BENIDORM 1812-2012, APUNTES PARA UN BICENTENARIO
Cesar Evangelio Luz
Transcribo a continuación
un artículo publicado en la Revista de Festes
Majors Patronals de Benidorm, año 2012, páginas 176 a 179. Su autor es Cesar
Evangelio que está a punto de publicar un libro sobre la Guerra de la
Independencia en Benidorm y que en este artículo nos avanza el contenido del
libro.
I.- Benidorm en la Guerra de la Independencia.
La Guerra de la Independencia
Española contra Napoleón Bonaparte se inició en Mayo de 1808. En el día 2 de
dicho mes se produjo la famosa declaración del alcalde de Móstoles, si bien el
verdadero alzamiento generalizado se produce el día 23 en lugares como Valencia,
Cartagena o Zaragoza.
Benidorm tuvo
noticia del alzamiento el día 31 de Mayo de 1808, por medio de comunicación
procedente de Alcoy. En ese día también se ordenaba a los benidormenses alistarse
en el ejército que se estaba formando en Almansa. El ataque francés llegó
pronto, a cargo del general Moncey, que procedente de Madrid por la parte de
Cuenca llego frente a Valencia y se estrelló contra sus murallas el día 28 de
Junio. Su retirada fue por el pasillo de Almansa hacia el interior. Por tanto,
las tropas francesas no llegaron a pasar en ese trance por Benidorm, que se
libró de la presencia enemiga.
Poco después, en
Julio, encontraremos al señor de Benidorm -Don Francisco de Paula Bernuy y
Valda, brigadier de la Guardia de Corps- luchando en la Batalla de Bailén. Algunos
benidormenses también lucharán en ese año pero con menos suerte, como es el caso
del joven Francisco Pérez, que sirvió en el Regimiento de Infantería de Borbón
y con él acudió al segundo sitio de Zaragoza, donde muere a fines de diciembre
de 1808.
En 1808 y 1809
no habrá más ataques contra el territorio valenciano, pues la guerra tendrá su
escenario en otros lugares como Portugal, Galicia, Castilla o Aragón.
En 1810 los
franceses retoman la iniciativa contra el levante español. El general Suchet
asediará Valencia en Marzo pero sin convicción y sin éxito. Valencia, y con ella
Benidorm, se salvarán una vez más de los franceses durante 1810 Y 1811.
II. Las Cortes de Cádiz.
Mientras España
estaba en guerra, y la península se hallaba casi totalmente ocupada por las
tropas napoleónicas -excepto Cádiz, la costa levantina y las inmediaciones de Lisboa-,
un grupo de diputados se reunieron en la capital gaditana para conformar unas
Cortes y elaborar una Constitución.
La labor de las Cortes
no se centró sólo en la elaboración de una Constitución. Con carácter previo, en 1811, emitieron diversos decretos de importancia
trascendental. Uno de ellos, de 6 de Agosto de 1811, fue quizá más relevante en
ese momento para Benidorm que la propia Constitución, pues declaró la abolición
de los señoríos. Por ese decreto quedaban en entredicho los derechos señoriales
que en Benidorm tenían los marqueses de Albudeyte, y el que en sus aguas y
almadrabas el duque de Medinaceli.
La población
benidormense aprovechó el decreto de 1811 para resistirse al pago de los
derechos señoriales. Tales derechos habían sido arrendados por los marqueses de
Albudeyte a terceros (Manuel Orts y su hermano Josef) para gestionar su cobro y
explotación a cambio de un importe. La prueba de esta resistencia al pago la
tenemos en una escritura notarial de 11 de Enero de 1812, en el que la marquesa
de Albudeyte Doña Ana Agapita de Valda Tejeiro y Rocafull comparece ante el
notario de Benidorm Don Tadeo Ruzafa para liberar a sus arrendatarios de sus obligaciones,
toda vez que éstos no conseguían cobrar lo pertinente a los vecinos.
