martes, 19 de julio de 2022

El hotel Planesia y su campaña de difamación contra Pedro Zaragoza Orts.


Continuamos en el año de Pedro Zaragoza Orts y creo que puede resultar interesante este artículo que analiza un aspecto de su vida como alcalde de Benidorm. Mientras ejerció dicho cargo gozó de la simpatía, el respeto y la admiración de la mayoría de sus conciudadanos. En este contexto me resultó sorprendente encontrar una campaña de difamación orquestada por dos ciudadanos de Benidorm. Se inició en 1956  al poco de aprobarse el Plan General de Ordenación Urbana y finalizó en 1958 cuando el Ayuntamiento dio permiso para construir el segundo hotel Planesia. El objetivo de tal campaña había sido edificar el citado hotel en el promontorio de Canfali incumpliendo la normativa del PGOU y para ello había que quebrar la firme defensa que de las Ordenanzas Municipales hacía Pedro Zaragoza.

Francisco Amillo Alegre



Canfali a principios del siglo XX visto desde la playa de Levante. Sobre la Plaça del Castell se observa el cuartel de carabineros de una planta. Este era el aspecto que tenía antes de la construcción del chalet de Payá en 1918-1920, de las reformas del alcalde Vicente Llorca Alós en la plaza  que hoy denominamos del Torrejó en 1925-1926 y del acondicionamiento de la plaza del Castillo en 1928. El turismo en Benidorm empezó en la década de 1850 y este era el Canfali que veían aquellos primeros veraneantes.



Fotografía de la familia de Mora Carbonell veraneando en Benidorm en la década de 1930. Aunque fue una foto familiar constituye un interesante testimonio histórico por los detalles captados. Vemos cómo el chalet de Payá domina la silueta de Canfali y tapa parcialmente la vista de la iglesia; fue la primera transformación de Canfali a causa de la actividad turística. Fuente: Vicente Sanjuán.


Postal de la década de 1930. Al fondo el promontorio de Canfali donde se aprecia cómo la construcción del chalet de los Payá, entre 1918 y 1920, ha alterado su aspecto tradicional. La cúpula y la torre de Sant Jaume, en lo alto de Canfali, eran visibles desde todo el pueblo y su reloj y campanas marcaban el ritmo de la vida y el trabajo del Benidorm tradicional. 


Desde que a mediados del siglo XIX se inició la actividad turística en Benidorm, los atractivos naturales fueron sus más importantes reclamos. Uno de ellos fue el promontorio de Canfali, al que me voy a referir en este artículo, aunque me limitaré a hablar del lado de Levante, el que da a la playa del mismo nombre, donde posteriormente se edificarían los dos hoteles Planesia. 

El PGOU de 1956 quería preservar su aspecto natural, especialmente el acantilado, considerado como un valioso activo turístico por su belleza natural. Sin embargo hubo personas interesadas en cambiar esa fisonomía, destacando sobre todo Vicente Alemany Martínez, que gestionó los dos hoteles llamados Planesia que hubo en Benidorm. Encontró la decidida oposición de Pedro Zaragoza Orts, Julio Guillén Tato y otros muchos benidormenses por lo que emprendió una campaña de difamación contra el alcalde, consiguiendo las ayudas necesarias en Madrid para obtener licencia de construcción de un hotel que incumplía las normas constructivas de aquellos años. 


Promontorio de Canfali en la década de 1970. Las nuevas construcciones en altura ocultan la vista de la iglesia y de su emblemática cúpula. En la Plaça de Sant Jaume, dos hoteles diferentes con el mismo nombre: Planesia. Vemos a la derecha el más antiguo, propiedad de Manuel Fuster Albalat desde la década de 1930 y que habilitó como hotel a principios de la década de 1950 a partir del chalet de los Payá. En la imagen lo vemos con 5 plantas pero antes había tenido tres. A la izquierda de la Plaça de Sant Jaume el segundo Hotel Planesia, inaugurado en 1960, que obligó al antiguo a tomar el nombre de Canfali. Aparte de la iglesia el único edificio que permanece constante en las tres fotografías es la casa de Pedro María Orts Berdín, luego de su hijo Ignacio Orts Salvá, padre de Pere Maria Orts i Bosch.




El promontorio de Canfali, los inicios del turismo en Benidorm y el primer hotel Planesia.

