lunes, 4 de febrero de 2013


BENIDORM 1812-2012, APUNTES PARA UN BICENTENARIO

Cesar Evangelio Luz



Transcribo a continuación un artículo publicado en la Revista  de Festes Majors Patronals de Benidorm, año 2012, páginas 176 a 179. Su autor es Cesar Evangelio que está a punto de publicar un libro sobre la Guerra de la Independencia en Benidorm y que en este artículo nos avanza el contenido del libro.



I.- Benidorm en la Guerra de la Independencia.
La Guerra de la Independencia Española contra Napoleón Bonaparte se inició en Mayo de 1808. En el día 2 de dicho mes se produjo la famosa declaración del alcalde de Móstoles, si bien el verdadero alzamiento generalizado se produce el día 23 en lugares como Valencia, Cartagena o Zaragoza.

Benidorm tuvo noticia del alzamiento el día 31 de Mayo de 1808, por medio de comunicación procedente de Alcoy. En ese día también se ordenaba a los benidormenses alistarse en el ejército que se estaba formando en Almansa. El ataque francés llegó pronto, a cargo del general Moncey, que procedente de Madrid por la parte de Cuenca llego frente a Valencia y se estrelló contra sus murallas el día 28 de Junio. Su retirada fue por el pasillo de Almansa hacia el interior. Por tanto, las tropas francesas no llegaron a pasar en ese trance por Benidorm, que se libró de la presencia enemiga.

Poco después, en Julio, encontraremos al señor de Benidorm -Don Francisco de Paula Bernuy y Valda, brigadier de la Guardia de Corps- luchando en la Batalla de Bailén. Algunos benidormenses también lucharán en ese año pero con menos suerte, como es el caso del joven Francisco Pérez, que sirvió en el Regimiento de Infantería de Borbón y con él acudió al segundo sitio de Zaragoza, donde muere a fines de diciembre de 1808.

En 1808 y 1809 no habrá más ataques contra el territorio valenciano, pues la guerra tendrá su escenario en otros lugares como Portugal, Galicia, Castilla o Aragón.

En 1810 los franceses retoman la iniciativa contra el levante español. El general Suchet asediará Valencia en Marzo pero sin convicción y sin éxito. Valencia, y con ella Benidorm, se salvarán una vez más de los franceses durante 1810 Y 1811.


II. Las Cortes de Cádiz.
Mientras España estaba en guerra, y la península se hallaba casi totalmente ocupada por las tropas napoleónicas -excepto Cádiz, la costa levantina y las inme­diaciones de Lisboa-, un grupo de diputados se reunieron en la capital gaditana para conformar unas Cortes y elaborar una Constitución.

La labor de las Cortes no se centró sólo en la elaboración de una Constitución. Con carácter previo, en 1811, emitieron diversos decretos de importancia trascendental. Uno de ellos, de 6 de Agosto de 1811, fue quizá más relevante en ese momento para Benidorm que la propia Constitución, pues declaró la abolición de los señoríos. Por ese decreto quedaban en entredicho los derechos señoriales que en Benidorm tenían los marqueses de Albudeyte, y el que en sus aguas y almadrabas el duque de Medinaceli.

La población benidormense aprovechó el decreto de 1811 para resistirse al pago de los derechos señoriales. Tales derechos habían sido arrendados por los marqueses de Albudeyte a terceros (Manuel Orts y su hermano Josef) para gestionar su cobro y explotación a cambio de un importe. La prueba de esta resistencia al pago la tenemos en una escritura notarial de 11 de Enero de 1812, en el que la marquesa de Albudeyte Doña Ana Agapita de Valda Tejeiro y Rocafull comparece ante el notario de Benidorm Don Tadeo Ruzafa para liberar a sus arrendatarios de sus obligaciones, toda vez que éstos no conseguían cobrar lo pertinente a los vecinos.


