jueves, 21 de noviembre de 2013

Los acuíferos de la Marina Baja. El agua subterránea, un recurso clave para el abastecimiento de agua potable y de riego en los municipios turísticos de la comarca



Francisco Amillo


En este blog ya he dedicado varios temas a analizar la importancia que en la historia reciente de Benidorm y la Marina Baja han tenido ciertas infraestructuras destinadas al suministro de agua potable y de riego: los embalses del Amadorio y Guadalest, el Canal Bajo del Algar, la depuración de las aguas residuales, todo ello gestionado por el Consorcio de Aguas de la Marina Baja. Pero no había abordado el tema del agua subterránea, aunque sí lo había citado en algunos de los temas anteriores y en el dedicado a la sequía del año 1978.
Por eso creo que es interesante dedicar un espacio en este blog al fenómeno geológico que constituyen los acuíferos de la comarca. Es un paso que me ha costado dar porque implica meterse en el campo de la Hidrogeología, un tema que a los que nos movemos en el terreno de la Historia nos resulta muy complejo. Pero dada su trascendencia no he tenido más remedio que hacerlo. Y es que el futuro de la ciudad turística por excelencia, Benidorm, está vinculado a los acuíferos de la Marina Baja, pero su correcta utilización afecta a todos los municipios que conforman el espacio geográfico de la comarca. 


Las aguas subterráneas han sido, desde hace siglos, un recurso importante en Benidorm y la Marina Baja. Se explotaban mediante norias con sus correspondientes balsas. Había muchas de estas norias dispersas por el término de Benidorm y constituían un complemento a las aportaciones hídricas de la Séquia Mare.

En la segunda mitad del siglo XX se produjo el paso de la economía agrícola y pesquera a la turística y este recurso, el agua del subsuelo, se volvió imprescindible. 
El primer suministro urbano moderno de Benidorm tuvo su origen en el pozo Rabasa 1 de Polop, que se nutría con las aguas del acuífero de Beniardà-Polop. Fue una apuesta personal del alcalde Pedro Zaragoza iniciada en 1952 y plagada de dificultades, tantas que hubo que esperar hasta febrero de 1962 para inaugurar la conducción de agua hasta las fuentes públicas. En los años siguientes el agua potable fue llegando progresivamente a todos los domicilios de Benidorm.
Pero el crecimiento del fenómeno turístico en Benidorm fue espectacular. Los 25.000 visitantes y residentes a los que preveía abastecer el primer "Proyecto de distribución de agua potable de Benidorm" del ingeniero José Juan-Aracil se vieron ampliamente superados a los pocos años.



El primer proyecto de distribución de agua potable a Benidorm data de 1960 y es por tanto posterior al Plan General de Ordenación Urbana de 1956. Este atraso en la planificación del abastecimiento fue debido a las muchas dificultades que encontró la construcción del sistema de captación y transporte del agua. Pero Pedro Zaragoza no estuvo solo en este proyecto: contó con la colaboración entusiasta de un grupo de vecinos, encabezados por Alfonso Puchades, y finalmente el agua fue una realidad en todos los domicilios de la ciudad turística.


Por esta causa, y por las dificultades legales (el pozo Rabasa 1 fue clausurado por orden judicial) se recurrió al abastecimiento desde el Canal Bajo del Algar y los embalses del Guadalest y del Amadorio.
Pero también estos recursos acabaron siendo insuficientes a causa del ininterrumpido crecimiento de la población y de la actividad turística y así se puso de manifiesto en la grave sequía del verano de 1978. La salvación de Benidorm y la comarca fue el agua subterránea procedente de los pozos de Beniardá, del Algar y de otros que se alumbraron a partir de 1979. 
Desde entonces y hasta el momento actual, el agua de los acuíferos de la zona montañosa de la Marina Baja es una parte imprescindible del suministro urbano de los municipios turísticos del litoral, destacando Benidorm. 
La comarca es un espacio geográfico que de momento se autoabastece gracias a la utilización conjunta de las aguas superficiales (embalses), subterráneas (acuíferos) y reutilizadas (depuradoras de aguas residuales). 
Todas estas aguas tienen un mismo origen: las lluvias. Las precipitaciones en esta comarca de clima mediterráneo son más bien escasas, con períodos de sequía más abundantes de lo deseable. Pero aún así hasta el momento presente nos hemos podido autoabastecer y sólo en contadas ocasiones hemos utilizado recursos hídricos foráneos a través de la conducción Fenollar-Amadorio... 




Características generales de los acuíferos.

Durante siglos las aguas subterráneas fueron un misterio que fascinó a los hombres y excitó su imaginación, originando gran cantidad de mitos y leyendas. Se creía que se formaban en las profundidades de la tierra, que era también la morada de algunas divinidades y el mundo de los muertos. Eso convirtió las aguas del subsuelo en algo misterioso y vinculado a la religión. Como ejemplo se puede citar a los antiguos iberos, que convirtieron en lugares de culto las cuevas con agua. En la comarca tenemos la Cova Pinta de Callosa d’En Sarrià donde, junto a un manantial del interior, se han encontrado fragmentos de cerámica procedentes de las ofrendas religiosas. 

Los romanos, siguiendo la tradición griega, habían situado el mundo de los muertos o reino de Hades-Plutón en un lugar subterráneo al que se accedía a través de un río, también llamado Laguna Estigia, que lo rodeaba con siete vueltas. Por eso atribuyeron a estas aguas propiedades religiosas y medicinales y desarrollaron la curación por el agua como un elemento religioso. 