No sabemos qué aspecto tendría Canfali  antes del siglo XIX. El castillo de origen medieval, situado en el lado sur, marcaba una silueta del promontorio distinta a la actual. Las fotografías más antiguas que se conservan son de la década de 1910 y a partir de ellas ya podemos conocer la evolución de la edificación en dicho promontorio. La iglesia era el edificio más alto, sobresaliendo su torre y su cúpula. En la plaza del Castillo no estaba la balaustrada, su característica desde 1928, pero sí el cuartel de carabineros. Los edificios eran de una o dos plantas con lo que la roca del acantilado destacaba mucho más que en la actualidad. 

El Castillo fue parcialmente destruido a principios del siglo XIX y cuando a partir de 1830 perdió su función militar porque había finalizado el corso berberisco, se derribó lo que quedaba en pie. El espacio que dejó libre fue disfrutado por los vecinos de Benidorm y desde 1850 también por los veraneantes, dado el atractivo del lugar.

En el siglo XX, finalizada la Primera Guerra Mundial, los industriales alcoyanos, enriquecidos con las exportaciones a los beligerantes, iniciaron una nueva modalidad de veraneo: los chalets de la playa de Levante. Y es a partir de entonces cuando empieza a transformarse la fisonomía del acantilado de Canfali. El primero fue el chalet de Payá, llamado así por su propietario Miguel Payá Pérez (1868-1928), industrial textil, alcalde de Alcoi y diputado de la Diputación Provincial. Fue un personaje influyente al que en 1921 el Papa Benedicto XV concedió el título pontificio de Marqués de San Jorge de Alcoy, que en 1922 fue refrendado por Alfonso XIII. Miguel Payá construyó este chalet (en realidad palacete) junto a Plaça de Sant Jaume. Se edificó utilizando las nuevas técnicas constructivas del hormigón armado, avanzadas para su época: en España el primer edificio de ese tipo data de 1900.

Según Juan José Chiner [1] se edificó entre 1918 y 1920 en un solar que  era un montón de ruinas, tal vez restos de antiguas fortificaciones. Su silueta, de tres plantas con dos torres gemelas en los extremos, se recortaba sobre el horizonte en lo alto de Canfali y se convirtió en un elemento destacado de las fotografías de esta parte de la playa de Levante. Durante la temporada estival solía invitar a importantes personalidades, como el cardenal Benlloch, entre otros.

Hacia 1930, tras la muerte de Miguel Payá, su familia vendió el palacete a Manuel Fuster Albalat, significado falangista de Alicante. Por esta causa y por su gran tamaño al estallar la Guerra Civil  fue requisado y convertido en hospital militar para las Brigadas Internacionales y como Hospital de Sangre para el ejército republicano. Finalizada la guerra Manuel Fuster lo recuperó y según Juan José Chiner ocupó la planta baja como su vivienda y en las otras dos alquilaba habitaciones. 

Manuel Fuster Albalat alquiló el chalet a Vicente Alemany Martínez, el cual lo dio de alta en el Ayuntamiento en febrero de 1952 y le puso el nombre de hotel Planesia. El alta se hizo como “casa huéspedes”, lo mismo que antes habían hecho los hoteles Bilbaíno (1930), Marconi (1935) y Miramar (1951)  [2].

Vicente Alemany no dirigía el hotel, lo hacía su esposa María de los Ángeles Fenollosa Armengol. No abría todo el año, sino solamente la temporada estival. Su gestión un tanto descuidada originó algunas protestas [3] algo que dos años después, en 1956, Sylvia Plath también insinuaba: “Las palabras borrosas 'Hotel Planesia' están impresas en letras negras descoloridas en el largo lado sin ventanas del edificio” [4].

Y también en ese año 1956 María de los Ángeles Fenollosa Armengol solicitó al Ayuntamiento permiso para la construcción de un muro y una terraza en el acantilado de Canfali que, tal como se comprueba en el expediente instruido, encontró la oposición de Pedro Zaragoza y de muchas personas. La Comisión Pro-Playas no consideraba conveniente el proyecto porque “perjudicaría a la belleza natural del Castillo y serviría de precedente para ulteriores peticiones en el mismo sentido, las cuales […] destruirían totalmente su belleza natural” 

En el pleno municipal del 30/07/1956 se trató este tema y el  consistorio, por unanimidad,  se opuso claramente: “acordaron por unanimidad oponerse a toda construcción en las partes del Castillo recayentes al mar y plazas por considerar que dichas construcciones afearían la parte más pintoresca de Benidorm y causarían un enorme perjuicio a los intereses de esta villa” [5].