III.- El primer acto democrático de la Historia de Benidorm
Fruto del espíritu democrático inspirado por las Cortes de Cádiz fue también la convocatoria para designación de nuevos electores a Junta Provincial que hubo de hacerse en la provincia valenciana a mediados de 1811. El sistema debía ser exactamente igual que el utilizado meses antes para la primera designación de diputados a Cortes. Concretamente, Benidorm efectuó su elección de diputados el día 3 de Junio de 1811, a cuyo efecto se reunieron todos los vecinos a las ocho de la mañana en la Casa Consistorial que se encontraba en la inmediación del Mesón (actual zona de Martínez Oriola junto a la Plaza de la Constitución). Este sería el primer acto democrático celebrado en Benidorm del que tenemos un relato fidedigno.

De aquella reunión salieron elegidos inicialmente doce diputados parroquiales, que deberían designar entre sí a un único representante municipal para acudir a Alcoy a las elecciones de partido. La sesión fue presidida por las autoridades municipales, desempeñadas por los siguientes ciudadanos: D Manuel Orts Alcalde Ordinario, Don Gaspar Tous Regidor Primero, Pedro Juan Orts Diputa o,  José Cortes Sindico Procurador General,  y Miguel Lanusa Personero. También estaba presente el Reverendo Cura Dn José Vaquer.

Los doce elegidos inicialmente fueron: Don Isidro Llorca, Dn Domingo Orts Presbítero, Don Manuel Orts, Don Manuel Llorca, Don Gaspar Tous, Don Jayme Orts y Castelló, Felipe Zaragosi, Dn Francisco Orts y Boix, Pedro Llorca, Don Juan Jordan, Josef Orts de Francisco y Don Jayme Mariano Llorca. Entre ellos debían votar al que hubiera de acudir a la cabeza de Partido, y el resultado fue revelador: Don Domingo Orts Presbitero obtuvo 11 votos, y don Jayme Mariano Lorca obtuvo 1 voto. Ello significa que Jayme Mariano Lorca se votó a sí mismo, y que el resto votó por el presbítero Domingo Orts. El dato es muy relevante si tenemos en cuenta que Jayme Mariano Lorca era el apoderado de los marqueses de Albudeyte, titulares del señorío (así le habían conferido poder en febrero de 1808, otorgado ante el notario de Madrid Don Angel de Ursuchi). Es decir, todos los votantes querían evitar que el delegado de los señores fuera quien les representara, y eligieron a un religioso instruido y respetado en el pueblo, buena prueba del recelo que los benidormenses sentían ante el régimen señorial.