Durante el Renacimiento, se siguió en parte la tradición romana y se atribuyeron propiedades medicinales a ciertas aguas subterráneas pero desprovistas de connotaciones religiosas. En esta época se produjeron entre algunos eruditos las primeras controversias sobre el origen de las aguas subterráneas desde un punto de vista racional y no mágico-religioso. Pero ese debate no trascendió a la mayoría de la población, que continuó con la creencia en sus propiedades mágicas. Un ejemplo lo tenemos en el capítulo XI de la obra “El aventurero Simplicissimus” (año 1668) donde se describe un fantástico reino subterráneo y subacuático, conectado con el centro de la Tierra, al que se accedía por las profundidades el lago Mummel, que en la prosaica realidad sólo tiene 17 metros de fondo. 

El misterio del origen de las aguas subterráneas se resolvió con el desarrollo de la Geología en el siglo XIX, cuando se descubrió que la circulación hipogea, es decir subterránea, formaba parte del ciclo hidrológico y que las aguas subterráneas no se formaban en el subsuelo como se pensaba anteriormente, sino que era resultado de la infiltración en las rocas del agua de las lluvias. 
También se supo que además de precipitaciones, para la formación de acuíferos era necesario contar con cierto tipo de rocas en el subsuelo. 

Actualmente la Hidrogeología es la rama de la Geología que se ocupa de estudiar estos fenómenos y les da una explicación nada fantástica y muy poco literaria, pero muy precisa. Tan precisa que es posible que la explicación que viene a continuación a muchos lectores de este blog les resulte árida, pero resulta imprescindible si se quiere comprender el fenómeno de los acuíferos. 

Gracias a esa disciplina científica sabemos que el agua puede penetrar en las rocas si son porosas. Porosidad es la proporción de poros, o espacios libres, respecto del volumen total de roca. A mayor porosidad entra más agua en el sistema y ésta puede circular mejor. Esta propiedad se denomina permeabilidad.


Esquema de funcionamiento de un acuífero: se recarga con las lluvias de invierno y brotan las fuentes que alimentan los ríos. En verano baja el nivel y pueden secarse las fuentes por lo que se recurre al bombeo de agua. El agua subterránea no es un lago subterráneo y su nivel no es horizontal sino que se inclina hacia sus salidas naturales: las fuentes o surgencias. (Fuente: Geonet, Diputación de Alicante) 


Las formaciones geológicas en las que predominan la porosidad y permeabilidad se denominan acuíferos y se caracterizan por ser capaces de almacenar y transmitir agua susceptible de ser explotada en cantidades económicamente apreciables para atender diversas necesidades del ser humano. 
El Reglamento de la Planificación Hidrológica (REAL DECRETO 907/2007, de 6 de julio) en su artículo  3, los define así:  “A los efectos de la planificación hidrológica y de la protección de las aguas objeto del texto refundido de la Ley de Aguas se entenderá por:  a) acuífero: una o más capas subterráneas de roca o de otros estratos geológicos que tienen la suficiente porosidad y permeabilidad para permitir ya sea un flujo significativo de aguas subterráneas o la extracción de cantidades significativas de aguas subterráneas.

En la Marina Baja las rocas sobre las que se forman los acuíferos son en su mayoría calizas que, además de ser porosas y permeables, se caracterizan por fracturarse en diaclasas o grietas, lo que favorece la infiltración y circulación del agua. 
Pero para que se forme el acuífero la roca permeable debe apoyarse sobre un lecho de arcillas u otras rocas impermeables que permitan la retención y acumulación del agua en el subsuelo. 

En un acuífero se distinguen tres zonas:
Zona de alimentación o de recarga, donde se infiltra el agua de lluvia o de otras procedencias.
Zona de descarga, donde el agua sale del acuífero mediante manantiales.
Zona de circulación que es la comprendida entre las dos anteriores.

Los acuíferos pueden ser de varios tipos, destacando:

· Libres: aquellos en los que el terreno que los separa de la superficie es permeable. En ellos podemos diferenciar dos zonas del subsuelo, una inferior, que se encuentra saturada de agua, y otra superior no saturada, denominada zona de aireación. El nivel superior del agua de estos acuíferos tiene presión igual a la atmosférica y se denomina nivel freático. Este nivel no es constante ya que desciende o asciende verticalmente según la cantidad de agua que salga o entre en el sistema. Tampoco es un nivel horizontal, como el del agua de un lago, sino que se inclina desde la zona de recarga hacia las de descarga (salidas naturales o artificiales). En la Marina Baja los acuíferos de Sierra Helada y el de Benidorm son de este tipo.
· Confinados: una parte del acuífero tiene encima roca impermeable y el agua está sometida allí a una presión superior a la atmosférica. No tienen por tanto la zona no saturada propia de los acuíferos libres. Si se perfora toda esta capa impermeable mediante un pozo y se llega a la roca permeable, el agua tenderá a subir por él pudiendo en algunos casos llegar a la superficie e incluso superarla (pozos artesianos). En ese caso el nivel que alcanza el agua se denomina piezométrico que también se inclina desde la zona de alimentación a la de descarga. Así, en el acuífero de Serrella-Aixortá el nivel piezométrico al norte del embalse de Guadalest está a 355 metros sobre el nivel del mar y en las proximidades de Callosa d’En Sarrià está a 260 m. Si unimos todos los niveles piezométricos obtenidos en diversas perforaciones obtendremos la superficie piezométrica, que nos servirá para conocer el sentido de la circulación subterránea. 
· Semiconfinados o mixtos: en una parte del acuífero la roca que le separa de la superficie es permeable y en la otra es impermeable. Los acuíferos más importantes de la comarca como los de Serrella-Xortà, Algar y Bernia son de este tipo.



Principales acuíferos de la comarca y sus características.

