viernes, 22 de marzo de 2013

EL AGUA EN BENIDORM A LO LARGO DE SU HISTORIA.


Francisco Amillo Alegre


Hoy, 22 de marzo, es el Día Mundial del Agua por decisión de la Asamblea General de Naciones Unidas. Se pretende concienciar a todos los organismos internacionales, gobiernos y ciudadanos de la importancia de un agua verdaderamente potable y de un saneamiento en condiciones adecuadas para una vida digna. Sin ella no están asegurados otros derechos básicos del ser humano como son la alimentación y la higiene. 

Dos de cada tres habitantes del planeta no tienen adecuadamente resuelto el problema del agua potable y del agua de riego. Además en muchos países el saneamiento es inexistente, lo que implica graves problemas sanitarios.
Nosotros estamos en ese grupo privilegiado que tiene agua potable y agrícola en cantidad y calidad y un saneamiento que garantiza un correcto estado sanitario. Pero no siempre ha sido así. En este artículo hago un resumen de cómo ha evolucionado el suministro de agua en Benidorm a lo largo de la historia.






Benidorm, el gigante turístico que tanta agua necesita para sus residentes y visitantes, apenas tiene agua propia. La climatología de la zona ha proporcionado siempre unas precipitaciones escasas e irregulares. Además, a diferencia de Villajoyosa o Altea, la ciudad carece de ríos que permitan suplir esa falta recursos hídricos. 
Por ello, desde hace siglos, la viabilidad de Benidorm ha estado vinculada a saber resolver el eterno problema de su escasez de agua. 
Su déficit ha sido casi siempre estructural y en cada momento histórico sus habitantes se han ingeniado para buscar las soluciones más convenientes.

En la Edad Media Bernat de Sarrià fundó Benidorm como municipio cristiano con la Carta Puebla de 1325, pero desapareció como tal casi un siglo y medio después, perdiendo la mayor parte de sus habitantes. Entre las distintas causas de esta despoblación hay que citar la escasez de agua que dificultaba la agricultura de regadío. Para consumo humano se utilizaban el agua de lluvia almacenada en aljibes y la traída por conducciones desde  la partida de Liriet. 

Durante la primera mitad del siglo XVII Benidorm era una localidad poblada con tan sólo 12 familias. Excepto las dos o tres personas dedicadas a la defensa del castillo, la mayor parte se dedicaba a la pesca de la almadraba y unos pocos a la agricultura.  
Como zonas de regadío en la documentación se citan algunos barrancos, destacando Liriet y la partida de la Señoría, situada muy próxima a la actual Plaza Triangular. Se denominaba así porque la tierra, unos pocos bancales, pertenecían a los señores territoriales de Benidorm. Se hace referencia una noria con cuyas aguas se regaban dichos bancales.



En el siglo XX, antes del desarrollo turístico, aún existía la noria de la partida de la Señoría que desde tiempo inmemorial había permitido regar unas tierras próximas a la localidad. El puente que se ve en la fotografía estaba en lo que entonces era la carretera nacional. Actualmente hay un puente metálico, de reciente construcción, junto a la plaza Doctor Fleming.


En la segunda mitad del siglo XVII Beatriu Fajardo de Mendoza heredó los señoríos de Polop y Benidorm. Este último estaba casi despoblado y sus escasos habitantes formaban parte del municipio de Polop, que comprendía también La Nucia y l’Alfàs del Pi. 
Los ingresos de Beatriu Fajardo dependían de las contribuciones que pagaban sus vasallos. Como el señorío de Benidorm estaba casi despoblado obtenía muy pocos beneficios de él. Decidió incrementar su número atrayendo habitantes con la promesa de tierras de regadío. 

Consiguió su objetivo mediante la construcción de la acequia denominada oficialmente Reg Major de l’Alfàs y popularmente Séquia Mare. Llevaba agua de Polop hasta l’Alfàs del Pi (que todavía no era municipio) y hasta una parte del término municipal de Benidorm que entonces se denominaba “l’Alfàs de Benidorm” y también "l'Alfàs de Baix". El resultado fue la repoblación de Benidorm y el continuado incremento de sus habitantes. 
Posteriormente se prolongó la acequia, lo que permitió llevar el agua hasta su casco urbano, donde se utilizaba también para el consumo humano, denominándose popularmente l’aigua de Polop.