III.- El
primer acto democrático de la Historia de Benidorm
Fruto del espíritu
democrático inspirado por las Cortes de Cádiz fue también la convocatoria para designación
de nuevos electores a Junta Provincial que hubo de hacerse en la provincia
valenciana a mediados de 1811. El sistema debía ser exactamente igual que el
utilizado meses antes para la primera designación de diputados a Cortes. Concretamente,
Benidorm efectuó su elección de diputados el día 3 de Junio de 1811, a cuyo
efecto se reunieron todos los vecinos a las ocho de la mañana en la Casa Consistorial que se
encontraba en la inmediación del Mesón (actual zona de Martínez Oriola junto a la
Plaza de la Constitución). Este sería el primer acto democrático celebrado en
Benidorm del que tenemos un relato fidedigno.
De aquella
reunión salieron elegidos inicialmente doce diputados parroquiales, que deberían
designar entre sí a un único representante municipal para acudir a Alcoy a las
elecciones de partido. La sesión fue presidida por las autoridades municipales,
desempeñadas por los siguientes ciudadanos: D Manuel Orts Alcalde Ordinario, Don
Gaspar Tous Regidor Primero, Pedro Juan Orts Diputa o, José Cortes Sindico Procurador General, y Miguel Lanusa Personero. También estaba
presente el Reverendo Cura Dn José Vaquer.
Los doce
elegidos inicialmente fueron: Don Isidro Llorca, Dn Domingo Orts Presbítero, Don Manuel Orts, Don
Manuel Llorca, Don Gaspar Tous, Don Jayme Orts y Castelló, Felipe Zaragosi, Dn
Francisco Orts y Boix, Pedro Llorca, Don Juan Jordan, Josef Orts de Francisco y
Don Jayme Mariano Llorca. Entre ellos debían votar al que hubiera de acudir a
la cabeza de Partido, y el resultado fue revelador: Don Domingo Orts Presbitero
obtuvo 11 votos, y don Jayme Mariano Lorca obtuvo 1 voto. Ello significa que
Jayme Mariano Lorca se votó a sí mismo, y que el resto votó por el presbítero
Domingo Orts. El dato es muy relevante si tenemos en cuenta que Jayme Mariano
Lorca era el apoderado de los marqueses de Albudeyte, titulares del señorío
(así le habían conferido poder en febrero de 1808, otorgado ante el notario de
Madrid Don Angel de Ursuchi). Es decir, todos los votantes querían evitar que
el delegado de los señores fuera quien les representara, y eligieron a un
religioso instruido y respetado en el pueblo, buena prueba del recelo que los
benidormenses sentían ante el régimen señorial.
IV.- La ocupación francesa.
El 9 de enero de 1812, a las 4 de la tarde, entró Suchet en Valencia. El 20
de Enero llegaron los franceses a Xabea y Moraira. El 18 de Febrero llegaron a Denia
1.500 soldados imperiales, que a las 5 de la madrugada del día siguiente, día
19, marcharon para Alicante; es posible que en su acometida llegaran a tomar
Benidorm, pero no tenemos constancia de ello. También tenemos indicios de que
pudieran haber llegado a Benidorm hacia el 5 o 6 de Marzo, pero sin certeza.
El primer dato seguro que tenemos sobre presencia francesa en Benidorm
durante los días siguientes es del día 20 de Marzo: en ese día unos 30 soldados
llegaron a Denia con una carga de 100 cahíces de trigo que había desembarcado
en Benidorm un comerciante de Alicante. Por tanto, los franceses debían haberse
adueñado de Benidorm al menos el día antes, 19 de Marzo de 1812, exactamente el
mismo día de la proclamación de la Constitución de Cádiz.
En los libros parroquiales de la iglesia benidormense no observamos ninguna
anomalía que indique fallecimientos por causa violenta. La ocupación estuvo a cargo
de la División Habert. En Benidorm se instaló el General Gudin, residiendo aquí
en ocasiones, con las fuerzas del Regimiento de Infantería de Línea n° 117 -entre
otros- en el Castell y ocupando también la iglesia de San Jaume que será profanada.