La importancia que a partir de 1950 adquirió el agua subterránea no fue algo exclusivo de nuestra comarca. En casi toda la provincia de Alicante, pero sobre todo en la árida mitad meridional, los acuíferos se han convertido desde esa fecha en la principal vía convencional para obtener agua para consumo humano y regadíos. Fueron sobre todo las sequías de las décadas de 1970 y 1980 las que impulsaron el desarrollo de este recurso hídrico.
Esa es la causa de que en muchas zonas se hayan sobreexplotado, extrayéndose más agua de la que las lluvias recargan. La consecuencia ha sido en algunos casos su salinización, sobre todo por intrusión marina. También la agricultura intensiva ha supuesto la presencia de nitratos por infiltración del agua de riego en el agua subterránea, pasando de este modo al suministro de agua potable. Estos problemas se dan por ejemplo en la Marina Alta y en otras zonas de la provincia. 

En la Marina Baja el acuífero cuaternario de Benidorm y el de Sierra Helada presentan salinización del agua por intrusión marina. Es un  fenómeno producido en parte por su sobreexplotación ya que desde 1960 muchos hoteles y propietarios particulares de Benidorm iniciaron una serie de perforaciones para obtener agua. Entre 1960 y 1985 se registraron 152 licencias de apertura de pozos en la Delegación de Minas del Ministerio de Industria en Alicante. Las licencias se incrementaron en los años muy secos de 1978 y 1984.

El resto de acuíferos de la Marina Baja, formados sobre rocas calizas, presentan un agua de excelente calidad, algo que pueden comprobar los municipios que se abastecen directamente con ella. Las poblaciones que, como Benidorm, se abastecen del Consorcio de Aguas ya no la tienen tan excelente porque el agua de los sondeos de Beniardà se vierte al embalse de Guadalest, donde se mezcla con las fluviales, y desde allí es enviada a los distintos municipios. Por eso resulta muy conveniente su tratamiento en plantas potabilizadoras como se hace en Benidorm. 

Los acuíferos de la comarca se encuentra generalmente en estado de equilibrio, salvo en épocas de sequía. Lógicamente las mayores entradas se producen en años de fuerte pluviosidad. Así, el año hidrológico 2003-4, de gran pluviosidad, supuso la recarga de los acuíferos, permitiendo la fluencia natural de las fuentes, situación que no se producía desde 1988-89. Las mayores salidas se registran en épocas de sequía, cuando se agotan las aguas superficiales y se utilizan las subterráneas que hasta entonces se habían mantenido sobre todo como reserva. 

En la comarca, dada la escasa capacidad de los embalses superficiales y la irregularidad de las precipitaciones, las aguas subterráneas adquieren importancia capital en el sistema. Durante los periodos de sequía son los únicos recursos autóctonos disponibles, actuando los embalses superficiales como simples elementos de almacenamiento del agua subterránea extraída para su distribución hacia las zonas de demanda. Esto ocurre no sólo con las aguas del acuífero de Beniardà sino también del Algar, que se bombean al embalse de Guadalest, y con los sondeos del acuífero de Sella que se pueden verter al Barranc de l’Arc desde donde circulan hasta el embalse del Amadorio. 



Acuíferos del Norte de la Marina Baixa con indicación de flujos de agua, surgencias y bombeos. Actualmente ya no se habla del acuífero de Sierra Aitana sino de una masa de agua que agrupa numerosos acuíferos, siendo el más importante el de Beniardà-Polop (Fuente Geoalicante) 

Como la comarca de la Marina Baja presenta una estructura geológica muy accidentada y de gran complejidad, sus acuíferos son de extensión media a reducida, con notables diferencias de tamaño y de volumen de agua almacenada. 
Donde la estructura de los materiales es menos accidentada y hay mayor presencia de rocas calizas los acuíferos tienen mejor capacidad de almacenamiento. Este es el caso del Algar (también denominado Carrascal-Ferrer), Bernia y Beniardà-Polop que aportan caudales altos en bombeo, con gran capacidad de recuperación tras las lluvias y grandes reservas. 
Pero en las formaciones margosas y arcillosas, con gran complejidad estructural, la presencia de acuíferos es más reducida y con peores características hidrogeológicas, como ocurre en Benidorm y en el anticlinal de Orxeta.

Ya hemos visto que la disponibilidad de agua de los acuíferos depende de las precipitaciones. En la Marina Baja éstas son abundantes en el interior montañoso, con más de 600 mm, y disminuyen en el litoral, donde bajan hasta los 350 mm. Por tanto las precipitaciones disminuyen de norte a sur y sobre todo de oeste a este. 
Por otro lado tenemos que la tasa de infiltración en el subsuelo es especialmente elevada en los terrenos calizos del interior montañoso. 
Como resultado de estas características los acuíferos que reciben mayor recarga por lluvia son los situados al norte y al oeste y son también los que tienen mejores características hidrogeológicas. 

La calidad de sus aguas en general, es buena, incluso excelente (bicarbonatada cálcico magnésica de baja mineralización) en amplias zonas de las Marinas. La peor calidad corresponde a la zona litoral.


Características geológicas de algunos acuíferos de la comarca según la CHJ

El litoral de la Marina Baja es deficitario de agua a causa de la escasa importancia de las precipitaciones combinada con las mayores densidades de población. Por eso los recursos hídricos, entre los que los subterráneos desempeñan un papel importante, han llegado a obtener un elevado interés estratégico para las actividades humanas de esta zona. Desde 1950 la agricultura intensiva de gran valor comercial, la urbanización, la industrialización y sobre todo las actividades turísticas compiten por unas dotaciones de agua cada vez más escasas con relación a las demandas de una población siempre creciente. 