Durante los siglos XVIII y XIX el suministro de agua de Benidorm seguía proviniendo principalmente del Reg Major, complementado con otros aportes menores de otras procedencias, como por ejemplo las fuentes del Barranc de Lliriet, del Moralet, los pozos y las norias, de los que había una gran cantidad.

El agua del subsuelo se destinaba sobre todo a la agricultura, y en menor proporción al consumo humano de las casas dispersas por las explotaciones agrícolas del término municipal de Benidorm. La causa de este escaso uso doméstico era la salinidad del acuífero del que se extraían.  



En las casas del pueblo había un patio con un aljibe que recogía el agua de lluvia. Era un sistema tradicional de acumulación de agua que se mantenía libre de insectos mediante una anguila, costumbre que se remontaba a la época romana. 
Durante el mes de enero se llenaban muchos de los aljibes con el agua de Polop que se suministraba mediante una acequia cubierta que circulaba debajo de las aceras de algunas calles como por ejemplo la actual de Tomás Ortuño. En 1956 el ayuntamiento de Benidorm publicaba un folleto titulado “Así será Benidorm” en el que Pedro Zaragoza describía de una manera muy acertada este sistema ancestral: “La cisterna, parcamente administrada a lo largo de doce inacabables meses, ha sido el tesoro y la vida de cada hogar.”


Los aljibes estaban protegidos con una edificación prismática. Una puerta permitía sacar el agua; una pila o abrevadero solía completar el conjunto.



En estos siglos anteriores al auge turístico el consumo de agua para usos domésticos era muy reducido. Se calcula que en 1910 el consumo por habitante y día era de unos 10 litros. Por otra parte la deficiente canalización del agua potable originaba problemas de contaminación fecal y se convertía en un medio de transmisión de enfermedades, como por ejemplo el cólera, que registró graves episodios de mortalidad en el siglo XIX en Benidorm y su comarca. 
El tifus, los parásitos intestinales y otras enfermedades eran recurrentes por esta misma causa. Además la abundancia de balsas de riego en el campo propiciaba la reproducción del mosquito Anopheles que transmitía la enfermedad denominada paludismo o malaria, endémica de la zona. 

En el mundo preindustrial el agua se utilizaba también como fuente de energía para los molinos harineros de los que había varios en todas las localidades de nuestra comarca. El agua del Reg Major impulsaba las muelas de varios molinos harineros de Polop, La Nucia y Benidorm. A principios del siglo XX algunos de ellos, como por ejemplo los del barranco de Xirles, se transformaron en centrales eléctricas. Pero, dado el escaso caudal de los ríos, la electricidad obtenida sólo permitía el alumbrado de las calles y doméstico, siendo normal en Benidorm la utilización de una única bombilla para cada casa.

Finalmente, en la época preindustrial era también muy importante el uso del agua para abrevaderos de los animales domésticos, especialmente de los de trabajo. Estaban repartidos en los principales puntos del término de Benidorm y de la comarca, siendo varios de ellos alimentados con las aguas del Reg Major.  
En las primeras décadas del siglo XX se generalizó la costumbre de instalar lavaderos públicos en todas las localidades, de los que todavía subsisten algunos.



Estado actual de un tramo de la acequia del Reg Major de l’Alfàs, conocido popularmente como Séquia Mare. Aunque su finalidad primera fue la agrícola, hasta la década de1960 se siguió utilizando también para el consumo humano llenando los aljibes domésticos de Benidorm y l’Alfàs del Pi.


A partir de la década de 1940 la construcción del Canal Bajo del Algar supuso la llegada de más agua para Benidorm y l’Alfàs del Pi. Hacia 1952 permitió la puesta en regadío de unas 3.000 hectáreas. Los regantes del centenario Reg Major prefirieron utilizar sus aguas, más baratas y abundantes, y poco a poco fueron vendiendo sus derechos al aigua de Polop, hasta que finalmente ésta dejó de llegar a Benidorm y a una parte de l’Alfàs del Pi.

En la década de 1950 se produjo un cambio importantísimo en la orientación económica de Benidorm. En muy pocos años dejó de ser un pueblo con mayoría de agricultores y pescadores para convertirse en una gran potencia turística. Para ello fue necesario modernizar el sistema de abastecimiento de aguas y darle las características de cantidad, calidad y salubridad que el naciente turismo europeo demandaba. Por eso se inauguró en 1960 la primera red de suministro de agua desde el pozo de Rabasa en la vecina localidad de Polop, primero para las fuentes públicas y más tarde para las casas. 
También se inició en esa década la potabilización del agua destinada al consumo humano creando la correspondiente planta y los depósitos de regulación. Era el ayuntamiento quien gestionaba directamente el servicio de agua potable. 