El mando de la plaza se encomendó al capitán ingeniero Foubert –oJoubert- de
Laize (llamado Eugenio Bufet, en la crónica de Pedro Ma Orts Berdín, seguramente
por haberlo así conservado la tradición oral).
El 26 de Marzo las tropas francesas fueron capaces de detener en
Villajoyosa a dos guerrilleros (Joseph Pla -recién escapado de Denia-, y otro
de Murla), y de enviarlos a Denia con una patrulla de 50 hombres. El día 27 de
Marzo la patrulla pasó por Benidorm camino de Denia. En el trayecto fue atacada
por otros guerrilleros que obligaron a los franceses a dividirse en dos grupos,
de los que uno se volvió a Villajoyosa y el otro siguió hacia Denia.
A principios de Abril se hicieron requisas en los pueblos de la Marina. En
Benidorm constan algunas fechas de requisas, como las muy tardías del 6 y 8 de
Julio, indicándosenos además que había habido otras 4 anteriores sin
especificar su fecha.
La crónica de Pedro Mª Orts Berdín nos cuenta una escena de la ocupación en
la que el presbítero Don Domingo Orts camina por la Alameda y un soldado
francés le detiene para obligarle a transportar un haz de leña. El francés le
dijo "¡Carga, patrón!", y
el religioso obedeció por no generar un conflicto mayor. También nos cuenta que
los franceses cometieron diversas tropelías en la iglesia de San Jaime, tirando
al mar de los restos de los allí enterrados. Entendemos que la actuación de los
franceses debió obedecer más que nada a un saneado de todo aquello considerado
insalubre. De hecho, a las pocas semanas de la ocupación ya encontramos una
indicación en el libro parroquial de entierros (6-Abril-1812) que dice que en
tal fecha se produjo el primer enterramiento en el cementerio y no en la
Iglesia, viniendo a cumplir una previsión que desde años antes existía pero que
no se llevaba a cumplimiento.
A mediados de 1812, los franceses tenían controlada la parte norte de Alicante
estando el frente estabilizado por las líneas de Villajoyosa, Relléu, Biar,
Aleay, Játiva. En Abril de 1812 decidieron hacer una nueva intentona sobre la
capital, Alicante. Por el lado de la costa (Benidorm), el Brigadier Gudin
avanzó desde Villajoyosa con diez compañías de granaderos y de
"voltigueurs" (fusileros) de los Regimientos 116° y 117° de línea.
Llegaron a Muchamiel a las 10 de la mañana. Los españoles reaccionaron y
derrotaron a los franceses, que volvieron a sus posiciones. Gudin regresó a
Villajoyosa al día siguiente.
A raíz de este movimiento francés, hubo alteraciones provocadas por las
guerrillas, como es el caso de la partida de Beranger. En Benidorm hubo otro
conato pues el 3 y 4 de Mayo hubo una "bricbarca" (corbeta) que se enfrentó
en el puerto de Benidorm con la compañía de fusileros franceses de la guarnición.
El 21 de Julio
tuvo lugar la primera batalla de Castalla, que se saldó con una estrepitosa
derrota española. Fue entonces necesario enviar refuerzos a Alicante desde Baleares, por
medio de la llamada División Mallorquina al mando del general Whittingham, y la
Anglosiciliana al mando de Maitland. Las primeras tropas aliadas de auxilio
llegaron a Alicante el 8-9 de Agosto de 1812, desembarcando el10.
V. La noche del Minstrel.
Algunos de los
barcos ingleses decidieron dar una batida por la costa para reconocerla y para
incomodar en lo posible a los franceses. Ese es el momento en el que se produce
la Acción de Benidorm.
El día 10 de
Agosto de 1812, dos barcos ingleses, el Minstrel y el Philomel, efectuaron una
maniobra de reconocimiento. El Minstrel era un barco de 20 cañones al mando del
capitán John Strutt Peyton, y el Philomel tenía 18 cañones al mando del capitán
Charles Shaw. Estos barcos observaron un grupo de tres pequeños barcos
corsarios Franceses guarnecidos en el puerto de Benidorm, al abrigo de un
castillo con 24 cañones.