Esta gran demanda de agua puede conducir a la situación de mayor peligro para los acuíferos: su sobreexplotación. La extracción de agua subterránea no debe exceder los recursos renovables asociados a un acuífero ya que, en caso contrario, el resultado será la degradación de la calidad de sus aguas que pueden convertirse en no aptas para el consumo humano. En el caso de los acuíferos situados en la costa, la sobreexplotación puede provocar su salinización a causa de la intrusión marina, lo que también los inutiliza para la agricultura. Por tanto los costes económicos, sociales y medioambientales de la sobreexplotación resultan superiores a los beneficios. 
Se consideran acuíferos sobreexplotados aquellos en los que la relación bombeo/recarga es mayor a la unidad. Se consideran acuíferos en riesgo de sobreexplotación aquellos en los que el coeficiente bombeo/recarga está comprendido entre 0,8 y 1.

Para evitar los impactos negativos de la sobreexplotación deben plantearse correctamente la ubicación de las captaciones y los volúmenes a extraer. En la actualidad en la Marina Baja sólo se explotan de forma intensiva los acuíferos en épocas de sequía, permaneciendo las aguas subterráneas como reserva en los años de mayor pluviosidad. 


En épocas de más lluvias se aprovechan los recursos hídricos superficiales y también aumenta la recarga natural de los acuíferos. Éstos se explotan sobre todo durante épocas de sequía, como en 1995 y 1996. Se denomina “utilización alternativa”.


Por otra parte La Directiva Marco del Agua de la Unión Europea exige la explotación de los recursos respetando el mínimo ecológico para obtener los recursos disponibles. En su artículo 2.27 explica este concepto: “el recurso disponible de aguas subterráneas se define como el valor medio interanual de la tasa de recarga total de la masa de agua subterránea, menos el flujo interanual medio requerido para conseguir los objetivos de calidad ecológica para el agua superficial asociada, a fin de evitar cualquier disminución significativa en el estado ecológico de tales aguas y cualquier daño significativo a los ecosistemas terrestres asociados”.
De acuerdo con dicha Directiva, el Plan Hidrológico de la Cuenca del Júcar ha establecido el mantenimiento de caudales mínimos de carácter ecológico. 

Para establecer los recursos renovables, se tiene presente:
- El volumen de los acuíferos. 
- Las descargas de agua subterránea a ríos, manantiales o al mar, para propósitos ambientales.
- Las descargas laterales, que según la CHJ (año 2005) constituyen el 80% de las transferencias entre acuíferos y constituyen una proporción significativa de los recursos disponibles. Así se ha calculado que el acuífero del Algar (o Carrascal-Ferrer) transfiere al acuífero de la depresión de Benisa uno 2 hm3/año. Recientemente se ha señalado la existencia de transferencias del acuífero Serrella-Xortà-Algar al de Beniardà-Polop del orden de los 3,2 hm3.

Los volúmenes ambientales son los requeridos para la preservación de los ecosistemas de los cauces fluviales en los que desaguan los acuíferos. 

Los recursos disponibles se calculan mediante la diferencia entre los recursos renovables y los volúmenes ambientales. 

Los recursos disponibles para la Marina Baja, en Hm3/año, según la CHJ son los indicados en la tabla siguiente. Obsérvese que se indican las masas de agua y no los acuíferos:


En la Marina Baja los acuíferos suponen unos recursos renovables de  53,89 Hm3, pero como hay que reservar 7,45 Hm como caudal ambiental el volumen del que podemos disponer es de 46,44 Hm3 anuales.

En el artículo 3 del Reglamento de la Planificación Hidrológica aprobado por el Consejo de Ministros el 7 de julio de 2007 se establece el concepto de “buen estado cuantitativo” de las masas de agua subterráneas como: “el estado cuantitativo alcanzado por una masa de agua subterránea cuando la tasa media anual de extracción a largo plazo no rebasa los recursos disponibles de agua y no está sujeta a alteraciones antropogénicas que puedan impedir alcanzar los objetivos medioambientales para las aguas superficiales asociadas, que puedan ocasionar perjuicios significativos a ecosistemas terrestres asociados o que puedan causar una alteración del flujo que genere salinización u otras intrusiones.

Además de la sobreexplotación otro gran peligro que presentan los acuíferos es el de su contaminación. En términos generales las aguas subterráneas se encuentran más protegidas que las superficiales. Sin embargo, una vez que un agente contaminante se ha incorporado al flujo subterráneo, su depuración resulta muy costosa. De ahí que sea mejor una actuación preventiva. 
Una fuente de contaminación fecal pueden ser los pozos ciegos en aquellas zonas que no envíen sus aguas negras a la red de saneamiento. En nuestra comarca este problema era frecuente, hace unos años, en varias urbanizaciones alejadas de los cascos urbanos, aunque se está solucionando. De todas formas esta contaminación afecta sobre todo a los acuíferos superficiales, no a los profundos como el de Beniardà-Polop.
La contaminación más usual en otras zonas de la Comunidad Valenciana es por nitratos procedentes de un exceso de abonado de las tierras de cultivo, una circunstancia que no se da en la zona montañosa de la Marina Baja donde  se produce recarga de los acuíferos más importantes para el abastecimiento de la comarca.




Principales acuíferos.

La delimitación exacta de los acuíferos no es sencilla, por lo que se producen frecuentes revisiones en su denominación y extensión. Así recientemente, según un informe del IGME (Instituto Geológico y Minero de España) se ha creado un nuevo acuífero, el de Favara que tiene como salidas naturales las fuentes de Favara y Planet. Antes se incluía dentro del acuífero Beniardà-Polop.

