procedencia y no dejó información escrita sobre su actividad. Además era un gran aficionado a la numismática y entregó su colección de monedas al Ayuntamiento de Benidorm.
La actividad de estos aficionados produjo abundantes hallazgos que Pedro Zaragoza quería que fueran a parar al futuro Museo Municipal de Benidorm.
La creación de dicho museo se debía acelerar como consecuencia de la cesión de terrenos que hizo el Ayuntamiento para construir el actual cuartel de la Guardia Civil en la avenida de Beniardà. En Benidorm esta institución ocupaba cuatro pequeños cuarteles que hasta 1940 habían pertenecido al Cuerpo de Carabineros. Estaban en la Cala, en el Castillo, en el Racó de l’Oix y en el Pla del Cuartel y era mucho más efectivo que se ubicaran en un único edificio.
A cambio del terreno cedido el pleno municipal pedía a la Dirección General del Patrimonio del Estado “la cesión gratuita a este Municipio de los terrenos y edificaciones que actualmente ocupan las fuerzas de la Guardia Civil en los cuarteles denominados “Benidorm” y “Caletes”, construido que sea el nuevo edificio-cuartel”. Además se acordó “1º.- Aprobar el proyecto y propuesta de Museo y Biblioteca municipales a instalar en el actual cuartel denominado «Benidorm» [en el Castillo].
2º.- Aprobar igualmente el proyecto y propuesta de Escuela Municipal de Hostelería para su funcionamiento en el actual Cuartel denominado «Caletes» [en el Racó de l'Oix” [5].
Se solicitaba que el cuartel del Castillo fuese cedido para Biblioteca y Museo Municipal y así se hizo. La Escuela de Hostelería nunca se materializó y Benidorm perdió por esa causa la propiedad del cuartel del Racó de l’Oix. Es el único que subsiste en la actualidad y se merece mejor destino que el del Pla del Cuartel que amenaza ruina porque se quedó sin cubierta cuando sus tejas se utilizaron para el museo de l’Hort de Colón.
Año 1952: visita de familiares a los guardias civiles del Pla de Cuartel. Fotografía publicada por Jackycalp Ifac en el grupo de Facebook “Fotografía para la Historia de Benidorm”.
Año 2012: el antiguo cuartel del Pla del Cuartel. La desafortunada idea de quitarle las tejas para ponerlas en el Hort de Colón ha supuesto su inevitable deterioro. No se debió arreglar un edificio histórico condenando a la ruina a otro.
Respecto al Museo Municipal, Pedro Zaragoza tenía previsto que tuviese una parte de pinturas con temas de Benidorm y otra con objetos arqueológicos del municipio. En 1962, ante la cantidad de piezas extraídas del Tossal por los excavadores aficionados, temió que el Museo perdiese las mejores piezas, como así sucedió finalmente. En una carta a su amigo y mentor Julio Guillén Tato le exponía sus inquietudes y nos ofrece datos sobre la venta del material arqueológico extraído por los guardias del cuartel de la Cala:
“Mi querido amigo:
En su calidad de Director del Museo Municipal de esta villa, quiero someter a su consideración los siguientes hechos, a fin de buscar una adecuada solución a los mismos.
Como usted sabe, en los terrenos propiedad de “Gargallo, S.A.”, sitos en la Cala, el guardia civil Sr. Soler viene realizando, desde hace algún tiempo, excavaciones arqueológicas –con bastante éxito por cierto- y en las que colabora el cabo de servicio en aquel Puesto.
De los objetos hallados, algunos han sido adquiridos por este Ayuntamiento con destino al Museo Municipal de su Dirección. Pero es el caso de que la mayor parte de ellos, y quizás los más valiosos, están siendo vendidos al súbdito alemán D. Humberto Hahn, quien los adquiere directamente de los guardias que realizan las excavaciones.
Como es natural, ésto perjudica notablemente los intereses del Museo municipal por cuanto objeto[s] arqueológicos hallados en este término van a parar a manos extrañas que incluso, probablemente, pueden sacarlos del país.
La Ley de Expropiación forzosa de 16 de diciembre de 1954, prevé la posibilidad de expropiación de bienes de valor artístico, histórico arqueológico, en sus artículos 76 y siguientes, pero parece desprenderse de los mismos que la facultad expropiatoria la tiene únicamente el Estado y no otras Corporaciones.
Sin tener que llegar al extremo enojoso de la expropiación, sí sería conveniente ver de arbitrar algún medio que permitiera al Ayuntamiento tener, al menos, un derecho de tanteo para poder adquirir siempre, con preferencia, cuantos objetos, de esta índole, pudieran interesarle, sin perjuicio de que una vez desechados los no interesantes, pudiera enajenarlos directamente el interesado en la excavación.
Por todo lo expuesto espero de su superior conocimiento en estas cuestiones, nos dé un adecuado camino a seguir que nos permita resolver el problema.
No cabe duda de que los guardias que están realizando las excavaciones obran de buena fe y por tanto no está en nuestro ánimo ocasionarles ningún perjuicio, pues bien pudiera ocurrir que llevadas a sus extremos las cosas, tuvieran consecuencias funestas para ellos.
Sin otro particular, con muchos recuerdos para sus familiares y un fuerte abrazo de su amigo y compadre.” [6]
Por diversas causas el Museo Municipal, a diferencia de la Biblioteca Municipal, nunca se construyó.
3. Nuevos proyectos de edificación para el Tossal.
La empresa Gargallo S.A. había construido chalets en la zona de la Cala y en 1962 solicitaba permiso para “realizar obras consistentes en pavimentación, alumbrado público y distribución de agua potable en las fincas que comprende la urbanización de Mont-Benidorm presentada a este Ayuntamiento en 1956”.
Pero el proyecto no recibió el informe favorable del arquitecto municipal por “considerar insuficiente el perfil de calle presentado, la conveniencia de marcar en el plano las calles de doble dirección y construcción de aceras; la excesiva separación entre algunos puntos de luz y la improcedencia del tendido aéreo de los cables así como la insuficiencia del mismo y pobreza de sus elementos.” La decisión del pleno municipal fue comunicar a la empresa urbanizadora que el Ayuntamiento no se hacía cargo de dichas instalaciones de vías y servicios públicos “por considerarla insuficiente para la importancia de la zona” [7].
Año 1963: folleto publicitario de Gargallo S.A promocionando la construcción de más de doscientos chalets en toda la cumbre y ladera norte del Tossal de la Cala, lo que hubiese supuesto la completa destrucción del “castellum” romano. Fuente: Archivo Municipal de Benidorm [8].
En la sesión del 02/11/1964 el pleno municipal deliberó sobre tres proyectos urbanizadores en la zona de la Cala de Benidorm. Uno se denominaba “La Cala” presentado por Manuel Lanuza Fondier. Los otros dos se denominaban “Tossal de la Cala” y “MontBenidorm”, ambos de Gargallo S.A.
Ambas empresas ofrecían al municipio la cesión de todos los viales y servicios públicos instalados y solicitaban la aprobación de la parcelación realizada. Se acordó:
“1º.- Aprobar las parcelaciones y trazado de viales en los términos en que se hallan proyectados y realizados, tanto en lo que respecta a viales como a parcelas edificables […]
2º.- Que se emita dictamen por los servicios técnicos municipales respecto a todos los servicios públicos colectivos instalados, tales como pavimentaciones, alumbrado público, red de abastecimiento de aguas y otros, proponiendo las reparaciones y modificaciones convenientes a la vista de las cuales se adoptará por el Ayuntamiento el acuerdo que proceda respecto a la aceptación y futura conservación y entretenimiento de tales servicios e instalaciones.”
La urbanización “Tossal de la Cala” no se llevó acabo y los esfuerzos de la empresa se centraron en MontBenidorm, lo que finalmente supuso, entre otras cosas la construcción de un cine de verano que aunque fuera de uso aún se conserva, doce locales comerciales y una capilla que actualmente es la iglesia de San Juan Bautista [9].
Por fortuna para Benidorm la construcción de chalets en el Tossal de la Cala se frenó. El balance de la gestión de esos años fue la destrucción de una parte del “castellum” y el posterior expolio del yacimiento por el párroco y dos guardias civiles. Además hay que incluir en el lamentable balance de la empresa Gargallo S.A. la destrucción total de un patrimonio irremediablemente perdido. Me refiero al yacimiento que Belda denominó santuario al aire libre y que Enrique Llobregat pensó que podría haber sido necrópolis. Pero no pudo afirmarlo con certeza porque la colina había sido edificada y se había arrasado el yacimiento. Lo mismo le sucedió con otra colina alargada, junto al Tossal, donde según Belda había una factoría de muros ciclópeos y que Llobregat tampoco pudo ver porque también había sido arrasada.
Año 1956: el camino de tierra permitía el acceso hacia la cumbre del Tossal (1) y destruyó una parte del "castellum". A los pies del Tossal estaba el cuartel de la Guardia Civil a cuyas espaldas había una colina con abundantes restos arqueológicos, posiblemente de una necrópolis ibérica que fue arrasada tras su urbanización (2). Enfrente del cuartel se encontraron los restos de un toro de piedra también de época ibérica. En la colina alargada de la izquierda (3) el yacimiento arqueológico también fue arrasado. Las dos torres que se aprecian en la fotografía son del siglo XX y eran transformadores del suministro eléctrico de la zona. Fuente Archivo Municipal.
La última mutilación del “castellum” del Tossal se produjo años más tarde, en la década de 1980, cuando MontBendidorm quiso edificar de nuevo en el Tossal. Las protestas ciudadanas consiguieron que se encargase al arqueólogo Francisco García Hernández un estudio de la zona y la excavación del yacimiento. Durante el mes de agosto de1984 pudo determinar que el “castellum”, que por entonces se seguía considerando un poblado ibérico, empezaba en la cota de 90 metros e iba ascendiendo hasta la cumbre. Por tanto se podía edificar por debajo de los 90 metros. Además realizó una tercera excavación del yacimiento arqueológico.