Los franceses
también divisaron a los británicos, y por eso remolcaron 2 de sus 3 barcos
sobre la orilla, dejándolos protegidos por una batería formada por 6 de sus cañones
manejados por unos ochenta hombres de sus propios equipos, principalmente genoveses. El
barco y el bergantín ingleses sólo podían bloquear a los corsarios, y para ello
mandaban cada noche una barca del uno a otro para hacer guardia cerca de la
orilla.
El12 de Agosto,
un bote inglés con el guardiamarina Michale Dwyer y 7 marineros, fueron
encargados de este servicio (Dwyer, de hecho, había sido nombrado ya teniente,
pero aún no tenía noticia de su ascenso). Pensaron entonces que si pudieran
tomar la batería de tierra, sería posible también capturar los barcos
corsarios. Entonces preguntaron a los españoles que acudían en botes hasta
ellos, los cuales relataron que parte de los franceses se había retirado,
dejando sólo unos 30 hombres en la batería y unos 20 en el castillo.
Dwyer, a pesar
de su inferioridad numérica, decidió atacar la batería por sorpresa. Así, a las
9.30 de la noche, desembarcaron en un lugar alejado unas 3 millas del lado
oeste del pueblo (que debió ser en la llamada Cala de Morales). Allí se toparon
con un centinela francés, pero Dwyer respondió en español y el centinela cayó en
el engaño dejándoles pasar.
Cuando los británicos
llegaron a la batería francesa tras recorrer toda la playa de poniente, cayeron
sobre aquélla sin vacilación. Tras una brillante lucha, la guarnición
-consistente no en 20 sino en 80 genoveses- abandonó la batería a los 8 británicos. Pero entonces
acudieron unos 200 soldados franceses que los redujeron. Dwyer y sus hombres se
defendieron heroicamente, hasta que uno de ellos cayó muerto. Dwyer mismo fue
herido en un hombro, y otro de sus hombres en un ojo. Cuando su munición se
acabó, los franceses atacaron a la bayoneta. Dwyer, demasiado débil por la
pérdida de sangre, no podía pelear en el cuerpo a cuerpo y fue alcanzado con 17
punzadas de bayoneta. Todos los demás hombres menos uno también sufrieron
graves heridas hasta que fueron reducidos. Se cuenta que, cuando los franceses
ofrecieron la rendición, el marino que había perdido el ojo derecho, se desató
el pañuelo que llevaba al cuello y lo anudó sobre su ojo ensangrentado, diciendo
a su mando: "Aunque he perdido un
ojo, todavía tengo el izquierdo, y lucharé hasta que pierda ése también.
Espero, Señor Dwyer, que usted nunca se rinda".
El capitán
francés Foubert y sus hombres del 117 quedaron admirados del valor de aquellos
británicos Los llevaron al puesto del general Goudin, que igualmente quedó
admirado. El francés, caballeroso, cursó
una invitación al capitán Peyton para visitarle en tierra, y recoger a tan valerosa
tripulación. Peyton aceptó la invitación y cenó en Benidorm con el general francés.
Posteriormente se retiró a su barco con el guardiamarina y los 6 de sus 7
hombres que habían sobrevivido.
Parece un
episodio leve si nos atenemos al relato británico. Sin embargo, la única
crónica española que hemos encontrado sobre el asunto nos dice que el 14 de
Agosto llegaron a Denia procedentes de Altea algunos soldados enfermos (¿pueden
ser heridos), e informa de que "la
gente de los caseríos franceses que estavan en Benidorm vino por tierra porque los
ingleses habían quemado los barcos que estaban debajo del castillo en tierra,
según decían".
VI.- La liberación.
