LA COMPRA DE LA ERMITA DE SANZ O SANÇ EN en 1985
Francisco Amillo Alegre
Desde tiempo
inmemorial se ha celebrado en ella el culto religioso de domingos y festivos
para las personas de estas partidas rurales de l’Alfàs de Baix, antiguamente muy
alejadas del casco urbano de Benidorm.
Ermita de Sanz. Campana fundida en 1902 para el nuevo
campanario, refundida en 1969 y restaurada en 2002
Además la
Casa del Labrador, el salón de actos y el bar permiten a lo largo de todo el
año una intensa vida laboral, de reuniones y de ocio que mantienen vivo el
lugar. La vida rural en la actualidad está muy mermada en Benidorm y si en
algún sitio se conserva es precisamente alrededor de esta ermita, en las
partidas de Sanz, Almafrà, Cabut, la Lloma, la Foia Manera, etc. Es una zona
que antiguamente se denominaba l’Alfàs de Benidorm o l’Alfàs de Baix y que
había sido repoblada en el siglo XVII gracias al Reg Major y sus brazales,
entre los que destacaba el de Sanz.
La ermita
había sido fundada hacia 1740 por Tomás Sanz hijo, que en la documentación se le nombra como Doctor Sanz por su condición de Doctor en Derecho. Heredó de su padre el cargo de procurador general de los
señoríos de Polop y Benidorm. Su padre residió en Polop y él en la partida rural que tomó su nombre juntamente con la ermita.
Tenemos una descripción de ese primitivo edificio en la revista "Les Festes", de enero 1975 y está sin firmar. Por su interés lo transcribo:
"La primitiva construcción, hoy desaparecida, era de una nave rectangular con un reducido ábside para el presbiterio y orientada con puerta al suroeste. Lo más original de ella era la techumbre formada por dos cúpulas simétricas, muy rebajadas, totalmente escarzanas, que se apoyaban en los muros laterales, en el frontal y en dos arcos, uno en el centro, amplio y atrevido en su trazado y otro bajo que daba paso al presbiterio y sacristía. Exteriormente se resolvía la cubierta con un tejado de cuatro vertientes que sobrecargaba de peso al arco central. Completaban el edificio una torre para la campana, con cuatro vanos, y el anexo de la sacristía.
La decoración interior era muy sencilla, casi franciscana, con unos estucos en blanco y azul en las bóvedas y gris el zócalo. En los muros laterales se abrían dos hornacinas por lado: En el de la Epístola la más cercana a la puerta de entrada dedicada a San Roque y la siguiente a la Virgen del Rosario; en el del Evangelio en la primera la Purísima y la segunda a San Vicente Ferrer (de las cuatro imágenes, la de más interés era la de San Vicente, talla popular del siglo XVIII procedente de la familia Orzco). Ya en los años 1930 se trajo una imagen de Cristo Crucificado que se colocó bajo dosel de telas rojas en el lado del Evangelio, entre la hornacina de San Vicente y el altar de Sant Antoni.
La imagen más antigua era la de San Antonio que estaba en el altar central, retablo de talla dieciochesca sin excesivas pretensiones. La escultura del santo titular era desconcertante, pues de ninguna manera podía ser del XVIII, mas bien parecía del XVI o principios del XVII. Con seguridad que esta talla debía pertenecer a la familia Sans y al edificar la ermita la llevaron a ella y la dedicaron a su advocación."
Las imágenes a las que se alude fueron quemadas durante la Guerra Civil.
Los vecinos
siempre se sintieron obligados al mantenimiento de esta ermita porque sentían que era una
parte importante de su vida. Así sabemos que hacia 1901 se construyó el campanario
de la ermita con donativos públicos. Tras la guerra civil de 1936-39, durante
la cual se quemó el crucifijo del altar mayor, la familia Domansqui donó el
actual. Hacia 1955 se derribó el viejo edificio de la ermita, que amenazaba
ruina, y se construyó el actual.
Poco después, hacia 1980, se añadió el porche
actual con aportaciones vecinales. El tejado era plano y hacia 1990 se puso la
cubierta a dos aguas con lo que fue preciso dar más altura al campanario.
En esta fotografía se aprecian las dos reformas de 1990.
La cubierta a dos aguas mejoraba la
cubierta plana anterior. Pero su incremento de altura provocaba un efecto antiestético en el campanario, que resultaba demasiado bajo. Por eso se
construyó el cuerpo superior cubierto con tejas azules y un pequeño remate prismático
que a su vez remata en una cruz.