Como consecuencia del desarrollo turístico se produjeron dos hechos muy importantes respecto al agua: 
a) La población estable y la estacional comenzaron a crecer a un ritmo espectacular. 
b) El consumo de agua crecía también vertiginosamente a causa del crecimiento de la población y de la demanda turística. Según Mario Gabiria llegó a los 1.107 litros por habitante y día hacia 1975. 

La consecuencia de todo esto fue el incremento exponencial en las necesidades de agua para el consumo urbano, por lo que Benidorm tuvo que recurrir a nuevos sistemas de captación. El  pozo de Rabasa, adquirido  en tiempos del alcalde Pedro Zaragoza Orts, sólo resolvió el problema durante unos pocos años, porque sus aportes resultaron insuficientes ante el continuado incremento de la población y del turismo. Por eso se recurría también a potabilizar las aguas del Canal Bajo del Algar en los momentos de mayor penuria.

Paralelamente se iniciaron en la comarca dos obras hidráulicas que aunque destinadas inicialmente para el riego, acabarían siendo importantes también en el suministro urbano: los embalses del Amadorio (1952) y de Guadalest (1960).

Las dificultades en el suministro de Benidorm comenzaron ya en 1976 pero culminaron con la grave sequía del verano de 1978 cuando fue necesario recurrir a barcos-cisterna. Villajoyosa tuvo que utilizar el mismo recurso. Esta situación puso de manifiesto la necesidad de captar nuevos recursos y la conveniencia de aunar esfuerzos y resolver el problema del agua no desde el ámbito estrictamente municipal sino desde el comarcal. 

La consecuencia fue por una parte la potenciación del recién creado Consorcio de Aguas de la Marina Baja (1977) y por otra la perforación de varios pozos a finales de 1978, en tiempos del alcalde Rafael Ferrer, para utilizar las aguas del acuífero de Beniardà, que continúan siendo en la actualidad un recurso importante. Posteriormente se pondría también en explotación el acuífero del Algar (1979). 

En la década de 1980 la creación de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Benidorm, la primera de la comarca, permitió utilizar las aguas del Canal Bajo del Algar para el consumo humano a cambio de ceder las aguas depuradas para usos agrícolas. 
Por otro lado se prolongó dicho Canal hasta el río Torres donde se construyó una elevación que permitió llevar las aguas sobrantesdel río Algar hasta el embalse del Amadorio. 
En 1987 el ayuntamiento de Benidorm cedió la gestión del agua potable y de las aguas fecales a empresas privadas. Aquagest continúa prestando servicio en la actualidad.

Con todas estas iniciativa s Benidorm y la comarca no han vuelto a experimentar una falta de agua tan drástica como la de 1978 a pesar de haberse experimentado sequías más fuertes. Pero el problema del abastecimiento de agua distaba mucho de estar resuelto. Se había llegado al aprovechamiento máximo de todo los recursos (fluviales, subterráneos y depuración) pero el crecimiento de Benidorm y la comarca no ha cesado y el primitivo déficit hídrico de Benidorm es hoy un déficit de casi toda la Marina.

Por eso ha sido necesario buscar soluciones nuevas. La más reciente ha sido la conexión de la Marina, mediante una conducción de 35 Km., con el sistema de abastecimiento de la ciudad de Alicante, con lo que la comarca puede recibir, en caso de necesidad, aguas del trasvase Tajo-Segura-Taibilla-Vinalopó y de la desaladora de Mutxamel. 
También está en proyecto recibir aguas del Júcar, aunque los cambios políticos del 2004 retrasaron su puesta en funcionamiento al cambiarse el punto de toma de las aguas. 
La paralización del denominado Plan Hidrológico Nacional por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, por razones políticas que no económicas, impidió la llegada a nuestra comarca del agua del Ebro y se perdieron las subvenciones que daba la Unión Europea para ese trasvase.

De todas formas, aunque estos proyectos paralizados hubieran llegado a concluirse, a la larga tampoco serían suficientes si el crecimiento demográfico de Benidorm y de la comarca de la Marina no se detiene, porque el aumento de población implica mayor demanda de agua. 
De momento el crecimiento demográfico no ha sido tan enorme como podría haber sido si no hubiese sido por la crisis económica que padecemos desde 2007. Hay que destacar, en este sentido, el parón en la construcción en Polop, La Nucia y Benidorm (Plan Armanello) porque si se hubiese construido todo lo que estaba en proyecto la población de la comarca habría crecido de forma espectacular.