Aparentemente el “castellum” se había salvado pero no fue así: algunas de las casas construidas en esta etapa están sobre el extremo oeste del yacimiento y la piscina de la urbanización se hizo en la cumbre, sobre otra parte del sector sur del yacimiento. En el lado de levante la empresa desmontó una parte del terreno para un restaurante que nunca se construyó y es probable que destruyera una parte del yacimiento.
Para compensar al pueblo de Benidorm MontBenidorm le entregó un local para Museo Arqueológico que no reúne condiciones para tal menester y nunca ha desempeñado tal función, contradiciendo al rótulo que hay sobre la puerta de acceso.
NOTAS:
[1] AMB, 6909/3; acta del pleno 7/12/1953.
[2] BAYO FUENTES, SONIA: “El yacimiento ibérico del “Tossal de la Cala”, MARQ, 2010 pág. 39.
[3] AMB, 8/4.
[4] Expediente instruido para la concesión del título de hijo adoptivo de la villa a Don Alfonso Puchades Jou y Don Jesús Gargallo, año 1961. AMB, 4811/4.
[5] AMB, acta del pleno 08/06/1962.
[6] AMB, Oficio a Julio Guillén Tato sobre Tossal de la Cala, 5091/12.
[7] AMB, acta pleno 08/06/1962; también en 51/12.
[8] AMB, 185/24.
[9] AMB, 91/18.
martes, 19 de julio de 2022
El hotel Planesia y su campaña de difamación contra Pedro Zaragoza Orts.
Continuamos en el año de Pedro Zaragoza Orts y creo que puede resultar interesante este artículo que analiza un aspecto de su vida como alcalde de Benidorm. Mientras ejerció dicho cargo gozó de la simpatía, el respeto y la admiración de la mayoría de sus conciudadanos. En este contexto me resultó sorprendente encontrar una campaña de difamación orquestada por dos ciudadanos de Benidorm. Se inició en 1956 al poco de aprobarse el Plan General de Ordenación Urbana y finalizó en 1958 cuando el Ayuntamiento dio permiso para construir el segundo hotel Planesia. El objetivo de tal campaña había sido edificar el citado hotel en el promontorio de Canfali incumpliendo la normativa del PGOU y para ello había que quebrar la firme defensa que de las Ordenanzas Municipales hacía Pedro Zaragoza.
Francisco Amillo Alegre
Canfali a principios del siglo XX visto desde la playa de Levante. Sobre la Plaça del Castell se observa el cuartel de carabineros de una planta. Este era el aspecto que tenía antes de la construcción del chalet de Payá en 1918-1920, de las reformas del alcalde Vicente Llorca Alós en la plaza que hoy denominamos del Torrejó en 1925-1926 y del acondicionamiento de la plaza del Castillo en 1928. El turismo en Benidorm empezó en la década de 1850 y este era el Canfali que veían aquellos primeros veraneantes.
Fotografía de la familia de Mora Carbonell veraneando en Benidorm en la década de 1930. Aunque fue una foto familiar constituye un interesante testimonio histórico por los detalles captados. Vemos cómo el chalet de Payá domina la silueta de Canfali y tapa parcialmente la vista de la iglesia; fue la primera transformación de Canfali a causa de la actividad turística. Fuente: Vicente Sanjuán.
Desde que a mediados del siglo XIX se inició la actividad turística en Benidorm, los atractivos naturales fueron sus más importantes reclamos. Uno de ellos fue el promontorio de Canfali, al que me voy a referir en este artículo, aunque me limitaré a hablar del lado de Levante, el que da a la playa del mismo nombre, donde posteriormente se edificarían los dos hoteles Planesia.
El PGOU de 1956 quería preservar su aspecto natural, especialmente el acantilado, considerado como un valioso activo turístico por su belleza natural. Sin embargo hubo personas interesadas en cambiar esa fisonomía, destacando sobre todo Vicente Alemany Martínez, que gestionó los dos hoteles llamados Planesia que hubo en Benidorm. Encontró la decidida oposición de Pedro Zaragoza Orts, Julio Guillén Tato y otros muchos benidormenses por lo que emprendió una campaña de difamación contra el alcalde, consiguiendo las ayudas necesarias en Madrid para obtener licencia de construcción de un hotel que incumplía las normas constructivas de aquellos años.
Promontorio de Canfali en la década de 1970. Las nuevas construcciones en altura ocultan la vista de la iglesia y de su emblemática cúpula. En la Plaça de Sant Jaume, dos hoteles diferentes con el mismo nombre: Planesia. Vemos a la derecha el más antiguo, propiedad de Manuel Fuster Albalat desde la década de 1930 y que habilitó como hotel a principios de la década de 1950 a partir del chalet de los Payá. En la imagen lo vemos con 5 plantas pero antes había tenido tres. A la izquierda de la Plaça de Sant Jaume el segundo Hotel Planesia, inaugurado en 1960, que obligó al antiguo a tomar el nombre de Canfali. Aparte de la iglesia el único edificio que permanece constante en las tres fotografías es la casa de Pedro María Orts Berdín, luego de su hijo Ignacio Orts Salvá, padre de Pere Maria Orts i Bosch.
El promontorio de Canfali, los inicios del turismo en Benidorm y el primer hotel Planesia.
No sabemos qué aspecto tendría Canfali antes del siglo XIX. El castillo de origen medieval, situado en el lado sur, marcaba una silueta del promontorio distinta a la actual. Las fotografías más antiguas que se conservan son de la década de 1910 y a partir de ellas ya podemos conocer la evolución de la edificación en dicho promontorio. La iglesia era el edificio más alto, sobresaliendo su torre y su cúpula. En la plaza del Castillo no estaba la balaustrada, su característica desde 1928, pero sí el cuartel de carabineros. Los edificios eran de una o dos plantas con lo que la roca del acantilado destacaba mucho más que en la actualidad.
El Castillo fue parcialmente destruido a principios del siglo XIX y cuando a partir de 1830 perdió su función militar porque había finalizado el corso berberisco, se derribó lo que quedaba en pie. El espacio que dejó libre fue disfrutado por los vecinos de Benidorm y desde 1850 también por los veraneantes, dado el atractivo del lugar.
En el siglo XX, finalizada la Primera Guerra Mundial, los industriales alcoyanos, enriquecidos con las exportaciones a los beligerantes, iniciaron una nueva modalidad de veraneo: los chalets de la playa de Levante. Y es a partir de entonces cuando empieza a transformarse la fisonomía del acantilado de Canfali. El primero fue el chalet de Payá, llamado así por su propietario Miguel Payá Pérez (1868-1928), industrial textil, alcalde de Alcoi y diputado de la Diputación Provincial. Fue un personaje influyente al que en 1921 el Papa Benedicto XV concedió el título pontificio de Marqués de San Jorge de Alcoy, que en 1922 fue refrendado por Alfonso XIII. Miguel Payá construyó este chalet (en realidad palacete) junto a Plaça de Sant Jaume. Se edificó utilizando las nuevas técnicas constructivas del hormigón armado, avanzadas para su época: en España el primer edificio de ese tipo data de 1900.
Según Juan José Chiner [1] se edificó entre 1918 y 1920 en un solar que era un montón de ruinas, tal vez restos de antiguas fortificaciones. Su silueta, de tres plantas con dos torres gemelas en los extremos, se recortaba sobre el horizonte en lo alto de Canfali y se convirtió en un elemento destacado de las fotografías de esta parte de la playa de Levante. Durante la temporada estival solía invitar a importantes personalidades, como el cardenal Benlloch, entre otros.
Hacia 1930, tras la muerte de Miguel Payá, su familia vendió el palacete a Manuel Fuster Albalat, significado falangista de Alicante. Por esta causa y por su gran tamaño al estallar la Guerra Civil fue requisado y convertido en hospital militar para las Brigadas Internacionales y como Hospital de Sangre para el ejército republicano. Finalizada la guerra Manuel Fuster lo recuperó y según Juan José Chiner ocupó la planta baja como su vivienda y en las otras dos alquilaba habitaciones.
Manuel Fuster Albalat alquiló el chalet a Vicente Alemany Martínez, el cual lo dio de alta en el Ayuntamiento en febrero de 1952 y le puso el nombre de hotel Planesia. El alta se hizo como “casa huéspedes”, lo mismo que antes habían hecho los hoteles Bilbaíno (1930), Marconi (1935) y Miramar (1951) [2].
Vicente Alemany no dirigía el hotel, lo hacía su esposa María de los Ángeles Fenollosa Armengol. No abría todo el año, sino solamente la temporada estival. Su gestión un tanto descuidada originó algunas protestas [3] algo que dos años después, en 1956, Sylvia Plath también insinuaba: “Las palabras borrosas 'Hotel Planesia' están impresas en letras negras descoloridas en el largo lado sin ventanas del edificio” [4].
Y también en ese año 1956 María de los Ángeles Fenollosa Armengol solicitó al Ayuntamiento permiso para la construcción de un muro y una terraza en el acantilado de Canfali que, tal como se comprueba en el expediente instruido, encontró la oposición de Pedro Zaragoza y de muchas personas. La Comisión Pro-Playas no consideraba conveniente el proyecto porque “perjudicaría a la belleza natural del Castillo y serviría de precedente para ulteriores peticiones en el mismo sentido, las cuales […] destruirían totalmente su belleza natural”
En el pleno municipal del 30/07/1956 se trató este tema y el consistorio, por unanimidad, se opuso claramente: “acordaron por unanimidad oponerse a toda construcción en las partes del Castillo recayentes al mar y plazas por considerar que dichas construcciones afearían la parte más pintoresca de Benidorm y causarían un enorme perjuicio a los intereses de esta villa” [5].