No conocemos el momento
cierto en el que tropas Francesas desguarnecieron Benidorm, pues zona estuvo sujeta
a múltiples movimientos. Sabemos que a mediados de Agosto de 1812 las naves inglesas
seguían por nuestras aguas, pues el 17 de Agosto Suchet despachó un mensaje para la escuadra
inglesa y se mandó el mensaje para
Benidorm o Altea por si allí estaba la escuadra. El 24 la infantería española
ocupaba Villajoyosa, donde dejó un destacamento fuerte. Al mismo tiempo, el 25
fue tropa francesa a Benisa, donde estuvo hasta el 27. Benidorm quedaba en
medio de ambas localidades.
El 22 de
Septiembre desembarcaron en Alicante más tropas de la División Mallorquina. Así
pudo, a principios de Octubre, encargarse de toda la línea de 16 leguas que iba
desde Villajoyosa y Benidorm, a Alcoy, Ibi, Castalla, Sax y Monforte, formando
una vanguardia mientras los ingleses permanecían en Alicante y S. Vicente. El
Cuartel General se puso en Muchamiel, con parte de las reservas y la otra parte
en Xixona.
A fines de mes
de Noviembre el general Campbell decidió pasarse con su Batallón, Escuadrón de
Almansa, y algunas compañías de cazadores, a Villajoyosa para que adelantando
destacamentos por la Marina pudiera subsistir mejor tomando víveres de los
pueblos. Es posible que el frente estuviera entonces situado en Villajoyosa
para los españoles, y en Benidorm para los franceses, pues el 27 de noviembre
salieron unos 200 franceses desde Denia para Benisa y Benidorm.
En enero y
febrero de 1813 siguió la línea donde estaba, y aunque los enemigos hicieron
algunas tentativas fueron rechazados con escarmiento. Sabemos que del 29 a 31
de Marzo de 1813, los franceses llevaron víveres y paja a Orcheta, por lo que
la línea del frente seguía fijada en estas localidades.
Momento
importante fue el de 29 y 30 de Mayo, cuando hubo un ataque francés contra
Calpe (que en ese momento había recibido tropas españolas para su defensa). El
ataque fue feroz pero los defensores resistieron, causando numerosas bajas a
los imperiales. Los habitantes de Calpe pidieron ayuda a los pueblos limítrofes.
Según el relato que nos ha quedado, hubo ayuda de varios pueblos vecinos, pero
no de Benidorm: "... sí me es
doloroso que la viIla de Benidorm que se halla tan proxima, ni haya querido
contribuir con su socorro, ni menos haga la menor demostracion de Patriotismo
en estas ocasiones tan interesantes al bien de la Nacion." Sin embargo, es posible que Benidorm no
pudiera acudir en ayuda de Calpe porque aún existía presencia francesa en esas fechas.
Hay un indicio de ello en el libro parroquial de entierros, cuyo asiento de 3
de junio de 1813 dice: "Pedro
Gonzalez (Cuerpo). Amore Dei. En la villa de Benidorm dia tres de Junio de mil
ochocientos trece se dio sepultura eclesiástica pasadas veinte y cuatro horas
al cadáver de Pedro Gonzalez que fallecio ayer guía de General Roche se le
enterro por amor de Dios y para que conste certifico y firmo.” Es decir, que cabe presumir que su muerte ha
sido causada por los franceses al intentar los españoles acudir en ayuda de
Calpe.
La liberación de
los franceses no significó la tranquilidad absoluta, pues los aliados británicos
se dedicaron a derribar todas nuestras defensas costeras, bajo la excusa de que
no volvieran a caer en poder de los franceses. Una de estas defensas fue el propio
castillo y torreón que había en Benidorm a la parte de levante, y cuya destrucción
por artillería supuso que algunas de las piedras que saltaron por la explosión dañaran
la puerta de la iglesia y algunas de sus dovelas.
A continuación os
transcribo un fragmento del libro del historiador William M. James en el que se
recoge la ACCION DE BENIDORM del 12 de agosto de 1812 a la que alude el
artículo de Cesar Evangelio. Su obra, PUBLICADA EN 1826, se titula de forma abreviada “The naval history of Great Britain” y
narra los hechos entre 1793 y 1820. El incidente está en el volumen 6.