IV.- La ocupación francesa.
El 9 de enero de 1812, a las 4 de la tarde, entró Suchet en Valencia. El 20 de Enero llegaron los franceses a Xabea y Moraira. El 18 de Febrero llegaron a Denia 1.500 soldados imperiales, que a las 5 de la madrugada del día siguiente, día 19, marcharon para Alicante; es posible que en su acometida llegaran a tomar Benidorm, pero no tenemos constancia de ello. También tenemos indicios de que pudieran haber llegado a Benidorm hacia el 5 o 6 de Marzo, pero sin certeza.
El primer dato seguro que tenemos sobre presencia francesa en Benidorm durante los días siguientes es del día 20 de Marzo: en ese día unos 30 soldados llegaron a Denia con una carga de 100 cahíces de trigo que había desembarcado en Benidorm un comerciante de Alicante. Por tanto, los franceses debían haberse adueñado de Benidorm al menos el día antes, 19 de Marzo de 1812, exactamente el mismo día de la proclamación de la Constitución de Cádiz.
En los libros parroquiales de la iglesia benidormense no observamos ninguna anomalía que indique fallecimientos por causa violenta. La ocupación estuvo a cargo de la División Habert. En Benidorm se instaló el General Gudin, residiendo aquí en ocasiones, con las fuerzas del Regimiento de Infantería de Línea n° 117 -entre otros- en el Castell y ocupando también la iglesia de San Jaume que será profanada. El mando de la plaza se encomendó al capitán ingeniero Foubert –oJoubert- de Laize (llamado Eugenio Bufet, en la crónica de Pedro Ma Orts Berdín, seguramente por haberlo así conservado la tradición oral).
El 26 de Marzo las tropas francesas fueron capaces de detener en Villajoyosa a dos guerrilleros (Joseph Pla -recién escapado de Denia-, y otro de Murla), y de enviarlos a Denia con una patrulla de 50 hombres. El día 27 de Marzo la patrulla pasó por Benidorm camino de Denia. En el trayecto fue atacada por otros guerrilleros que obligaron a los franceses a dividirse en dos grupos, de los que uno se volvió a Villajoyosa y el otro siguió hacia Denia.
A principios de Abril se hicieron requisas en los pueblos de la Marina. En Benidorm constan algunas fechas de requisas, como las muy tardías del 6 y 8 de Julio, indicándosenos además que había habido otras 4 anteriores sin especificar su fecha.
La crónica de Pedro Mª Orts Berdín nos cuenta una escena de la ocupación en la que el presbítero Don Domingo Orts camina por la Alameda y un soldado francés le detiene para obligarle a transportar un haz de leña. El francés le dijo "¡Carga, patrón!", y el religioso obedeció por no generar un conflicto mayor. También nos cuenta que los franceses cometieron diversas tropelías en la iglesia de San Jaime, tirando al mar de los restos de los allí enterrados. Entendemos que la actuación de los franceses debió obedecer más que nada a un saneado de todo aquello considerado insalubre. De hecho, a las pocas semanas de la ocupación ya encontramos una indicación en el libro parroquial de entierros (6-Abril-1812) que dice que en tal fecha se produjo el primer ente­rramiento en el cementerio y no en la Iglesia, viniendo a cumplir una previsión que desde años antes existía pero que no se llevaba a cumplimiento.
A mediados de 1812, los franceses tenían controlada la parte norte de Alicante estando el frente estabilizado por las líneas de Villajoyosa, Relléu, Biar, Aleay, Játiva. En Abril de 1812 decidieron hacer una nueva intentona sobre la capital, Alicante. Por el lado de la costa (Benidorm), el Brigadier Gudin avanzó desde Villajoyosa con diez compañías de granaderos y de "voltigueurs" (fusileros) de los Regimientos 116° y 117° de línea. Llegaron a Muchamiel a las 10 de la mañana. Los españoles reaccionaron y derrotaron a los franceses, que volvieron a sus posiciones. Gudin regresó a Villajoyosa al día siguiente.

A raíz de este movimiento francés, hubo alteraciones provocadas por las guerrillas, como es el caso de la partida de Beranger. En Benidorm hubo otro conato pues el 3 y 4 de Mayo hubo una "bricbarca" (corbeta) que se enfrentó en el puerto de Benidorm con la compañía de fusileros franceses de la guarnición.

El 21 de Julio tuvo lugar la primera batalla de Castalla, que se saldó con una estrepitosa derrota española. Fue entonces necesario enviar refuerzos a Alicante desde Baleares, por medio de la llamada División Mallorquina al mando del general Whittingham, y la Anglosiciliana al mando de Maitland. Las primeras tropas aliadas de auxilio llegaron a Alicante el 8-9 de Agosto de 1812, desembarcando el10.


V. La noche del Minstrel.
Algunos de los barcos ingleses decidieron dar una batida por la costa para reconocerla y para incomodar en lo posible a los franceses. Ese es el momento en el que se produce la Acción de Benidorm.

El día 10 de Agosto de 1812, dos barcos ingleses, el Minstrel y el Philomel, efectuaron una maniobra de reconocimiento. El Minstrel era un barco de 20 cañones al mando del capitán John Strutt Peyton, y el Philomel tenía 18 cañones al mando del capitán Charles Shaw. Estos barcos observaron un grupo de tres pequeños barcos corsarios Franceses guarnecidos en el puerto de Benidorm, al abrigo de un castillo con 24 cañones.