La ermita se
mantuvo como propiedad particular durante varios siglos. En el siglo XX había
pertenecido a la familia Agulló de Benidorm que la vendió a la familia Ripoll
de Altea. Pero esta situación cambió en 1985 ya que en dicho año la diócesis de
Orihuela-Alicante adquirió la ermita y un pequeño terreno colindante para
futuras ampliaciones y el ayuntamiento de Benidorm adquirió el resto. En total
fueron 4.431 m2 los que dejaron de ser propiedad particular.
El proceso se
había iniciado pocos años antes en 1983, en una reunión de la Asociación de
vecinos “Benidorm Horta”. La asociación estaba presidida en aquel entonces por
José Ripoll Soler. A propuesta de Jaume Climent Such, que se había enterado de
que estaba a la venta, se debatió la posibilidad de comprar los terrenos y casa
a la familia Ripoll-Rodrigo de Altea. Corrió el rumor (luego se supo que
infundado) de que había dos personas interesadas en la compra: un verdulero que
quería comprar la propiedad para montar invernaderos y un alemán que quería
vallar todo el recinto. En ambos casos el pueblo perdería el acceso a un
espacio que durante muchas generaciones había sido el centro espiritual y
social de toda esta zona. Eso fue un acicate para la participación de los
vecinos en el proyecto de compra.
Los
propietarios de la ermita eran cinco hermanos y aceptaron venderla a la asociación
“Benidorm Horta” dándole el plazo de un año para que reuniese los cinco
millones de pesetas que pedían. Los asociados decidieron formar una comisión integrada por José Ripoll Soler, Jaume Climent Such, Joan Galiana Cortés, Hilario
Pérez Sales, Pedro Juan Martínez Ripoll y Manuel Llorca Llorca.
Los miembros
de la asociación comenzaron a pedir donativos a los vecinos, pero pasados unos
meses los fondos recolectados eran insuficientes. Por eso decidieron visitar
comercios y hoteles que tuviesen alguna relación con la Huerta o la ermita y
así se recaudaron tres millones de pesetas. Se había abierto una cuenta en la
Caja de Ahorros de Alicante y Murcia (CAM, actualmente Sabadell-CAM) para
depositar todos los donativos.
La cantidad
recogida aún no era suficiente pero la comisión negoció con el obispado y el
ayuntamiento y estas instituciones estuvieron dispuestas a colaborar. Fue
objeto de intenso debate quien tendría la propiedad de la ermita, casa y
terrenos. Se habló del Ayuntamiento de Benidorm, del obispado de Orihuela-Alicante
o de una sociedad de vecinos.
El 27 de
marzo de 1985 la Corporación Municipal en Pleno del ayuntamiento de Benidorm
aceptó la moción formulada por el Concejal Delegado de Festejos Nicolás Pagés
Baldó para la adquisición de dichas propiedades.
Según se indica en el acta de dicha
sesión “La Ermita de San Antonio Abad, sita en la Partida de Sanz, constituye
uno de los entornos más característicos de Benidorm, donde tradicionalmente,
aparte de las festividades propias de su Santo Patrón, se viene utilizando como
zona de esparcimiento y recreo del vecindario. Conscientes de ello, y en el
deseo de potenciar este paraje, el vecindario, apoyado totalmente por esta
Concejalía, ha llevado a cabo gestiones para conseguir una ampliación del
terreno y una racional utilización del mismo.
Esta utilización se representa gráficamente
en el plano adjunto, según el cual aparecen las siguientes zonas:
Zona A.- Superficie 1005 metros
cuadrados que se destina a plaza pública.
Zona B.- 560 metros cuadrados se destina
a usos culturales, pudiéndose instalar en un futuro en la misma, un aula de
cultura, con biblioteca y un Hogar Recreativo.
Zona C.- Expansión de la iglesia y
propiedad de la misma, y
Zona D.- Con destino a parque público
y deportivo 1.905 metros cuadrados.
Los terrenos serían adquiridos por el
Ayuntamiento con el compromiso de destinarlos a la finalidad indicada, si bien
el importe de los mismos se satisfará de la siguiente forma.
El importe total fijado en
negociaciones realizadas por el vecindario con los propietarios de los
terrenos, y que asciende a 5.000.000 de pesetas, abonarán los vecinos, según
relación individualizada 3.000.000,- de pesetas; y el resto hasta completar el
precio total, o sea 2.000.000.- de pesetas, lo aportará el Ayuntamiento de
Benidorm.”