En el citado expediente el Ingeniero Jefe de Obras Públicas de Alicante también se oponía alegando que “suprimirían uno de los principales atractivos con que hoy cuenta Benidorm, como es la belleza y aspecto natural de su Castillo, al desaparecer estas cualidades por una obra de acondicionamiento como la que se pretende”.

Por su parte Pedro Zaragoza indicaba al Director General de Puertos y Señales Marítimas de Madrid  que la solicitud de María de los Ángeles Fenollosa tenía un informe negativo  del arquitecto Jefe de la Oficina Técnica de Urbanismo: “dichas obras no serán precisamente lo más aconsejable en dicha zona, puesto que uno de los encantos mayores de Benidorm es su aspecto típico de pueblo marinero montado sobre una roca, y todo lo que sea cubrir, disimular o ganar terreno en él se puede considerar como algo completamente desenfocado y fuera de las normas urbanísticas de protección de estos encantadores pueblos costeros”. Añadía que podría dar pie a otras peticiones de ese tipo y “desvirtuar completamente el bellísimo aspecto estético de estas rocas naturales adentradas sobre el mar y recortadas sobre arenas.” [6].


Etiqueta publicitaria del hotel Planesia cuando lo dirigía Ángeles Fenollosa. Se observa la estructura y las tres plantas del antiguo chalet de Payá. La fecha de esta etiqueta debe ser 1954 o 1955.


La gestión del Planesia  por Ángeles Fenollosa fue puesta en entredicho en 1957 originando desavenencias entre Manuel Fuster Albalat, propietario del hotel, y Vicente Alemany que llegaron a los tribunales. Desde octubre de 1957 hasta Semana Santa de 1958  el hotel estuvo intervenido debido al litigio judicial y finalmente, cumpliendo la sentencia del juez, la gerencia retornó a Manuel Fuster porque el establecimiento no reunía las condiciones que permitieran abrirlo al público. En una instancia fechada el 17/10/1957 el propietario exponía que era funcionario residente en Valencia y que  “por abandono del Gerente de dicho hotel Sr. Alemany, ha procedido […] a practicar inventario notarial de cuanto existe en el hotel, habiendo podido apreciar el estado de suciedad y abandono en que se encuentra dependencias, muebles, enseres, vajillas y baterías, lo que lo imposibilitan al referido establecimiento para continuar albergando huéspedes.” En consecuencia solicitaba al alcalde “como Presidente de la Junta Local de Sanidad” que ordenara “una inspección para corroborar lo expuesto”. 

El informe del médico Inspector Municipal de Sanidad, Antonio Balaguer Lanuza, confirmaba  todo lo indicado por Manuel Fuster y añadía que era “necesaria una labor de saneamiento y restauración para que pueda el edificio funcionar como Hotel.” [7]. 



El segundo hotel Planesia y los ataques a Pedro Zaragoza.

En 1956 Vicente Alemany proyectó construir su propio hotel, también en la cara de Levante de Canfali. Según un informe del arquitecto municipal de ese año el nuevo edificio supondría un atentado mucho mayor contra la estética natural de Canfal ya que  “se emplazaría en el promontorio del castillo de Benidorm, junto a la Plaza de la Iglesia [de  Sant Jaume] en el acantilado". Vicente Alemany pedía que “se le conceda, como zona marítimo-terrestre, el citado acantilado, con el propósito de construir en él un edificio de varias plantas; las tres primeras excavadas en la roca de dicho promontorio". También era gravísimo otro elemento para el que solicitaba permiso: “una escollera que se habría de adentrar 25 mts. en el mar.” La reacción de Pedro Zaragoza fue contundente: “la sola idea de estas obras es un atentado urbanístico que lesionaría el paisaje rompiendo la continuidad de los estratos rocosos que forman la clásica silueta del castillo […] el Ayuntamiento debe reservarse el derecho de aprobar o rechazar las obras que se pretende realizar; de acuerdo con las Ordenanzas Municipales de construcción”.

Como era lógico el Ayuntamiento se oponía autorizar dicho proyecto argumentando también que la superficie ganada por el edificio con la terraza volada sobre el acantilado suponía ocupar sin pagar un solar de 400 m2 propiedad del Ayuntamiento. Esos metros se obtenían sumando el vuelo sobre el dominio marítimo de las cinco platas del hotel [8].