En el citado expediente el Ingeniero Jefe de Obras Públicas de Alicante también se oponía alegando que “suprimirían uno de los principales atractivos con que hoy cuenta Benidorm, como es la belleza y aspecto natural de su Castillo, al desaparecer estas cualidades por una obra de acondicionamiento como la que se pretende”.
Por su parte Pedro Zaragoza indicaba al Director General de Puertos y Señales Marítimas de Madrid que la solicitud de María de los Ángeles Fenollosa tenía un informe negativo del arquitecto Jefe de la Oficina Técnica de Urbanismo: “dichas obras no serán precisamente lo más aconsejable en dicha zona, puesto que uno de los encantos mayores de Benidorm es su aspecto típico de pueblo marinero montado sobre una roca, y todo lo que sea cubrir, disimular o ganar terreno en él se puede considerar como algo completamente desenfocado y fuera de las normas urbanísticas de protección de estos encantadores pueblos costeros”. Añadía que podría dar pie a otras peticiones de ese tipo y “desvirtuar completamente el bellísimo aspecto estético de estas rocas naturales adentradas sobre el mar y recortadas sobre arenas.” [6].
Etiqueta publicitaria del hotel Planesia cuando lo dirigía Ángeles Fenollosa. Se observa la estructura y las tres plantas del antiguo chalet de Payá. La fecha de esta etiqueta debe ser 1954 o 1955.
La gestión del Planesia por Ángeles Fenollosa fue puesta en entredicho en 1957 originando desavenencias entre Manuel Fuster Albalat, propietario del hotel, y Vicente Alemany que llegaron a los tribunales. Desde octubre de 1957 hasta Semana Santa de 1958 el hotel estuvo intervenido debido al litigio judicial y finalmente, cumpliendo la sentencia del juez, la gerencia retornó a Manuel Fuster porque el establecimiento no reunía las condiciones que permitieran abrirlo al público. En una instancia fechada el 17/10/1957 el propietario exponía que era funcionario residente en Valencia y que “por abandono del Gerente de dicho hotel Sr. Alemany, ha procedido […] a practicar inventario notarial de cuanto existe en el hotel, habiendo podido apreciar el estado de suciedad y abandono en que se encuentra dependencias, muebles, enseres, vajillas y baterías, lo que lo imposibilitan al referido establecimiento para continuar albergando huéspedes.” En consecuencia solicitaba al alcalde “como Presidente de la Junta Local de Sanidad” que ordenara “una inspección para corroborar lo expuesto”.
El informe del médico Inspector Municipal de Sanidad, Antonio Balaguer Lanuza, confirmaba todo lo indicado por Manuel Fuster y añadía que era “necesaria una labor de saneamiento y restauración para que pueda el edificio funcionar como Hotel.” [7].
El segundo hotel Planesia y los ataques a Pedro Zaragoza.
En 1956 Vicente Alemany proyectó construir su propio hotel, también en la cara de Levante de Canfali. Según un informe del arquitecto municipal de ese año el nuevo edificio supondría un atentado mucho mayor contra la estética natural de Canfal ya que “se emplazaría en el promontorio del castillo de Benidorm, junto a la Plaza de la Iglesia [de Sant Jaume] en el acantilado". Vicente Alemany pedía que “se le conceda, como zona marítimo-terrestre, el citado acantilado, con el propósito de construir en él un edificio de varias plantas; las tres primeras excavadas en la roca de dicho promontorio". También era gravísimo otro elemento para el que solicitaba permiso: “una escollera que se habría de adentrar 25 mts. en el mar.” La reacción de Pedro Zaragoza fue contundente: “la sola idea de estas obras es un atentado urbanístico que lesionaría el paisaje rompiendo la continuidad de los estratos rocosos que forman la clásica silueta del castillo […] el Ayuntamiento debe reservarse el derecho de aprobar o rechazar las obras que se pretende realizar; de acuerdo con las Ordenanzas Municipales de construcción”.
Como era lógico el Ayuntamiento se oponía autorizar dicho proyecto argumentando también que la superficie ganada por el edificio con la terraza volada sobre el acantilado suponía ocupar sin pagar un solar de 400 m2 propiedad del Ayuntamiento. Esos metros se obtenían sumando el vuelo sobre el dominio marítimo de las cinco platas del hotel [8].
Pero Vicente Alemany no se conformó con la negativa municipal y presentó una durísima batalla. Pensaba que, si desacreditaba a Pedro Zaragoza y lo destituían como alcalde, su sucesor sería más tolerante con los incumplimientos de las normas de construcción recién aprobadas. Juntamente con Ramón Rodríguez acusó a Pedro Zaragoza de consentir inmoralidades en las playas de Benidorm, algo muy grave en aquella España de moral ultraconservadora por la que velaban unos bandos que cada verano recordaban las estrictas normas sobre trajes de baño.
Conocemos esta campaña de acoso y derribo gracias a la documentación del Archivo Pedro Zaragoza de la Universidad de Alicante. Hay una nota del Ministerio de Gobernación con fecha 29/07/1957 pero sin firma ni sello oficial informando “que en la Playa de Benidorm (Alicante) se ha registrado este año una afluencia extraordinaria de turistas suecos, finlandeses, alemanes y británicos que con su conducta escandalosa dan lugar a espectáculos bochornosos de un impudor y una desvergüenza que –se dice– convierte aquella playa en un lupanar”. La nota añade que entre los extranjeros había numerosos homosexuales y que las turistas nórdicas buscaban ávidamente y seducían a los adolescentes españoles. Todos ellos provocaban de noche, en la playa, espectáculos abyectos por lo que muchas familias españolas habían abandonado Benidorm escandalizadas de que las autoridades no tomasen medidas [9].
Vicente Alemany y Ramón Rodríguez ampliaron la campaña de acusaciones ante el arzobispo de Valencia. Pedro Zaragoza se defendió y escribió una carta a Jacinto Argaya Goicoechea, obispo auxiliar de Valencia de 1952 a 1957. En ella, con fecha del 18/10/1957 decía: “me permito informarle sobre ciertos individuos que presumen de católicos y que estuvieron en Valencia para informarle de una serie de circunstancias que consideraban peligrosas para Benidorm […] puedo asegurarle que estos individuos iban guiados exclusivamente por el afán de perjudicarme a mí en todo lo posible por circunstancias personales, correspondiendo así a la infinidad de favores que les he hecho, entre ellos tapar desfalcos cometidos. […]
Sr. Obispo […] sepa que he luchado todo lo posible por mantener la moral que aprendí de pequeño, pero hay que comprender que la fuerza de un alcalde de pueblo no es suficiente para luchar, ni mucho menos imponerse con altas personalidades” [10].
Pedro Zaragoza buscó también contrarrestar la campaña que habían organizado en su contra ante las autoridades del Estado. El 03/11/1957 escribía una carta a Vicente LLorca Zaragoza, benidormense residente en Madrid, explicándole las maniobras de Vicente Alemany Martínez y de Ramón Rodríguez para poner al obispo de Orihuela-Alicante en contra suya: “Quieren que el Obispo en nombre del Catolicismo de Benidorm, evitar la inmoralidad de los trajes de baño y demás vestidos” [11].
Por otra carta de Pedro Zaragoza al abogado del Estado Miguel Yuste Iribarren, de ese mismo día, sabemos que los dos individuos visitaron al canónigo valenciano Desiderio López Ruyales para obtener una carta de presentación ante el obispo de Orihuela ya que Benidorm había sido incorporado recientemente a la diócesis de Orihuela-Alicante. La intención de esas dos personas era “presentarme a mí ante el Dr. Barrachina [obispo de Orihuela] como un monstruo contrario a la moral católica”. Respecto a los denunciantes decía: “han estado metidos en estafas y otros asuntos por el estilo, no creo que sean los más caracterizados católicos de Benidorm” [12].
Pedro Zaragoza buscó también la ayuda de Julio Guillén Tato que el 25/03/1958 escribió a Mª Teresa Roca de Togores, condesa de Torrellano, de origen alicantino: “En Benidorm están alarmados porque parece ser que el dueño del Hotel Planesia tiene buenos padrinos aquí [en Madrid] que le conseguirán su inaceptable proyecto de construir unas terrazas voladas a la mar, atentando contra la fisonomía y carácter de la villa vieja, de la que yo mismo soy ferviente conservador, como sabes. Me dicen que uno de los que piensan apoyar tal ofensa al carácter local es tu sobrino Javier Méndez Vigo y yo te agradecería muchísimo le hicieses desistir de esto” [13].
Después, a principios abril 1958, Guillén Tato escribió a Pedro Zaragoza indicándole que los denunciantes habían adoptado una nueva estrategia y argumentaban que la obra volada estaba en zona marítima y la licencia de obras ya no dependía del Ayuntamiento de Benidorm. “Acaba de llamarme Méndez Vigo –resulta que le conozco y le tuteo- […] Me dice que está en la zona marítima y nada tiene que ver con el ayuntamiento. Estad preparados sobre esto”. Méndez Vigo ofreció a Guillén Tato participar en esa operación inmobiliaria, cosa que el director del Museo Naval de Madrid rechazó. [14].
La mala opinión sobre los denunciantes no era exclusiva de Pedro Zaragoza. Su amigo Vicente Llorca Zaragoza también la compartía cuando el 5/05/1958 escribió: “Un señor de Madrid, llamado Javier Méndez Vigo, de acuerdo con otros de Benidorm, pretenden construir un Hotel en un solar particular de uno de ellos –enclavado en el Castillo-, pero pretendiendo apoderarse al mismo tiempo de terrenos públicos y otros pertenecientes a zona marítima. Sería funesto si se consiguiese esto, por el precedente que sentaría, además de que destroza todo el plan urbanístico trazado por el Ayuntamiento.