Como en esta comarca ya hay un aprovechamiento integral de los recursos propios disponibles, si el crecimiento demográfico continuara al ritmo actual habría que añadir dos nuevas aportaciones: el agua de los trasvases y la mejor utilización del agua del mar. 

A pesar de la crisis de la construcción de los años 2007-2009 la población de la Marina Baja no ha parado de crecer: de 2001 a 2009 el crecimiento de la población residente ha sido del 38,5 %.


Respecto al agua del mar, su uso en las playas ha demostrado sus posibilidades ya que supone un ahorro de agua potable de más de 38.000 m3 anuales. 

Para utilizarla en el consumo humano y en el riego, las técnicas de la ósmosis inversa y la microfiltración han demostrado su eficacia, aunque de momento su coste de obtención es superior al del agua trasvasada. 
El ministro socialista José Borrell había defendido que el coste energético del agua trasvasada es mucho menor que el del agua desalada. El consumo de electricidad para los trasvases es de 1,94 kilovatios/hora de valor medio según el Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos (CIRCE), dependiente de la Universidad de Zaragoza. 
En cuanto al precio del agua desalada ésta depende mucho de la electricidad, cuyo precio ha ido incrementándose y por tanto el agua desalada resulta prohibitiva para la agricultura.  Los gastos de desalación oscilan, según tipos de desaladoras, entre los 3,7 y 4 kilovatios/hora por cada metro cúbico a lo que hay que añadir 1,7 kilovatios más por bombeo desde la desaladora hasta los depósitos de distribución. Este coste más elevado de la desalación es la causa de que la desaladora de Terra Mítica apenas funcione y sea más rentable comprar agua depurada al Consorcio de la Marina Baixa. 

Si la técnica se abaratase y la demanda de agua siguiera creciendo al mismo ritmo que hasta ahora, la desalación sería la única solución para la Marina Baixa en situaciones de sequía del resto de España, cuando no se pudiese disponer del agua excedentaria de las cuencas del Ebro, Tajo o Júcar. 

Como compensación por la supresión de los trasvases, en el programa AGUA (Actuaciones para la Gestión y Utilización del Agua) presentado por el gobierno socialista en 2006, se contempló la construcción de una gran desaladora de 52.000 m3/día, para complementar el suministro a las comarcas del Alacantí y la Marina Baixa. Tras desecharse su emplazamiento en Altea, Benidorm y El Campello, la opción finalmente decidida fue Mutxamel, junto al cauce del río Seco. Las obras se iniciaron en 2009 y su final previsto era en el 2011 pero fue en octubre de 2012 cuando la empresa Acuamed firmó el Acta de Recepción de las obras, comenzando la fase de operación y mantenimiento por un periodo de 3 años. 

Aunque esta desaladora de Mutxamel se denomina Desaladora de la Marina Baja, el destino prioritario de su agua será la comarca del Alacantí pero en caso de necesidad podrá aportar unos 8 Hm3 a nuestra comarca, lo cual nos daría seguridad en el abastecimiento para unos 20 años si el crecimiento demográfico se mantiene como hasta ahora. 
Otra cuestión es el precio de dicha agua, pero parece evidente que los altos costos energéticos y medioambientales de la desalación serán muy tolerables en años secos, cuando no se pueda enviar agua trasvasada a nuestra comarca. En cambio en años de gran pluviosidad, el menor coste económico del agua de los trasvases aconseja su uso. 


Desaladora de Mutxamel


Como conclusión a este breve repaso a la evolución histórica del uso del agua en Benidorm, conviene señalar una constante: en los últimos siglos se ha hecho con gran eficiencia. 
Antes de 1950 había un aprovechamiento integral del agua del Reg Major que se utilizaba para la agricultura, el consumo humano, molinos harineros, lavaderos, etc. Para aprovechar al máximo sus aguas los habitantes de Benidorm han promovido a lo largo de los siglos la redacción de reglamentos que regulaban su uso, destacando los de 1783, 1847 y 1926. Hasta la década de 1980 la sede de la administración del Reg Major estaba en Benidorm y sus agricultores llevaban la iniciativa en su gestión. 
En el siglo XVIII Cavanilles elogiaba el interés y la habilidad de los agricultores de Benidorm para aprovechar todo tipo de aguas: del Reg Major, subterráneas, de lluvia, de pequeños manantiales, etc. 
En el siglo XIX se señala que, a pesar de la carencia de recursos propios, se administraba el agua de forma que en años de sequía mientras otras poblaciones pasaban escasez aquí el suministro estaba asegurado. 