Pero Vicente Alemany no se conformó con la negativa municipal y presentó una durísima batalla. Pensaba que, si desacreditaba a Pedro Zaragoza y lo destituían como alcalde, su sucesor sería más tolerante con los incumplimientos de las normas de construcción recién aprobadas. Juntamente con Ramón Rodríguez acusó a Pedro Zaragoza de consentir inmoralidades en las playas de Benidorm, algo muy grave en aquella España de moral ultraconservadora por la que velaban unos bandos que cada verano recordaban las estrictas normas sobre trajes de baño. 

Conocemos esta campaña de acoso y derribo gracias a la documentación del Archivo Pedro Zaragoza de la Universidad de Alicante. Hay una nota del Ministerio de Gobernación con fecha 29/07/1957 pero sin firma ni sello oficial  informando “que en la Playa de Benidorm (Alicante) se ha registrado este año una afluencia extraordinaria de turistas suecos, finlandeses, alemanes y británicos que con su conducta escandalosa dan lugar a espectáculos bochornosos de un impudor y una desvergüenza que –se dice convierte aquella playa en un lupanar”. La nota añade que entre los extranjeros había numerosos homosexuales y que las turistas nórdicas buscaban ávidamente y seducían a los adolescentes españoles. Todos ellos provocaban de noche, en la playa, espectáculos abyectos por lo que muchas familias españolas habían abandonado Benidorm escandalizadas de que las autoridades no tomasen medidas [9].

Vicente Alemany y Ramón Rodríguez ampliaron la campaña de acusaciones ante el arzobispo de Valencia. Pedro Zaragoza se defendió y escribió una carta a Jacinto Argaya Goicoechea, obispo auxiliar de Valencia de 1952 a 1957. En ella, con fecha del 18/10/1957 decía: “me permito informarle sobre ciertos individuos que presumen de católicos y que estuvieron en Valencia para informarle de una serie de circunstancias que consideraban peligrosas para Benidorm […] puedo asegurarle que estos individuos iban guiados exclusivamente por el afán de perjudicarme a mí en todo lo posible por circunstancias personales, correspondiendo así a la infinidad de favores que les he hecho, entre ellos tapar desfalcos cometidos. […]

Sr. Obispo […] sepa que he luchado todo lo posible por mantener la moral que aprendí de pequeño, pero hay que comprender que la fuerza de un alcalde de pueblo no es suficiente para luchar, ni mucho menos imponerse con altas personalidades” [10]. 

Pedro Zaragoza buscó también contrarrestar la campaña que habían organizado en su contra ante las autoridades del Estado. El 03/11/1957 escribía una carta a Vicente LLorca Zaragoza, benidormense residente en Madrid, explicándole las maniobras de Vicente Alemany Martínez y de Ramón Rodríguez para poner al obispo de Orihuela-Alicante en contra suya: “Quieren que el Obispo en nombre del Catolicismo de Benidorm, evitar la inmoralidad de los trajes de baño y demás vestidos” [11].

Por otra carta de Pedro Zaragoza al abogado del Estado Miguel Yuste Iribarren, de ese mismo día, sabemos que los dos individuos visitaron al canónigo valenciano Desiderio López Ruyales para obtener una carta de presentación ante el obispo de Orihuela ya que Benidorm había sido incorporado recientemente a la diócesis de Orihuela-Alicante. La intención de esas dos personas era “presentarme a mí ante el Dr. Barrachina [obispo de Orihuela] como un monstruo contrario a la moral católica”. Respecto a los denunciantes decía: “han estado metidos en estafas y otros asuntos por el estilo, no creo que sean los más caracterizados católicos de Benidorm” [12].

Pedro Zaragoza buscó también la ayuda de Julio Guillén Tato que el 25/03/1958 escribió a Mª Teresa Roca de Togores, condesa de Torrellano, de origen alicantino: “En Benidorm están alarmados porque parece ser que el dueño del Hotel Planesia tiene buenos padrinos aquí [en Madrid] que le conseguirán su inaceptable proyecto de construir unas terrazas voladas a la mar, atentando contra la fisonomía y carácter de la villa vieja, de la que yo mismo soy ferviente conservador, como sabes. Me dicen que uno de los que piensan apoyar tal ofensa al carácter local es tu sobrino Javier Méndez Vigo y yo te agradecería muchísimo le hicieses desistir de esto” [13]. 