Sé que para conseguir sus deseos han amenazado anónimamente, y por teléfono, al Alcalde desde Madrid, y lo más curioso es que esos señores de Benidorm […] al amparo de una pretendida oposición política del Ayuntamiento desean realizar un negocio” [15].
Siguiendo con su campaña de desprestigio Vicente Alemany, Ramón Rodríguez y Méndez Vigo denunciaron a Pedro Zaragoza ante el Ministerio de la Gobernación. Así lo explicaba este último a Antonio Pedrosa Latas: “Ayer me llamó un amigo de Madrid diciéndome que, según presumía Méndez-Vigo, se han presentado de nuevo una serie de denuncias contra mí al Subsecretario de Gobernación o al Director General de Política Interior, con el fin de hacerme la vida imposible. Días pasados, el citado Méndez-Vigo, le dijo a Villacorta que no cesaría la lucha hasta poder eliminarme” [16].
Pedro Zaragoza le contaba también cómo siguió movilizando su red de contactos y logró que el gobernador civil de Alicante, Miguel Moscardó, le consiguiese una entrevista con el ministro Camilo Alonso Vega: “Cuando estuve en Madrid, nos reunió al Gobernador Civil de Alicante y a mí el Ministro de la Gobernación, quedando completamente aclarado el engorroso asunto de Méndez-Vigo, regresando a Benidorm dispuesto a trabajar nuevamente y completamente tranquilo” [17].
La campaña de Vicente Alemany cesó a finales del año 1958 porque había conseguido su objetivo de construir un hotel incumpliendo las normas y Pedro Zaragoza tuvo que aceptarlo logrando una, para él, triste paz. La documentación oficial es muy impersonal pero las cartas del archivo de Pedro Zaragoza nos dejan entrever su decepción por recibir ataques de personas a las que había ayudado y su temor a perder la alcaldía de forma deshonrosa, pero también su capacidad de maniobra para intentar frenar en lo posible las maquinaciones de Alemany y Méndez Vigo. Consiguió salir indemne desde el punto de vista político pero dolido en el plano personal.
Planos para el segundo hotel Planesia que, presentados en octubre de 1958, supusieron el triunfo de Vicente Alemany y el final de la campaña contra Pedro Zaragoza. Son obra del arquitecto Vicente Vives Llorca que en esos momentos trabajaba en Castellón pero que a partir de de 1960 elaboró los planos para el alcantarillado de Benidorm y en 1961, como arquitecto municipal de Benidorm, realizó la remodelación de la Plaça del Castell.
Conocemos las características del edificio causante de este ataque gracias a la documentación del permiso de obra, entregada al Registro Municipal en octubre de 1958.
Se inicia con una instancia de fecha 25/10/1958 en la que Vicente Alemany indicaba que era propietario de una casa de dos pisos situada en la Plaça de Sant Jaume, frente al hotel Planesia y con fachadas “a la Plaza de Santa Ana (Castillo), al callejón que une ambas plazas, y, también, al acantilado sobre el mar. Que proyecta derribar el edificio actualmente existente para proceder a levantar una nueva construcción”.
La memoria descriptiva indica que el solar ocupa una manzana independiente de 202,25 m2 y para aumentar la superficie del nuevo hotel en la fachada del mar se construirán unos voladizos “que agrandan en la planta baja la superficie destinada a comedor y sala-bar; y que en los pisos redunda en beneficio de las habitaciones, ya que a más de ampliarlas, permite establecer unas galerías de desahogo que sirven también para cortar el sol durante el verano”. En total el hotel tendría 39 habitaciones, 24 con baño completo y 15 con cuarto de aseo. Se calculaba que costaría 2.100.000 pts. y finaliza indicando que “la extrema justeza del terreno disponible […] ha obligado a hacer un estudio concienzudo de todas las superficies […] para que la explotación de esta industria hotelera pueda resultar remuneradora. Sobre todo, teniendo en cuenta que el establecimiento se halla abierto solamente unos cinco meses al año”.
El 30/10/1958 el Arquitecto Municipal indicaba en su informe: “en la fachada frente al mar tiene un voladizo de 1,50 m. y sólo se permitiría 0,50 m. sin embargo entiendo que podría autorizarse porque este vuelo no perjudica a nadie. Lo demás cumple ordenanzas”.
Finalmente el 22/11/1958 el pleno municipal aprobó el proyecto y Vicente Alemany inició las obras [18].
Benidorm verano de 1961. El segundo hotel Planesia en su segundo verano de funcionamiento y a la derecha el antiguo Planesia rebautizado como hotel Canfali. (Archivo Municipal Benidorm)
Vicente Alemany, como ya hemos visto, no se caracterizaba por respetar las normas y el Ayuntamiento tubo que recordárselas y exigir su cumplimiento. El 14/08/1959 escribía a Vicente Alemany: “Habiendo sido denunciado a esta Alcaldía la existencia de un establecimiento dedicado a la industria de hostelería en la plaza de Santa Ana de esta Villa sin la correspondiente autorización, por la presente se le concede un plazo que finalizará a las 14 horas del próximo lunes día 17 para que proceda a legalizar la situación” [19]. Tras solicitarlo le dieron una licencia provisional.
El nuevo Planesia se inauguró en 1960. La licencia de apertura la solicitó el 05/07/1960: “deseando abrir al público el próximo sábado día 9 de los corrientes”. La respuesta del Ayuntamiento llegó una semana después, el 12/07/1960. La Comisión Permanente autorizaba la apertura pero pagando derechos dobles por abrir al público antes de tener esta licencia. [20].
Si hubiese podido Vicente Alemany habría transformado totalmente la fisonomía del Canfali. En el año 1971, en una entrevista del periódico "Ciudad", persistía en su idea de 1956 de construir una escollera que sirviera de puerto en el lado de Levante de Canfali: "proyecto, cuyos planos hiciera don Luis Prat, Ingeniero Director de la Diputación Provincial, para construir un pequeño puerto delante del HOTEL PLANESIA, en el que podrían recalar y fondear yates, balandros y otras embarcaciones y bajar o subir sus ocupantes completamente vestidos y al lado derecho del hotel iba un ascensor al servicio de los viajeros."
No consiguió la autorización, algo que para el firmante del artículo se trató de una gran desgracia pero desde la perspectiva actual fue un gran acierto porque ya se había modificado demasiado el aspecto tradicional de ese histórico promontorio.
El antiguo hotel Planesia, en manos de Vicente Fuster Albalat, volvió a abrir pero tuvo que hacerlo con otro nombre, Canfali. El segundo hotel Planesia, pasado un tiempo, se alquiló a una empresa y Ángeles Fenollar dejó la gestión; actualmente se denomina Villa Venecia. Méndez Vigo trabajó un tiempo para la empresa Gargallo S.A., responsable de la urbanización de la zona de la Cala y del Tossal de la Cala.
En cuanto a Pedro Zaragoza, a partir de este año 1958 empezó a estar tranquilo, aunque su reacción desmesurada del verano siguiente, en el incidente de la bofetada de una turista británica a un policía municipal que la amonestó por ir en bikini fuera de la playa, nos muestra que aún no se sentía del todo seguro [21]. Pero 1960 fue el año de su triunfo por varias razones. En primer lugar cambió el gobierno con un equipo ministerial más técnico que propició la permisividad en el tema de las prendas de baño para conseguir las divisas del turismo. Este hecho dejó sin efecto las anteriores acusaciones de inmoralidad y de permisividad contra Pedro Zaragoza. A partir de entonces fue totalmente respetado por las autoridades, incluyendo al Jefe del Estado, y su popularidad se extendió por toda España y por el extranjero gracias a sus ingeniosas promociones turísticas. En segundo lugar, en Benidorm, la inauguración de las escuelas de l’Almafrà y del grupo escolar Leonor Canalejas a principios de febrero de 1960 y a finales del mismo mes la gran celebración de la llegada del suministro de agua potable a los domicilios le granjearon la admiración y gratitud de la gran mayoría de sus habitantes. Su temor a ser destituido se desvaneció. Las visitas de la esposa del Jefe del Estado a su finca El Carrasco, le colocaron en el cenit de su encumbramiento.
La calle de Tomás Ortuño en 1960 según una fotografía de Quico. Aunque también era carretera apenas tenía tráfico automovilístico. Junto a elementos tradicionales como las sillas a la puerta de la casa para que los vecinos pudiesen conversar con todos los transeúntes, un elemento nuevo: la placa de tráfico indicando precaución por zona escolar por la existencia cerca de ella del Grupo Escolar Leonor Canalejas recientemente inaugurado. La pancarta sobre la calle felicita a Pedro Zaragoza por la traída del agua potable a Benidorm, un deseo sentido desde hacía varios siglos: nos indica la enorme alegría que tal acontecimiento supuso para todos los vecinos.
Etiqueta publicitaria del hotel Canfali. Fuente: Biblioteca Nacional de España.
Postal de 1994 que nos muestra el crecimiento a cinco plantas del hotel Canfali
NOTAS:
[1] Diccionari de Benidorm, entrada “xalet”.
[2] AMB, Altas Contribución Industrial 1928-195, 6200/2.
[3] Administración Secretaría General, año 1954 vol. II. AMB 4833/1.
[4] PLATH, Sylvia. “Diarios completos”, Alba Editorial 2016.
[5] AMB 6909/4.
[6] AMB “Expediente de solicitud de autorización para reconstruir un muro de defensa y terraza en la Playa de Levante formulada por Ángeles Fenollosa Armengol, para mejorar los servicios del hotel.” En la portada pone 1954 pero todos los documentos son de 1956.
[7] 17/10/1957 a 13/11/1957 “Expediente instruido con motivo de la instancia que presenta Don Manuel Fuster Albalat, solicitando se efectue una inspección sanitaria al Hotel Planesia.” AMB 5114/16.