Los franceses también divisaron a los británicos, y por eso remolcaron 2 de sus 3 barcos sobre la orilla, dejándolos protegidos por una batería formada por 6 de sus cañones manejados por unos ochenta hombres de sus propios equipos, principalmente genoveses. El barco y el bergantín ingleses sólo podían bloquear a los corsarios, y para ello mandaban cada noche una barca del uno a otro para hacer guardia cerca de la orilla.

El12 de Agosto, un bote inglés con el guardiamarina Michale Dwyer y 7 marineros, fueron encargados de este servicio (Dwyer, de hecho, había sido nombrado ya teniente, pero aún no tenía noticia de su ascenso). Pensaron entonces que si pudieran tomar la batería de tierra, sería posible también capturar los barcos corsarios. Entonces preguntaron a los españoles que acudían en botes hasta ellos, los cuales relataron que parte de los franceses se había retirado, dejando sólo unos 30 hombres en la batería y unos 20 en el castillo.

Dwyer, a pesar de su inferioridad numérica, decidió atacar la batería por sorpresa. Así, a las 9.30 de la noche, desembarcaron en un lugar alejado unas 3 millas del lado oeste del pueblo (que debió ser en la llamada Cala de Morales). Allí se toparon con un centinela francés, pero Dwyer respondió en español y el centinela cayó en el engaño dejándoles pasar.

Cuando los británicos llegaron a la batería francesa tras recorrer toda la playa de poniente, cayeron sobre aquélla sin vacilación. Tras una brillante lucha, la guarnición -consistente no en 20 sino en 80 genoveses- abandonó la batería a los 8 británicos. Pero entonces acudieron unos 200 soldados franceses que los redujeron. Dwyer y sus hombres se defendieron heroicamente, hasta que uno de ellos cayó muerto. Dwyer mismo fue herido en un hombro, y otro de sus hombres en un ojo. Cuando su munición se acabó, los franceses atacaron a la bayoneta. Dwyer, demasiado débil por la pérdida de sangre, no podía pelear en el cuerpo a cuerpo y fue alcanzado con 17 punzadas de bayoneta. Todos los demás hombres menos uno también sufrieron graves heridas hasta que fueron reducidos. Se cuenta que, cuando los franceses ofrecieron la rendición, el marino que había perdido el ojo derecho, se desató el pañuelo que llevaba al cuello y lo anudó sobre su ojo ensangrentado, diciendo a su mando: "Aunque he perdido un ojo, todavía tengo el izquierdo, y lucharé hasta que pierda ése también. Espero, Señor Dwyer, que usted nunca se rinda".

El capitán francés Foubert y sus hombres del 117 quedaron admirados del valor de aquellos británicos Los llevaron al puesto del general Goudin, que igualmente quedó admirado. El francés, caballeroso,  cursó una invitación al capitán Peyton para visitarle  en tierra, y recoger a tan valerosa tripulación. Peyton aceptó la invitación y cenó en Benidorm con el general francés. Posteriormente se retiró a su barco con el guardiamarina y los 6 de sus 7 hombres que habían sobrevivido.

Parece un episodio leve si nos atenemos al relato británico. Sin embargo, la única crónica española que hemos encontrado sobre el asunto nos dice que el 14 de Agosto llegaron a Denia procedentes de Altea algunos soldados enfermos (¿pueden ser heridos), e informa de que "la gente de los caseríos franceses que estavan en Benidorm vino por tierra porque los ingleses habían quemado los barcos que estaban debajo del castillo en tierra, según decían".