Plano realizado por los Servicios Técnicos del ayuntamiento
de Benidorm de acuerdo con la comisión de vecinos que gestionó la compra de la
ermita.
Parecía que
el Ayuntamiento iba a ser el único propietario pero finalmente no fue así. La
comisión de vecinos había negociado con el párroco de Nuestra Señora del Carmen
de Benidorm, Juan Andrés Rodríguez Serrano y gracias a sus gestiones el obispado
estaba dispuesto a participar en la compra. Afirmaba que la ermita de San
Antonio Abad, popularmente de Sanz, era de su propiedad y estaba dispuesta a
pagar 1.000.000 de pts por la parcela que el ayuntamiento había catalogado como
Zona C. Tenía 1.069 m2 e incluía la ermita y el terreno que se destinaba
a ampliación de la ermita “y erección en
su caso, de futura parroquia”.
El día 18 de
noviembre el obispado autorizaba a Juan Andrés Rodríguez Serrano para
que firmara la escritura de compraventa en nombre del obispado solicitando “la exención de los impuestos por
Transmisiones y Actos Jurídicos Documentados según los Acuerdos entre la Santa
Sede y el Estado Español.”
La comisión,
que había recaudado 3.000.000 de pts., sólo tendría que pagar 2.000.000 debido
a esta decisión del Obispado.
La escritura
se firmó al día siguiente, 19 de noviembre, ante el notario de Benidorm José
Luís Ruiz Mesa.
Los
vendedores eran Ana María Ripoll Rodrigo, Pedro Ripoll Rodrigo e Isabel Ripoll
Rodrigo, los tres vecinos de Aleta. También vendían Joseph Ripoll de
nacionalidad francesa y residente en Montavy (departamento de Hérault) y Betrix
Ripoll, también de nacionalidad francesa y residente en Les Ponts de Ce (departamento de Maine y Loira). Estos dos últimos
estaban representados por Pedro-Emilio Pérez Ripoll, vecino de Altea.
Por parte del ayuntamiento de Benidorm intervenían su alcalde Manuel
Catalán Chana y su
secretario José-María Delgado Viyao. Ya hemos visto que por parte del obispado
intervenía Juan Rodríguez Serrano.
Según la
escritura de compraventa la propiedad que vendían los hermanos Ripoll-Rodrigo
se desglosaba de la siguiente manera:
- Terreno de regadío de 1.069 m2 valorado en 1.000.000 pts.
- Terreno de regadío de 3.000 m2 valorado en 2.931.610 pts.
- Casa para vivienda con aljibe y era de 400 m2 valorada en 1.000.000 pts
- Patio, anteriormente casa, de 62 m2 y 68.390 m2
En total la propiedad medía 4.431 m2 y se vendió por 5.000.000 pts.
La asociación
“Benidorm Horta” tenía que decidir qué hacer con el 1.000.000 de pts sobrantes.
Se aprobó realizar una reforma de la ermita: ensanche de la sacristía, construcción
de vestidor y modernización del aseo.
Jaume Climent
conserva los resguardos de los recibos en los que se indica el nombre de cada
vecino que hizo alguna aportación y su cuantía.
El paso del
tiempo se ha encargado de demostrar que esta iniciativa vecinal, secundada
posteriormente por las autoridades, fue tremendamente acertada a juzgar por sus
consecuencias. El uso totalmente público de estas instalaciones las ha
dinamizado y revitalizado. Se ha reconstruido la casa, se han asfaltado los
accesos y parcela, se ha ampliado el camino de entrada, se han puesto aceras,
faroles y arbolado… En resumen se ha creado un espacio social y recreativo,
complemento del religioso, que ha enriquecido sobremanera la vida y el
patrimonio cultural de Benidorm. Y todo eso gracias a la asociación de vecinos,
a la comisión que formaron y a la colaboración de muchos ciudadanos. Todo un
ejemplo a seguir.
Hola, estic molt content que hàgeu decidit posar a l'abast de tots la nostra història. La meua enhorabona pel llibre, que encara no he acabat.
ResponderEliminarGràcies per l'enhorabona. És un llibre una mica llarg, però com pots comprobar en este BLOG encara queden moltíssimes coses per contar de la Història de Benidorm i eixe és l'objectiu d'HISTOBENIDORM.
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