[8] Ángeles Fenollosa Armengol, para mejorar los servicios del hotelAMB: “Expediente de solicitud de autorización para reconstruir un muro de defensa y terraza en la Playa de Levante formulada por . 1954”.
[9] FPZ, Caja 22-2. Los textos del Archivo Pedro Zaragoza están tomados de la tesis doctoral de Carlos Salinas Salinas “Pedro Zaragoza Orts, alcalde franquista y desarrollista de Benidorm, 1951-196”, año 2021.
[10] APZ, caja 22-1.
[11] FPZ, caja 23-1.
[12] FPZ, caja 22-2.
[13] FPZ, caja 30.
[14] FPZ, caja 30.
[15] FPZ, caja 23-1.
[16] Carta del 12/07/1958.
[17] FPZ caja 23-1.
[18] AMB 16/19 “Proyecto de hotel en Benidorm (Alicante) Propietario: D. Vicente Alemany Martínez Arquitecto: Don Vicente Vives Llorca. Octubre – 1958”.
[19] AMB 1738/97.
[20] Boletín Municipal, nº 12, agosto 1960, pág. 16.
[21] Daily Mirror, 3 de noviembre de 1959, pág. 22. También en SALINAS SALINAS 2021:289-294.
lunes, 11 de abril de 2022
Pedro Zaragoza Orts y la escolarización de Benidorm, 1951-1960.
Este año 2022 se cumplen dos aniversarios importantes para Benidorm: 100 años del nacimiento de su alcalde Pedro Zaragoza Orts y 50 del fallecimiento del contralmirante Julio Guillén Tato. Se conocieron en Madrid, cuando Pedro Zaragoza hizo su servicio militar en el Museo Naval cuyo director era Guillén Tato. Ambos eran personas inteligentes, cordiales, con sentido del humor y compartían numerosos intereses y principios morales.
Pedro Zaragoza admiró al marino y desde el primer momento como alcalde le consideró su mentor. Le pidió ayuda en numerosos temas que afectaban al bienestar del municipio y Don Julio, como le llamaban en Benidorm, siempre colaboró con él de forma entusiasta y desinteresada. Entre ellos surgió una relación de amistad y mutua admiración a las que sólo puso fin la muerte del contralmirante en 1972. Entre los numerosos temas en los que su ayuda fue importante se debe incluir también el tema educativo que es el objeto de este artículo.
Francisco Amillo Alegre
En la biografía de Pedro Zaragoza los aspectos más conocidos son los relacionados con el turismo, desde la legendaria historia del bikini y la Vespa hasta el PGOU y las promociones como el Festival de la Canción, la traída de lapones y un largo etc. en el que no puede faltar el suministro doméstico de agua potable.
El tema educativo, sin embargo, es muy poco o nada conocido por el gran público a pesar de que fue esencial para Pedro Zaragoza porque consideraba que un pueblo que no cuidase su sistema educativo estaría condenado al fracaso y la nueva economía turística necesitaba un personal bien formado.
Tomó posesión del cargo de alcalde de Benidorm el 10 de diciembre de 1950. La lectura de las actas municipales nos indica que pocos días después ya tenía claros los objetivos de su alcaldía y el primero fue la escolarización de los niños de Benidorm. En este artículo analizaré sólo ese aspecto, en el que Benidorm arrastraba desde décadas una gran desigualdad: mientras había grupos de personas muy bien formadas (capitanes de la marina mercante, médicos, abogados, etc.) que disfrutaron de acceso a la educación, existía también un número de analfabetos mayor de lo deseable y su causa estaba en la insuficiencia de la escolarización infantil. Según la Junta Nacional contra el analfabetismo, creada en1950, en la provincia de Alicante el índice de analfabetos estaba en torno al 29 % pero con desigualdad de sexos: el femenino era un 6 % mayor que el masculino. En Benidorm la causa de este déficit educativo era triple:
a) dificultades para escolarizar a los niños que vivían alejados en las partidas rurales,
b) escuelas en casas particulares que a menudo no reunían las debidas condiciones didácticas e higiénicas,
c) carecer del suficiente número de escuelas para acoger a todos los niños del municipio.
En el aspecto educativo, hay que señalar en el haber de Pedro Zaragoza dos logros que varias corporaciones de la Segunda República, de distintos signos ideológicos, intentaron llevar a cabo sin conseguirlo. Se trata de la construcción de las escuelas de l’Almafrà y del grupo escolar Leonor Canalejas. No voy a analizar aquí la historia de estos dos centros escolares sino el período 1951-1960, en el que la lentitud de los trámites burocráticos tuvo como consecuencia que el Ayuntamiento tardara 9 años en culminar el proceso de creación y puesta en funcionamiento de esos dos centros educativos.
Dos fotografías del promontorio de Canfali. La primera, publicada por la Biblioteca Valenciana Digital, es de principios de la década de 1950. Vemos, de sur a norte, el cuartel de carabineros, el antiguo hotel Planesia y en el extremo sur la casa donde veraneó Leonor Canalejas y que donó al Ayuntamiento para crear dos escuelas.
En la segunda fotografía el nuevo Benidorm turístico. En el extremo sur la biblioteca municipal, hoy desaparecida, sustituyó al antiguo cuartel de carabineros. En la parte baja, el edificio del Ayuntamiento construido sobre el solar de la escuela donada por Leonor Canalejas y cuyo nombre se puso al nuevo grupo escolar inaugurado en 1960.
Las escuelas de la Fundación Fuster Zaragoza en l’Almafrà.
La preocupación de Pedro Zaragoza por el tema educativo quedó patente ya en el primer punto del orden del día de su primera sesión plenaria, celebrada en enero de 1951. El acta recoge su deseo de crear dos escuelas en el sector más desatendido de Benidorm: las partidas rurales de l’Alfàs de Baix [1]. Se caracterizaban por un poblamiento disperso en numerosas masías alejadas del casco urbano de Benidorm y los niños debían caminar entre 1,5 y 3 kilómetros para acudir a las escuelas. Durante la Segunda República esa había sido una de las reivindicaciones de los habitantes de esta zona que se quejaban de contribuir con sus impuestos igual que el resto de vecinos de Benidorm pero recibiendo menos beneficios por la falta de escuelas, alumbrado, etc. [2] Finalmente tuvieron una subvención para la escuela pero la Guerra Civil paralizó el proceso.
Pedro Zaragoza empezaba su mandato con el presupuesto elaborado por la corporación anterior, excesivamente bajo para financiar todos los proyectos que tenía en mente, y empezó con un tema que no sería gravoso para el Ayuntamiento: la creación de un centro escolar en l’Alfàs de Baix utilizando los recursos económicos de la Fundación de los hermanos Zaragoza Fuster.
Esta fundación surgió a partir del testamento de Vicenta Zaragoza Fuster, fallecida en 1906. Disponía que su herencia se destinara a beneficencia e instrucción del pueblo de Benidorm según dispusiera su hermano Vicente. Éste a su vez, añadió su herencia y la creación de una fundación que administrara los bienes, pero supeditó todo al fallecimiento de sus otros dos hermanos. Las tierras y el efectivo que legaban se destinarían al Ministerio de Instrucción Pública, que debería construir, en cuanto fuera posible, una escuela para niños y otra para niñas, en l’Alfàs de Baix: “procurando que el edificio reúna condiciones pedagógicas sin ornamentación alguna” [3].
Vicente Zaragoza Fuster falleció en 1918 y el último de sus hermanos lo hacía en 1926. Al año siguiente el Ministerio aceptó la herencia de los hermanos Zaragoza Fuster y el proceso de crear una fundación y una escuela rural se puso en marcha. El Ministerio encargó a la junta Provincial de Beneficencia de Alicante para llevar a cabo todos los trámites necesarios para que las propiedades de los difuntos pasaran a manos de la fundación. Se trataba de fincas rústicas, urbanas y valores del Estado por un valor de 47.011 pesetas, suficientes para aquellos años.
En 1930 el Ministerio declaraba que la Fundación era una “Institución particular de carácter benéfico-docente” y nombraba Patrono de la misma a la Junta Provincial de Beneficencia de Alicante (Gaceta de Madrid, 7-1-1930). Pero tardó seis años en iniciar los trámites para sacar a pública subasta las propiedades de la Fundación y la Guerra Civil paralizó el proceso [4].
Como ya he dicho en la primera sesión plenaria de 1951 Pedro Zaragoza explicó a los concejales la gestión que había realizado ante el gobernador civil, que era el presidente de la Junta Provincial de Beneficencia, “para la construcción de una escuela unitaria en la partida foya Manera” lo más pronto posible.
Sin embargo el tema no se solucionó con la prontitud que Pedro Zaragoza deseaba y hubo de esperar al 13 de mayo de 1.954 para que el Ministerio de Educación Nacional ordenara volver a clasificar la fundación como benéfico-docente y vender las fincas propiedad de la fundación para saber el valor en metálico que podría disponer. Además la fundación debería averiguar lo que costaría la construcción del colegio [5].
También designó un patronato de la fundación constituido por el Presidente de la Diputación de Alicante, Artemio Payá Rico, por el Cajero de Metálico del Banco de España, Joaquín Serrano García, por Pedro Zaragoza Orts, Alcalde de Benidorm y los vecinos de esa villa Antonio Pérez Fuster y Miguel Llinares Barceló.
Dicho patronato se hizo cargo de los bienes que estaban en poder de la Junta Provincial de Beneficencia. Fue el día 21 de Septiembre de dicho año 1.954 y Pedro Zaragoza Orts, vocal de la fundación y Miguel Llinares Barceló el secretario, recibieron 14.472,98 pesetas en efectivo, Títulos de la Deuda valorados en 53.000 pts y las fincas rústicas y urbanas legadas por los hermanos Zaragoza Fuster.