A continuación incluyo un mapa que señala una parte de los acuíferos establecido por la Diputación Provincial de Alicante para la Marina Baja y después un resumen de las características de los más significativos.




El sistema acuífero Beniardá-Polop. 
Es muy importante para Benidorm dado que sus sondeos alimentan al embalse de Guadalest. En las últimas revisiones se le ha incluido dentro de la unidad hidrogeológica 08.45 o Sierra de Aitana, siendo su acuífero de mayor extensión ya que ocupa una superficie de 105,5 km2. 
El sistema se recarga exclusivamente por infiltración del agua de lluvia en la zona montañosa donde afloran las calizas, desde las cumbres de El Florent, Peña Martí y El Casals en el norte hasta el Monte Ponoig en el sur, ocupando una superficie de tan sólo 17,48 km2. Aún así la entrada por infiltración de lluvia es de 5,65 hm3 anuales a los que se deben añadir otros 3,25 hm3 por descarga lateral de otros acuíferos.
La circulación del agua subterránea tiene lugar en sentido O-E, y la descarga natural se produce en el borde SE de la estructura, donde el contacto entre las formaciones acuíferas y los materiales impermeables de su base alcanza la menor cota topográfica. 
Las fuentes más importantes se localizan en dos  barrancos de Polop: el denominado de les Fonts, de la Canal o de Polop con las fuentes del Garrofer, Sirer, Terrer, Rovira, etc.  y el barranco de Xirles.
Desde 1978 el acuífero viene siendo objeto de explotación por los sondeos de Beniardá, Polop y La Nucia, que abastecen al Consorcio de Aguas de la Marina Baja. En los años de escasas lluvias, cuando se intensifican los sondeos, todos los manantiales llegan a secarse pero cuando la situación climatológica se normaliza disminuyen las extracciones, el acuífero se recarga y vuelven a brotar las fuentes. El mínimo piezométrico se produjo durante la sequía de los años 1995 y 1996 con una rápida recuperación en 1998, seguida de descensos en 1999 y posterior recuperación. Por eso el sistema presenta normalmente un balance hídrico equilibrado, con unos recursos medios de 15 hm³/año.
Las últimas revisiones del IGME han recortado su superficie respecto a la asignada por la DPA ya que además del ya citado acuífero de La Favara se han creado otros cinco más: Árbol de Benifato, Benialet, Font Vella, Guadalest y Peña Moia. 


Acuífero del Algar
También es muy importante para Benidorm ya que sus aguas se vierten al río Algar y desde él una parte se envía por bombeo al embalse de Guadalest y otra parte circula por el río siendo captada por el Canal Bajo del Algar que se ha convertido hoy día en un parte importante del abastecimiento de Benidorm ya que los regantes están utilizando cada vez más las aguas depuradas de la EDAR de Benidorm.
La alimentación del sistema acuífero del Algar procede exclusivamente de la infiltración de lluvia sobre los afloramientos permeables de las sierras del Ferrer y Carrascal. Es un aporte importante porque esta zona tiene la pluviosidad más elevada de la comarca. 
Los ríos Bolulla y Algar nacen dentro del sistema, en la depresión de Tárbena, y presentan escasa escorrentía hasta que reciben los afloramientos del acuífero en el paraje denominado Fuentes del Algar. Se estima que los recursos medios del sistema acuífero son superiores a 25 hm³/año, con unas salidas medias, naturales y por bombeo, del mismo orden, por lo que el balance hídrico es equilibrado.
En régimen natural, la mayor parte de las salidas del sistema se producían por las descargas kársticas de los manantiales del Algar, cuyo caudal oscilaba entre 50 y 900 l/s. Hasta 1979 las extracciones por bombeo eran prácticamente despreciables, pero a partir de esa fecha se pusieron en funcionamiento los  sondeos del barranco Sacos, que han alterado el régimen de descarga de los manantiales, llegando a anularlo en periodos de sequía. El agua bombeada se vierte al río, lo que permite conservar el aspecto natural del manantial, otorgando un atractivo turístico a la zona. 



Esquema que explica la estructura geológica y el funcionamiento del acuífero del Algar. Los terrenos arcillosos y margosos (color rosa, amarillo, etc.) son impermeables y retienen el agua dentro de las rocas calizas que constituyen el acuífero. La pluviosidad de la zona es tan alta que aunque el acuífero vea muy mermado su caudal por las extracciones estivales, luego se recarga con las lluvias de otoño-invierno.  (Fuente: Geoalicante)


De la evolución del caudal se deduce un régimen de descarga caracterizado por: 
- puntas de caudal subsiguientes a las lluvias, con máximos superiores a 900 l/s pero de duración escasa, del orden de 1 mes, 
- descarga de fondo, con caudales inferiores a 900 l/s y una duración superior a los 5 meses.

Un estudio llevado a cabo por el IGME y la DPA en 1998 sobre las aportaciones del río Algar en la estación de bombeo del Consorcio de la Marina Baja entre abril de 1976 y diciembre de 1989 dio un valor medio de 32 Hm³/año. Se considera que es una cifra representativa de la descarga subterránea de las Fuentes del Algar, ya que las salidas subterráneas, tanto naturales como bombeadas, constituyen la parte principal del caudal del río. 