A partir de 1956 el crecimiento de Benidorm como ciudad turística está condicionado por la disponibilidad de agua. La primera solución, el abastecimiento desde los pozos de Polop, fue totalmente insuficiente a los pocos años por lo que se complementó con la de los embalses y el Canal Bajo. 
La sequía de 1978 causó pérdidas importantes en este sector y se tomaron medidas para que no se volviera a repetir una situación similar. Se han diversificado los recursos y se ha administrado con cuidado el agua disponible, incluida la reutilizada.
El correcto funcionamiento de la red de suministro de agua potable es un ejemplo de esta actitud: en algunas localidades las pérdidas de agua a través de las conducciones pueden llegar al 40 % pero en Benidorm se han minimizado con un correcto mantenimiento como confirman diversos estudios. Según Mario Gaviria el consumo por habitante ha ido disminuyendo ya que en 1975 sus aproximadamente 15.000 habitantes consumían diez hectómetros cúbicos de agua al año mientras que los 71.034 vecinos de 2009 consumieron once, lo que traducido a litros por habitante y día significa bajar de 1.107 litros a 383.

Salta a la vista que, en contra de la creencia popular sobre el despilfarro de agua en las zonas turísticas a causa de los campos de golf y piscinas, el sector turístico de Benidorm no supone un especial incremento del consumo de este recurso. En realidad, los estudios demuestran que el consumo turístico de agua en la comunidad valenciana supone sólo un 4,6 % (150 hm3/año) mientras que la agricultura consume un 76,4 % (2.641 hm3/año), destinándose el 19 % restante (663 hm3/año) a usos industriales y urbanos. 
Y en el caso de Benidorm el consumo de agua es aún menor que en otros municipios de la Marina. Hay estudios que demuestran que su modelo urbanístico, potenciando los hoteles y bloques de apartamentos en vez de extensas urbanizaciones de chalets como sucede en otros municipios turísticos, es un sistema mucho más eficiente desde el punto de vista del uso racional del agua.

En cuanto al uso del agua para la agricultura, la decisión que los regantes tomaron en la década de 1980 cambiando las aguas blancas del Canal Bajo del Algar por las depuradas de la EDAR de Benidorm fue acertada porque se aseguraban un suministro constante y regular de agua sobre todo en verano, cuando más déficit de agua hay en la red hidrográfica. Los problemas iniciales, surgidos por la inadecuada depuración de las aguas residuales en los meses estivales y su salinización, están solucionados con las recientes obras para ampliar su capacidad y el moderno tratamiento terciario del agua depurada con desalación, único en España en el momento de su construcción. Este sistema hace el agua apta no sólo para la agricultura sino también para regar jardines y baldeo de calles. 

Benidorm y la Marina Baixa, a pesar de la escasez de precipitaciones, pueden autoabastecerse en años normales porque se ha racionalizado el consumo de agua hasta límites insospechados, se han diversificado las fuentes de suministro, se han respetado los derechos históricos de los regantes y se ha posibilitado el desarrollo turístico. Se ha llegado a una serie de acuerdos que han minimizado las denominadas “guerras del agua” de otras comarcas. La Marina Baixa se puede considerar como un “modelo de gestión integral” del agua porque se sabe, desde hace siglos, que es un bien escaso que se debe administrar sabiamente.

Pero como nada es perfecto y siempre se puede mejorar, habría que potenciar la "revolución azul" con campañas para fomentar el ahorro de agua por parte de ciudadanos e instituciones. El ahorro actual de agua es una reserva para el futuro.
Respecto al ahorro, en Benidorm tenemos una asignatura pendiente: los contadores colectivos de muchos bloques de viviendas. Son una incitación al gasto innecesario de agua ya que paga lo mismo el que la ahorra que quien la despilfarra. Por tanto nadie se preocupa por reducir el consumo excesivo, cosa que sí se da en las viviendas con contadores individuales. En ellas los últimos y espectaculares incrementos del precio del agua animan a un gasto más racional.  

Y para finalizar un principio fundamental que nuestros antepasados tenían muy bien asimilado: "El agua es un bien preciado y escaso que se debe administrar con sabiduría".

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