Estas fincas rústicas fueron la causa de un nuevo retraso en el proceso. El trámite de valorarlas fue rápido [6] pero no pudieron venderlas porque estaban arrendadas y los arrendatarios se resistían a dejarlas libres. Mientras, el Patronato, es decir Pedro Zaragoza, seguía trabajando en el proyecto y en septiembre de ese año el Inspector Jefe Enseñanza Primaria remitía a Pedro Zaragoza instrucciones “para que puedan levantar el acta de creación definitiva de la escuela mixta de ALMAFRA” [7].
En 1.933 la Fundación había encargado un proyecto de construcción de dos escuelas en l'Almafrà pero Pedro Zaragoza opinaba que convenía tener un proyecto actualizado y lo encargó al arquitecto municipal Francisco Muñoz Llorens. Se conserva en el Archivo Municipal y el edificio constaría de dos aulas, una de niños y otra de niñas, situadas en los extremos. Se accedía a ellas mediante una zona central con dos vestíbulos separados y junto a ellos dos despachos para maestro y maestra y aseos de niños y niñas. Además se dibuja un edificio exento para vivienda de los dos maestros, como era lo habitual en aquellos años. El proyecto está fechado en octubre de 1954 pero no se aprobó hasta 1956 [8].
Planta de las cubiertas, parte del alzado y sección de la casa de los maestros
En marzo de 1954 Pedro Zaragoza ya había constatado que los trámites burocráticos atrasarían en gran manera la construcción de las escuelas de la Fundación Zaragoza Fuster y mientras tanto los niños de l’Alfàs de Baix estarían mal escolarizados. Eso le impulsó a buscar una solución provisional pero rápida: que el Ayuntamiento construyera una escuela unitaria mixta en l’Almafrà [12].
Utilizó el sistema de contratación directa para poder disponer de la escuela y la casa de la maestra en el menor tiempo posible y así evitar “los imperiosos trámites de subasta o concurso en su caso”. A finales de abril la Comisión Permanente aprobaba “la urgencia del caso, en aras a la trascendencia de dicha obra” tras recibir los informes favorables del inspector de Sanidad y del arquitecto municipal.
De esa manera en mayo de ese año el maestro de obras Francisco Fuster Pérez se comprometió ante el alcalde y el secretario municipal a “habilitar la casita de campo conocida como “Les Pacenteres”, número 31, en l’Almafrà para escuela y vivienda de maestra. Lo hará en el plazo de 8 días abriendo dos ventanas, colocar 3 rejas en otras tantas ventanas, enlucir todo el edificio y blanquearlo, construir una escalera de unos 15 peldaños, colocar una puerta y habilitar un cuarto de baño. Todo por precio de 4.550 pts.”
Los trámites habían durado menos de dos meses y la obra se realizó en ocho días. Entró en funcionamiento en septiembre de ese año 1954 y gracias a esta escuela provisional un grupo de niños y niñas de l’Almafrà estuvo escolarizado hasta que pudieron pasar a las escuelas de la Fundación Zaragoza Fuster.
Como ya he indicado antes, el proceso de conseguir que los arrendatarios dejaran libres las fincas propiedad de la fundación alargó el proceso otros dos años más. El abogado del Estado consiguió que lo hiciesen a cambio de una compensación de 20.000 pesetas en efectivo y perdonarles las 10.300 pts. que adeudaban por impago de arrendamiento. Era el 2 de Septiembre de 1.956.
A partir de entonces ya se podían poner a la venta pero se estimó conveniente una nueva valoración porque el precio de la tierra había subido gracias al auge de la construcción promovida por el desarrollo turístico. La subasta pública tuvo lugar el 27 de agosto y la Fundación ingresó 419.000 pts. por este concepto, pero tuvo que ceder 19.000 pts. a los antiguos arrendatarios. Las 400.000 pesetas restantes fueron depositadas en la Caja de Ahorros del Sureste a disposición del Ministerio de Educación Nacional. Se habían subastado cuatro fincas, quedando tres sin vender, una porque se reservó y las dos restantes porque no tuvieron postores. Eso supondría otro año más de retraso.
En octubre de 1957 llegó la autorización ministerial para la venta de las tres fincas que aún conservaba la Fundación lo que se efectuó el 7 de marzo de 1.958. Pero los trámites burocráticos de elevar a definitivas las adjudicaciones provisionales supusieron que hasta el 22 de agosto de dicho año no pudieran ingresar las 670.000 pesetas de esta segunda venta.
El proceso de venta había durado dos años al cabo de los cuales la Fundación poseía 1.089.409,38 pesetas en efectivo y 3.000 pesetas en Títulos de la Deuda.
Pero surgió una nueva dificultad: el Ministerio de Educación había dispuesto que lo obtenido por la venta se debía invertir en Títulos de la Deuda, lo que disgustó a Pedro Zaragoza porque ralentizaba aún más un proceso que ya estaba durando demasiado. Por eso el 4 de julio enviaba al Subsecretario del Ministerio de Educación Nacional solicitud para que les autorizase a emplear dicho dinero “en la construcción del edificio escolar en vez de invertirlo en una o varias Láminas de la Deuda Perpetua Interior al 4 %. […] pues sólo así se podrá cumplir la voluntad del testador”. La solicitud surtió efecto porque a la semana siguiente Joaquín Serrano García, Cajero de Metálico del Banco de España y miembro del Patronato, escribía a Pedro Zaragoza “Mi querido amigo: Acabo de hablar con D. Fernando Garrido a quien le he dicho lo de la compra de Papel del Estado con el importe de la 2ª subasta, que no responde al fin fundacional nuestro, contestándome que es la fórmula que siempre se emplea, pero que en nuestro caso que les pasemos oficio, diciendo que estamos pendientes de la Oficina técnica de ese Ministerio para la Construcción de unas Escuelas y que por lo tanto se nos redima de la compra de papel del Estado.” [10]
A partir de entonces los trámites se aceleraron y el 10 de noviembre el Ministerio autorizaba a la Fundación Zaragoza-Fuster la subasta de las obras de construcción de dos escuelas y dos viviendas para maestros por un importe total de 850.784,83 pesetas. También le autorizaba para “adquirir directamente el solar” [9].
Las escuelas de l’Almafrà en obras. Fuente Boletín del Ayuntamiento de la Villa, febrero 1960
En enero de 1959 la Fundación compraba un terreno “dentro del perímetro señalado por el fundador y calificado de apto […] por la Inspección de Enseñanza Primaria” y procedió a la subasta de las obras que se adjudicaron al constructor alicantino Laureano Llinares Mollá por 821.007,37 pts. por ser la que más rebajaba la oferta inicial.
En junio comenzaron las obras que habían finalizado a principios del año siguiente y empezaron a prestar servicio educativo a una población escolar de 86 niños de entre 6 y 12 años que residían el l’Alfàs de Baix, 41 niños y 45 niñas, según certificaba el secretario del Ayuntamiento.
Promociones de niñas y niños del año 1961 en las escuelas de l’Almafrà. Fuente Archivo Municipal de Benidorm.
Como en muchos otros temas del Benidorm de esos años, la intervención en segundo plano pero muy eficaz del contralmirante Julio Guillén Tato había influido en este proceso de negociaciones con el Ministerio de Educación y el Banco de España. El contralmirante indicaba a Pedro Zaragoza las personalidades con las que debía entrevistarse e intervenía personalmente en las gestiones si era preciso y le informaba por carta. del resultado de las gestiones.
La inauguración oficial de esta escuela se hizo el 3 de febrero de 1960, juntamente con la del Grupo Escolar Leonor Canalejas. A finales de dicho mes se inauguraba también el abastecimiento de agua potable de Benidorm, tan esperado por sus habitantes.
Dos fotografías de las escuelas de l’Almafrà
Estos padres y niños de las partidas rurales supieron valorar adecuadamente el servicio educativo que recibían. Lo sabemos porque mientras el absentismo escolar era alto en las escuelas del casco urbano en estas dos de l’Almafrà asistía el 100 % de los alumnos escolarizados. Así lo hacía constar en 1960 la Junta Municipal de Enseñanza Primaria [13].
Fotografía de las escuelas de la Fundación Fuster Zaragoza en l’Almafrà en un artículo publicado en el Boletín Municipal que contaba las peripecias de todo el proceso desde 1927 hasta 1960, sobre todo los nueve años que necesitó Pedro Zaragoza para culminarlo.
Estas escuelas rurales de l’Almafrà empezaron a tener problemas a partir de 1971 cuando el Ministerio de Educación exigió que los centros escolares deberían reunir ciertas características y cerrarse si no las cumplían [14]. Entre ellas estaba la desaparición de las escuelas unitarias, es decir con niños de diferentes edades y por tanto con distintos niveles de enseñanza, algo que en l’Almafrà se había hecho desde el primer momento.
Para evitar el cierre la Fundación cedió su propiedad al Ayuntamiento de Benidorm, aunque hasta el momento actual no se han inscrito en el Registro de la Propiedad. De todas formas la medida no fue efectiva y en 1982 cerraron definitivamente pasando los alumnos de l’Almafrà a los colegios públicos de Benidorm y del Salt de l’Aigua. En 1991 se habilitaron como Centro de Educación Ambiental pero duró pocos años y en la actualidad las escuelas están cerradas y en peligro de deterioro.
El grupo escolar Leonor Canalejas.
Pedro Zaragoza inició los trámites para la creación de este grupo escolar un año más tarde que las escuelas de l’Almafrà. Todo empezó con la casa que la veraneante madrileña Leonor Canalejas Morayta poseía al principio de la playa de Levante, en la actual Plaça del Torrejó [15]. La había donado al municipio en su testamento del año 1925 para que se dedicase a escuela pública de niños y niñas [16].