Acuífero Serrella-Xortà.
El sistema acuífero Serrella-Aixorta se recarga por infiltración de lluvia sobre los 21,2 km² de materiales permeables que afloran en las sierras de ese mismo nombre. La alimentación media anual es de 2,5 hm³/año, equivalente a la descarga, por lo que el sistema presenta un balance hídrico equilibrado.
La descarga del acuífero se produce:
- de forma natural a través de la Font Major de Callosa d’En Sarrià y la Font de l’Assud de Bolulla,
- de forma artificial por bombeo en tres sondeos próximos a Callosa (Onaire I y II, y el del Ayuntamiento de Callosa). 
El régimen de la descarga presenta oscilaciones de gran amplitud a causa de las variaciones de las precipitaciones, con picos de caudal intensos y de corta duración tras las lluvias, pero que en conjunto muestra un apreciable grado de regulación del acuífero. Del estudio de las precipitaciones y la descarga de la Font Major de Callosa que llevó a cabo la DPA se deduce la existencia de dos redes cársticas que dan lugar a dos tipos de descarga de agua subterránea: 
- una, probablemente superior, que reacciona de forma inmediata a las lluvias,  agotándose su drenaje a los pocos días;
- otra, responsable de la mayor parte del caudal drenado por la fuente, tarda más en reaccionar pero es capaz de mantener un máximo caudal durante aproximadamente 120 días. A partir de este tiempo el acuífero se vacía lentamente, indicando que presenta mucha inercia.


Acuífero Puig Campana.
El acuífero Puig Campana se recarga exclusivamente por infiltración de lluvia sobre los afloramientos de rocas calizas del período Jurásico que forman la elevación del Puig Campana. La recarga natural es de 0,62 hm³/año, lo que equivale a una tasa de infiltración media de unos 120 mm/año. La circulación del agua subterránea tiene lugar en sentido N-S y la descarga se produce en el borde sur del sistema, principalmente a través de la Font del Molí. El caudal oscila entre un mínimo de 2,7 l/s y un máximo de 38,3 l/s. Hay una moderada irregularidad en los caudales de descarga, que es consecuencia del régimen cárstico de la surgencia. La serie de descargas para el periodo 1962/63-1992/93, presenta un caudal medio de 16,13 l/s para la Font del Molí.
Como en el acuífero anterior hay dos regímenes de circulación cárstica: 
- uno es muy sensible a las lluvias, ya que reacciona de forma inmediata y se agota en pocos días. Corresponde a la infiltración que se produce en la zona de los bloques deslizados; 
- el otro, responsable de la mayor parte del volumen drenado por la Font del Molí, presenta una regularidad muy superior ya que el desfase entre los picos de recarga y de descarga es del orden de 1 mes, los máximos de caudal se prolongan durante varios meses, y los agotamientos subsiguientes son sumamente lentos. 
Este esquema de funcionamiento indica que el acuífero presenta una notable capacidad de regulación subterránea.


Acuífero de Sella.
El sistema acuífero Sella se recarga exclusivamente por infiltración de lluvia. Como la zona es de escasa precipitación los recursos anuales están entre 1,75 y 2 hm³/año con un balance equilibrado entre la recarga y la descarga. Esta se produce de forma natural por la Font de l’Arc y la Font de L’Alcàntara de Sella y  artificialmente por el sondeo Aitana. La circulación subterránea es de Norte a Sur.





Utilización de los acuíferos.

Aunque a lo largo de la historia las aguas superficiales fueron las primeras en aprovecharse para usos humanos, ha habido también, desde épocas muy antiguas, un aprovechamiento de las subterráneas, especialmente en aquellas zonas a las que no podían llegar las redes de acequias y canales que distribuían el agua de los ríos.



La forma tradicional de aprovechar los acuíferos subterráneos fueron los pozos, extrayéndose el agua mediante norias, introducidas en España en época islámica. El agua se solía almacenar en una balsa y servía sobre todo para el riego. (Dibujo de Rafael Ferrando)

En nuestra comarca su uso empieza como mínimo desde época árabe y los musulmanes medievales fueron expertos en la captación de aguas subterráneas mediante pozos artesianos, norias, galerías, etc. 
Tras la conquista cristiana continuaron empleándose las técnicas musulmanas del agua, registrando nuestro léxico sobre este tema gran cantidad de palabras de origen árabe. En Benidorm y en la comarca durante los siglos XIV a XVIII, se siguieron usando los pozos y las norias como en época árabe.



Los actuales sondeos permiten llegar a profundidades de varios centenares de metros por lo que su capacidad de extracción es máxima, pudiendo causar su sobreexplotación,  cosa que no podía suceder con los antiguos pozos. (Dibujo de Rafael Ferrando)



Pozos de la comarca. Explotación actual de las aguas subterráneas. Los ayuntamientos las destinan al abastecimiento, los agricultores a riegos y el Consorcio de Aguas a ambos usos. (Mapa de Rafael Ferrando)


En el siglo XVII se empiezan a realizar las obras de regadío más importantes, pero el continuado crecimiento demográfico a lo largo de los siglos XVIII y XIX hizo que en Benidorm se intensificara la extracción de agua del subsuelo, generalizándose las norias en las explotaciones agrarias dispersas por los campos. A finales del siglo XVIII había problemas de salinización del acuífero litoral tal como señaló el naturalista Cavanilles. Por dicha causa no era apta para el consumo humano aunque sí para el riego. La salinidad explica también la importancia que adquirió, para consumo humano, el agua de lluvia almacenada en aljibes y el agua del Reg Major.