Después, a principios abril 1958, Guillén Tato escribió a Pedro Zaragoza indicándole que los denunciantes habían adoptado una nueva estrategia y argumentaban que la obra volada estaba en zona marítima y la licencia de obras ya no dependía del Ayuntamiento de Benidorm. “Acaba de llamarme Méndez Vigo –resulta que le conozco y le tuteo- […] Me dice que está en la zona marítima y nada tiene que ver con el ayuntamiento. Estad preparados sobre esto”. Méndez Vigo ofreció a Guillén Tato participar en esa operación inmobiliaria, cosa que el director del Museo Naval de Madrid rechazó. [14].

La mala opinión sobre los denunciantes no era exclusiva de Pedro Zaragoza. Su amigo  Vicente Llorca Zaragoza también la compartía cuando el 5/05/1958 escribió: “Un señor de Madrid, llamado Javier Méndez Vigo, de acuerdo con otros de Benidorm, pretenden construir un Hotel en un solar particular de uno de ellos –enclavado en el Castillo-, pero pretendiendo apoderarse al mismo tiempo de terrenos públicos y otros pertenecientes a zona marítima. Sería funesto si se consiguiese esto, por el precedente que sentaría, además de que destroza todo el plan urbanístico trazado por el Ayuntamiento.

Sé que para conseguir sus deseos han amenazado anónimamente, y por teléfono, al Alcalde desde Madrid, y lo más curioso es que esos señores de Benidorm […] al amparo de una pretendida oposición política del Ayuntamiento desean realizar un negocio” [15]. 

Siguiendo con su campaña de desprestigio Vicente Alemany, Ramón Rodríguez y Méndez Vigo denunciaron a Pedro Zaragoza ante el Ministerio de la Gobernación. Así lo explicaba este último a Antonio Pedrosa Latas: “Ayer me llamó un amigo de Madrid diciéndome que, según presumía Méndez-Vigo, se han presentado de nuevo una serie de denuncias contra mí al Subsecretario de Gobernación o al Director General de Política Interior, con el fin de hacerme la vida imposible. Días pasados, el citado Méndez-Vigo, le dijo a Villacorta que no cesaría la lucha hasta poder eliminarme” [16]. 

Pedro Zaragoza le contaba también cómo siguió movilizando su red de contactos y logró que el gobernador civil de Alicante, Miguel Moscardó, le consiguiese una entrevista con el ministro Camilo Alonso Vega: “Cuando estuve en Madrid, nos reunió al Gobernador Civil de Alicante y a mí el Ministro de la Gobernación, quedando completamente aclarado el engorroso asunto de Méndez-Vigo, regresando a Benidorm dispuesto a trabajar nuevamente y completamente tranquilo” [17].

La campaña de Vicente Alemany cesó a finales del año 1958 porque había conseguido su objetivo de construir un hotel incumpliendo las normas y Pedro Zaragoza tuvo que aceptarlo logrando una, para él, triste paz. La documentación oficial es muy impersonal pero las cartas del archivo de Pedro Zaragoza nos dejan entrever su decepción por recibir ataques de personas a las que había ayudado y su temor a perder la alcaldía de forma deshonrosa, pero también su capacidad de maniobra para intentar frenar en lo posible las maquinaciones de Alemany y Méndez Vigo. Consiguió salir indemne desde el punto de vista político pero dolido en el plano personal.



Planos para el segundo hotel Planesia que, presentados en octubre de 1958, supusieron el triunfo de Vicente Alemany y el final de la campaña contra Pedro Zaragoza. Son obra del arquitecto Vicente Vives Llorca que en esos momentos trabajaba en Castellón pero que a partir de  de 1960 elaboró los planos para el alcantarillado de Benidorm y en 1961, como arquitecto municipal de Benidorm, realizó la remodelación de la Plaça del Castell.


Conocemos las características del edificio causante de este ataque gracias a la documentación del permiso de obra, entregada al Registro Municipal en octubre de 1958. 

Se inicia con una instancia de fecha 25/10/1958 en la que Vicente Alemany indicaba que era propietario de una casa de dos pisos situada en la Plaça de Sant Jaume, frente al hotel Planesia y  con fachadas “a la Plaza de Santa Ana (Castillo), al callejón que une ambas plazas, y, también, al acantilado sobre el mar. Que proyecta derribar el edificio actualmente existente para proceder a levantar una nueva construcción”.