Lo normal en la época era que el municipio pagara el alquiler de las casas particulares habilitadas como escuelas y las viviendas de los maestros. Esta donación le evitaba ese gasto pero el edificio tardó seis años en ser transformado en escuela de niños. Fue en 1931, durante la Segunda República, y no se cumplió exactamente la voluntad de la testadora que había trabajado siempre en favor de las mujeres, especialmente de las clases sociales menos favorecidas. Crearon dos escuelas de niños, no mixtas como constaba en el testamento [17].
En esta fotografía de la década de 1930 vemos a la derecha la terraza de la casa de Leonor Canalejas y en ella un grupo de niños que acudían a esa escuela. Fotógrafo Linares, Villajoyosa.
Y así, como escuelas de niños en primera línea de playa, funcionaron desde 1931 hasta 1952, cuando se detectó un problema grave. En el acta de la Junta Municipal de Enseñanza Primaria de 1951 el arquitecto municipal indicaba su “estado tal de deterioro que amenaza derrumbarse, por lo que no pueden continuar dándose clases en el mismo”. La Junta decidió “gestionar la habilitación de tres locales provisionales” [18] y en el pleno municipal del 17 de febrero de 1952 el alcalde informaba que el edificio donado por Leonor Canalejas al Ayuntamiento “ha tenido que ser desalojado por su estado ruinoso y las clases se dan en locales habilitados provisionalmente que no reúnen condiciones”. Proponía también “edificar lo antes posible un grupo escolar”. El pleno aprobó vender la casa y con su importe construir un grupo escolar y encargó al arquitecto municipal la confección de los planos del edificio [19] que la Junta Municipal de Enseñanza aprobó posteriormente [20].
Pero el grupo escolar no se construyó enseguida y la casa de Leonor Canalejas no se vendió. Tampoco debería estar en estado excesivamente ruinoso porque la decisión de demolerlo se tomó en 1962, es decir diez años después de desalojar las escuelas y dos años después de inaugurar el grupo escolar que lleva el nombre de la donante. Así consta en el acta de una sesión plenaria del 8 de junio: “estado ruinoso en que se halla gran parte de la cubierta y obra de fábrica de la casa donada por doña Leonor Canalejas, propiedad del Ayuntamiento, que actualmente se destina a almacén municipal y sala de exposiciones; visto el oportuno informe emitido por el señor Arquitecto Municipal, don José Manuel Domínguez García, en que se hace constar que esta situación puede producir un derrumbamiento parcial o total del inmueble […] se acordó:
1º.- Declarar en estado de ruina el citado edificio.
2º.- Que bajo la dirección de los servicios municipales competentes se proceda, por gestión directa, a su demolición en forma que quede garantizada la seguridad.” [21].
Durante esos 10 años que ya no se utilizó como escuela fue local para ensayos y formación de músicos de la banda municipal. Así lo explicaba Pedro Zaragoza a Guillén Tato en una carta del 7 de febrero de 1963, donde especifica que el edificio se había derribado hacía poco: “comprendo su pena por el derribo de la casa de Leonor Canalejas, cosa que hemos sentido los que de verdad queremos a Benidorm, pero no hubo posibilidad de salvarla porque cuando se adoptó el acuerdo de su derribo, es cuando después de varios estudios por parte de los técnicos, se vió la total imposibilidad de su reconstrucción, pues estaba construida de piedra y barro y desde su cimentación amenazaba total ruina. Tuvimos que sacar rápidamente todo lo que conservábamos en el edificio y también tuvo que salir la Banda de Música que tenía instalada allí su academia, para evitar tener que lamentar víctimas.” [22].
De todas formas, a pesar de la urgencia que Pedro Zaragoza quiso dar al proyecto, el grupo escolar tardaría ocho años en materializarse. De nuevo la lentitud de los trámites administrativos fue la causa de tan larga demora. En un primer momento se pensó que recibirían ayuda de la Diputación Provincial que en el mes de mayo pedía “informen sobre el número de clases y destino de ellas (niños, niñas o párvulos) así como del número de viviendas para Maestros” del futuro edificio escolar [23].
Además se inició la compra de un solar de 4.656 metros cuadrados situado en el entonces final del Barri del Calvari, junto a la calle Tomás Ortuño, entonces carretera Benidorm a Pego. En la sesión del pleno municipal del 29 de abril se aprobó por unanimidad “la adquisición por compra del predio de la partida de Ruzafa propiedad de Doña Teresa Llorca Miquel para edificar un Grupo Escolar y Viviendas para los Señores Maestros Nacionales” [24]. Era el solar de lo que hoy día es el CEIP Leonor Canalejas y que no daba a la calle Ruzafa porque entonces aún no existía.
Entre los gastos figuraba como partida principal el pago del terreno, 50.000 pts., a las que se añadían gastos de escritura, notaría, etc., por un total de 56.741,60 pesetas que provenían del superávit del año anterior (4.544,80 pts.) y la venta de bienes patrimoniales (52.196,80 pts., pleno del 05/06/1954).
Pero cinco meses después, el 4 de noviembre, la Diputación Provincial indicaba al alcalde que había cancelado el expediente instruido por el Ayuntamiento para construir el grupo escolar y lo había pasado a la Junta Provincial de Construcciones de Edificios Escolares [25]. Esa entidad fue creada por la Ley de 22 de diciembre de 1953 para que se encargara de aprobar todo lo que afectara a la creación de centros escolares.
La nueva Junta llevó los trámites del grupo escolar de Benidorm con suma lentitud. Mientras tanto la población del municipio crecía rápidamente gracias a la actividad turística y los problemas de escolarización se iban agravando. En enero de 1950, el año en el que Pedro Zaragoza accedió a la alcaldía, el municipio tenía 2.726 habitantes que a finales de 1960 habían ascendido a 6.202. La consecuencia fue la que expuso la inspectora de Enseñanza Primaria a la Junta Municipal de Educación en una reunión del mes de marzo de 1957: “malas condiciones de los locales existentes, indecorosos y antihigiénicos, insuficientes para la población escolar de Benidorm, pide ante la Junta la construcción del Grupo Escolar”. Además del grupo escolar se necesitaban tres escuelas nuevas de niños y una de párvulos “para que se haga efectiva la obligatoriedad de la asistencia escolar”. Indicaba también la inspectora que las más perjudicadas eran las niñas, a las que sus padres dejaban de enviar a la escuela por falta de plazas [25].
El 31 de octubre de 1958 el Ayuntamiento aprobaba el presupuesto extraordinario para la construcción de un grupo escolar de diez secciones por 1.446.009,74 pesetas de las que el Ayuntamiento de Benidorm aportaba 696.009, 74 pesetas y el resto la Junta Provincial de Construcciones escolares [26]. Las obras se subastaron el 17 de diciembre [27] y se adjudicaron a José Mª Martínez López por 1.436.639,91 pts.
Poco después se iniciaban las obras que el 3 de febrero de 1960 ya habían finalizado por lo que se pudo proceder a su inauguración oficial con asistencia del Director General de Enseñanza Primaria, las autoridades y entidades locales además de los maestros y los niños. Dicho acto, según Pedro Zaragoza, “marcaba un hito en la historia de Benidorm” y “la voluntad de la fundadora doña Leonor Canalejas queda cumplida en todas sus partes sobradamente” [28]. Se rendía homenaje a una persona que se había preocupado por la educación y con el nuevo centro se cumplía una de las condiciones que había impuesto en 1925: que fuese escuela de niños y niñas.
Las escuelas públicas dispersas por el casco urbano de Benidorm se clausuraron y su material y alumnos pasaron al grupo escolar de niños y niñas. Los inicios fueron duros, tal como reflejaba pocos meses después en el acta de la Junta Municipal de Enseñanza Primaria. La inspectora indicaba que la asistencia había mejorado pero adolecía de falta de material escolar “insuficiente y malo que no ayuda a la disciplina escolar. Extrañada de que el material no llega […] se deben tomar medidas para que sea remitido sin demora […] no se puede hacer labor, hacinados como están los niños y sin asiento” [29]. Es decir que los niños no tenían pupitres suficientes y debían traer sillas de casa o sentarse en el suelo. El Ayuntamiento había acelerado las obras y la inauguración pero el Ministerio de Educación tardó mucho en servir el material necesario.
No sería ese el único inconveniente de este primer curso académico: el 26 de agosto se hundió parte del techo según consta en el acta del pleno de ese mismo día. En ella el alcalde ponía “en conocimiento de la Corporación que a las siete horas del día de hoy se ha producido un derrumbamiento en la cubierta de una de las alas del Grupo Escolar “Leonor Canalejas”, de esta localidad, recientemente inaugurado y cuyas obras aún no han sido recibidas definitivamente”. Afortunadamente el derrumbe se produjo durante las vacaciones escolares y no hubo que lamentar desgracias personales. En el acta del pleno del 17/10/1960 el alcalde añadía que había sido a causa del “hundimiento de dos vigas en la cubierta” y la corporación aprobó abrir un expediente de responsabilidades.
En el acta del 18/02/1961 de la Junta Municipal de Enseñanza la inspectora informaba que por causa del hundimiento la asistencia escolar había bajado a 24 niños por aula y a 18 niñas también por aula, “antes era más eficiente la asistencia” por lo que se sugería “tomar medidas represivas con los padres de los escolares”, es decir multas. El problema de falta del material escolar aún no se había solucionado y por ello recomendaba a la Junta Municipal que hiciera una nueva petición.