A partir de 1950 el desarrollo de la actividad turística en Benidorm acrecentó la demanda de agua potable e impulsó la búsqueda de nuevas fuentes de suministro. Se empezaron a utilizar aguas subterráneas del acuífero de Beniardà-Polop mediante el pozo ubicado en la partida de Rabassa del municipio de Polop, en una parcela que fue adquirida en 1953 por el ayuntamiento de Benidorm. 
Este pozo, denominado Rabasa 1, permitió el primer abastecimiento moderno a la entonces incipiente ciudad turística. Pero se perforó a unos 200 m de las fuentes de Montroy y Cotelles, a las cuales afectaba de pleno.
Suministraba unos 150 l/s pero fue repetidamente denunciado por los regantes de Polop hasta que se clausuró por sentencia del Tribunal Supremo. Por eso se perforó el pozo Rabasa 2, que tenía una afección más leve sobre las fuentes circundantes, por lo que pudo funcionar durante bastantes años. Pero su caudal era de unos 50 l/s, totalmente insuficiente para las necesidades de Benidorm. 



Pozo Rabassa 2, en Polop, propiedad del Ayuntamiento de Benidorm.
 


Desde dichos pozos el agua ascendía impulsada mediante bombas eléctricas sumergidas hasta un depósito de gran capacidad y desde allí una tubería la conducía por gravedad hasta Benidorm. 
En la actualidad ambos pozos están cerrados, la conducción inutilizada y el depósito convertido en balsa de riego para los agricultores de la zona. Pero siguen siendo propiedad del ayuntamiento de Benidorm que conserva el contrato de suministro de electricidad a dichos pozos aunque evidentemente sin consumo eléctrico. 

La sequía hidrológica de 1978 fue la que más impulsó en la comarca el recurso a las aguas subterráneas ya que se pusieron en explotación los acuíferos de Beniardà, Aitana, Algar, Orxeta y otros. 


Otros pozos de Polop
Al mismo tiempo que el Ayuntamiento de Benidorm explotaba los pozos de Rabasa, en Polop se creaba el Sindicato de Aguas Elevadas, que perforó varios pozos en el mismo acuífero para poner en regadío tierras de secano en la falda del monte Ponoig. De los pozos de San José, San Francisco y San Vicente, el único que queda operativo es el de San Vicente, que se utiliza en épocas de sequía, con un caudal de unos  60 l/s. Los otros se clausuraron por sus afecciones a otros riegos.



Pozo San Francisco

Tras la creación del Consorcio y el abandono de los pozos de Rabasa, Polop se negó a utilizar el agua del Consorcio para su abastecimiento por ser de peor calidad que la de las fuentes del Barranc de les Fonts de Polop de las que se suministraba desde hacía años. Por ello el Ayuntamiento hizo un cambio con los regantes, cediendo a Aguas Elevadas su dotación de agua del Consorcio. Gracias a esta donación los pozos de Aguas Elevada se cerraron, finalizando así un período de conflictos por derechos históricos con pleitos y clausuras judiciales.


Otros pozos en la comarca no pertenecientes al Consorcio.
Aunque de acuerdo con los estatutos del Consorcio, los Ayuntamiento consorciados han de poner todos sus recursos a disposición de dicho organismo, de hecho, el único que lo ha realizado es Benidorm, con los pozos de Beniardà. El resto de ayuntamientos ha mantenido como propios, y bajo su gestión, diversos pozos de los que se han servido desde los inicios de sus abastecimientos.


a) Pozos de Altea la Vieja:
En la Partida Riquet, situada en la falda Este de la sierra Bernia, se perforaron entre los años 1970 y 1980 varios pozos para el abastecimiento original de Altea, situados en la cercanía de la Font del Garroferet, de Altea la Vieja. Actualmente se encuentran en servicio dos de ellos, con caudales de 30 a 50 l/s, que complementan el abastecimiento de la población de Altea.
Estos pozos se nutren del acuífero de Bernia que fluye en dirección Este hacia el mar. Los pozos se mantienen estables, pero en cuanto se ponen en marcha los pozos de Algar, sus niveles descienden con rapidez, al fallarles la recarga lateral de ese acuífero.


b) Pozos de La Nucia
La Nucia tiene dos pozos situados en la falda de Ponoig, denominados San Antonio y  Les Rotes. El primero, con un caudal de unos 15 l/s, se encuentra en término de Polop y fue comprado para el abastecimiento de agua potable. El de Les Rotes proporciona unos 30 l/s, pero afecta de inmediato a la fuente de la Favara y se usa sólo en épocas de sequía, ya que su volumen es muy pequeño.


c) Pozos del pantano de La Vila Joiosa.
En la parte superior del embalse del Amadorio se perforaron varios pozos que se destinan al abastecimiento de La Vila Joiosa. La proximidad al embalse ha inducido a algunas personas a pensar que se nutren de sus filtraciones. Su caudal es escaso, de unos 20 l/s.

d) Pozos en L’Alfàs del Pi.
En el término municipal de L’Alfàs del Pi, en la zona baja de la Serra Gelada, hay varios pozos que tradicionalmente han servido para regar y abastecer en los meses de verano, cuando el Canal Bajo traía poco caudal. El problema es que el agua de este acuífero costero es de alta salinidad, que se acentúa con las extracciones debido a la intrusión de agua del mar. Todos están abandonados, salvo el que se usa en la desalinizadora del Albir, propiedad del ayuntamiento de l’Alfàs, que produce de 15 a 30 l/s.

e) Pozos en Benidorm
También en Benidorm existen pozos de muy poco caudal que sirven en los parques de Aqualandia y Mundomar y en algunos hoteles para su uso en piscinas e inodoros, como una forma de disminuir el consumo de agua potable. Un pozo importante en otras épocas fue el denominado “Pozo del Alemán” que se utilizaba para llenar camiones cisternas y vender su agua. 
Como el acuífero de Benidorm está muy salinizado, muchos de estos pozos dan agua salobre. Algunos hoteles recientes utilizan plantas desaladoras lo cual es una buena solución para el riego de jardines y piscinas, pero que aporta sal a la red de saneamiento.