La memoria descriptiva indica que el solar ocupa una manzana independiente de 202,25 m2 y para aumentar la superficie del nuevo hotel en la fachada del mar se construirán unos voladizos “que agrandan en la planta baja la superficie destinada a comedor y sala-bar; y que en los pisos redunda en beneficio de las habitaciones, ya que a más de ampliarlas, permite establecer unas galerías de desahogo que sirven también para cortar el sol durante el verano”. En total el hotel tendría 39 habitaciones, 24 con baño completo y 15 con cuarto de aseo. Se calculaba que costaría 2.100.000 pts. y finaliza indicando que “la extrema justeza del terreno disponible […] ha obligado a hacer un estudio concienzudo de todas las superficies […] para que la explotación de esta industria hotelera pueda resultar remuneradora. Sobre todo, teniendo en cuenta que el establecimiento se halla abierto solamente unos cinco meses al año”.

El 30/10/1958 el Arquitecto Municipal indicaba en su informe: “en la fachada frente al mar tiene un voladizo de 1,50 m. y sólo se permitiría 0,50 m. sin embargo entiendo que podría autorizarse porque este vuelo no perjudica a nadie. Lo demás cumple ordenanzas”. 

Finalmente el 22/11/1958 el pleno municipal aprobó el proyecto y Vicente Alemany inició las obras  [18]. 



Benidorm verano de 1961. El segundo hotel Planesia en su segundo verano de funcionamiento y a la derecha el antiguo Planesia rebautizado como hotel Canfali. (Archivo Municipal Benidorm)


Vicente Alemany, como ya hemos visto, no se caracterizaba por respetar las normas y el Ayuntamiento tubo que recordárselas y exigir su cumplimiento. El 14/08/1959 escribía a Vicente Alemany: “Habiendo sido denunciado a esta Alcaldía la existencia de un establecimiento dedicado a la industria de hostelería en la plaza de Santa Ana de esta Villa sin la correspondiente autorización, por la presente se le concede un plazo que finalizará a las 14 horas del próximo lunes día 17 para que proceda a legalizar la situación” [19]. Tras solicitarlo le dieron una licencia provisional. 

El nuevo Planesia se inauguró en 1960. La licencia de apertura la solicitó el 05/07/1960: “deseando abrir al público el próximo sábado día 9 de los corrientes”. La respuesta del Ayuntamiento llegó una semana después, el 12/07/1960. La Comisión Permanente autorizaba la apertura pero pagando derechos dobles por abrir al público antes de tener esta licencia. [20].

Si hubiese podido Vicente Alemany habría transformado totalmente la fisonomía del Canfali. En el año 1971, en una entrevista del periódico "Ciudad", persistía en su idea de 1956 de construir una escollera que sirviera de puerto en el lado de Levante de Canfali:  "proyecto, cuyos planos hiciera don Luis Prat, Ingeniero Director de la Diputación Provincial, para construir un pequeño puerto delante del HOTEL PLANESIA, en el que podrían recalar y fondear yates, balandros y otras embarcaciones y bajar o subir sus ocupantes completamente vestidos y al lado derecho del hotel iba un ascensor al servicio de los viajeros.

No consiguió la autorización, algo que para el firmante del artículo se trató de una gran desgracia pero desde la perspectiva actual fue un gran acierto porque ya se había modificado demasiado el aspecto tradicional de ese histórico promontorio.

El antiguo hotel Planesia, en manos de Vicente Fuster Albalat, volvió a abrir pero tuvo que hacerlo con otro nombre, Canfali. El segundo hotel Planesia, pasado un tiempo, se alquiló a una empresa y Ángeles Fenollar dejó la gestión; actualmente se denomina Villa Venecia. Méndez Vigo trabajó un tiempo para la empresa Gargallo S.A., responsable de la urbanización de la zona de la Cala y del Tossal de la Cala. 