VI.- La liberación.
No conocemos el momento cierto en el que tropas Francesas desguarnecieron Benidorm, pues zona estuvo sujeta a múltiples movimientos. Sabemos que a mediados de Agosto de 1812 las naves inglesas seguían por nuestras aguas, pues el 17 de Agosto  Suchet despachó un mensaje para la escuadra inglesa  y se mandó el mensaje para Benidorm o Altea por si allí estaba la escuadra. El 24 la infantería española ocupaba Villajoyosa, donde dejó un destacamento fuerte. Al mismo tiempo, el 25 fue tropa francesa a Benisa, donde estuvo hasta el 27. Benidorm quedaba en medio de ambas localidades.

El 22 de Septiembre desembarcaron en Alicante más tropas de la División Mallorquina. Así pudo, a principios de Octubre, encargarse de toda la línea de 16 leguas que iba desde Villajoyosa y Benidorm, a Alcoy, Ibi, Castalla, Sax y Monforte, formando una vanguardia mientras los ingleses permanecían en Alicante y S. Vicente. El Cuartel General se puso en Muchamiel, con parte de las reservas y la otra parte en Xixona.

A fines de mes de Noviembre el general Campbell decidió pasarse con su Batallón, Escuadrón de Almansa, y algunas compañías de cazadores, a Villa­joyosa para que adelantando destacamentos por la Marina pudiera subsistir mejor tomando víveres de los pueblos. Es posible que el frente estuviera enton­ces situado en Villajoyosa para los españoles, y en Benidorm para los franceses, pues el 27 de noviembre salieron unos 200 franceses desde Denia para Benisa y Benidorm.

En enero y febrero de 1813 siguió la línea donde estaba, y aunque los enemigos hicieron algunas tentativas fueron rechazados con escarmiento. Sabemos que del 29 a 31 de Marzo de 1813, los franceses llevaron víveres y paja a Orcheta, por lo que la línea del frente seguía fijada en estas localidades.

Momento importante fue el de 29 y 30 de Mayo, cuando hubo un ataque francés contra Calpe (que en ese momento había recibido tropas españolas para su defensa). El ataque fue feroz pero los defensores resistieron, causando numerosas bajas a los imperiales. Los habitantes de Calpe pidieron ayuda a los pueblos limítrofes. Según el relato que nos ha quedado, hubo ayuda de varios pueblos vecinos, pero no de Benidorm: "... sí me es doloroso que la viIla de Benidorm que se halla tan proxima, ni haya querido contribuir con su socorro, ni menos haga la menor demostracion de Patriotismo en estas ocasiones tan interesantes al bien de la Nacion."  Sin embargo, es posible que Benidorm no pudiera acudir en ayuda de Calpe porque aún existía presencia francesa en esas fechas. Hay un indicio de ello en el libro parroquial de entierros, cuyo asiento de 3 de junio de 1813 dice: "Pedro Gonzalez (Cuerpo). Amore Dei. En la villa de Benidorm dia tres de Junio de mil ochocientos trece se dio sepultura eclesiástica pasadas veinte y cuatro horas al cadáver de Pedro Gonzalez que fallecio ayer guía de General Roche se le enterro por amor de Dios y para que conste certifico y firmo.”  Es decir, que cabe presumir que su muerte ha sido causada por los franceses al intentar los españoles acudir en ayuda de Calpe.

La liberación de los franceses no significó la tranquilidad absoluta, pues los aliados británicos se dedicaron a derribar todas nuestras defensas costeras, bajo la excusa de que no volvieran a caer en poder de los franceses. Una de estas defensas fue el propio castillo y torreón que había en Benidorm a la parte de levante, y cuya destrucción por artillería supuso que algunas de las piedras que saltaron por la explosión dañaran la puerta de la iglesia y algunas de sus dovelas.




A continuación os transcribo un fragmento del libro del historiador William M. James en el que se recoge la ACCION DE BENIDORM del 12 de agosto de 1812 a la que alude el artículo de Cesar Evangelio. Su obra, PUBLICADA EN 1826, se titula de forma abreviada “The naval history of Great Britain” y narra los hechos entre 1793 y 1820. El incidente está en el volumen 6.