Respecto a la casa de Leonor Canalejas Pedro Zaragoza proyectó convertirla en un nuevo Ayuntamiento ya que el de la Boca del Calvari resultaba insuficiente a causa del crecimiento del personal. En el acta del pleno de 5/5/1959 se había aprobado “proceder rápidamente a su construcción”. Como de costumbre la palabra “rapidez” resultaba muy subjetiva: hasta 1962 no se abandonó definitivamente el local y pudieron iniciarse las obras. Eso supuso que se cambiase el nombre de la calle Leonor Canalejas (hoy día Metge Cosme Bayona) y que la Plaza de Canalejas cambiase a Plaza del Ayuntamiento (actualmente Plaça del Torrejó). De ahí la conveniencia de conservar el nombre de la benefactora en un grupo escolar [30].
Otros aspectos de la educación pública durante el mandato de Pedro Zaragoza.
Pedro Zaragoza había comprobado desde el primer momento que al problema de la insuficiente escolarización se unía el del absentismo escolar. Así lo reflejan las actas de la Comisión Municipal Escolar. Por ello el 10/10/1953 Pedro Zaragoza enviaba una comunicación a las 4 maestras y 3 maestros de Benidorm: “le recuerdo la conveniencia de remitir semanalmente a esta Alcaldía el parte de asistencia escolar. Al mismo tiempo ruego designen a un Maestro y una Maestra para que comprueben en el Registro Civil el censo de niños en edad escolar, dando cuenta a esta alcaldía de sus observaciones”. Esos maestros consultaron los libros del Registro Civil, situado entonces en el edificio del Ayuntamiento, y elaboraron el censo escolar. Con esos datos en diciembre el alcalde recordaba “a todos los padres de familia que al margen se expresan la obligación legal de enviar a sus hijos comprendidos en edad escolar a las Escuelas Nacionales de esta localidad, apercibiéndoles que de negarse a ello serán severamente sancionados”. Se envió a 34 padres de familia cuyos hijos no estaban matriculados en alguna escuela. Para los alumnos que se matriculaban pero no asistían al colegio el Ayuntamiento imponía sanciones [31]. En ese año 1953 el Ayuntamiento impuso 25 multas de 5 pesetas cada una, 17 a niñas y 8 a niños “por no asistir a la escuela”, evidenciando que los padres sentían mucha menor necesidad por la educación de las niñas, que consideraban innecesaria porque el oficio de amas de casa lo aprendían sobradamente con sus madres.
También era causa de absentismo escolar el trabajo infantil. Estaba prohibido desde el siglo XIX pero muchos padres consideraban que era una norma sin sentido y hacían trabajar a sus hijos pequeños en el campo o en algunas empresas. Según informaciones orales, cuando llegaba algún inspector de Trabajo se indicaba a los niños que abandonasen el local. Por esa causa Pedro Zaragoza, en diciembre de ese año, remitió a varias empresas un oficio indicando “la obligación legal de no admitir en su empresa a niños comprendidos en edad escolar. En caso contrario me veré obligado a tomar enérgicas medidas”. Está claro que no todas las empresas tenían niños entre sus trabajadores pero el oficio se envió todas las que eran susceptibles de hacerlo: de carpintería, de albañilería, fábrica de mosaicos, Cerámicas Benidorm y cordelería de esparto [32].
En las actas de la Junta Municipal de Enseñanza de esos años la inspectora indica que en general el comportamiento de los maestros nacionales era ejemplar. Pero en todo colectivo siempre hay fallos y por eso el 07/04/1954 Pedro Zaragoza envió un escrito a cada maestro indicando que “Por varios padres de familia se han formulado denuncias contra algún señor maestro, por los siguientes motivos:
1º.- Apertura de clases después de la hora reglamentaria.
2º.- Prolongación excesiva del recreo.
3º.- Dar por terminada la clase antes de la hora.
4º.- Sustitución del Maestro sin conocimiento de la Alcaldía ni de la Inspección.
Esta Alcaldía ha ordenado se practiquen las diligencias necesarias para comprobar la veracidad de estas denuncias, y lamentará, de ser ciertas, tener que obrar en consecuencia.”
Maestros notificados: Antonio Gomis Aliaga, Domingo Roig Guardiola, Ginés Gabaldón Moreno, Carmen Pérez Zaragoza, María Esquerdo Zaragoza, María Teresa Calvo Chápuli, María Zaragoza Lloret [33].
Resultado de la falta de escolarización en épocas anteriores era un número de adultos analfabetos mayor de lo deseable. El Estado había emprendido una campaña contra el analfabetismo y Benidorm se sumó a ella. En el acta del 21/12/1953 la Junta Municipal Enseñanza indicaba que para “dar cumplimiento a orden de 30 de Julio pasado sobre normas para campaña contra el Analfabetismo” habían creado una Comisión Local contra el Analfabetismo. Estaba formada por un maestro, un representante del Frente de Juventudes, una representante de la Sección Femenina y el párroco Luis Duart.
Era una comisión política, poco técnica, que a principios de enero de 1954 recibía un telegrama del Inspector Jefe Enseñanza Primaria: “Remita máxima urgencia estadística numérica pedida analfabetos término municipal y agregados comprendidos entre doce y veintiún años con separación de sexos”. Los maestros se sumaron a ella impartiendo clase a los adultos con esa finalidad [34].
La Junta Nacional contra el analfabetismo se creó en 1950 y en toda España se crearon juntas provinciales y locales. Benidorm se adhirió a esa campaña y la sección local de Falange Española y el Ayuntamiento colaboraron con ella.
Cuando en 1960 se inauguraron las escuelas de l’Almafrà y el grupo escolar Leonor Canalejas los problemas educativos de Benidorm estaban lejos de resolverse. El crecimiento demográfico había dejado obsoletas todas las previsiones. Por eso la Junta Municipal de Enseñanza Primaria del 13/10/1964 recomendaba la creación de más centros escolares porque “se consideran indispensables para recoger toda la población escolar existente en esta localidad”.
En 1964 la Junta pedía dos escuelas unitarias de niños y otras dos para niñas en Foietes, una de niños y otra de niñas en la Cala y lo mismo en el Rincón de Loix. Serían escuelas unitarias y se justificaba su creación por la lejanía del nuevo grupo escolar: “la población escolar tiene que recorrer distancias superiores, en muchos casos, a los cuatro kilómetros para asistir al grupo escolar Leonor Canalejas”. Para éste se solicitaba también una ampliación de dos aulas más porque su matrícula era “excesiva (más de 600 alumnos, cuando en sus aulas solo hay capacidad para 400 alumnos)”.
La escasez de plazas escolares por el continuado crecimiento demográfico fue una constante en Benidorm muchos años después de finalizar la alcaldía de Pedro Zaragoza y duró todo el resto del siglo XX porque la población censada se duplicaba cada década: en 1960 tenía 6.259 habitantes que en 2000 habían ascendido a 56.652. En esos años los centros educativos públicos habían pasado de un grupo escolar y dos aulas en l’Almafrá a 12 colegios públicos, comparables al grupo escolar, además de 5 institutos de Educación Secundaria.
NOTAS:
[1] AMB, acta del pleno 24/01/1951, signatura 6909/2.
[2] AMB pleno 06/10/1931, 6908/6.
[3] BOE 22/05/1954, págs. 3476-7.
[4] AMILLO ALEGRE, F.: “La Segunda República y la Guerra Civil en Benidorm”, Vicente Sanjuán Ediciones, año 2017, pág. 157.
[5] BOE 22/05/1954 pág. 3476.
[6] AMB, Administración Secretaría General, año 1954 vol. II. Sin fecha, 4833/1.
[7] AMB, Administración Secretaría General, año 1954 vol. II. 14/09/1954, 4833/1.
[8] AMB, “Proyecto de escuela rural en la partida de Benidorm”, 4838/3.
[9] AMB, “Notas históricas sobre la creación del Patronato de la Fundación Zaragoza-Fuster de Benidorm [1959]” 5096/6.
[10] AMB, 5097/15.
[11] AMB, pleno 6-10-1931, 6908/9.
[12] AMB, “Expediente de contratación de Francisco Fuster Pérez para la obra de habilitación del local para escuela mixta y vivienda para maestra en la partida Almafrá (Alfaz de Baix), utilizando la casita de campo conocida como Les Pasenteres” año 1954, 10187/6)
[13] AMB, Junta Municipal de Enseñanza Primaria, Libro I 1951-1968, 5097/1.
[14] BOE 01/07/1971 y 12/01/1972.
[15] AMILLO ALEGRE, F.: Historia de Benidorm de los orígenes a 1960, AEMABA, 2012, pág. 340
[16] AMB, pleno del 21/02/1925. 6908/3.
[17] AMB, pleno del 24-1-1933, 6908/6.
[18] AMB, Junta Municipal de Enseñanza Primaria, Libro I, 1951-1968, acta 20/10/1951, 5097/1
[19] AMB, 6709/3.
[20] AMB Junta Municipal de Enseñanza Primaria, Libro I, 1951-1968, acta 20/10/1951, 5097/1.
[21] AMB, pleno 08/06/1962, 6909/5.
[22] Archivo de la familia de Julio Guillén Tato.
[23] AMB, Administración Secretaria, tomo I, 14/05/1952. 4832/1.
[24] AMB, pleno 29/04/1954, 6709/3.
[25] AMB, Administración Secretaría General, año 1954 vol. II. 4/11/1954, 4833/1.
[26] AMB, pleno 31/12/1958, 6909/4.
[27] Ibíd. 23/12/1958.
[28] Boletín del Ayuntamiento de la Villa, nº 7, pags. 2 y 15.
[29] AMB Junta Municipal de Enseñanza Primaria, Libro I, 1951-1968, acta 6/5/1960.
[30] AMB, pleno 24/11/1960 6909/4,
[31] AMB, Administración Secretaría General año 1953, vol II, apartado 21, 4/12/1953. 4832/3
[32] Ibíd.
[33] AMB, Administración Secretaría General, año 1954 tomo I, 07/04/1954, 4832/4.
[34] AMB, Administración Secretaría General, año 1954 tomo II, 09/01/1954, 4833/1.