En cuanto a Pedro Zaragoza, a partir de este año 1958 empezó a estar tranquilo, aunque su reacción desmesurada del verano siguiente, en el incidente de la bofetada de una turista británica a un policía municipal que la amonestó por ir en bikini fuera de la playa, nos muestra que aún no se sentía del todo seguro [21]. Pero 1960 fue el año de su triunfo por varias razones. En primer lugar cambió el gobierno con un equipo ministerial más técnico que propició la permisividad en el tema de las prendas de baño para conseguir las divisas del turismo. Este hecho dejó sin efecto las anteriores acusaciones de inmoralidad y de permisividad contra Pedro Zaragoza. A partir de entonces fue totalmente respetado por las autoridades, incluyendo al Jefe del Estado, y su popularidad se extendió por toda España y por el extranjero gracias a sus ingeniosas promociones turísticas. En segundo lugar, en Benidorm, la inauguración de las escuelas de l’Almafrà y del grupo escolar Leonor Canalejas a principios de febrero de 1960 y a finales del mismo mes la gran celebración de la llegada del suministro de agua potable a los domicilios le granjearon la admiración y gratitud de la gran mayoría de sus habitantes. Su temor a ser destituido se desvaneció. Las visitas de la esposa del Jefe del Estado a su finca El Carrasco, le colocaron en el cenit de su encumbramiento.



La calle de Tomás Ortuño en 1960 según una fotografía de Quico. Aunque también era carretera apenas tenía tráfico automovilístico. Junto a elementos tradicionales como las sillas a la puerta de la casa para que los vecinos pudiesen conversar con todos los transeúntes, un elemento nuevo: la placa de tráfico indicando precaución por zona escolar por la existencia cerca de ella del Grupo Escolar Leonor Canalejas recientemente inaugurado. La pancarta sobre la calle felicita a Pedro Zaragoza por la traída del agua potable a Benidorm, un deseo sentido desde hacía varios siglos: nos indica la enorme alegría que tal acontecimiento supuso para todos los vecinos.



Etiqueta publicitaria del hotel Canfali. Fuente: Biblioteca Nacional de España.



Postal de 1994 que nos muestra el crecimiento a cinco plantas del hotel Canfali 



NOTAS

[1] Diccionari de Benidorm, entrada “xalet”.

[2] AMB, Altas Contribución Industrial 1928-195, 6200/2.

[3] Administración Secretaría General, año 1954 vol. II. AMB 4833/1.

[4] PLATH, Sylvia. “Diarios completos”, Alba Editorial 2016.

[5] AMB 6909/4.

[6] AMB “Expediente de solicitud de autorización para reconstruir un muro de defensa y terraza en la Playa de Levante formulada por Ángeles Fenollosa Armengol, para mejorar los servicios del hotel.” En la portada pone 1954 pero todos los documentos son de 1956.

[7]  17/10/1957 a 13/11/1957 “Expediente instruido con motivo de la instancia que presenta Don Manuel Fuster Albalat, solicitando se efectue una inspección sanitaria al Hotel Planesia.” AMB 5114/16.

[8] Ángeles Fenollosa Armengol, para mejorar los servicios del hotelAMB: “Expediente de solicitud de autorización para reconstruir un muro de defensa y terraza en la Playa de Levante formulada por . 1954”.

[9] FPZ, Caja 22-2. Los textos del Archivo Pedro Zaragoza están tomados de la tesis doctoral de Carlos Salinas Salinas “Pedro Zaragoza Orts, alcalde franquista y desarrollista de Benidorm, 1951-196”, año 2021.

[10] APZ, caja 22-1.

[11] FPZ, caja 23-1.

[12] FPZ, caja 22-2.

[13] FPZ, caja 30.

[14] FPZ, caja 30.

[15] FPZ, caja 23-1.

[16] Carta del 12/07/1958.

[17] FPZ caja 23-1.

[18] AMB 16/19 “Proyecto de hotel en Benidorm (Alicante) Propietario: D. Vicente Alemany Martínez Arquitecto: Don Vicente Vives Llorca. Octubre – 1958”.

[19] AMB 1738/97.

[20] Boletín Municipal, nº 12, agosto 1960, pág. 16.

[21] Daily Mirror, 3 de noviembre de 1959, pág. 22. También en SALINAS SALINAS 2021:289-294.


 

3 comentarios:

  1. Muy revelador el conocer los entresijos de las maquinaciones de los constructores para conseguir sus proyectos.

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  2. He encontrado recientemente el blog, y llevo leídos algunos artículos. Además de descubrir hechos fascinantes sobre Benidorm, no sé cómo expresar lo satisfactorio que resulta leerlos: ricos en detalles sólidamente respaldados, y ricos en el manejo de la pluma.
    Muchas gracias, Sr. Amillo, por mantener y ampliar este inexcusable compendio actualizado de la historia de Benidorm.

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  3. Enhorabona pel article

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