Cambios en la denominación administrativa: las masas de agua.

Aunque el concepto de acuífero está bastante bien definido porque se refiere a un hecho geológico y alude a un tipo de rocas, no ocurre lo mismo con su delimitación. La roca del acuífero tiene a menudo sus bordes ocultos bajo terreno impermeable por lo que son difíciles de precisar. Eso explica que el catálogo de acuíferos esté sometido a revisiones y varía según las épocas y estudios consultados. Como ejemplo podemos ver una publicación del Instituto Geológico y Minero de España y de la Diputación Provincial de Alicante que en el año 2005 delimitaba los acuíferos que habían sido incluidos en la denominación Unidad Hidrogeológica nº 08.45 Sierra Aitana de 256,87 km2, de ellos 18,8 en la cuenca del Serpis. Pero ese mismo año 2005 la Confederación Hidrográfica del Júcar cambió el concepto de Unidad Hidrogeológica y lo sustituyó por el de “Masa de Agua” para adaptarse a La Directiva Marco del Agua de la Unión Europea. El nuevo sistema se denominó Masa de Agua nº 080.066  Sierra Aitana cuya superficie era menor, de 184,5 km2. La causa estaba en la reasignación de acuíferos y así el de Beniardà-Polop pasó a la masa de Agua Serrella-Xortà, aunque luego veremos que en 2009 volvió a integrarse en Sierra Aitana.

La Directiva Marco del Agua de la Unión Europea definió el concepto de “Masa de Agua Subterránea” como una parte significativa y diferenciada de aguas subterráneas en un acuífero o en varios acuíferos. Esta definición no es de carácter geológico como lo era la de Unidad Hidrogeológica. Es de carácter administrativo, porque presta más atención a la utilidad humana que a la Geología, es decir que valora más el agua contenida que el acuífero o continente del agua.

A raíz de dicha Directiva Marco los estados miembros de la Unión Europea se comprometieron a llevar a cabo una caracterización de todas las masas de agua tanto superficiales como subterráneas. Atendiendo a este dictamen la Confederación Hidrográfica del Júcar definió las masas de agua subterránea partiendo de las Unidades Hidrogeológicas. Los criterios para establecer una y otra distinción no son plenamente coincidentes por lo que debe tenerse muy presente el concepto utilizado.

La Oficina de Planificación Hidrológica de la Confederación Hidrográfica del Júcar estableció en el año 2005 unas masas de agua donde los acuíferos se agrupaban en zonas mucho más amplias que los límites de la comarca ya que se adentraban en las vecinas. Por otro lado, de acuerdo con la Directiva 2000/60/CE, todas las captaciones de recursos hídricos subterráneos destinadas al consumo humano que proporcionan un promedio de más de 10 m3 diarios o que abastecen a más de cincuenta personas deben pertenecer a una masa de agua subterránea y consecuentemente, a un acuífero, por lo que fue preciso definir nuevos acuíferos en áreas donde previamente no se había considerado sus existencia.



Delimitación de las masas de agua por la CHJ en 2005.


Posteriormente, en 2009, la CHJ publicó un informe titulado “Identificación y delimitación de masas de agua superficiales y subterráneas” en la que conservaba los nombres de las masas de agua pero cambiaba su superficie y su numeración. El acuífero Beniardà-Polop pasaba a la masa Sierra de Aitana. 





Fuente: CHJ, “Identificación y delimitación de masas de agua superficiales y subterráneas”, año 2009. Se puede comprobar que las dos principales masas de agua son la de Sierra de Aitana (080.177) que incluye el acuífero Beniardà-Polop y la masa Serrerra-Xortà-Algar (080.178) que es más pequeña en superficie aunque al tener mayores precipitaciones recoge un importante volumen de agua. El acuífero de Bèrnia se ha integrado en la masa 080.179 que en su mayor parte está en territorio de la Marina Alta. Algo similar ocurre con la masa 080.183 que aunque afecte a poblaciones de la Marina Baja como Relleu y Orcheta, se extiende también por las comarcas vecinas. En cuanto al acuífero de Benidorm queda dentro de la masa 080.184 que abarca todo el litoral de San Juan a Altea, ambos inclusive.

Esta nueva propuesta de masas de agua subterránea fue consensuada por los distintos organismos implicados: Universidad de Castilla La Mancha, Diputación de Castellón, Universidad Jaume I de Castellón, Universidad Politécnica de Valencia, Diputación de Alicante e Instituto Geológico y Minero de España. Al ser fruto del consenso de dichas instituciones, esta nueva clasificación es la más importante y espero que la definitiva ya que a los no expertos en hidrogeología todos estos cambios en tan poco tiempo nos desorientan sobremanera. 


El estado de las masas de agua depende de las extracciones y estas a su vez de la demanda. La recarga de los acuíferos depende en su mayor parte de factores naturales ya que no se hacen recargas artificiales. Por ello el estado de las masas de agua puede variar notablemente de unos años a otros.
Anualmente la Confederación Hidrográfica publica un "índice de estado" de las masas de agua. En general, en años de pluviosidad normal o alta, otorga un "Índice de Estado" bueno para las masas de agua de la comarca. 
La masa de Orxeta es la que puede presentar una situación de más riesgo debido a las bajas precipitaciones de la zona de recepción que permiten una recarga más lenta. Cuando se ha sobreexplotado ha tenido problemas de intrusión marina. En los últimos años (datos de la CHJ) han disminuido las extracciones por lo que no presenta problemas. 

2 comentarios:

  1. Muy buen artículo¡¡¡

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  2. Muy interesante, la verdad es que no solemos pararnos a pensar en lo que hay detrás de abrir un grifo y que corra el agua.

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