On the tenth of August the British 20-gun ship Minstel, captain John Strutt Peyton, and 18-gun brig sloop Philomel, captain Charles Shaw, observed three small French privateers in the port of Biendom, near Alicant; where they were protected by a castle mounting 24 guns. As a further security, two of the vessels were hauled on shore, and a battery formed with six of their guns, which were manned with their united crews, amounting to 80 men, chiefly Genoese. Under these circumstances the British ship and brig could only blockade the privateers; and, to do this more effectually, a boat was sent from one or the other of them every night, to row guard near the shore. On the 12th of August a boat, with midshipman (or rather lieutenant, for he had been promoted since the 21st of the preceding March, but had not yet received his appointment) Michael Dwyer and seven seamen, departed from the Minstrel upon this service. Considering that, if he could take the battery on the beach, he might succeed in capturing the privateers, the midshipman questioned the Spaniards, who came off in boats from the town, and they all agreed in the relation, that the French had retreated, leaving but 30 men in the battery and 20 in the castle.
Relying upon the tried courage and steadiness of his seven men, Mr. Dwyer resolved, notwithstanding the numbers of the enemy, to attempt carrying the battery by surprise. With this view, at 9 h. 30 m. P.M., he and his little party landed at a spot about three miles to the westward of the town, but scarcely had they done so, than they were challenged by a French sentinel. The midshipman, with much presence of mind, answered in Spanish, that they were peasants. The British were suffered to advance, and arriving at the battery on the beach, attacked it without hesitation. After a smart struggle, the garrison, consisting not of 20, but of 80 Genoese, abandoned the battery to Mr. Dwyer and his seven seamen. The British were a few minute only in possession, before they were surrounded by 200 French soldiers. Against these Mr. Dwyer and his seven men defended themselves until one of the latter was killed, the midshipman shot through the shoulder, and a seaman trough the eye, and all their ammunition expended. The moment the firing ceased, the French rushed upon the garrison with their bayonets. Mr. Dwyer was too weak, from loss of blood, to sustain a fight hand to hand; and, after he had been stabbed in 17 places, and all the men except one severely wounded, the French recovered possession of the battery.
The gallant fellow who was wounded in the eye, on recovering from te stupefaction caused by the wound in his head, deliberately took his handkerchief from his neck, and, binding it over the wound, said, “Thouh I have lost one eye, I have still one left, and I´ll fight till I lose that too”.
The admiration of captain Foubert and his troops (a detachment from the 117th regiment of voltigeurs) at the invincible courage of their little band of British, was unbounded; and when the latter, in their wounded state, were conveyed to the head-quarters of general Goudin, the French commanding officer in this quarter, the same benevolence and solicitude were shown to them by him and his suite. The general sent an invitation to captain Peyton to visit him on shore, and receive in person as well his brave boat´s crew, as the congratulations of the general and the other French officers on having such men under his command. Captain Peyton accepted the invitation, dined with the French general, and received back his midshipman and six out of his seven men. Thus is it ever, that the brave sympathyze with the brave; and he, who gallantly does his duty, meets far from the most inestimable part of his reward, in the admiration which he elicits from the breast of his enemy”.
On the 29th of September, in the evening, having received information that the French had laden six vessels with shells at Valencia for Peniscola, captain Peyton despatched the boats of the Minstrel, under lieutenant George Thomas, assisted by midshipmen William Lewis, B.S.Oliver, and Charles Thomas Smith, to endeavour to bring them out; keeping the ship close in shore to cover and protect the boats. Although the vessels were moored head and stern to the beach, between two batteries of two 24-pounders and two mortars, with a strong garrison in the Grao, and had their sails unbent and rudders unshipped, lieutenant Thomas and his party gallantly succedded in bringing out four of them. A fifth was also in the possession of the British; but, owing to the wind suddenly shifting round to the south-east with a heavy squall, this vessel grounded, and was retaken with three men in her. With that exception, the loss sustained by the British amounted to only one seaman severely wounded…”


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