On the tenth of August the British 20-gun ship Minstel, captain John
Strutt Peyton, and 18-gun brig sloop Philomel, captain Charles Shaw, observed
three small French privateers in the port of Biendom, near Alicant; where they
were protected by a castle mounting 24 guns. As a further security, two of the
vessels were hauled on shore, and a battery formed with six of their guns,
which were manned with their united crews, amounting to 80 men, chiefly
Genoese. Under these circumstances the British ship and brig could only
blockade the privateers; and, to do this more effectually, a boat was sent from
one or the other of them every night, to row guard near the shore. On the 12th
of August a boat, with midshipman (or rather lieutenant, for he had been
promoted since the 21st of the preceding March, but had not yet
received his appointment) Michael Dwyer and seven seamen, departed from the
Minstrel upon this service. Considering that, if he could take the battery on
the beach, he might succeed in capturing the privateers, the midshipman
questioned the Spaniards, who came off in boats from the town, and they all
agreed in the relation, that the French had retreated, leaving but 30 men in
the battery and 20 in the castle.
Relying upon the tried courage and steadiness of his seven men, Mr.
Dwyer resolved, notwithstanding the numbers of the enemy, to attempt carrying
the battery by surprise. With this view, at 9 h. 30 m. P.M., he and his little
party landed at a spot about three miles to the westward of the town, but
scarcely had they done so, than they were challenged by a French sentinel. The
midshipman, with much presence of mind, answered in Spanish, that they were
peasants. The British were suffered to advance, and arriving at the battery on
the beach, attacked it without hesitation. After a smart struggle, the
garrison, consisting not of 20, but of 80 Genoese, abandoned the battery to Mr.
Dwyer and his seven seamen. The British were a few minute only in possession,
before they were surrounded by 200 French soldiers. Against these Mr. Dwyer and
his seven men defended themselves until one of the latter was killed, the
midshipman shot through the shoulder, and a seaman trough the eye, and all
their ammunition expended. The moment the firing ceased, the French rushed upon
the garrison with their bayonets. Mr. Dwyer was too weak, from loss of blood,
to sustain a fight hand to hand; and, after he had been stabbed in 17 places,
and all the men except one severely wounded, the French recovered possession of
the battery.
The gallant fellow who was wounded in the eye, on recovering from te
stupefaction caused by the wound in his head, deliberately took his
handkerchief from his neck, and, binding it over the wound, said, “Thouh I have
lost one eye, I have still one left, and I´ll fight till I lose that too”.
The admiration of captain Foubert and his troops (a detachment from the
117th regiment of voltigeurs) at the invincible courage of their
little band of British, was unbounded; and when the latter, in their wounded
state, were conveyed to the head-quarters of general Goudin, the French
commanding officer in this quarter, the same benevolence and solicitude were
shown to them by him and his suite. The general sent an invitation to captain
Peyton to visit him on shore, and receive in person as well his brave boat´s
crew, as the congratulations of the general and the other French officers on having
such men under his command. Captain Peyton accepted the invitation, dined with
the French general, and received back his midshipman and six out of his seven
men. Thus is it ever, that the brave sympathyze with the brave; and he, who
gallantly does his duty, meets far from the most inestimable part of his
reward, in the admiration which he elicits from the breast of his enemy”.
On the 29th of September, in the evening, having received
information that the French had laden six vessels with shells at Valencia for
Peniscola, captain Peyton despatched the boats of the Minstrel, under
lieutenant George Thomas, assisted by midshipmen William Lewis, B.S.Oliver, and
Charles Thomas Smith, to endeavour to bring them out; keeping the ship close in
shore to cover and protect the boats. Although the vessels were moored head and
stern to the beach, between two batteries of two 24-pounders and two mortars,
with a strong garrison in the Grao, and had their sails unbent and rudders
unshipped, lieutenant Thomas and his party gallantly succedded in bringing out
four of them. A fifth was also in the possession of the British; but, owing to
the wind suddenly shifting round to the south-east with a heavy squall, this
vessel grounded, and was retaken with three men in her. With that exception,
the loss sustained by the British amounted to only one seaman severely
wounded…”
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